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Terrae Antiqvae

Descubren un gran mosaico romano en pleno casco histórico de Carmona

 

Foto: Mosaico hallado en pleno casco histórico de Carmona.

Los arqueólogos del Ayuntamiento de la localidad encuentran un mosaico policromado de los siglos II o III después de Cristo que podría corresponder al dios etrusco Vertumnus.

Los arqueólogos del Ayuntamiento de Carmona han descubierto en pleno casco histórico un mosaico policromado de grandes dimensiones que podría haber sido elaborado en los siglos II o III después de Cristo, en plena dominación romana, y que podría corresponder al dios etrusco Vertumnus.

En un comunicado, el Ayuntamiento de Carmona informó de que el hallazgo corresponde a las catas arqueológicas previas a las obras de mejora de la calle Domínguez de la Haza, en pleno casco histórico de este municipio que aspira a la declaración de Patrimonio de la Humanidad de La Unesco. El mosaico, que podría datar de los siglos II o III, combina varios colores y por sus características pavimentó una de las estancias importantes de una casa de alto nivel económico de la Carmona romana.

La pieza encontrada tiene como principal atractivo una figura central enmarcada en un cuadro y que representa una alegoría del verano o, posiblemente al dios Vertumnus, un dios de origen etrusco que personifica el cambio de las estaciones. Este dios tiene la particularidad de cambiar de fisonomía según la época del año,  presentándose como un segador en verano o un vendimiador en otoño, y fue pareja de Pomona, la diosa protectora de los árboles frutales.

La belleza y policromía del mosaico, así como su buen estado de conservación, ha congregado a numerosas personas que lo han estado visitando desde su aparición. En breve, la pieza va a ser extraída y llevada al Museo de la Ciudad de Carmona para su estudio más profundo y su exposición al público.

Fuente: EP / Diario de Sevilla.es, 13 de febrero de 2008

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(2) Hallan un mosaico romano de gran calidad en el centro de Carmona

A menos de 50 centímetros del asfalto, en la calle Domínguez de Haza, junto a la plaza de abastos, ha saltado la noticia al aflorar un lustroso mosaico romano en el que luce el retrato, según se cree, del dios de las estaciones Vertumnus, en este caso representando al verano. Los curiosos, por decenas, no han querido que se lo cuenten, sino verlo.

Todo empezó como casi siempre: con la ejecución de obras, en este caso para introducir por parte de Sevillana Endesa un cableado de baja tensión con que mejorar el abastecimiento en pleno casco histórico de Carmona. Y claro, en una ciudad que puja por ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que es en sí misma un yacimiento repleto de historia, no cabía otra que supervisar arqueológicamente la zanja en cuestión por si algún testimonio de nuestros antepasados hacía acto de presencia. Y así ha sido.

El Servicio de Arqueología de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Carmona, imprescindible en la localidad, cumplió su cometido y he aquí que el lunes, a última hora, veían de nuevo la luz del sol, después de más de 1.800 años, las primeras teselas, y con ellas un impresionante mosaico romano datado entre los siglos II y III de nuestra era.

De mosaico hay unos cinco metros de largo por 1,20 de ancho, y lo mejor de todo: conserva intacto su valor más genuino, el del emblema o figura central. Lo que no es fácil porque era lo más preciado y por tanto lo más expoliado. En este caso, el protagonista del retrato que decoraba el suelo de la acomodada casa romana de la que formaba parte parece ser el dios de origen etrusco Vertumnus, que según la mitología clásica personifica el cambio de las estaciones y también es el dios de los árboles frutales.

En este caso concreto, el Vertumnus que luce con todo su colorido responde a una alegoría del verano. Lo acreditan, según los arqueólogos, la bielda o herramienta de varias puntas que porta en la diestra -útil con el que los agricultores recogen la paja- y los manojos de espigas de trigo que aprieta con la izquierda.

El hallazgo ha sido notificado, como es preceptivo, a la Delegación Provincial de Cultura -que detenta la tutela del patrimonio-, y en cuanto ésta lo autorice -se espera que sea pronto por si acaso llueve-, será extraído de la vía pública para recalar, casi con toda probabilidad, en el Museo de la Ciudad de Carmona. Allí será limpiado y restaurado antes de su exposición pública. Sin embargo, la expectación vecinal ha sido tal que la gente no ha querido esperar a este momento final. Ha sido trascender la noticia y por el yacimiento han goteado decenas de personas interesadas, a las que los arqueólogos municipales han entregado una hoja con los detalles principales del mosaico.

Fuente: Felipe Villegas / El Correo de Andalucía.es, 13 de febrero de 2008

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19 de febrero de 2008

Concluye la extracción del mosaico romano de Carmona y se investiga su relación con un fragmento del siglo XIX

El mosaico romano recientemente descubierto en la calle Domínguez de la Haza, en pleno casco histórico de Carmona (Sevilla), ha sido ya extraído del pavimento "limpiamente y sin desprendimientos" y se encuentra ya depositado en el museo local a la espera de su restauración y su examen para dilucidar si a él corresponde un fragmento de mosaico rescatado en el siglo XIX también en este municipio.

Según informó a Europa Press la arqueóloga Rocío Anglada, adscrita al servicio municipal de Arqueología de Carmona, el mosaico en su totalidad, que podría datar de los siglos II o III después de Cristo, ha sido extraído del subsuelo de la calle Domínguez de la Haza "en unas 24 horas y limpiamente", con lo que la operación se habría llevado a cabo "perfectamente" y sin que la pieza haya sufrido "ningún desprendimiento".

El mosaico se encuentra ahora depositado en el museo de Carmona a la espera de una restitución planimétrica previa a un procedimiento de rehabilitación integral, según explicó la arqueóloga. En cuanto a las labores de investigación, detalló que se centrarán en dilucidar si este nuevo mosaico, de grandes dimensiones, está vinculado a un "fragmento" de mosaico descubierto en Carmona en el siglo XIX y que formaría parte de la colección del museo.

Este espectacular mosaico combina varios colores y, por sus características, podría haber pavimentado alguna de las estancias importantes de una casa de alto nivel económico de la Carmona romana.

La pieza está focalizada en torno a una figura central enmarcada en un cuadro y que representa una alegoría del verano o, posiblemente al dios Vertumnus, un dios de origen etrusco que personifica el cambio de las estaciones. Este dios tiene la particularidad de cambiar de fisonomía según la época del año,  presentándose como un segador en verano o un vendimiador en otoño, y fue pareja de Pomona, la diosa protectora de los árboles frutales.

Fuente:   CARMONA (SEVILLA), 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

El fuego nos devolvió Ebla, el primer imperio comercial de la Edad de Bronce

 

Naram-Sin heredero del imperio acadio conquistó Ebla alrededor del año 2300 a.C. Diecisiete mil documentos de arcilla, despreciados por los soldados, quedaron sepultados bajo los escombros a la espera de ser descubiertos cuatro mil años más tarde y, fue precisamente el fuego, lo que preservó para la posteridad las tablillas de arcilla cruda del archivo real. El calor del incendio las coció y las endureció protegiéndolas de la humedad que durante siglos habría terminado deshaciéndolas por completo. Paradójicamente, su afán destructor, fue el factor decisivo que permitiría a los científicos, siglos más tarde, reconstruir la historia de la ciudad, dejando impreso su nombre para siempre en los libros de historia.

Diosas reales de un estado de la Edad de Bronce (Ebla. Excavación de 2007)

Hace más de 30 años que, los arqueólogos italianos encontraron al norte de Siria, en la antigua ciudad-estado de Ebla, datada en la Edad de Bronce, más de 17.000 tablillas con escritura cuneiforme y, aún hoy,  sigue sorprendiendo con nuevos hallazgos.

El equipo del arqueólogo Paolo Matthiae encontró el año pasado dos figuritas, conservadas en muy buen estado, que confirmarían la evidencia textual para un culto real de los muertos centrados en las reinas de la ciudad. También encontraron una tablilla inusual que permitió que los eruditos reconstruyeran el clima político que condujo a la destrucción de Ebla en 2300 a.C., cuando fue saqueada por Sargón de Akkad.

"Hicimos los hallazgos en dos cuartos periféricos del gran palacio real, en donde descubrimos el archivo cuneiforme en los años 70", nos explica Matthiae, "eran parte de la zona detrás del patio de audiencias, una clase de almacén que debe haber guardado los tesoros del rey de Ebla." El equipo evitó inicialmente los cuartos, asumiendo que habían sido vaciados cuando Sargón saqueó la ciudad. "¡solamente estabamos equivocados!" dice Matthiae. "las dos estatuas fueron machacadas evidentemente en la tierra y escaparon milagrosamente al pillaje." Ambas figuritas son representaciones intrincadas de las mujeres, que son raras en el arte del Próximo Oriente, en la edad de bronce. Una, hecha de esteatita y de madera, está representada con los brazos dispuestos en un gesto que indica rezo. La segunda figurita sostiene un cubilete y usa un vestido adornado con oro. Ambas parecen haber sido utilizadas en un ritual mencionado en una tablilla de Ebla que describe cómo las reinas muertas de la ciudad hicieron las deidades femeninas que entonces eran adoradas en privado por sus sucesores. Matthiae sospecha que la figura de esteatita cubierta de oro representa a la reina viva orando, una representación de la propia reina muerta que se había convertido en una diosa.

En la misma área, Matthiae encontró una tablilla cuneiforme que consideró las armas distribuidas de Ebla a las ciudades aliadas durante una guerra en algún momento antes de 2300 a.C. "la campaña militar mencionada en la tablilla es posiblemente la emprendida por Ebla contra el estado de Mari," dice Matthiae. Los documentos indican que Ebla derrotó a Mari, su gran rival comercial y político, momentos antes de ser destruida. Matthiae piensa que la agresión militar de Ebla alarmó los estados de gran alcance de Mesopotamia meridional, tales como Akkad, porque, después de que su conflicto con Mari, Sargón lanzara su campaña contra la ciudad. La tableta incluye el número de puntas de lanza enviadas a cada uno de sus Estados aliados, una cruda expresión de la influencia política y militar sobre los temidos estados sureños. Nagar, hoy conocida como Tell Brak es el mayor cliente, con la recepción de 2000 puntas de lanza. Según Matthiae, esta proliferación de las armas pueden haber impulsado a Sargón para lanzar el ataque preventivo contra Ebla, que puso fin al estado.

Información de Marco Marola para Archaeological Institute of America. 9 de febrero de 2008

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EBLA, EL PRIMER IMPERIO COMERCIAL SIRIO

Por Juan Adrada en Wikilearning

En las mismas fechas en las que caía el Imperio Antiguo en Egipto, dando paso al Primer Periodo Intermedio, en el norte de Siria se levantaba una importante ciudad circundada por cinco kilómetros de murallas y coronada de templos y palacios.

Un curioso cartel con el anuncio del yacimiento arqueológico llama la atención del visitante hacia la aldea de Tell Mardikh, una pequeña población de apenas quinientas personas que viven de la agricultura y el pastoreo, junto a la cual se encuentran los restos de la antigua ciudad de Ebla.

La palabra tell es muy frecuente en arqueología. Designa en árabe una colina artificial formada por la acumulación durante siglos de los escombros de antiguas construcciones que han quedado sepultadas por sus propios derrubios y por la acumulación de posteriores sedimentaciones. La abundancia de ladrillos de adobe y paja en el subsuelo convierten este tipo de terrenos en tierras muy fértiles, por lo que la mayoría han sido utilizados durante generaciones como campos de cultivo por los aldeanos del lugar. El aspecto exterior de un tell, por tanto, no difiere mucho del resto de las tierras cultivadas que suelen rodearlos, salvo por estar más elevado. Sólo la mirada experta del arqueólogo logra descubrir que bajo esa tierra arada hay enterrada toda una ciudad.

Eso es Ebla, un tell de enormes dimensiones. Cincuenta y seis hectáreas de superficie formando un gigantesco terraplén artificial, más o menos circular, de quince metros de altura, con una colina en el centro que se eleva otros diez metros más. Bajo esta gigantesca pila de escombros se encontró hace casi cuarenta años uno de los más importantes centros urbanos de la antigüedad, protagonista indiscutible en la región durante ochocientos años, en los albores mismos de la historia. Aquí se ha realizado uno de los más grandes descubrimientos de la arqueología de este siglo. El archivo del palacio real eblaíta es una de las mayores y más antiguas bibliotecas de la historia de la humanidad. En su interior se encontraron diecisiete mil tablillas de textos económicos, políticos y religiosos. Documentos de un valor incalculable que han permitido conocer la vida, usos y costumbres del pueblo que vivió en Ebla hace cuatro mil trescientos años.

COMIENZAN LAS INVESTIGACIONES

El descubrimiento de Ebla fue un hito revolucionario. Durante casi dos siglos los arqueólogos habían imaginado el Tercer Milenio a.C. dominado por dos potencias civilizadoras, la egipcia junto al Nilo y la sumeria entre los ríos Tigris y Éufrates. Entre ellas y la prehistoria europea sólo existían pequeñas aldeas agrícolas diseminadas por aquí y por allá, de escasa importancia e incapaces de influir en el equilibrio político del mundo antiguo. En este marco, el norte de Siria era considerado una tierra poco o nada interesante, habitada únicamente por pastores nómadas hasta fechas muy tardías. El hallazgo del archivo real de Ebla cambió por completo este panorama.

En 1963 llegó a Tell Mardikh Paolo Matthiae, en aquella época un joven profesor de arqueología de la Universidad La Sapienza de Roma, que había trasladado su interés por el mundo antiguo desde Egipto a Oriente Medio. Visionario al estilo de Heinrich Schliemann, exploraba aquel tell convencido de poder demostrar la existencia de ese reino fabuloso que llegó a dominar Siria y Mesopotamia durante algunos siglos del Tercer Milenio, para desaparecer después misteriosamente sin dejar rastro y quedar completamente olvidado hasta nuestros días. Sus únicas pistas eran algunos antiguos pasajes de textos acadios, hititas y egipcios que apenas daban unas escasas indicaciones, sumidas casi más en la leyenda que en la realidad histórica.

Maqueta Ebla.

Cuando las autoridades sirias invitaron a especialistas de todo el mundo a realizar excavaciones arqueológicas en los centenares de tell que había diseminados por el norte del país, los italianos tuvieron serias dudas sobre el interés que podía tener emprender excavaciones en un lugar tan remoto y desolado. Después de todo, Italia no tenía una tradición investigadora en Oriente y el dinero escaseaba incluso para las propias excavaciones italianas. La mayoría de los catedráticos no querían ni oír hablar del asunto. En cierto modo se sentían fuera de lugar, acostumbrados a investigar tumbas etruscas y villas romanas en un marco de relativa comodidad. No es de extrañar entonces que el joven Paolo Matthiae fuese el único dispuesto a emprender una empresa que le llevaría lejos de su casa dos meses cada año durante el resto de su vida, para vivir en unos incómodos barracones y trabajar con escasos medios, bajo un sol abrasador, a cuarenta grados de temperatura.

IDENTIFICACIÓN POSITIVA

Excavar Tell Mardikh ha sido labor de muchos años de paciente espera, sacando a la luz pequeñas porciones del pasado hasta tener suficientes piezas con las que reconstruir coherentemente la historia de la ciudad. El primer reto fue identificar el nombre verdadero del lugar que estaban excavando los arqueólogos. Numerosos indicios parecían demostrar que efectivamente se trataba de la antigua Ebla, a la que las fuentes antiguas describían como una importante ciudad amurallada, capital de un gran imperio comercial, situada en una zona de confluencia de rutas entre Oriente y el Mediterráneo, y rodeada de ricas zonas de cultivo. Pero no existía un sólo documento arqueológico que confirmara semejante hipótesis.

La primera exploración superficial del yacimiento en 1964 permitió recopilar muchos restos de cerámica y terracotas sacadas fuera de estrato por la acción de la agricultura y de los fenómenos atmosféricos, pero que indicaban claramente la presencia de decenas de culturas diferentes en el interior de aquella colina. Tras unos primeros meses de prospección, comenzaron a aparecer los restos de una muralla rodeando la ciudad, los escombros de unas antiguas viviendas y las estructuras de un posible palacio en el centro, conformando una especie de acrópolis.

Las primeras excavaciones se realizaron en el palacio real, con algunos hallazgos esporádicos de escasa importancia que se prolongaron durante varios años de fatigas y éxitos, decepciones y esperanzas, hasta que en 1968 un golpe de suerte permitió confirmar la sospecha que rondaba por la cabeza de todo el equipo y que para Matthiae había sido pura convicción desde sus años en la Universidad. En un sector recientemente abierto de la región sudoeste de la Acrópolis apareció una estatua de basalto negro, carente de cabeza y rota en varios puntos. Era atribuible a la edad del Bronce Medio, aunque había aparecido fuera de estrato, en los niveles persa-helénicos, lo que hizo pensar que había sido reutilizada para adornar la casa de uno de los últimos habitantes del tell. Lo que hacía de esta estatua mutilada un hallazgo de valor incalculable era una inscripción en caracteres cuneiformes grabada sobre su superficie, el primer texto escrito encontrado en Tell Mardikh. La traducción de la inscripción no sólo confirmó que las ruinas enterradas en aquel tell eran las de la antigua Ebla, sino que además ofreció los nombres de dos importantes personajes reales que vivieron en la ciudad, Ibbit-Lim e Igrish-Knep, además de mencionar a una conocida divinidad sumeria, la diosa Ishtar.

Diosa Ishtar.

A pesar del hallazgo, las dudas persistieron durante algún tiempo más. Después de todo, la estatua había sido encontrada fuera de estrato y podía haber sido transportada hasta allí, después de un saqueo, desde cualquier otro sitio, o haber sido donada por la verdadera Ebla al soberano de aquella oscura ciudad sepultada en el tell. Existía además otro punto de controversia. Gracias a la inscripción de una lámpara votiva de mármol verde conservada en el Museo de Bagdad, se sabía que Ebla había sido conquistada por Naram-Sin, sobrino de Sargón el Grande y heredero del imperio acadio, alrededor del año 2300 a.C. Pero aquello no se correspondía con la ciudad descubierta por Matthiae, que se remontaba al 1800 a.C. Si se trataba realmente de Ebla, existía una ciudad mucho más antigua bajo las ruinas que se estaban excavando. Evidentemente, quedaba mucho por explorar, y lo mejor aún estaba por llegar.

LOS ARCHIVOS DEL PALACIO REAL

El descubrimiento de los archivos reales de Ebla no fue un hallazgo fortuito, sino un verdadero rapto de intuición por parte de Paolo Matthiae. Durante los siguientes cinco años de excavaciones, entre 1969 y 1973, ningún nuevo descubrimiento de importancia turbó la rutina de las mismas. Se realizaron numerosos sondeos para intentar encontrar la Ebla del 2300 a.C., pero los resultados fueron siempre negativos. Hasta que un día de 1973, durante un paseo solitario, Matthiae reparó en un detalle que nunca había llamado su atención hasta aquel momento. La parte suroeste de la acrópolis, sobre la que se asentaban los muros del gran templo del Bronce Medio, presentaba una disposición realmente extraña. En lugar de descender con suavidad hacia la ciudad baja, se hallaba interrumpida por terrazas artificiales cuya realización parecía fuera de toda lógica. La excavación inmediata del lugar descubrió, bajo el terreno superficialmente removido por la agricultura, una segunda superficie friable y rojiza, típica de la disgregación de ladrillos que han sido quemados por el fuego. Se trataba de las ruinas de una colosal construcción que se erguía en los bordes de la acrópolis, y que los habitantes del Bronce Medio habían cubierto para nivelar el terreno a la altura de su templo. Aquellos podían ser los restos del Bronce Antiguo que tanto habían buscado.

Durante las siguientes campañas, las excavaciones se concentraron en aquel lugar. Se descubrieron las paredes de ladrillos crudos finamente recubiertas de blanco y en todas podía observarse claramente las huellas de un gran incendio. El hallazgo de la primera tableta del archivo real fue verdaderamente emocionante, sobre todo porque se producía en estrato, es decir, dentro del marco arqueológico que permitía demostrar su pertenencia al Tercer Milenio a.C. Después, la razón no daba crédito a todo lo que iba apareciendo ante los ojos. Miles de textos económicos, políticos, religiosos, jurídicos, tratados internacionales e informes militares se agolpaban unos sobre otros, tal y como habían caído desde sus estantes desplomados cuatro mil trescientos años atrás. Las tablillas variaban de tamaño entre los cinco y los treinta y cinco centímetros. Muchas aparecían perfectamente conservadas, otras estaban rotas en cientos de fragmentos que debían ser cuidadosamente recogidos y ordenados para su posterior restauración y traducción.

Archivo Real.

Se han encontrado ciento catorce tablillas con alfabetos arcaicos que relacionan diferentes lenguas mesopotámicas que utilizaban los caracteres cuneiformes como medio de expresión escrita. Uno de estos vocabularios contiene casi mil palabras traducidas, y existen dieciocho duplicados del mismo, realizados por alumnos de las escuelas de escribas como parte de su aprendizaje. Estos alfabetos han sido determinantes para los trabajos de traducción de las tablillas. Esta compleja labor fue comenzada por el profesor Giovanni Pettinato, de la Universidad de Roma, continuándola más tarde el doctor Alfonso Archi, epigrafista oficial de la misión hasta la fecha. La edición de los textos comenzó en 1982 y en la actualidad existen diez volúmenes publicados que contienen varios cientos de textos completos y cerca de un millar de fragmentos.

Desde 1993, la misión arqueológica italiana cuenta con la colaboración del doctor Ignacio de Urioste Sánchez, de la Universidad Autónoma de Madrid, que participó en una campaña de estudios epigráficos llevada a cabo en el Museo de Idlib, en Siria, donde actualmente se conserva el material procedente de los archivos eblaítas.

Foto: Inlay of a warrior, ca. 2350-2250 B.C.; Early Bronze Age, Mardikh IIb 1. Syria, Ebla (modern Tell Mardikh), Palace G, room L.4436. Limestone; H. 14 cm (5 1/2 in.); W. 10 cm (4 in.); Thickness 0.7 cm (1/4 in.). TM.88.G.451a, b. Idlib Museum, Syria  3297.

Este investigador español estuvo a cargo de la restauración, limpieza y estudio de algunos documentos cuya temática se centraba en la contabilidad de los metales preciosos. En los últimos años, el profesor de Urioste dirige un proyecto para construir una base de datos informatizada que contendrá todos los textos publicados del archivo real y agilizará su consulta, poniéndolos a disposición de todo el mundo a través de Internet.

La transliteración y traducción de los documentos ha sido a veces motivo de controversia, como la protagonizada por el profesor Pettinato, cuyos estudios han puesto de relieve importantes similitudes entre algunos nombres propios de personajes y lugares aparecidos en las tablillas del archivo eblaíta con otros usados siglos más tarde en el hebreo del Antiguo Testamento.

RECONSTRUYENDO EL PASADO

A pesar de que las conclusiones derivadas de la lectura de los archivos aún son provisionales, las excavaciones realizadas a lo largo de todos estos años han hecho surgir un cuadro bastante completo de la Ebla del Tercer Milenio. Una ciudad de enormes proporciones que dominó económica y políticamente una vasta región geográfica durante varios siglos. Su insólita estructura urbana había sido ideada para satisfacer su función de centro de intercambio de mercancías. Cuatro largas calzadas unían las puertas de la muralla que rodeaba la ciudad con la acrópolis, en la que una vasta y eficiente administración cumplía con sus funciones. Una plataforma junto al pórtico norte del Palacio Real ha sido identificada como la Corte de Audiencias, en la que el rey personalmente trataba los asuntos de Estado. Hasta allí eran escoltadas las caravanas que llegaban de todas partes para cumplir con los requisitos legales y pagar las tasas correspondientes. Dabir era el dios principal de la ciudad, pero Dagón, Sipish, Hadad, Balatu y Astarté también recibían culto en los numerosos templos que se distribuían por la ciudad. El clero usaba en sus ritos la antigua lengua sumeria que persistiría durante siglos por toda Asia Menor como lenguaje sagrado.

Estela de Naram-Sin.

Los acadios ya habían intentado conquistar Ebla como parte de su política expansionista. El rey Sargón el Grande había iniciado una serie de conquistas con las que unificó bajo su mando las antiguas ciudades sumerias de Mesopotamia, pero fracasó en su intento de anexionar a su imperio una potencia económica tan fuerte. A instancias suyas, el rey Iblul II de Mari atacó Ebla, pero la agresión fue respondida por el general Enna-Dagan, que al mando de un numeroso ejército avanzó hacia Mari en una campaña militar sin precedentes. Enna-Dagan derrotó a la ciudad de Mari, conquistándola y obligándola a rendir vasallaje a Ebla. Su victoria aparece descrita en uno de los más importantes documentos del archivo real eblaíta.

Pero semejante triunfo sólo sería momentáneo. Veinte años más tarde, al ocupar el trono, Naram-Sin se dispuso a terminar el trabajo empezado por Sargón, y hacer desaparecer de una vez por todas aquella arrogante ciudad que limitaba la expansión de su imperio. La estrategia de Naram-Sin fue primero minar poco a poco las bases económicas y sociales de la ciudad, convencer a los Estados vasallos para que interrumpieran el pago de tributos a Ebla y por último lanzar el ataque militar. Ebla sucumbió finalmente ante Naram-Sin alrededor del año 2250 a.C. y éste no se limitó a conquistarla. Quiso destruirla por completo, infringiendo el más terrible castigo al único reino que se había opuesto eficientemente al poderío de Accad. El oro, la plata, las piedras preciosas, los muebles, las estatuas, las telas y todo lo que tuviese algún valor fue saqueado por el ejército del rey victorioso. Después, el fuego terminó de arrasar el Palacio Real y la ciudad entera. Y mientras las casas, los templos y los palacios de Ebla se derrumbaban sobre sí mismos, en un rincón junto a la Corte de Audiencias, diecisiete mil documentos de arcilla, despreciados por los soldados de Naram-Sin, quedaban sepultados bajo los escombros a la espera de ser descubiertos cuatro mil años más tarde.

Sargón El Grande.

Fue precisamente el fuego lo que preservó para la posteridad las tabletas de arcilla cruda del archivo real. El calor del incendio las coció y las endureció protegiéndolas de la humedad que durante siglos habría terminado deshaciéndolas por completo. Paradójicamente, el afán destructor de Naram-Sin fue el factor decisivo que permitiría a los científicos, siglos más tarde, reconstruir la historia de la ciudad, dejando impreso su nombre para siempre en los libros de historia.

UNA LARGA DECADENCIA

Pero este no sería el final de Ebla. Sobre las ruinas del Tercer Milenio los amorreos construyeron una nueva ciudad, la primera excavada por Matthiae. Aunque nunca llegó a alcanzar el esplendor de su predecesora, experimentó un desarrollo único para la época. Sus nuevos reyes se preocuparon de reforzar las defensas de la ciudad y la vieja muralla se transformó en un gigantesco terraplén de veinte metros de alto y cincuenta metros de espesor en su base. También las puertas de acceso fueron transformadas, convertidas en verdaderos túneles de bloques de basalto negro, interrumpidos por tres puertas macizas colocadas a distancias regulares entre sí. Los muros de la Corte de Audiencias fueron derruidos y todo el terreno nivelado hasta la base de los nuevos templos de la acrópolis. Nuevos funcionarios continuaron con la administración del nuevo palacio y el cobro de tasas y tributos se impuso otra vez. La actividad comercial de la ciudad se prolongó durante siete siglos más, hasta su definitiva desaparición, probablemente a manos de los hititas, hacia el 1600 a.C.

Cuando el faraón egipcio Tutmosis III emprendió su victoriosa campaña por Asia Menor, pudo visitar Ebla, quedando maravillado ante el esplendor de sus ruinas. El recuerdo de su encuentro con la ciudad, abandonada desde hacía trescientos años, está descrito con todo detalle en los pilonos del Templo de Karnak. Aún cuatrocientos años más tarde, en plena Edad del Hierro, se instalaron en la vieja acrópolis algunos puestos militares, seguramente avanzadas del Imperio Arameo de Hamat y Lagash, que fueron barridos por los asirios de Sargón II. Durante dos siglos más, las ruinas de la ciudad fueron ocupadas por una pequeña comunidad de campesinos, hasta la llegada de los persas hacia el siglo V a.C., que erigieron un palacete y algunas casas, reutilizando materiales de la Edad del Bronce, como la primera estatua de basalto encontrada por Matthiae con inscripciones cuneiformes.

Entre el siglo I y el V d.C. la ciudad estuvo completamente abandonada, hasta la llegada de una comunidad de monjes ascetas, inspirados en el estilismo de San Simeón. El último asentamiento en la zona es medieval, y se debe a los cruzados que vivieron allí en 1098, antes de partir a la conquista de la ciudad de Maarret el-Numan. Nueve siglos más de olvido y erosión atmosférica acabarían de derrumbar los viejos edificios, disgregando los ladrillos de adobe y redondeando las formas, hasta alcanzar el aspecto desolado e imponente que se extendía frente al profesor Paolo Matthiae cuando eligió este lugar como motivo de sus investigaciones en 1963.

Halladas en Maragatería (León) piedras decoradas con petroglifos

Esta roca tiene forma de uve y en ella se aprecia con toda claridad una espiral o laberinto. Foto por gentileza de Juan Carlos Campos. Más información en su blog: La tierra de los Amacos

Petroglifos son grabados sobre roca al aire libre realizados a base de piqueteado o abrasión; los motivos tallados sobre la piedra pueden ser muy variados, desde cazoletas (que son hendiduras pequeñas y poco profundas de forma generalmente circular), hasta antropomorfos y zoomorfos, espirales o laberintos, y pueden ser naturalistas, esquemáticos o abstractos. No representan narración propiamente dicha, aunque la sucesión de figuras y símbolos podría tener ese carácter. Hay datados alrededor de 450 lugares con petroglifos en la península, la mayoría en Galicia y el norte de Portugal, aunque también son comunes en el Valle del Tajo.

Pero de ningún modo se tenía noticia de la aparición de petroglifos en la provincia de León. Por eso no dejan de sorprender las imágenes de unas rocas, halladas en Maragatería, que muestran una superficie tallada en la que se ven cazoletas y grabados, símbolos, laberintos y espirales, aunque es posible que un examen más detallado aporte otras representaciones. Una de las rocas está llena de cazoletas (y otros motivos), mientras que otra no tiene ni una...

Foto por gentileza de Juan Carlos Campos. Más información en su blog: La tierra de los Amacos.

Se trata de dos grandes piedras que un vecino de Astorga ha encontrado y cuya ubicación exacta se niega a facilitar con el fin de preservar el hallazgo hasta que sea examinado por expertos; de hecho, el improvisado arqueólogo ya ha dado aviso a las autoridades de la Junta de Castilla y León para que las estudien. Al parecer, en unos días estarán en dicha zona y se podrá conocer el alcance del hallazgo.

Foto por gentileza de Juan Carlos Campos. Más información en su blog: La tierra de los Amacos.

Cuenta Juan Carlos, el vecino de Astorga, que se trata de dos grandes piedras situadas en el campo, lejos de caminos o senderos, probablemente sedimentarias y cubiertas de líquenes. Las rocas podrían haber estado hincadas en el suelo, tal vez formando parte de un dolmen, y también podían ser de épocas distintas... Juan Carlos señala que primero se acercó al observar un afloramiento rocoso e incluso que algunas piedras parecían colocadas o amontonadas, hasta que dio con una enorme roca tumbada y en forma de mesa, al lado de la cual había otra en forma de uve, ambas talladas.

Según parece, no hay documentados petroglifos en la provincia de León, por lo que sería éste un hallazgo extraordinario. Y según se desprende observando los grabados, parecen estar relacionados con los petroglifos gallegos, en los que los motivos más abundantes son precisamente los laberintos, espirales, cazoletas y coviñas.

Foto por gentileza de Juan Carlos Campos. Más información en su blog: La tierra de los Amacos.

En cuanto a la datación, los petroglifos se sitúan entre el Eneolítico y la Edad del Hierro, por tanto, entre el tercer milenio y mediados del primer milenio antes de Cristo (aunque también existen petroglifos más tardíos, tardorromanos o altomedievales, con motivos diferentes). Su significado sería, probablemente, de tipo simbólico, religioso y ritual.

Foto por gentileza de Juan Carlos Campos. Más información en su blog: La tierra de los Amacos.

Sólo falta que todo se confirme para que se desvele otra página de la Historia de León.

Fuente: C.D.R, León. El Mundo.com, 13 de febrero de 2008

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19 de febrero de 2008

León sorprende a los arqueólogos con petroglifos de hace 6.000 años

Situados en Maragatería, son similares a los famosos laberintos y coviñas de la costa de Galicia. Se trata del primer testimonio de la cultura megalítica hallado hasta la fecha en la provincia.

De confirmarlo los expertos, León acabaría de entrar en el ámbito de la cultura megalítica atlántica con un extraordinario descubrimiento efectuado en la comarca de Maragatería: un conjunto de grandes rocas en las que aparecen los llamados petroglifos, es decir, representaciones gráficas grabadas en la misma piedra. Son laberintos, cavidades redondas o cazoletas y otros símbolos muy similares a los ya famosos de la costa de Galicia y que datan del Neolítico, de hace aproximadamente 6.000 años.

Su descubridor, el astorgano aficionado a la arqueología Juan Carlos Campos -muy buen conocedor de la zona- relata el momento del hallazgo: «No podía creerlo. Allí había una piedra con más de setenta cazoletas, algunas estaban en el centro de composiciones geométricas, y una de ellas, claramente un laberinto, con un símbolo cruciforme».

Los petroglifos suelen estar asociados a dólmenes y otros grandes monumentos megalíticos ubicados sobre enterramientos, por lo que este conjunto maragato habría formado parte de uno de ellos, quizá desaparecido por completo u oculto ahora bajo tierra.

Uno de los más prestigiosos especialistas en petroglifos, Antonio de la Peña, ha comentado sobre este descubrimiento: «Si es de verdad lo que parece, resultaría que, aparte de un sensacional descubrimiento que merece miles de felicitaciones, obligaría a matizar en buena medida algunos temas petrogliferos galaicos». Y es que hasta la fecha se desconocía la presencia de megalitismo en la provincia, pese a que la región leonesa se encuadra dentro del ámbito atlántico en el que éste se desarrolló. Así, además de los conocidos petroglifos gallegos (Santa Tecla, Campo Lameiro, etc.), se han encontrado representaciones similares en Portugal, Asturias, Cantabria y Extremadura.

¿Como Stonehenge o Carnac?

Pero el alcance de los petroglifos leoneses podría ser mayor, y ya se han definido teorías que hablan de un conjunto megalítico comparable a los de Stonehenge o Carnac. Así, el investigador leonés Antonio García quiere desarrollarlas, en breve, en revistas especializadas. Según él, «a raíz del hallazgo de estos petroglifos, nuevas investigaciones han arrojado descubrimientos que podrían hacer pensar en la existencia de un gran complejo megalítico prehistórico». «La importancia de los restos está por determinar, pero las hipótesis barajadas llevan a pensar en un destacado lugar de culto en el que se realizarían ceremonias relacionadas con ritos cósmicos, estacionales o funerarios similares a los de otros santuarios prehistóricos conocidos en todo el mundo», argumenta.

«Dos petroglifos de forma triangular -describe- presentan en su cara superior diversos motivos grabados en la piedra: uno de ellos, orientado hacia el amanecer, muestra alrededor de 70 cazoletas entremezcladas con círculos concéntricos, laberintos, espirales, serpientes, cruces y lo que parece ser un ojo o una vulva; el otro, de menor tamaño, está inclinado hacia el ocaso y no tiene perforaciones, sólo laberintos y otros dibujos menos marcados».

«Es un sensacional descubrimiento que nos obligará a matizar algunos planteamientos»

Un posible recinto religioso de cara al Teleno, el monte sagrado

El yacimiento maragato se compone de petroglifos de tipo geométrico y figurativo que podrían utilizarse en ceremonias religiosas o para atraer la buena suerte o la fertilidad. «Pero no son los únicos restos visibles -explica Antonio García-. En dirección norte, a unos 200 metros de estas grandes piedras, existe un enorme complejo rocoso de orientación noroeste-sureste, es decir, de cara al Teleno, de unos 30 metros de largo, 20 metros de ancho y 10 metros de alto; formado por grandes rocas amontonadas unas sobre otras, algunas de las cuales presentan orificios alineados de varios centímetros de profundidad (quizá relacionados con su transporte), y otras han sido trabajadas para formar túneles». «Siguiendo la línea de este complejo hacia el oeste, se ven canales practicados en los afloramientos de roca, que convergen y desembocan en al menos dos estanques de uso incierto, perfectamente observables y labrados en la peña. En la zona también se pueden ver otras piedras con orificios alargados y resulta curioso observar que todas las rocas labradas presentan unas características diferentes de las de la peña del lugar (muy exfoliable), no afloran en el terreno y están sueltas, lo que podría significar que fueron transportadas ex profeso hasta ese paraje», reflexiona.

A vista de pájaro

Hasta aquí lo que se aprecia a simple vista, pero desde el aire García descubrió «una imagen reveladora: tanto los petroglifos como el complejo estarían situados en un recinto de forma rectangular de unos 250 metros de largo y 100 metros de ancho, rematado en el extremo norte por un semicírculo débilmente perfilado y con una orientación noreste-suroeste, abierto hacia el monte Teleno. Por si eso fuera poco, el perímetro del recinto está delimitado por una serie de 15 puntos visibles desde el aire que hacen pensar en referencias de tipo cósmico (culto al sol) o religioso (¿al monte sagrado? ¿al dios Teleno?). Así, el monumental complejo sería el altar que presidiría todo el santuario, al estar situado en el eje donde comienza el semicírculo que remata el contorno del recinto sagrado por el norte; mientras que el extremo sur estaría cerrado por un escalón marcado por un afloramiento de roca sobre el que están los petroglifos, que serían una especie de altares para ofrendas o sacrificios».

Responsables de la Junta visitaron el viernes el paraje arqueológico

El estudio del filólogo e investigador Antonio García concluye subrayando que un paraje arqueológico como éste «podría suponer el legado más notable de nuestros antepasados. De confirmarse las expectativas, estos restos podrían conducir al descubrimiento de un monumento prehistórico de importancia similar a Stonehenge o Carnac». «Por tanto, es imprescindible que se inicien estudios serios y rigurosos por auténticos especialistas lo antes posible, dado que desgraciadamente un complejo tan valioso y excepcional como éste ya se ha visto afectado por recientes labores de repoblación forestal, incendios y cortafuegos -en este orden- que lo pueden haber alterado de manera sustancial», concluye.

A este respecto hay que recordar que el pasado viernes el arqueólogo jefe de la delegación territorial de la Junta en León, Julio Vidal, visitó el lugar junto con su descubridor, Juan Carlos Campos. Según éste, Vidal observó los petroglifos durante largo tiempo y, después, comunicó a Campos que la Junta de Castilla y León «le mantendría informado».

Fuente: Antonio de la Peña, Arqueólogo / E. Gancedo. Diario de León.es

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20 de febrero de 2008

Descubren junto a los petroglifos pistas de un «templo» megalítico

Los orificios hallados presentan casi doce centímetros de profundidad. El director del Museo de León confirma la excepcionalidad del hallazgo prehistórico en Maragatería.

Los petroglifos o representaciones grabadas en piedra de origen prehistórico hallados en la comarca maragata siguen proporcionando sorpresas y mucho material para el estudio científico. Desde que a comienzos de la pasada semana el astorgano Juan Carlos Campos diera a conocer, a través de su blog personal ( Tierra de Amacos ), la existencia de estas dos rocas, las reacciones, teorías y otros hallazgos no dejan de producirse.

Posible enterramiento. Foto: A. García / Diario de León

Así, el director del museo de León, Luis Grau, confirmaba ayer la excepcionalidad de los vestigios, especialmente por ser «los primeros de estas características detectados tan al Este», y recordaba lo parecidos que son a los famosos petroglifos de las Rías Bajas gallegas -que, por cierto, constituyen un fértil recurso turístico-. Los últimos descubrimientos detectados en el entorno de las dos piedras sobre las que están grabadas las representaciones (huecos o cazoletas , laberintos y otros símbolos en una; sólo laberintos en la otra) hay que buscarlos en el conjunto de grandes rocas situado a unos 200 metros. Como explica el investigador leonés Antonio García, «algunas de estas rocas presentan orificios alargados y alineados de varios centímetros de profundidad -quizá relacionados con su transporte-, y otras han sido trabajadas para formar túneles cuyo perfil recuerda el de un hombre acostado. Siguiendo la línea de este complejo hacia el oeste, se ven canales practicados en plena roca, que convergen y desembocan en al menos dos estanques de uso incierto, perfectamente observables y labrados en la peña. En la zona también se pueden ver otras piedras con orificios alargados».

García propone que este complejo rocoso podría constituir un gran santuario orientado hacia el monte Teleno, sagrado así pues tanto para estas gentes del Neolítico como para los antiguos astures.

«Los laberintos son de tipo mediterráneo, muy curiosos»

Entrevista a Antonio de la Peña, arqueólogo 

La cautela preside cualquier afirmación categórica que por ahora se pueda hacer con respecto a estas figuras, que podrían datar del tercer milenio a. C. Uno de los más prestigiosos investigadores de los petroglifos gallegos es Antonio de la Peña, nacido en Pajares de los Oteros y arqueólogo del Museo de Pontevedra.

-¿Cómo ha acogido la noticia de este descubrimiento?

-Nos ha llenado de inquietud, tengo que verlos porque son muy importantes. Hay que comprobar su contexto, la profundidad de las marcas, todo.

-¿Se conocían este tipo de representaciones en León?

-No. Hasta ahora se creían restringidas a la costa y a algunos puntos aislados del interior de Galicia. Pero no tiene por qué ser tan sorprendente; la zona en la que se han encontrado es paso obligado hacia Galicia.

-¿Qué es lo más curioso o importante que tienen?

-Es la primera vez que hallamos este tipo de petroglifos en un lugar desde el que no se ve el mar. Repito, hay que estudiarlos muy a fondo, pero por lo que he visto tienen formas comunes a todo el arte rupestre. Son muy curiosos los laberintos, de tipo mediterráneo, propios de lugares como Creta, y de los que en Galicia sólo tenemos seis. Estos laberintos también aparecen en muchos pueblos, desde Arizona a la India, y llegan a representarse hasta en la Edad Media.

-¿Qué significan?

-Ese es el eterno dilema. Pueden tener 500 significados. Los miles de años que nos separan dificultan su interpretación.

-¿Y qué aconseja hacer?

-Exijan a las autoridades de su comunidad autónoma que cumplan con su labor: que los estudien, los protejan y los hagan visitables para todos.

Fuente: A. GARCÍA / Diario de León, 20 de febrero de 2008

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Monte Teleno

El Teleno es una montaña del noroeste de León. La más alta de la provincia si se exceptúan el Macizo de Ubiña y los Picos de Europa que son compartidos con Asturias. Tiene 2.188 metros de altitud.

El mítico monte Teleno de los astures, dedicado a Marte Tilenus por los romanos, que adquirió el reconocimiento de dios para los invasores que explotaron el oro que afloraba en sus laderas, levanta sus 2.188 metros destacando mil metros por encima de las tierras de la Maragatería y de la comarca de la Cabrera, comarcas a las que separa, y ofreciendo frondosidad a La Valduerna, cuyo río nace en sus fuentes. El Teleno ha sido mudo testigo de la historia.

La comprensión de Roma hacia los cultos locales condujo en muchas ocasiones a sincretismos: los dioses locales eran venerados bajo un nombre mixto romano - indígena. Entre las deidades de la guerra y protectoras de las armas destacan Marte y Hércules. Marte es el dios por excelencia de la guerra. Así Mars Tilenus era a la vez el dios romano Marte bajo su advocación agraria y el dios indígena Tilenus (Monte Teleno). Es un ejemplo de sincretismo entre dioses indígenas y romanos: el mitológico monte Teleno, dios guerrero de los astures, estaba consagrado a la divinidad guerrera Mars Tilenus. En una inscripción sobre lámina de plata, en La Bañeza, aparece con el nombre de "MARTI TILENO". En Quintanilla del Marco se lee en una placa latina "a Marte del Teleno" (La Crónica, 14-01-90). Por ESTRABÓN (3, 3, 7) sabemos de la existencia de un dios guerrero asimilado a Marte, a quien se sacrifican machos cabríos, caballos y también prisioneros. Está documentado con una inscripción aparecida en una lámina de plata, en La Bañeza, con el nombre de "MARTI TILENO". En Astorga se han documentado estelas funerarias indígenas y culto a: Tríada Capitolina, Minerva, Monte Teleno (Mars Tilenus, divinidad guerrera), Zeus Serapis, Sabazios y al Emperador (a partir de los Flavios).

Vídeo gentileza de Carlos Sánchez Montaña

16 de marzo de 2008

Confirman la autenticidad de los petroglifos hallados en Maragatería

Los expertos adelantan que las representaciones datan del Calcolítico, hace unos 4.000 años. El arqueólogo de la Junta expondrá en Lugo los resultados de su estudio, entre el 11 y el 14 de junio.

Se ha producido ya la primera confirmación de la autenticidad de los petroglifos maragatos desde que fueran descubiertos hace algo más de un mes por un astorgano aficionado a la arqueología, Juan Carlos Campos, cerca del monte Teleno. En el programa del primer Congreso de Arqueología de Villalba (Lugo), que tendrá lugar entre el 11 y el 14 del próximo mes de junio, puede leerse una comunicación sobre, textualmente, Nuevos grabados rupestres al aire libre en la provincia de León , que correrá a cargo del arqueólogo de la Junta para la provincia (Servicio Territorial de Cultura), Julio Vidal, y de los profesores de la Universidad de León Carlos Fernández, Federico Bernaldo de Quirós, Ana Neira y María Natividad Fuertes. El programa incluye un avance o resumen de la exposición que constituye la primera confirmación oficial de la autenticidad de los petroglifos desde que fueron descubiertos: aunque otros expertos, como Antonio de la Peña, ya la atestiguaron la vista de las fotografías enviadas, ésta es la primera vez que un experto que ha estudiado el yacimiento in situ se refiere a ellos y avanza su antigüedad. Y es que poco después de su hallazgo, Julio Vidal se acercó a la comarca maragata para estudiar estas representaciones prehistóricas y aseguró a su descubridor que la Junta le mantendría informado.

El avance de los datos

De esta manera, en el resumen de la exposición se asegura que en ella «se dará a conocer un reciente hallazgo de grabados rupestres al aire libre en una zona situada al oeste de la provincia de León, en la comarca de la Maragatería». Éste se describe así: «Los petroglifos, consistentes principalmente en motivos de desarrollo circular, algún cruciforme y cazoletas, se encuentran en sendos bloques de cuarcita-arenisca de forma prismática que no forman parte de un roquedo o afloramiento, sino que, aparentemente, han sido desprendidos intencionadamente y transportados al lugar de su emplazamiento. Éste presenta una gran visibilidad sobre el valle del río Duerna, al pie de la sierra del Teleno, cadena que separa la cuenca del Duero de la comarca de la Cabrera (cuenca del Sil-Miño), limítrofe con la provincia de Ourense. La zona ya había proporcionado algún hallazgo con motivos similares -cazoletas- en las inmediaciones, y, más al sur, en la Valdería, se conoce alguna estación con pintura rupestre esquemática en Morla de la Valdería, territorio que también ha proporcionado hallazgos metálicos del Calcolítico-Bronce Antiguo».

Así pues, no sólo se darán a conocer en este congreso lucense los petroglifos recientemente encontrados, sino también los que, pese a haberse estudiado hace veinte años en sus inmediaciones, apenas se han divulgado y, por supuesto, tampoco señalizado ni puesto en valor. Y eso pese a que aparentemente son más valiosos, puesto que incluyen diversas representaciones antropomórficas (figuras humanas de distintos tamaños) y un complejo sistema de canales y cubetas, tal y como informó puntualmente Diario de León. La exposición se incluye dentro de la sesión Primeras sociedades campesinas y megalitismo de un congreso muy abundante en intervenciones; el resto de sesiones se referirán a arqueometría y metodología, sociedades de cazadores y recolectores, Edad del Hierro y Protohistoria, época romana, arqueología medieva, arqueología de gestión y musealización de restos arqueológicos.

Un congreso que podría arrojar luz sobre su significado exacto

El primer Congreso Internacional de Arqueoloxía de Vilalba, organizado por el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de esa localidad de la provincia de Lugo, tendrá lugar entre los días 11 y 14 de junio de 2008. «De periodicidad trianual, nace con el objetivo de servir de vínculo de comunicación entre profesionales e investigadores de la arqueología, así como de ofrecer un foro donde se puedan presentar y analizar las aportaciones que al conocimiento arqueológico elaboren los participantes. El ámbito geográfico a cubrir será Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León y el norte de Portugal», pero también se abre a todas las comunicaciones que se les haga llegar, siempre antes del 1 de abril. El simposio podría arrojar luz sobre la pregunta de si los petroglifos fueron hechos en el lugar en el que hoy se encuentran o fueron trasladados allí, también sobre su significado o el uso de los canales y cubetas; en cambio, en el resumen no se menciona el «presunto» templo megalítico cercano.

Fuente: E. Gancedo, León / Diario de León.es, 16 de marzo de 2008

La diosa azteca Coyolxauhqui, la Luna

 

Coatlicue era la Tierra, madre de Coyolxauhqui, la Luna y de los "Cuatrocientos del sur" Centzon Huiznahua, las Estrellas. Un día, cuando barría su templo en lo alto del cerro de Coatepec, la Tierra quedó embarazada milagrosamente gracias a una bolita de plumas que provenía del cielo y que ella guardó en su pecho. La Luna consideró el embarazo de su madre como una afrenta e instigó a sus hermanos las Estrellas a matarla. Huitzilopochtli, el Sol, desde el vientre de la Tierra, advirtió el peligro y decidió defender su vida y la de su madre. Cuando la Luna y las Estrellas estaban a punto de asesinarla, nació el Sol Huitzilopochtli, ataviado para la guerra y armado con una serpiente de fuego, llamada Xiuhcóatl, con la que la decapitó para, después, arrojarla desde lo alto del cerro Coatepec. En su caída, la diosa se fue desmembrando en cada giro. Así muere la Luna cada mes derrotada por el Sol, a pedazos. Coyolxauhqui y su desmembramiento son la explicación a un fenómeno celeste, en cual la luna muere y nace por fases, y así fue encontrada al pie de la escalinata de Huitzilopochtli en el Templo Mayor. 

El relieve muestra a la diosa decapitada y mutilada de brazos y piernas, con gotas de sangre que manan de las extremidades y que dejan expuestas las coyunturas óseas. Está adornada con un cinturón de serpiente bicéfala rematado con un cráneo en su espalda. La serpiente de dos cabezas se repite en los atados de muslos y brazos. Las articulaciones y los talones de sus pies están adornados con mascarones compuestos por un rostro de perfil provisto de colmillos, cuyo significado todavía se presta a las más variadas conjeturas. Lleva sus sandalias, sus muñequeras y tobilleras.

Su tronco, con los pechos flácidos, está de frente, mientras que sus caderas dan un inusitado giro mostrándose de perfil y obligando a las extremidades a colocarse de igual forma. Su cabeza porta un gran penacho de plumas y su pelo está adornado con círculos. Sus orejeras, compuestas por tres figuras geométricas, enmarcan su rostro, cuyo ornamento principal, los cascabeles en la mejilla, da nombre a la diosa Luna, de la que parece salir el último aliento de vida a través de su boca entreabierta.

La escultura tiene 3.25 metros de diámetro en promedio, 8 toneladas de peso y está hecha en piedra volcánica. Fue encontrada fortuitamente por unos trabajadores de la Compañia de Luz y Fuerza del Centro, que instalaban cables subterráneos en la esquina de las calles de Guatemala y Argentina, el 21 de febrero de 1978. Este importante hallazgo dio por resultado las excavaciones arqueológicas del Proyecto Templo Mayor, hasta la fecha bajo la dirección del Arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma. 

 

La diosa Coyolxauhqui celebra el 30 aniversario de su vuelta a la luz en México La Diosa azteca Coyolxauhqui cumple este mes 30 años de volver a la luz, tras permanecer siglos enterrada y olvidada bajo el suelo de Ciudad de México hasta que el arqueólogo Raúl Arana la descubrió en 1978 en unas obras que adelantaba una compañía de energía. Arana, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recordó hoy en una entrevista con Efe que su descubrimiento comenzó el 23 de febrero de 1978, con la denuncia de un posible hallazgo arqueológico por parte de un grupo de electricistas que hacía excavaciones en el Zócalo capitalino. 

El Centro Histórico de México está construido sobre los restos del Templo Mayor de la ciudad de Tenochtitlán, que fue capital de los aztecas, el mayor imperio prehispánico desde principios del siglo XIV hasta la llegada de los españoles y cuyos habitantes adoraban a Coyolxauhqui, entre otras deidades. A medianoche, el único arqueólogo disponible aquel día fue Arana, que se encontraba por la zona supervisando las obras del metro para controlar eventuales daños patrimoniales. "La diosa me escogió, por eso estaba yo ahí", aseguró el funcionario, quien al verla se sintió "trasladado al tiempo en que se depositaba esta pieza, cuando era venerada". 

El ingeniero que lo acompañó le preguntó si la pieza era valiosa o si podía continuar la obra. "Automáticamente le dije: 'Usted no volverá jamás a tocar en su vida esta piedra'", rememoró. "Todavía no sabíamos exactamente de qué se trataba, pero sí de que iba ser una revolución cultural, histórica y de todo tipo para el Centro Histórico, para la Ciudad de México y para nuestro país", aseguró. El equipo de Arana tardó cinco días en desenterrar el monolito, que tiene 3,25 metros de diámetro por 30 centímetros de espesor. Finalmente, en la madrugada del 28 febrero de 1978 el arqueólogo identificó la figura como la diosa azteca Coyolxauhqui, que significa "la que tiene pintura facial con cascabeles". 

El mito azteca dice que cuando Coyolxauhqui supo que su madre Coatlicue, diosa de la Tierra, iba a dar a luz, conspiró con sus hermanos para matarla porque su nuevo hermano había sido engendrado por la pluma de un colibrí. Sin embargo, Huitzilopochtli, Dios de la guerra y del Sol, nació como adulto y armado para defender a su madre, decapitó a Coyolxauhqui y la arrojó montaña abajo, con lo que su cuerpo quedó desmembrado, así como aparece en el monolito. Coyolxauhqui se convirtió en la Luna y los demás guerreros vencidos en las estrellas. La escultura fue encontrada en su ubicación original, a los pies de la pirámide Huitzilopochtli, y, según Arana, fue sepultada por los propios aztecas. Para este arqueólogo, Coyolxauhqui ayudó a demostrar que los aztecas sí realizaban sacrificios humanos, algunas veces imitando ese mito, pero con prisioneros de guerra. A los cautivos les arrancaban el corazón y los lanzaban pirámide abajo, donde les cortaban las extremidades y las repartían. 

El hallazgo también facilitó que se expropiaran más de 40.000 metros cuadrados para realizar excavaciones en el Centro Histórico, e incluso que la UNESCO considerara esta zona Patrimonio de la Humanidad. "Coyolxauhqui es sólo la puntita del iceberg", aseguró Arana, quien recordó que Ciudad de México está construida sobre un lago y, por tanto, "hay gran cantidad de monumentos y restos arqueológicos esperando hundidos en el fango". Uno de los últimos descubrimientos valiosos realizados en esta zona es una lápida que representa a la Diosa de los Muertos, Tlaltecuhtli, donde sospechan que podrían estar los restos de Ahuitozl, gobernante de los aztecas cuando Cristóbal Colón desembarcó en el Nuevo Mundo. De ser así, sería la primera tumba de un gobernante azteca descubierta. 

Para conmemorar los 30 años del descubrimiento de Coyolxauhqui el Templo Mayor organiza durante todo febrero conferencias al respecto los sábados, el 23 una fiesta y en abril una exposición especial. Este santuario prehispánico es uno de los mayores atractivos de Ciudad de México y el año pasado recibió 602.543 visitas, según sus responsables. 

Fuente: EFE, México/Yahoo, 1 de febrero de 2008 

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La ubicación de la Coyolxauhqui en el Templo Mayor, clave para entenderla 

Hay que reconstruir virtualmente el recorrido del Sol por el Templo Mayor: Felipe Solís. 

Por la noche reinaba la deidad lunar Coyolxauhqui, pero conforme salía el Sol por el este, a espaldas del doble edificio del Templo Mayor, la pirámide correspondiente a la deidad solar de Huitzilopochtli se iba iluminando. Y mientras su sombra se achicaba, la frontera de luz y oscuridad “cercenaba” poco a poco el disco de piedra que representaba a la diosa desmembrada y que había sido colocado por los mexicas al pie de la escalinata. La piedra circular de ocho toneladas de la Coyolxauhqui estuvo ahí desde finales del siglo XV, cuando los sacerdotes de la Gran Tenochtitlán ordenaron su ubicación, hasta hace 30 años, en 1978, cuando fue puesta al descubierto por trabajadores de la Compañía de Luz, e identificada y removida después por un equipo de arqueólogos mexicanos a cargo de Raúl Arana. 

La mitología azteca cuenta que la diosa Coatlicue se embarazó de manera por demás fantástica con un plumón blanco (el esperma de la creación), que sus hijos, encabezados por Coyolxauhqui, la iban a matar para lavar la afrenta, pero que el nuevo hijo sería nada menos que Huitzilopochtli. Antes de también ser asesinado junto con su madre Coatlicue, Huitzilopochtli nació fuerte, adulto y dotado de armas. Entonces decapitó y desmembró a su media hermana, Coyolxauhqui, al arrojarla desde el cerro de Coatepec. Una batalla y un triunfo de uno sobre otra que se representaba todos los días en el cielo que cobijaba a la gran Tenochtitlán, con la salida del Sol, con el repliegue de la Luna. Y que era representado y alimentado con los sacrificios humanos, cuyos cuerpos de las víctimas eran arrojados desde lo alto de la pirámide. Las luces sobre ese mito y la gran Tenochtitlán se han ampliado con las reflexiones del arqueólogo Felipe Solís en torno al simbolismo de la Coyolxauhqui, de las cuales compartió algunos adelantos, como parte del ciclo de conferencias por los 30 años del descubrimiento de esa deidad lunar y del inicio del proyecto del Templo Mayor. 

Mito y astronomía 

Felipe Solís, también director del Museo Nacional de Antropología, habló este sábado en el auditorio Eduardo Matos Moctezuma del Museo del Templo Mayor y recordó que suman tres o cuatro los trabajos de interpretación iconográfica de la Coyolxauhqui. Pero ante eso, Solís destacó que la interpretación tiene que hacerse en relación con la ubicación in situ de la pieza circular de la Coyolxauhqui. Y la pieza del disco, dijo, está en relación con la pirámide, que es la materialización de Coatepec, y con la imagen de Huitzilopochtli, que se sabe que estaba en el Templo Mayor con su madre Coatlicue. “Es decir, los protagonistas: Coyolxauhqui, Huitzilopochtli y Coatlicue, estaban vinculados. Y el disco de la primera tiene que ver precisamente con que el Sol lo iluminaba cotidianamente al transcurrir del este al oeste y al alejar gradualmente las sombras, porque va subiendo por encima del Templo Mayor y va cortando por pedazos a Coyolxauhqui. “Va reproduciendo el mito (de la decapitación y desmembramiento que hizo Huitzilopochtli de Coyolxauhqui), pero también está explicando que la Luna, por acción del movimiento del Sol, y no sabemos si esto lo sabían los mexicas, tiene sus menguantes y sus crecientes. Y esto también lo está reflejando el disco.” Solís recordó que Coyolxauhqui y su mito son conocidos ya de manera suficiente. Ahora, propuso, se tiene que avanzar a partir del manejo de bases de datos y de reconstrucciones virtuales en computadora. Estos programas, agregó, permitirían recrear el movimiento del Sol sobre el Templo Mayor para poder verlo como sí es posible observarlo en la realidad, en Chichén Itzá. “Y si pudiéramos hacerlo, podríamos saber un poco más acerca de estos fenómenos astrales vinculados con el relieve del disco de la Coyolxauhqui.

A lo mejor aquí se podían marcar efectivamente los momentos en que los mexicas se iban a la guerra.” También propuso hacer una publicación más amplia de todas las piezas e imágenes de la Coyolxauhqui que se conocen. Por lo pronto, recordó que Eduardo Matos Moctezuma ha reconocido seis, y que el propio Solís ha identificado una séptima en un pequeño colgante de oro. “Y si mi teoría es correcta, también el decapitado (labrado) de las escalinatas del Templo Mayor sería el octavo”. 

Fuente: Arturo Jiménez La Jornada, México, 10 de febrero de 2008 

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Monolito de la Coyolxauhqui, recipiente de sacrificados: arqueólogo Solís    

De acuerdo con información del INAH, Felipe Solís Olguín refirió además que el uso de la piedra labrada se daba durante los rituales que recreaban el mito sobre el nacimiento de Huitzilopochtli, deidad central de los mexicas. 

México, DF.- El monolito azteca de la Coyolxauhqui, descubierto hace 30 años, fue utilizado como el lugar donde caían los cuerpos de los hombres sacrificados en honor al Sol, aseguró aquí el arqueólogo Felipe Solís Olguín, al participar en un ciclo de charlas con las que se conmemora el hallazgo de la escultura. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Solís refirió además que el uso de la piedra labrada se daba durante los rituales que recreaban el mito sobre el nacimiento de Huitzilopochtli, deidad central de los mexicas. 

Por ello, explicó, el monolito había sido ubicado al pie del adoratorio del dios mexica, localizado en la parte sur del Templo Mayor de Tenochtitlán, desde cuya cima eran arrojados los cuerpos de los prisioneros sacrificados para que cayeran sobre el monolito de la deidad femenina relacionada con la Luna y los vencidos. El arqueólogo, quien participó en la identificación de la diosa en 1978, explicó que a diferencia de otros monolitos, como el Calendario Azteca, que fue removido en la Epoca Colonial (1521-1821), éste se encontró en el mismo lugar que ocupó en la antigua Tenochtitlan. Solís habló en el marco de las actividades académicas celebradas con motivo del 30 aniversario del hallazgo del monolito de la Coyolxauhqui, ocurrido el 21 de febrero de 1978. El hallazgo arqueológico del relieve, detalló, se dio en el mismo lugar que ocupaba en la época prehispánica, en el arranque de la escalinata de acceso al adoratorio de Huitzilopochtli, que se encuentra en la cima del Templo Mayor. “De esta manera los mexicas representaron el mito del nacimiento de Huitzilopochtli, en el que se relata que Coatlicue, su madre, estaba barriendo y se encontró una bola de plumas que guardó en su vientre y quedó embarazada. 

Al saber esto, su hija, Coyolxauhqui, y sus hermanos, las 400 estrellas, intentan matarla y se inicia un combate. “Huitzilopochtli nace armado en el cerro Coatepec y mata a su hermana, la cual cae desde la cima y queda desmembrada en el suelo”, explicó. Este episodio solía representarse durante los rituales que se hacían en la festividad del Panquetzaliztli, en la que se efectuaba el sacrificio de guerreros capturados en combate y que eran ofrendados en honor a Huitzilopochtli, dios de la guerra y el Sol, abundó. “Al igual que fue arrojada Coyolxauhqui desde la cima del cerro Coatepec, una vez inmolados los cuerpos de los cautivos de guerra eran lanzados desde lo alto del Templo Mayor y rodaban por la escalinata, hasta caer sobre el disco de Coyolxauhqui, el cual servía como recipiente sagrado”, apuntó. “Primero eran decapitados, al igual que la Coyolxauhqui, para posteriormente ser despeñados desde lo alto del adoratorio a Huitzilopochtli. Los cuerpos caían sobre el monolito, una especie de recipiente”, dijo. De acuerdo con los fechamientos, el monolito fue creado entre los años 1469 y 1881 de nuestra era, durante el reinado de Axayácatl y formaba parte de la etapa constructiva IVb del Templo Mayor de Tenochtitlan. 

Fuente: Notimex/Milenio.com, 9 de febrero de 2008

El Nilo se come los cimientos de los templos de Luxor

Las aguas del Nilo están royendo los cimientos de los templos de Luxor, la antigua Tebas, que en solo veinte años han sufrido más que en sus tres milenios de historia.

Y todo por culpa de la presa de Asuán: aunque puso a Egipto en la modernidad, el precio fue perturbar el sueño de los dioses, que según los egipcios antiguos reposaban en Tebas tras la creación del mundo.

Ahora un ambicioso proyecto tiene como fin rebajar dos metros el nivel de las aguas subterráneas, que están minando los cimientos de algunos de los templos más visitados del turismo mundial.

"Los templos están en un estado muy grave, ya que en los últimos veinte años han sufrido el peor deterioro en sus miles de años de vida", dijo a Efe el jefe del proyecto, Jeremy Gustaffon, de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).

La razón de este deterioro está más al sur, en la presa de Asuán, a unos 250 kilómetros de Luxor: desde que la presa fuera completada en 1970, el nivel de las aguas subterráneas ha subido considerablemente hasta suponer un peligro inminente para los templos.

Presa de Asuán

A eso hay que añadir las filtraciones de las aguas provenientes del regadío de las tierras agrícolas de los alrededores, que en los últimos años también han aumentado.

"Como los monumentos son de piedra arenisca porosa, pueden absorber el agua, algo que ya ha pasado con los cimientos de los templos", advirtió Gustaffon.

Un proyecto similar en la otra orilla del Nilo, también en Luxor, ya ha conseguido salvar los grandiosos templos de Karnak y Luxor.

Ahora, los colosales monumentos de Ramesseum, Seti I, Amenofis III y Medinet Habu, así como los templos menores y tumbas de la ribera occidental, serán el objetivo de la nueva iniciativa, explicó a Efe el director de Egiptología del Consejo Supremo de Antigüedades, Sabri Abdel Aziz.

Con financiación de la USAID, el proyecto, que tiene un presupuesto de entre 40 y 50 millones de libras (unos 9 millones de dólares) según Aziz, se pondrá en marcha el próximo junio.

A lo largo de 5 kilómetros repletos de antigüedades y bajo la supervisión de dos técnicos estadounidenses, numerosos obreros y expertos en arqueología egipcios excavarán hasta una profundidad de 7 metros para rebajar las aguas.

Y cuando se seque la tierra, no sólo los monumentos descubiertos disfrutarán de buena salud, sino que además los arqueólogos podrán desvelar lo que hasta ahora ha permanecido escondido bajo las aguas.

"No descartamos en absoluto que las excavaciones den lugar a nuevos descubrimientos arqueológicos" afirmó Aziz.

Para ello, los responsables del proyecto tomarán una serie de precauciones como utilizar sensores en la misma tierra que detecten una posible pieza arqueológica antes de cavar. Si es necesario, excavarán con sus propias manos, y siempre procurarán que las obras estén a una distancia mínima de 50 metros de los templos.

Al final del proyecto, se instalarán unas tuberías para drenar todas las aguas subterráneas y hacerlas desembocar en un canal cercano.

Este proyecto de 17 meses no afectará al turismo, ya que los viajeros podrán seguir visitando los templos de Ramesseum, Seti I, Amenofis III y Medinet Habu, situados inmediatamente al sur del Valle de los Reyes.

Fuente: EFE, El Cairo / Público.es, 11 de febrero de 2008

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Las aguas amenazan a la Esfinge (24 de octubre de 2007) 

Foto: Un charco de agua estancada en las cercanías de la Esfinge. (Foto: EFE)

Hace cuatro meses, comenzó a crecer una capa de césped en los alrededores. El poderoso Consejo Supremo de Antigüedades egipcio reconoce el problema.

CAMPAÑA DE CONCIENCIACIÓN EN INTERNET

"La Esfinge se hunde" es la seria advertencia que tiene a los egiptólogos preocupados por la salud del milenario coloso, tras comprobar cómo las aguas subterráneas en sus alrededores están saliendo a la superficie.

Tan sólo a unos pasos de los pies de Abu el Hul, o Padre del Terror, como los egipcios llaman a la Esfinge, una capa de césped comenzó a crecer hace cuatro meses, lo que prueba la existencia de agua en la zona, explica el arqueólogo Bassam el Shammaa.

"Y hace una semana vi con mis propios ojos grandes charcos de agua estancada de una profundidad de entre 30 y 40 centímetros delante del Templo del Valle, a pocos metros de la Esfinge", aseguró Shammaa.

El experto ha lanzado una campaña de concienciación en Internet bajo el nombre de 'Salvemos la Esfinge' y en su página web (http://www.sossphinx.bassam.itgo.com/) ha colgado fotos que confirman sus palabras.

El egiptólogo espera que los responsables de antigüedades "se muevan ya" para salvar la estatua, a la que, a su juicio, "le quedan sólo entre 30 y 35 años de vida si no se resuelve el problema".

Después de 4.600 años custodiando las Pirámides de Guiza, a este monstruo de piedra caliza, mitad hombre mitad león, le ha llegado el momento de que lo protejan a él.

Las autoridades reconocen el problema

Los dirigentes del poderoso Consejo Supremo de Antigüedades egipcio (CSA) han reconocido que existen "problemas cuyo origen todavía se desconoce" con las aguas en las cercanías de la Esfinge.

"Ya sea una fuga de las tuberías de agua potable, del desagüe, de los canales o de las aguas de irrigación, tenemos que descubrir el causante del problema para que no se repita", aclara el director del departamento de egiptología del CSA, Sabri Abdelaziz.

Para lograr ese objetivo, un comité de especialistas de la Universidad de El Cairo comenzó hace dos meses a estudiar el nuevo fenómeno que rodea a la Esfinge, y se espera que lleguen a alguna conclusión en noviembre.

"Pese a todo, la Esfinge está a salvo. No corre peligro, porque está a un nivel más alto que las aguas subterráneas. Los estudios necesitan su tiempo antes de que lancemos un proyecto para la protección del monumento", tranquiliza Abdelaziz.

Otros expertos independientes también preocupados por los templos faraónicos, como Ayman Ahmed de la Universidad de Sohag (sur de Egipto) y el hidrogeólogo Graham Fogg, de la Universidad de California en Davis (EEUU), examinan el movimiento de las aguas subterráneas bajo los monumentos.

Bien a través de esfuerzos individuales o bien a través de trabajos auspiciados por las autoridades, lo cierto es que la salud de la estatua, una de las más célebres y gigantescas del mundo, ha puesto en alerta a los egiptólogos de todo el planeta.

Con una longitud de 73 metros, una altura de 22,5 y un ancho que fluctúa a lo largo de su cuerpo entre los cinco y nueve metros, la Esfinge siempre gozó de veneración y culto durante la antigüedad.

Fuente: HEBA HELMY (EFE. El Cairo) El Mundo.es

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Concluyen proyecto para proteger templos faraónicos de filtraciones de agua (6 de marzo de 2007)

El Gobierno de Egipto anunció hoy que ha concluido el mayor proyecto para controlar la filtración de agua subterránea que amenazaba los templos faraónicos de Luxor y Karnak, construidos hace casi 4.000 años a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo.

El anuncio fue hecho por el ministro egipcio de Cultura, Faruq Hosni, en un comunicado difundido por el Consejo Supremo de Antigüedades (CSA).

El estudio del proyecto, que fue preparado por expertos suizos, y financiado por Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), duró cinco años, precisa la nota, que destaca que el plan fue realizado en el marco de un acuerdo entre la USAID y el CSA.

Las aguas subterráneas, cuyo nivel ha subido considerablemente en Luxor desde la construcción en el río Nilo, hace casi cuatro décadas, de la presa de Asuan, a unos 250 kilómetros al sur, habían llegado a suponer un peligro inmediato para los templos de Karnak y Luxor, declaró a Efe el ex secretario general del CSA, Gabalah Ali Gabalah.

Por su parte, el actual máximo responsable de esa institución, Zahi Hawas, adelantó que el mismo proyecto será aplicado en la ribera oeste del Nilo, para proteger las tumbas y templos de los reyes, reinas y altos funcionarios de la época faraónica.

En ese sentido, reveló que una comisión del CSA, integrado por expertos arqueológicos y técnicos ya han comenzado los estudios del ese plan.

Hawas reveló que esos templos y tumbas, situados en una área de alrededor de 5.000 kilómetros cuadrados, también están amenazados por la filtración de agua subterránea proveniente del regadío de las zonas agrícolas de los alrededores.

Por último, el responsable arqueológico aseguró que esta parte del proyecto será financiado totalmente con fondos del CSA.

Los templos de Luxor y Karnak fueron construidos hace casi 4.000 años, durante el reinado de los faraones Amenhotep III y Ramses II, del Imperio Medio y el Imperio Nuevo, respectivamente, y estaban unidos a través de una larga calzada conocida como el Paseo de las Esfinges.

Ese complejo religioso de enormes dimensiones situado en la orilla este del Nilo era el centro de Tebas, la antigua capital del sur de los faraones.

Fuente: Terra Actualidad - EFE

Stonehenge, santuario para los antiguos druidas

 

El monumento megalítico de Stonehenge, que atrae anualmente a turistas y hippies de todo el mundo y en el que algunos han visto un antiguo observatorio astronómico, fue una especie de santuario para los antiguos druidas, según un nuevo libro publicado en el Reino Unido.

Los habitantes de las islas británicas acudían a ese monumento que data de entre los años 2500 y 2000 antes de Cristo, para curarse de sus males como hoy hacen los cristianos que viajan a Lourdes en busca de algún milagro, afirma Timothy Darvill, profesor de arqueología de la Universidad de Bournemouth (sur de Inglaterra).

En su libro, titulado Stonehenge: The Biography of a Landscape (Biografía de un Paisaje), Darvill presenta pruebas de que muchos de los restos humanos encontrados en tumbas próximas a ese monumento, formado por varios círculos concéntricos de piedras de gran tamaño, indican que las personas en cuestión estaban enfermas.

Los análisis de dentaduras efectuados indican que muchos de los enterrados allí no eran habitantes de las localidades vecinas sino que habían llegado de Gales, Irlanda e incluso de la Europa continental.

Así, en una tumba descubierta en 2002 a unos cinco kilómetros de distancia de Stonehenge se identificaron los restos de un individuo que parecía proceder de los Alpes suizos y recibió de sus descubridores el nombre del arquero de Amesbury.

Darvill señala en su libro que varias leyendas del siglo XIV hablan de un mago que trajo aquellas piedras mágicas desde el oeste de las Islas Británicas.

''Se creía que esas piedras particulares tenían propiedades curativas porque en Preseli (Gales) había muchos manantiales sagrados de los que se creía que tenían cualidades terapéuticas'', afirma Darvill.

En tiempos prehistóricos, el agua salía de las rocas que se utilizaron para construir Stonehenge, y se sabe que hasta entrado el siglo XVIII, muchos visitantes arrancaban esquirlas para utilizarlas como talismanes.

Según el arqueólogo británico, el conjunto de Stonehenge estaba presidido por una deidad que era el equivalente de Apolo, dios griego relacionado también con las curaciones.

"Aunque el principal santuario de Apolo estaba en Delfos, se creía entonces que durante el invierno abandonaba el territorio griego y viajaba a la tierra de los hiperbóreos, identificada comúnmente con la actual Gran Bretaña".

Darvill propone que los seguidores modernos de los druidas que celebran anualmente en Stonehenge el solsticio de verano en la creencia de que continúan la tradición deberían, por el contrario, llevar a cabo sus viejos rituales en invierno, cuando los antepasados creían que ese lugar sagrado lo ocupaba Apolo.

Los druidas eran los sacerdotes de los celtas aunque su papel no se limitaba a la religión sino que abarcaba otras funciones relacionadas con la astronomía, la medicina e incluso la magia.

Varios autores romanos como Plinio el Viejo y Julio César se refirieron a ellos y alguno de ellos señala que iban vestidos de blanco. La costumbre de los druidas de transmitir sus conocimientos sólo de forma oral envuelve, aún más si cabe, a estos hombres de un aura de misterio. Ya la procedencia de la palabra ''druida'' no está clara, se supone que deriva de la palabra celta para ''rico en conocimientos'' mientras que otros suponen que ha derivado de ''drus'', la palabra celta para roble. Otra teoría finalmente lo relaciona con ''dru'' (cuidadoso, a fondo) y ''uid'' (saber).

De cualquier modo, los druidas son los detentadores de la tradición y de la ciencia sagrada celta, supuestamente intermediarios entre los hombres y los dioses, y el término alude a toda una clase religiosa, que, en realidad, contiene tres subdivisiones fundamentales, a cada una de las cuales corresponde una especialización determinada.

Los ''Druids'' que enseñaban el arte de la guerra y que disponían de poderes mágicos. Los ''Bairds'' o bardos que eran responsables de la tradición oral y los ''Filidhs'' o videntes que predecían el futuro.

No se conocen a ciencia cierta sus rituales y creencias. Tenían numerosos dioses, los más importantes eran Teutates o Tutatis (Dios de la guerra), Esus (Dios de la Tierra) y Taranis (Dios de la tormenta). No levantaban templos ni santuarios (al menos que hayan perdurado hasta nuestros días) pero tenían una estrecha relación con el bosque donde celebraban todos sus ritos y con los árboles, especialmente con el roble. Plinio lo describió así: ''Los druidas, pues así llaman a sus magos, nada tienen más sagrado que el muérdago y el árbol que lo porta. A causa de este árbol, sólo eligen bosques de robles y no cumplen ningún rito sin la presencia de una rama de este árbol'' (además, el muérdago lo cortaban con una hoz de oro). El poder de los dioses se encontraba místicamente en cada uno de los árboles del bosque, cada árbol era consagrado a un dios o simbolizaba una virtud. Los celtas asociaron cada árbol con una época del año y usaron un calendario que se regía por las fases de la luna.

El primero en vincular Stonehenge con la religión de los antiguos celtas fue el británico William Stukeley a comienzos del siglo XVIII, y ya a finales de ese siglo se estableció un culto neopagano relacionado con los viejos druidas.

Fuente: EFE / El Nuevo Herald, 9 de febrero de 2008

Estudian los secretos de la era romana de Beirut (Líbano)

Foto: Imagen de vasos y jarrones romanos del siglo I, descubiertos en una tumba en el sector de Ras al Nabea, en Beirut. (Foto gentileza de: EFE/Terra.cl)

Los recientes descubrimientos arqueológicos realizados en Beirut han sacado a la luz una importante parte de la historia de esta ciudad mediterránea que aún permanecía enterrada y que muestra su esplendor en la era romana.

El Director de las excavaciones arqueológicas de la Dirección General de Antigüedades (DGA), Assad Seif, aseguró a Efe que desde 2005 las excavaciones que se realizan tanto en el centro como en la periferia de la capital libanesa han permitido conocer nuevos detalles sobre la necrópolis romana y su arquitectura.

Asimismo, han permitido acercarse a algunas de las técnicas artesanales de la época, desconocidas hasta ahora, e incluso hacer estimaciones sobre su demografía.

"Aparentemente, en la época romana la necrópolis de Beirut formaba una especie de cinturón alrededor de la polis, que se extendía hacia el este de la ciudad, como demuestran los hallazgos realizados en el barrio (oriental) de Bedawi", asegura Seif.

Este descubrimiento, no sólo ha permitido averiguar la disposición de la ciudad, sino que como explica el arqueólogo libanés "permite hacer investigaciones para identificar el número de habitantes de Beirut en cada época y conocer las prácticas y ritos funerarios, que algunas veces son una mezcla del culto local y romano".

Foto: Imagen de restos de tumbas romanas de los siglos I a III, descubiertos en el sector de Ras al Nabea, en Beirut. (Foto gentileza de: EFE/Terra.cl)

Muchos de los nichos esconden, además, pequeños utensilios, como frascos de vidrio que pueden ofrecer nuevos detalles sobre las prácticas artesanales de la época.

"Por primera vez en Oriente Medio se han descubierto frascos en las tumbas que contenían perfumes, aceites y otros ungüentos, hechos con un tipo de vidrio soplado que no se encontraba en esta región del mundo, sino en Grecia, Europa y otras regiones de la antigüedad", precisó Seif.

A través de estos hallazgos y particularmente gracias a las impurezas del vidrio, se podrá saber si estos pequeños utensilios domésticos fueron elaborados en la también libanesa ciudad de Sidón o si fueron importados desde otras orillas del Mare Nostrum.

También se descubrió un "taller de bronce, el primero en el Líbano y en el levante mediterráneo, que está casi intacto", dice Seif.

Foto: Imagen de un frasco con forma de diosa romana del siglo I, descubiertos en una tumba en el sector de Ras al Nabea, en Beirut. (Foto gentileza de: EFE/Terra.cl)

El experto en arqueología considera este hallazgo "muy importante porque se localizaron en él cilindros con los que se elaboraban las monedas" El estudio de los fragmentos de cobre encontrados en esta fábrica se centra en "saber a qué emperador pertenecían y en definir la producción y la tecnología que se empleaba para trabajar este material".

El plano que se conocía de la ciudad romana, levantada sobre la antigua ciudad fenicia, se ha visto enriquecido gracias a la localización de los restos del jardín romano o el hipódromo "que permitirán completar, mas o menos, la topografía histórica de la urbe".

Seif matiza que aún permanece en la penumbra la ubicación de ciertos edificios que pudieron ser emblemáticos durante el periodo romano, como la Escuela de Derecho, donde según los textos estudiaron los más importantes juristas de la época.

"Los textos explican que los estudiantes trabajaban bajo la tutela de profesores o maestros junto al ágora, situada en las proximidades de la basílica, y que una vez que terminaban sus estudios tomaban la calle que conducía al puerto", comenta.

Sin embargo, como asegura, hasta ahora no se sabe si las lecciones se impartían en la casa del profesor, en el ágora o en el edificio de la basílica que hasta época bizantina no adquirió una función religiosa.

Su sueño como arqueólogo, confiesa, es, además de desentrañar los secretos de la capital del país de los cedros, formar una escuela de expertos libaneses capaz de "hacerse cargo de nuestro patrimonio".

"Esto permitirá tomar conciencia para avanzar hacia la reconstrucción de la historia del Líbano, de modo objetivo y científico", subraya.

Los eslabones fenicio, romano, bizantino, árabe y otomano que han ido moldeando la estructura de la ciudad y la idiosincrasia de sus habitantes forman, para el arqueólogo "una parte de nuestra historia que debemos asumir y tomar como un elemento de solidez de nuestra identidad para seguir avanzando hacia un futuro mejor".

Fuente: EFE / El Diario Exterior.com, 8 de febrero de 2008

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Beirut

Originalmente llamada Bêrūt "Las Murallas" por los fenicios, la historia de Beirut se remonta a hace más de 5.000 años. Excavaciones arqueológicas en el centro de la ciudad han descubierto niveles estratigráficos correspondientes a las civilizaciones fenicia, helenística, romana, árabe y otomana. La primera referencia histórica a Beirut data del siglo XV a.C., cuando se la menciona en las tablas cuneiformes de las Cartas de Amarna, tres cartas que el rey Ammunira de Biruta (Beirut) envió al faraón de Egipto. Biruta es también citada en las cartas de Rib-Hadda de Biblos. El más antiguo asentamiento fue en una isla en el río que progresivamente los sedimentos unieron al continente. La ciudad fue conocida en la antigüedad como Berytus.

En el año 140 a.C., la ciudad fue tomada y destruida por Diodotus Tripfón en su enfrentamiento con Antíoco VII Evergetes por el trono seleúcida. Beirut pronto fue reconstruida en un plan helenístico, rebautizando la ciudad como Laodicea de Fenicia (en griego: Λαοδικεια ή του Φοινίκη) o Laodicea en Canaán, en honor de Laodicea seleúcida. La ciudad moderna está situada sobre la antigua. Tras la guerra civil grandes sitios devastados en el centro de la ciudad se han abierto a la exploración arqueológica. En 1994 se descubrió que una de las modernas calles de Beirut, Souk Tawile, sigue todavía la línea de una antigua calle helenística y romana.

Beirut en época romana.

Bajo el domino romano se vio enriquecida por la dinastía de Herodes I el Grande y se hizo una colonia, la Colonia Iulia Augusta Felix Berytus, en el año 14 a.C. La escuela de Derecho de Beirut fue ampliamente conocida en aquél entonces. Dos de los más famosos juristas romanos, Papiniano y Ulpiano, eran originarios de Phoenicia. Justiniano I en el siglo VI reconoció a la escuela como una de los tres facultades de derecho oficiales del Imperio. Pero como consecuencia de un desastroso terremoto en el año 551, los estudiantes fueron trasladados a la ciudad de Sidón.

Descubren centro piramidal de la cultura Vicús en centro poblado de Piura

 

Un centro piramidal que pertenece a la cultura Vicús fue descubierto en el caserío de Laynes, provincia de Morropón (Piura), por trabajadores del programa Construyendo Perú cuando realizaban labores de limpieza en la zona.

La noticia movilizó a los  arqueólogos del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Piura, y tras una visita a la zona se confirmó la existencia de un centro religioso o cementerio de la alta jerarquía de la cultura Vicús.

El complejo arqueológico piramidal ocupa un área aproximada de tres mil 500 metros cuadrados. El descubrimiento incluye seis pirámides truncas, construidas a modo de tejido de adobe sobrepuesto.

Los arqueólogos que visitaron el lugar denominaron a las dos estructuras más grandes Pirámide Mayor 1 y 2, mientras que a las cuatro restantes las llamaron Pirámides Menores.

En la Pirámide Mayor 1 se comprobó alta concentración de vestigios del Horizonte Tardío y fragmentos óseos del cráneo de un ser humano. No se descarta que a una profundidad de 25 metros esté enterrado un personaje importante.

Al lado de la Pirámide Mayor 2 se observa una extensa plataforma donde es probable que se realizaban las ceremonias y tributos a los curacas. La forma de gran nave deja entrever que aquí estarían enterrados destacados personajes de la nobleza.

"Este complejo religioso de la alta jerarquía preínca está rodeado de un cementerio profanado y saqueado por huaqueros, sin embargo el complejo arqueológico está intacto", señaló César Santos Sánchez, jefe del Área de Arqueología del INC-Piura.

La zona está rodeada de cuatro cerros representativos: Pilán, Vicús, Chanchape y Tongo, formando un cuadrilátero alrededor de la Pirámide Mayor 1 por lo que se especula que era un lugar estratégico y de alto valor administrativo y religioso.

Ante el hallazgo empezaron a pulular los saqueadores o huaqueros que ya han deteriorado las zonas de estudio en busca de piezas valiosas.

La comuna delegada de Laynes, junto con la Municipalidad Distrital de La Matanza, coordinarán con el INC-Piura la colocación de hitos geofísicos que delimiten la zona a proteger.

El hallazgo se produjo el 22 de enero ante el asombro de los trabajadores de Construyendo Perú.

Fuente y Fotos: Andina.com.pe, 7 de febrero de 2008