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Terrae Antiqvae

Descubierto un poblado de los constructores de los dólmenes de Antequera, de 4.500 años de antigüedad

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Antequera. Restauración de los ajuares de la necrópolis de san Juan

La construcción de gasoductos, parques eólicos, líneas de alta velocidad y recientemente el último tramo de la autovía Córdoba-Antequera, están aportando en los últimos cinco años al conocimiento del pasado de Antequera más información que en los últimos cincuenta. Esto es especialmente significativo en dos estadios de la historia del municipio: la época romana y el Calcolítico. Respecto a este último período, destaca el poblado de Los Silillos, de 4.500 años de antigüedad, uno de los lugares que fueron habitados por los constructores de los dólmenes, y en el que se han estudiado un total de 52 silos de pequeño tamaño que contenían cerámicas, metalurgia y restos de animales.

Estos datos se han conocido en el transcurso de una rueda de prensa en la que han estado presentes el alcalde de la ciudad, Ricardo Millán, la concejala de Patrimonio Histórico, Ana Navarro, y el arqueólogo municipal, Manuel Romero.

Con respecto a la época romana, las cifras hablan por sí mismas: de apenas 15 yacimientos de esta época que se incluían en al PGOU de 1985, ahora son más de 180 con los que cuenta el municipio de Antequera. El último que se ha excavado es la necrópolis romana del Cortijo San Juan. El yacimiento se conocía desde 1998 y su delimitación fue incluida como cautela en las obras de la autovía Córdoba-Antequera, que lo afectaba parcialmente. La excavación arqueológica, de carácter preventivo, que se ha realizado sobre la superficie de la traza ha documentado un total de 99 enterramientos, 95 incineraciones y cuatro inhumaciones, todas ellas datables dentro de una horquilla que oscila entre la segunda mitad del siglo I d.C al II d.C.

El estudio de esta necrópolis de San Juan, junto a otras que se han excavado en los últimos años, como la de las Maravillas y Arroyo Villalta en Bobadilla o la de La Quinta en el propio casco urbano de Antequera, ha proporcionado información y documentación de primer orden sobre los ritos funerarios de nuestros predecesores desde el siglo I a.C al VI d.C.

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Cubierta de la tumba de la necrópolis de Bobadilla

El peso de la tradición ibérica; el cambio de rito de incineración a inhumación a finales del siglo II d.C.; los recintos funerarios; las diferencias sociales y económicas de la población; las primeras muestras del Cristianismo (ya en momentos muy tardíos: finales del siglo V d.C.); datos medioambientales (procedentes de las analíticas del material utilizado para la combustión de las incineraciones y de los propios ajuares); circulación monetal (el rito de colocar la moneda para pagar al barquero Caronte); mercados y relaciones fluidas con el imperio (los ajuares en muchísimos casos son de importación); patologías, esperanza de vida y en algunos casos hasta las diversas profesiones de los difuntos en vida… Ésta es parte de la información que están aportando estos yacimientos, que se excavan como medida previa a la construcción de las infraestructuras de utilidad pública, casi todas de ámbito estatal.

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Tumba de incineración de la necrópolis de Bobadilla

Pero el panorama es aún, si cabe, más sorprendente para los yacimientos del Calcolítico, la época prehistórica correspondiente a la Edad del Cobre. Es una fase intermedia entre el Neolítico y la Edad del Bronce, en el periodo entre el 3.500 y el 1.800 a.C.

Si hasta hace apenas cuatro años tan sólo se conocían los lugares de enterramiento (los impresionantes dólmenes antequeranos, la necrópolis de cuevas artificiales de Alcaide -entre Antequera y Villanueva de Algaidas-, Ferradores en la Sierra de Humilladero y el Tardón en la Sierra de las Pedrizas), hoy ya conocemos dónde y, lo más importante, cómo vivían los constructores de los dólmenes.

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Tumba de incineración de la necrópolis de san Juan

A los poblados de la Colina del Quemao o el denominado “KM. 129”, excavados con motivo de la construcción de la línea de alta velocidad entre Córdoba y Málaga, hay que sumar el último y más significativo de los yacimientos que se han documentado de esta época, cuyo topónimo es ya revelador: Los Silillos. Las excavaciones han puesto al descubierto parte de un poblado, de carácter estacional, con una antigüedad de 4.500 años (Calcolítico Pleno).

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Silos

Diversas muestras de Carbono 14 han sido enviadas a un laboratorio especializado de Upsala, en Suecia, para poder calibrar estas fechas. Pero los resultados no dejan lugar a dudas: 52 silos excavados en el terreno natural, con restos de alimentos, de actividad metalúrgica (moldes de fundición para el cobre), cerámicas (algunas de ellas pintadas y decoradas, algo poco frecuente para este momento histórico), restos de fauna entre los que destaca una gran cornamenta de ciervo y otra de carnero (que en estos momentos están siendo estudiadas por José Antonio Riquelme Cantal, especialista en Zooarqueología). Los estudios de arqueobotánica y material lítico por lámina delgada, junto a la caracterización de las pastas cerámicas y arcillas del entorno, se están realizando en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga (UMA). Las analíticas de isótopos de plomo del material metálico se están realizando en la Universidad del País Vasco.

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El Silillo, cornamenta de ciervo en silo

Todos estos datos se están procesando y serán dados a conocer el próximo mes de diciembre mediante una publicación del Ayuntamiento de Antequera. Además, el área municipal de Patrimonio Histórico tiene previsto divulgar estas intervenciones para todos los ciudadanos, y en especial para los escolares, mediante una exposición de carácter temporal que se espera esté lista la próxima primavera.

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El Silillo, una arqueóloga muestra una cornamenta de carnero recuperada en un silo

Este yacimiento ha sido excavado parcialmente entre el mes de julio y parte de agosto de este año, y el conocimiento de su existencia se debe a una de las prospecciones que, con carácter preventivo tal y como establece la legislación autonómica en materia de patrimonio, se han realizado en el área que estaba prevista para la construcción del aeropuerto antequerano. La casualidad ha querido que una modificación, que se ha realizado en la construcción de la autovía Córdoba-Antequera, en concreto en la rotonda de salida desde la autovía hacia la ciudad (la naturaleza del terreno ha aconsejado a los ingenieros responsables del proyecto ampliar los taludes, y por tanto la superficie afectada es mayor que la inicialmente prevista) haya obligado a excavar un 20 por ciento de este yacimiento de 180.000 metros cuadrados, con los resultados ya comentados.

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Trabajo en el silo

Los trabajos de excavación han sido coordinados en todo momento por la Oficina Arqueológica del Centro Municipal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Antequera, en estrecha colaboración con la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía.

9 de octubre de 2007

Excmo. Ayuntamiento de Antequera – Gabinete de Prensa – C/ Infante Don Fernando, 70 – 29200 – ANTEQUERA

Tlf. 952708132 – 639301127 – prensa@antequera.es – www.antequera.es


La era de Menga

Hace 4.500 años, Antequera albergó importantes poblados calcolíticos dedicados a la agricultura, la cría del ganado y la edificación de dólmenes.

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CLAVES PARA ENTENDER LA EDAD DEL COBRE EN ANTEQUERA

Poblados: Las hipótesis hablan de poblados estacionales, como El Silillo, o fijos, como podría ser el de El Perezón; ambos son de grandes dimensiones, pero existían otros de menor tamaño esparcidos por la Vega y los alrededores de la ciudad de El Torcal.

Cabañas: En el interior de sus casas circulares, o fuera, construían silos para almacenaje.

Movilidad: La aparición de instrumentos para trabajar el cobre, no existente en los alrededores, indica transporte de mercancía. De igual manera, la población aún se movía en busca de pastos para el ganado y por el cultivo.

Sociedades complejas: Existían clanes diferenciados entre sí.

Actividades: Fabricaban cerámicas y las pintaban, y herramientas. Curtían pieles, cazaban, criaban ganado y cultivaban la tierra.

Protección: No se han hallado poblados amurallados, pero se cree que ya defendían su hábitat.

Cuando el dolmen de Menga se construyó, la depresión de Antequera era una laguna pantanosa de agua salada en cuyas cotas más elevadas vivía el hombre en pequeños o grandes poblados que a veces eran estacionales en función de las épocas de caza y de las cosechas. Habitaba cabañas circulares o semicirculares cubiertas con material vegetal en cuyo interior, a modo de sótanos, construía silos para almacenar granos y cerámicas. Había descubierto ya las ventajas de la agricultura y de la cría del ganado y empezaba a trabajar con los metales. Era la Edad del Cobre y de ello hace ya nada menos que 4.500 años.

Dicen los que saben, que aún hay pocas respuestas exactas para las preguntas que el hombre moderno se hace sobre su Prehistoria y que, sobre todo, se debe hablar siempre de hipótesis que serán o no confirmadas en el futuro. Arqueólogos especialistas en esta etapa de la humanidad, como Francisco Carrión, Leornardo García Sanjuán o Luis Efrén, han investigado sobre el terreno o con excavaciones algunos de los poblados que se han localizado en el municipio de El Torcal. El último de ellos, el de Los Silillos, se detectó a raíz de las intervenciones prospectivas destinadas a verificar la viabilidad patrimonial del aeropuerto de Antequera y se ha excavado parcialmente de urgencia al verse afectado por la A-45.

Los trabajos fueron coordinados por la Oficina Arqueológica del Centro Municipal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Antequera, en colaboración con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y dirigidos por Juan Bautista Salado. El arqueólogo municipal, Manuel Romero, avanzó que en una superficie excavada de 4.000 metros cuadrados se habían encontrado 52 silos y materiales cerámicos, líticos trabajados por talla y pulimentado y para la preparación de metales, lo cual indican actividades domésticas cotidianas de almacenamiento, preparación y consumo de alimentos y de instrumental. Pero el yacimiento de El Silillo esconde más secretos, ya que su superficie se ha delimitado en 180 hectáreas, convirtiéndose hasta la fecha en el más importante que se ha excavado en la provincia.

Efrén, que ha asesorado científicamente la intervención, tiene como hipótesis que se trata de un asentamiento temporal. Análisis del Carbono 14 que se están efectuando en Suiza darán una datación concreta del poblado, que a priori parece ser de hace 4.500 años, época en la que probablemente se construyera Menga.

El descubrimiento de la agricultura y la cría del ganado vacuno, junto a la caza -se han hallado restos de ciervo y carnero salvaje en El Silillo- garantizaban el alimento y permitían al hombre de entonces dedicarse a otras actividades como la construcción de túmulos funerarios y altares de culto mitológico.

¿Quién edificó Menga?

Pero sobre la posibilidad de que los habitantes de El Silillo fuesen unos de los constructores de los dólmenes aún queda mucho por escribir. Carrión, que colabora con García Sanjuán y Víctor Hurtado en un largo proyecto sobre 'Sociedades, territorios y paisajes en la Prehistoria de Antequera' -financiado por la Junta-, comparte la hipótesis que plantea Romero de que pudieron ser los habitantes de varios poblados los que levantaron Menga, sin embargo «es prematuro decirlo». «Hay que contrastar datos y ver si son coetáneos. Se trata de un territorio amplio, donde hay sociedades complejas en poblados que llegan a la Edad del Cobre después de miles de años».

En la primera fase de este proyecto, que podría concluir en 2011, se localizó en superficie, y bajo la dirección de García Sanjuán, el poblado de El Perezón en plena Vega, que similar al de El Silillo podría ser incluso superior en dimensiones. Próximos a ellos hay otros poblados de menores dimensiones en los que vivió el hombre de la Edad del Cobre y cuyos restos perduran hasta hoy.

Fuente: Diario Sur.es, 15 de octubre de 2007
Enlace: http://www.diariosur.es/20071015/cultura/menga-20071015.html

Enlace recomendado:

Galería de imágenes del museo y dólmenes de Antequera. Visita en mayo de 2007

2 comentarios

juan carlos aguilar -

de hecho se la ve muy implicada y gozando la situación... que bonita es la arqueología cuando da tan ricos resultados.

juan carlos aguilar -

lo que tiene esa chica en la mano no parece un cuerno de carnero....