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Terrae Antiqvae

Málaga. El carbono 14 prueba que había vida en Menga hace 5.700 años

Málaga. El carbono 14 prueba que había vida en Menga hace 5.700 años Foto: Sondeos. De las catas realizadas en primavera se extrajo la muestra datada científicamente. Sergio Camacho

Un laboratorio de Uppsala en Suecia fecha una muestra hallada bajo la entrada del dolmen antequerano del 3700 al 3600 antes de Cristo.

Hace dos días llegaron al complejo dolménico de Antequera unos importantes resultados científicos desde la ciudad sueca de Uppsala. Se trata de la fecha de una muestra aparecida bajo la entrada del dolmen de Menga y supone un hito fundamental en la investigación: es la primera datación concreta del entorno prehistórico. Las pruebas del carbono 14 han revelado que ya había vida en la zona entre 3.700 y 3.600 años antes de Cristo.

Esta muestra procede de una fosa situada por debajo del atrio (la puerta de entrada al dolmen), por lo que no dataría el propio enterramiento, ya que pertenece a un nivel histórico más antiguo, pero sí confirmaría la existencia de una población en la zona anterior a la construcción de los monumentos funerarios. Además, esta fecha será clave como referencia para las demás dataciones que se esperan conseguir de otras muestras.

En la fosa se encontraron utensilios de uso doméstico, "lo que prueba que el terreno estaba ya habitado antes de que se hiciesen los dólmenes", explica el director de las excavaciones de Menga, Francisco Carrión, responsable también de un ambicioso estudio geoarqueológico de los sepulcros megalíticos de Menga, Viera y El Romeral. De un sondeo para el que se ha hecho un corte de unos nueve metros cúbicos en el propio túmulo también se han obtenido muestras de carbón vegetal que pueden servir para datar la construcción. Éstas se van a mandar a un laboratorio de Florida y en un mes y medio esperan tener los resultados del carbono 14.

Si éstas últimas coinciden con la anterior, unos 3.700 años antes de Cristo, puede significar que arrasaron el poblado y utilizaron estos materiales para la creación del túmulo (que se va haciendo con capas superpuestas de tierra y piedras), "aunque no se podría saber con seguridad la fecha del dolmen de Menga", afirma Carrión. "Si el carácter fuera más reciente sí podíamos datar el enterramiento", añade el arqueólogo, "aunque aún no podemos aventurar nada hasta que no tengamos los resultados del laboratorio".

En este corte, que se hizo porque el georadar indicó una anomalía en el subsuelo, se ha estudiado también el relleno de la estructura y las técnicas constructivas del túmulo. Sin embargo, no se han encontrado las anomalías que se esperaban, "quizás porque estamos trabajando en un punto muy concreto y pequeño", comenta Francisco Carrión. Esta cata se va a documentar y se "tapará con la misma técnica para no modificar el registro arqueológico".

Otro de los sondeos, realizado en la base de los montículos de Menga y Viera, en la conexión de las estructuras, intenta desvelar cuál de los dos monumentos se construyó primero. En este trabajo se ha intentado observar la superposición estratigráfica. En la parte más baja y excavados en roca se encontraron estructuras de tipo silo donde el relleno se caracterizaba por la presencia de molinos de mano, cerámica de cocina y un grano de cereal, piezas que ratifican la presencia doméstica.

La excavación del pozo continúa

Cuando hace unos meses comenzaron los trabajos dentro de Menga, se limpiaron las intervenciones antiguas y la tierra añadida y se repuso un suelo apto para la visita. Gracias a las catas se documentaron estructuras tipo silo y otras cavidades practicadas en el subsuelo para otro tipo de uso. Tras el pilar más grande de la cavidad se halló un pozo que, a pesar de que ya fue excavado en el siglo XIX, no se tenía constancia de su existencia. Aunque aún se desconoce la cronología se sabe que se creó para captar agua y que medía unos 12 ó 14 metros de profundidad. Ahora mismo han bajado hasta los 6,5 metros. En estos días se va a continuar bajando para buscar más información sobre el dolmen.

Fuente: CRISTINA FERNÁNDEZ / Málaga Hoy, 20 de octubre de 2005
Enlace: http://www.diariomalagahoy.com/diariomalagahoy/articulo.asp?idart=1955929&idcat=2841

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(2) Los pobladores de Menga

Antequera. Las excavaciones que se acometen en el entorno del dolmen de Menga, en Antequera, han arrojado nuevos datos que reflejan la existencia de un poblado previo a la construcción de los monumentos megalíticos, en la Edad del Cobre. Estructuras excavadas en roca, molinos de mano, fragmentos de vasijas cerámicas empleadas por su composición para la cocina y hasta algún grano de un cereal carbonizado han sido localizados en la franja excavada entre los túmulos de Menga y Viera.

Se trata de un asentamiento previo a Menga en el que se han detectado usos domésticos, según explicó el director de la excavación, Francisco Carrión, que resaltó que este tipo de manifestaciones arqueológicas son muy típicas de los poblados de la Edad del Cobre. También hay indicios de que estos antiguos pobladores pudieron cambiar de ubicación hacia otros lugares de la zona, ya que "básicamente en dos o tres sectores de excavación están presentes estos utensilios del ámbito doméstico", según añade el experto.

En una primera fosa se encontraron restos de madera carbonizada, cuyas muestras han sido remitidas a laboratorios de Suecia y Estados Unidos para datarlas con exactitud. Estos hallazgos demuestran que lo que se esconde bajo el entorno de Menga y Viera puede ser aún de mayores proporciones de los que se creía, sin olvidar la gran importancia que ya de por sí tienen estos espacios fúnebres.

Según Carrión, el estudio de las fotografías aéreas realizadas sobre la zona, tras ser tratadas en varios programas de gestión de imágenes, reflejan la existencia de estructuras circulares excavadas en roca y muy parecidas a las estructuras familiares, es decir, se trataría de unidades domésticas en las que vivía los pobladores del lugar.

Aunque no son muchas las estructuras detectadas, se puede apreciar la existencia de una gran importancia entre los túmulos de Menga y Viera, justo cerca del corte realizado entre ambos monumentos, lo que permite hablar tanto de un uso doméstico de este lugar como de uno funerario, además de otros aún por determinar.

Respecto a los trabajos del proyecto de intervención previsto para el túmulo de Menga, se centran en tres actuaciones, la primera prevé dos cortes en el exterior de este dolmen, uno concretamente en la unión de su túmulo con el de Viera, que ha sido el que ha permitido detectar la presencia de este hasta ahora desconocido asentamiento humano.

La intención de esta actuación se centraba en detectar la conexión entre ambos elementos funerarios, lo que ha permitido descubrir el suelo de la prehistoria reciente –desde el tercer milenio a la actualidad–, en el que se han localizado estas estructuras excavadas en la roca, las fosas y elementos propios de la Edad del Cobre.

El corte realizado en la parte superior del dolmen de Menga tiene como objetivo estudiar la composición de la estructura del túmulo, que mantiene el sistema del sepulcro de Menga, y localizar las anomalías que surgieron durante la prospección en la roca base, si bien aún no se llegó a esa profundidad de la anomalía, pero "en dos semanas, a lo mejor conseguimos una lectura clara", añadió Carrión.

El estudio se completa con la actuación en el interior de Menga, concretamente en un pozo encontrado, ya adaptado para su excavación.

El equipo de trabajo ya ha repuesto el suelo de Menga tras un intenso proceso de excavación y de limpieza del subsuelo, que ha permitido estudiar la base geológica en que se emplaza así como descubrir el pozo, que está a unos 6,5 metros de profundidad.

Fuente: Málaga Hoy / EFE, 2 de octubre de 2005
Enlace: http://www.diariomalagahoy.com/diariomalagahoy/articulo.asp?idart=1876361&idcat=2841

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(3) Las excavaciones sacan a la luz un poblado de la Edad de Bronce junto al dolmen de Menga

Los arqueólogos estudian la posibilidad de que el asentamiento fuese abandonado después de que sus habitantes construyeran el sepulcro megalítico

EL POBLADO

Localización: Entre los dólmenes de Menga y Viera, en Antequera, mientras los arqueólogos excavaban la zona para saber si los sepulcros están superpuestos y comprobar cuál es más antiguo.

Hallazgos: Se han encontrado dos fosas en el suelo con útiles domésticos como un molino de mano, cerámicas de cocina, restos de carbón e incluso una semilla carbonizada.

Datación: Los expertos consideran que el poblado es de la Edad de Bronce, coetáneo e incluso previo a la construcción del dolmen de Menga.

El pozo, al descubierto

Los arqueólogos se han pasado la vida buscándolo, pero nunca lo hallaron. Muchos pensaron y teorizaron sobre la posibilidad de que los constructores del sepulcro megalítico de Menga tuviesen su asentamiento en el cercano cerro de Marimacho, aún virgen a las excavaciones de los expertos. Pero ahora esas hipótesis se convierten en débiles y se tambalean.

No es para menos, el equipo que dirige el profesor de la Universidad de Granada Francisco Carrión ha hallado restos de lo que fue un poblado de la Edad de Bronce coetáneo o incluso previo a la construcción del dolmen de Menga. La hipótesis con la que el arqueólogo trabaja ahora es que posiblemente el asentamiento fuese abandonado después de que sus habitantes construyeran Menga piedra a piedra. Los restos -cerámicas de cocina, molinos de mano, restos de carbón e incluso una semilla carbonizada- han sido localizados de forma casual mientras se realizaba una de las cuatro excavaciones previstas para este verano e iniciadas el pasado mes de agosto. Concretamente, en la realizada entre los dólmenes de Menga y Viera para saber si hay superposición entre los dos túmulos y comprobar con ello cuál es el más antiguo.

En esa excavación ha salido a la luz lo que, según Carrión, los arqueólogos llaman «dos estructuras negativas»; es decir, pequeñas fosas en el terreno en las que se han encontrado restos como el molino de mano o la semilla, que llevan a los expertos a pensar que el lugar tuvo un uso doméstico en la Edad de Bronce.

Nueva hipótesis

Pero después del gran hallazgo en el conjunto dolménico que dirige Bartolomé Ruiz surgen nuevas preguntas de difíciles respuestas: ¿Fue el poblado de Menga anterior al del cerro de Marimacho? ¿Lo abandonaron cuando construyeron los dólmenes y dieron al lugar un matiz sagrado?

Carrión considera que la clave sería trabajar también Marimacho, ya que cuando se construyó la circunvalación de Antequera se hicieron excavaciones de urgencia en el cerro en las que se localizaron restos muy semejantes a los localizados hace unos días en Menga. Pero mientras el día en el que el cerro de Marimacho se pueda excavar llega, el equipo trata de averiguar si se puede hacer la prueba del carbono 14 a los restos hallados cerca de Menga y contraponerlos con los encontrados en la puerta del dolmen hace unos meses para ver si son coetáneos.

Además, el equipo también excava la parte posterior de Menga, donde fueron localizadas ciertas anomalías en la estructura que indicaban la posibilidad de que allí mismo estuviese la cantera que usaron los constructores del sepulcro. La próxima semana podrían llegar a la base del suelo y descubrir sobre el terreno lo que hoy es un secreto de piedra.

El pozo, al descubierto

Después de que los excavadores levantasen todo el suelo de Menga para estudiarlo y encontrasen en él pequeñas cavidades de distinto uso, como huecos para columnas que nunca llegaron a colocarse, el interior de Menga vuelve a lucir casi como fue originalmente. El equipo que dirige el profesor Carrión ha rellenado las oquedades con arena de río y, posteriormente, han echado una capa de cal, arena y agua que se ha apisonado de forma manual. Ahora tendrán que cubrirla con un producto nuevo, aripac, de carácter sintético y con un añadido de árido. También limpiarán las paredes. Pero no todo se cubrirá. La Consejería de Cultura ha decidido dejar visible el pozo que se halló hace unos meses en el interior de Menga. Un sondeo determinará esta semana su profundidad exacta y posteriormente se excavará con equipos de escalada y medidas de seguridad extremas. Hasta ahora tiene 6,30 metros, pero los expertos saben que el fondo está a más profundidad. Cuando concluyan los trabajos, se colocarán una rejilla y varios focos para que todos puedan verlo.

Fuente: CARMEN MARTÍN/ANTEQUERA, Sur Digital, 27 de septiembre de 2005
Enlace: http://servicios.diariosur.es/pg050927/prensa/noticias/Cultura/200509/27/SUR-CUL-216.html

2 comentarios

María -

Tal y como se nos dice en estos arttículos una de las claves de la investigación es el cerro de Marimacho, justo al lado del conjunto dolménico, que según algunos investigadores forma una constelación (la osa mayor) si lo tomamos como un punto respecto a las vecinos dólmenes de Viera y el Romeral, solo falta que lo investiguen y lo comprueben, por cierto que las obras según he leído en El Mundo presupuestadas en 7 millones de euros ya van por 17 y subiendo, la cultura y los presupuestos siempre en discusión.

joel -

esta bien la informacion te felicito