Proyecto de rescate de Seuthopolis (Bulgaria) capital tracia del siglo IV a.C.
Un proyecto faraónico elaborado por un arquitecto búlgaro se propone rescatar del fondo de una presa las ruinas de la antigua capital tracia de Seuthopolis, fundada hace veinticinco siglos, mediante la construcción de un anillo que la circunde y la convierta en un pozo seco en medio de las aguas.
A una profundidad de entre 19 y 24 metros bajo las aguas de la presa Koprinka, en el sureste de Bulgaria, se encuentra hoy la única ciudad tracia descubierta en su totalidad, que el soberano Seuthes III mandó erigir en el siglo IV a.C. como su capital.
Los tracios fueron un pueblo indoeuropeo que habitó la parte oriental de la península balcánica, en lo que es hoy Bulgaria, Rumanía, el norte de Grecia y el noroeste de Turquía, desde el siglo X a.C. hasta el siglo I d.C., cuando se produjo su romanización.
Entre los Estados tracios uno de los más famosos en su época fue el de Seuthes III, que alrededor del año 323 a.C. mandó erigir su capital, a la que dio el nombre de Seuthopolis.
"Las excavaciones arqueológicas comenzaron en 1948 cuando empezó la construcción de la presa Koprinka", cuenta a Efe la arqueóloga María Chichikova, del equipo que investiga las ruinas.
Inicialmente, los arqueólogos se toparon con dos túmulos tracios que les hicieron pensar que cerca podría haber una ciudad que utilizara esos sepulcros, y esto los impulsó a buscarla.
Así, encontraron primero vestigios de los muros de dos metros de ancho de la ciudad fortificada, luego una torre, una ciudadela, un palacio y así fue quedando al descubierto toda la ciudad, que ocupaba una superficie de cinco hectáreas y donde residía la corte y la administración.
"Seuthopolis fue muy moderna para su época, con calles paralelas y perpendiculares y con dos avenidas principales de seis metros de ancho y cubiertas de piedra", explica Chichikova.
En su cruce se encontraba la plaza de la ciudad, que medía 48 por 40 metros y donde había un templo y pequeños comercios, puntualiza la arqueóloga.
El trabajo de los estudiosos continuó hasta 1954, año en que terminaron las obras de construcción de la presa y la zona quedó bajo las aguas.
"Una noche cayó un aguacero y, cuando fui al otro día por la mañana, el agua lo había cubierto todo", recuerda Chichikova, que fue durante años jefa del departamento de arqueología tracia en el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Bulgaria.
Treinta años más tarde, la presa fue desecada por un breve período de tiempo por motivos hidrológicos y se comprobó que bajo una capa de medio metro de lodo Seuthopolis se había conservado en muy buen estado.
Hoy, un enorme proyecto arquitectónico pretender volver a dar vida a la antigua urbe.
"La idea es muy elemental: una cortina en forma de anillo que circunde Seuthopolis, rescatándola así del agua", comenta a Efe el arquitecto Jeko Tilev, jefe del equipo que desarrolló el proyecto y responsable del departamento de Tecnología de la Arquitectura de la Universidad de Arquitectura y Construcción de Sofía.
No hay otro proyecto parecido en el mundo, ni diseñado ni realizado, según Tilev.
El anillo estará a una distancia de entre 300 y 500 metros de las riberas de la presa y a él se accederá en embarcaciones, por lo que su parte superior, que tendrá 15 metros de ancho, hará las funciones de muelle.
El diámetro interior del anillo será de 390 metros y el perímetro medirá 1.272 metros.
La parte interior será como un pozo seco cuyo volumen será de 3,7 millones de metros cúbicos, con terrazas y pasillos que asemejarán un anfiteatro y por las que se podrá bajar a la ciudad, al igual que por las cuatro escaleras y los ocho ascensores previstos.
En la parte del anillo habrá incluso un hotel y un museo cuyas ventanas se abrirán a la ciudad y a la presa.
Se calcula que su construcción puede costar entre cien y ciento veinte millones de euros.
El arquitecto Tilev asegura que el proyecto podrá realizarse en tres años: uno para secar la presa y hacer el anillo, y dos más en los que constructores y arqueólogos completarán el trabajo.
Fuente: EFE, Sofía / Frontera Info, 24 de junio de 2007
Enlace: http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/
Cienciaytecnologia/23062007/247813.aspx
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*** Los Tracios
Pueblo indoeuropeo de oscuros orígenes que habitó las actuales áreas geográficas de Rumanía, Bulgaria y el norte de Grecia, han permanecido anclados en el olvido a lo largo de siglos. Pero en las últimas décadas se han descubierto magníficas tumbas reales decoradas con maravillosas pinturas y repletas de tesoros sorprendentes que han dejado atónitos a los especialistas. Los principales de estos hallazgos se mostrarán en esta exposición inédita.
Alimentaba a sus yeguas antropófagas con la carne de los extranjeros que visitaban sus tierras. Así de temerario era Diómedes, hijo del dios Ares y una de las figuras legendarias de Tracia, hasta que Heracles puso fin a tan bárbara costumbre. Altivos, rudos y guerreros despiadados según los griegos, los tracios fueron también un pueblo de gran sensibilidad que legó a la posteridad tesoros de inusitada belleza que han dejado atónitos a los especialistas. Como el tesoro de Rogozen, descubierto en 1985, que data de finales del siglo V a. de C. y está formado por 65 piezas de oro y plata finamente trabajadas, con un peso total de más de veinte kilos. Su escritura aún no ha podido ser descifrada, por lo que los responsables de su entrada en la historia fueron los antiguos griegos. «Son tan bellas sus armas de oro que encantan a la vista, ya que no parece que hayan sido labradas por hombres mortales, sino forjadas para los dioses divinos», escribió Homero, en cuya Ilíada aparece por primera vez el nombre de Tracia.
La realidad presenta a los tracios como un pueblo de origen indoeuropeo pero no griego. Su escritura, conservada en unas pocas inscripciones, no ha podido ser descifrada todavía, y su historia es conocida a través de fuentes griegas y romanas que sólo proporcionan una idea superficial de sus orígenes, lengua y costumbres. Herodoto los considera uno de los pueblos más numerosos del mundo, pero muy segmentado por su tribalismo: «El pueblo de los tracios es el mayor entre todos los hombres, descontando, naturalmente, el de los indios. Si lo rigiera una sola persona o bien pensaran todos de la misma manera, en mi opinión sería irreducible y, con mucho, el más potente. Pero es impensable que eso ocurra. Y son débiles por este motivo. Tienen muchos nombres, que dependen de cada una de las tribus», se lee en su Historia (Libro V, El logos tracio).
Herodoto los caracteriza por su valentía, su amor a los caballos y su visión de esta vida como mero tránsito hacia la inmortalidad. Lucían tatuajes para indicar la nobleza de su origen, llevaban pieles de zorro en la cabeza, se cubrían el cuerpo con túnicas envueltas en mantos variopintos, calzaban botas de piel de cervato que les llegaban hasta las pantorrillas e iban armados con venablos, escudos ligeros y puñales pequeños, tal como corroboran las pinturas de la cerámica griega. La imagen del guerrero tracio está muy extendida en el arte, pues eran conocidos y apreciados por su bravura y su desapego a la vida. «¡Lanceros de Tracia, bien armados, espléndidos jinetes inspirados por Ares!», cantó Eurípides en Hécuba.
Del Neolítico al Bronce
El Neolítico se caracteriza en los Balcanes por una gran vitalidad demográfica, social y económica. Los numerosos intercambios comerciales proporcionaron al conjunto de la península cierta homogeneidad. Se introdujo la agricultura, con la consiguiente roturación de las tierras, y se desarrolló la ganadería. La metalurgia del oro y el cobre, favorecida por la presencia de estos metales en la superficie del suelo, ocupó un lugar primordial en la economía. Los dos fenómenos más importantes del Calcolítico son la introducción y domesticación del caballo y la progresiva especialización del trabajo. A finales de este período llegan a los Balcanes tribus provenientes, probablemente, de las estepas del norte, a las que en los textos homéricos se les da el nombre de tracias.
Asimismo, es en los Balcanes, lugar de contacto entre las culturas asiáticas y europeas, donde se encuentran algunos de los yacimientos más antiguos de Europa, que en el caso de Bulgaria ocupan la cuenca del río Maritsa y las regiones próximas a la costa del mar Negro. Responden a las antiguas culturas de Karanovo, Gradeshnitsa, Durankulak, Ezerovo y, especialmente, Varna. Cerca del mar Negro, la necrópolis de Varna fue descubierta accidentalmente en 1972. Se extiende a lo largo de toda una hectárea y está datada a finales del calcolítico, cuatro mil años antes de nuestra era. Encierra más de tres mil objetos de oro con un peso total de seis kilos. Sin duda, Varna fue un centro de expansión de la metalurgia y la orfebrería. El elevado número de conchas halladas sugiere la existencia de una gran actividad comercial con el Mediterráneo. Numerosos expertos han calificado la cultura de Varna como «la cuna de la civilización europea» y a su oro como «el más antiguo del mundo».
La Edad del Bronce
A principios del primer milenio antes de Cristo, la parte oriental de la península balcánica estaba habitada por las tribus tracias, muy numerosas y muy celosas de su independencia. Vivían en pequeños núcleos formados por varias casas rodeadas de una empalizada alta, resguardo de los animales domésticos. La doble hacha, también conocida como labris, era un objeto omnipresente en todas las tribus. Símbolo solar, representaba el poder de los señores tracios, y ha dado pie a varias especulaciones sobre el contacto entre los tracios y la cultura minoica. El reciente hallazgo de un sello con una inscripción en escritura cretense conocida como lineal A (utilizada entre 1850 y 1450 a. de C.) ha demostrado la existencia de estos contactos.
De la guerra de Troya a la invasión persa
La influencia micénica sobre la cultura tracia se produce desde el final de la Edad del Bronce y pervive durante siglos. En sus inicios fue una época de profundas mutaciones sociales en que se desarrolló un sistema de residencias reales fortificadas que dominaban extensos territorios. Los contactos de los tracios con Troya eran frecuentes, así como los mantenidos con Frigia y Bitinia. Homero resalta la riqueza de los ornamentos de sus caballos. Magníficos jinetes, se enorgullecían tanto de sus monturas que no escatimaban en oro o en plata para adornarlas. De los tiempos homéricos hasta el siglo VII, cuando comienzan a establecerse las primeras colonias griegas en las costas de Tracia, tanto en las del Egeo como en las del mar Negro, es muy poco lo que sabemos de los tracios.
Los autores griegos nombran a los tracios en relación con la guerra de Troya. Fueron aliados de los troyanos, con los que quizá guardaban alguna relación étnica. En los versos de La Ilíada aparece por primera vez una referencia a Tracia: «Los tracios recién venidos están ahí, en ese extremo, con su rey Reso, hijo de Eyoneo. He visto sus corceles, que son bellísimos, de gran altura, más blancos que la nieve y tan ligeros como el viento. Su carro tiene lindos adornos de oro y plata, y sus armas son de oro, magníficas, admirables y más propias de dioses inmortales que de hombres mortales» (Homero, La Ilíada, canto X).
En la primera década del siglo VI a. de C., los persas invaden Tracia y la convierten en parte de la satrapía de Skudra. Para esas fechas ya se había desplegado un rosario de colonias griegas por las costas tracias del Egeo y el mar Negro.
El siglo V a. de C.
Tras la derrota de los persas en las guerras médicas y su posterior retirada a sus dominios asiáticos, las tribus tracias, en lugar de recuperar sus antiguos modos de vida, se organizaron en comunidades complejas. La más poderosa, y posiblemente la única con voluntad hegemónica, fue la de los odrisios, que liderados por Teres formaron el primer reino tracio del que tenemos constancia histórica. Teres I (480-460) unificó un cierto número de tribus tracias, inaugurando así un período de esplendor para estos pueblos. Le sucedió su hijo Sitalces (460-424), llamado el Grande. Por el norte extendió las fronteras de su reino hasta el Danubio; por el este, hasta las costas del mar Negro; y por el sur, hasta las montañas Ródope. Su reinado fue la época del máximo esplendor odrisio. A partir de Teres y Sitalces, los tracios desarrollaron una intensa política exterior. El ideal aristocrático se expresa en la construcción de tumbas suntuosas que, en algunos casos, reproducen el estilo micénico.
El siglo IV a. de C.
Los siglos V y IV a. de C. coinciden con cambios sustanciales en los hábitos cotidianos de los tracios. La comunidad tribal se va abandonando progresivamente para dar paso a una organización política mucho más compleja, en forma de Estado. Con Cotis I (383-359), posiblemente el más dinámico monarca tracio, el reino odrisio compitió con Atenas por el control de las rutas comerciales del Egeo y consiguió arrebatarle el Quersoneso tracio y la base naval de Sestos. Tras el asesinato del emprendedor Cotis I, que había logrado expandir las fronteras desde el río Nestos (Mesta) hasta el Istro (Danubio), el reino odrisio comienza a decaer a causa de las disgregadoras guerras dinásticas. Las rivalidades, fruto de la muerte del monarca, fueron aprovechadas por Atenas para debilitar el reino, que se vio así incapacitado para hacer frente a los planes anexionistas de Filipo II de Macedonia y su hijo Alejandro Magno.
El siglo IV es la época de máximo esplendor de la cultura tracia. Los tesoros descubiertos constituyen el acontecimiento más notable de la arqueología contemporánea. Algunos de los más importantes ajuares descubiertos en Bulgaria, como Letnitsa, Borovo y Rogozen, fueron reunidos en tiempos de Cotis I, y muchas piezas llevan su nombre grabado.
El tesoro de Letnitsa
Data de la primera mitad del siglo IV. Consiste en 24 placas de plata rectangulares que formaban parte de un arnés y que quizá representan escenas mitológicas relacionadas con los misterios de Samotracia y Eleusis. Entre los tracios abundaban los adornos destinados a las guarniciones de los caballos, prueba de la gran estima que les profesaban. Los ornamentos de mayor realce se colocaban en el frontal del animal. En este tesoro aparece representada por primera vez la figura humana en un adorno de este tipo.
El tesoro de Borovo
Fue descubierto en diciembre de 1974, cerca de un túmulo funerario. Consiste en tres ritones que acaban en prótomes de caballo, toro y esfinge; un recipiente con dos asas, en cuyo centro pueden verse las figuras en relieve de un ciervo atacado por un grifo, y un jarro de plata ricamente adornado con escenas relacionadas con el culto de Dioniso. El tesoro lleva los nombres del rey Cotis I y del artesano Etbeos.
El tesoro de Rogozen
Descubierto en 1985, está formado por 65 piezas de plata y oro, con un peso total de más de veinte kilos. Es un conjunto de piezas variadas que fue reunido entre finales del siglo V y mediados del IV. Aunque algunas piezas pudieron haberse importado, la mayoría parecen realizadas en Tracia. Quince llevan inscripciones de antiguas ciudades tracias, como Apros, Beos, Gaeiston, Erkistes y Saythabas. El nombre propio que aparece más veces es el del rey Cotis I. Las imágenes mitológicas se refieren básicamente a dos figuras del panteón tracio: la Gran Diosa Madre y el Caballero Tracio.
El declive de la civilización tracia. Del helenismo a Roma
Al morir Filipo II de Macedonia (336 a. de C.), las tribus tracias se sublevaron contra su hijo Alejandro Magno. Como respuesta, éste invadió Tracia. Las tribus de los tribalos y los getas fueron las únicas en oponerle una resistencia consistente, que sin embargo fue incapaz de detener su avance. Una vez sometido el país, Alejandro incorporó los soldados tracios a su ejército, que formaron una quinta parte del mismo, ocupando con frecuencia su ala izquierda. Fue notoria su desempeño en la batalla de Hidaspes (326 a. de C.), donde se lanzaron blandiendo sus famosas espadas (las ronfainas) contra los elefantes indios. En 323 a. de C., Lisímaco, uno de los diadocos de Alejandro, recibió Tracia al repartirse el imperio, dando comienzo a una larga serie de confrontaciones militares. El rey odrisio Seutes III, llamado basileus, que no aceptó la autoridad de Lisímaco, logró restablecer en parte el reino odrisio y fundó su capital Seutópolis en las orillas del Tonzos (cerca de la actual Kazanlak), siguiendo la tradición arquitectónica helénica.
Los distintos reinos tracios se integraron rápidamente en la corriente del helenismo. En el año 280 a. de C., Tracia fue invadida por los celtas, que por un breve período de tiempo crearon su propio estado, hasta que fueron expulsados a Asia Menor. Tras la derrota de Macedonia (168 a. de C.), Tracia permaneció sujeta a los romanos, hasta que en 47 a. de C., extinguida la monarquía odrisia, pasó a ser una provincia romana con capital en Perinto. Pero aún dio varias muestras de rebeldía. Ahí están la singular figura de Espartaco y las sucesivas revueltas en el interior de la provincia, dando muestras evidentes de que su proverbial agresividad no había sido domesticada por completo. «Excepto los celtas, no hay pueblo que pueda pretender ser más numeroso que los tracios: nunca, antes de que los vencieran los romanos, habían sido completamente sometidos. Hoy toda Tracia obedece a Roma, al menos la Tracia que merecía la pena ser conquistada, pues los romanos no se han preocupado de aquellos lugares que el rigor del frío o la naturaleza del suelo han hecho estériles, pero poseen todo lo que tiene alguna importancia», escribió Pausanias en su Descripción de Grecia.
Si bien durante la época helenística el nombre de Tracia perdió definitivamente su significado étnico y pasó a ser un término meramente geográfico, la cultura tracia lanzó, antes de desaparecer, su canto de cisne en la forma del tesoro de Panagyurishte. Está formado por nueve piezas de oro con un peso total de 6,1 kilos, y fue descubierto en 1949. Estas piezas tan profusamente trabajadas contienen varias escenas mitológicas, incluyendo en el ánfora una del drama de Esquilo Los siete contra Tebas. Los recipientes llevan inscripciones con su peso tanto en daricos persas como en estateras áticas. Esta es una buena prueba de que los tracios, tanto como a sus caballos y al vino, apreciaban sobremanera el oro primorosamente trabajado.
Seutópolis
La capital de los odrisios, fue levantada por Seutes III. Por el norte estaba protegida por una muralla y al sur por el río Tonzos, que le proporcionaba una barrera defensiva natural. El urbanismo era perfectamente cuadriculado y en el ágora, donde se cortaban las calles principales, había un altar de Dioniso. En la planta baja de la residencia real se halló un santuario dedicado a los grandes dioses de Samotracia. En las proximidades de la capital se encuentra un gran número de túmulos sepulcrales, conocido actualmente como Valle de los Reyes Tracios, que conforma una sorprendente necrópolis real.
CRONOLOGÍA
- V-IV milenio a. de C. Períodos neolítico y calcolítico. Necrópolis calcolítica de Varna.
- 1200 a. de C. Guerra de Troya. Los tracios, aliados de los troyanos.
- c. 700 a. de C. Inicio de la colonización griega.
- c. 512 a. de C. Tras invadir Escitia, Darío ocupa Tracia, convirtiéndola en satrapía persa.
- 460 a. de C. Primer reino tracio, fundado por Teres, líder de la tribu de los odrisios.
- 440 a. de C. Sitalces el Grande (445/440-424), hijo de Teres, extiende el reino odrisio hasta el Danubio y los mares Egeo y Negro.
- 424- 415 a. de C. Durante el reinado de Seutes I, el reino odrisio alcanza su apogeo.
- 341 a. de C. Filipo II de Macedonia conquista el sur de Tracia, erigiendo Filipópolis, Kabyle y otras ciudades sobre asentamientos tracios.
- 336 a. de C. Alejandro sucede a su padre Filipo II de Macedonia y concluye la conquista de Tracia.
-323 a. de C. Muerte de Alejandro Magno. Lisímaco, esperando obtener el control de Tracia, ataca a Seutes III. No conseguirá reinar en toda Tracia.
-320 a. de C. Seutes III levanta su residencia en Seutópolis.
-Finales siglo IV - comienzos siglo III a. de C. Tesoro de Panagyurishte. Tumbas de Kazanlak y Sveshtari.
-280-279 a. de C. Los celtas invaden Tracia. Establecen su capital en Tile, cerca de Bizancio.
-c.113 a. de C. Nace en Tracia el gladiador Espartaco.
-46 d.C. El reino de Tracia es anexionado por Claudio. Tracia se transforma en provincia romana.
BULGARIA - A JOURNEY TO THE LAND OF THE THRACIAN KINGS Part 1
BULGARIA - A JOURNEY TO THE LAND OF THE THRACIAN KINGS Part 2
BULGARIA A LAND OF ANCIENT CIVILIZATIONS tombs & treasure Part 1
BULGARIA A LAND OF ANCIENT CIVILIZATIONS tombs & treasure Part 2
(2) Seuthopolis uncovering project
Seuthopolis was an ancient city founded by the Thracian king Seuthes III, and the capital of the Odrysian kingdom since 320 BC. It was a small city, built on the site of an earlier settlement, and its ruins are now located at the bottom of the Koprinka Reservoir near Kazanlak, Stara Zagora Province, in central Bulgaria.
Seuthopolis was not a true polis, but rather the seat of Seuthes and his court. His palace had a dual role, functioning also as a sanctuary of the Cabeiri. Most of the space within the city was occupied not by homes but by official structures, the majority of the people living outside the city.
The dual role of Seuthes palace (royal court and sanctuary) indicates that Seuthes was a priest-king: the high priest of the Cabeiri among the Odrysian Thracians. A hearth altar stood in the center of the Cabeiri sanctuary, the Cabeiri being associated with fire and metallurgy and with the smith-god Hephaestus.
The cemetery of Seuthopolis included a number of brick tholos tombs, some covered by tumuli, in which the upper-class were interred, sometimes along with their horses. The less affluent were cremated, with modest grave goods laid alongside.
The ruins of the city were discovered and excavated in 1948 by Bulgarian archeologists during the construction of the Georgi Dimitrov (later renamed Koprinka) Reservoir. However, it was decided to continue with the construction and flood the dam, leaving Seuthopolis at its bottom.
In 2005, Bulgarian architect Zheko Tilev proposed a project to uncover, preserve and reconstruct the city of Seuthopolis (the best preserved Thracian city in Bulgaria) by means of a dam wall surrounding the ruins in the middle of the dam, enabling the sites inscription as a UNESCO World Heritage Site and making it a tourist destination of world importance. Tourists would be transported to the site by boats. The round wall, 420 metres in diameter, would enable visitors to see the city from 20 metres above and would also feature "hanging gardens", glass lifts, a quay, restaurants, cafés, shops, ateliers, etc. It would be illuminated at night.
The project was donated by the architect to Kazanlak municipality and funds are being raised to begin construction. According to Tilev, it would cost minimum 50 million.
Sevtopolis Peak on Greenwich Island in the South Shetland Islands, Antarctica is named for Seuthopolis.
Bulgaria gold treasure
Thracian Gold in Bulgaria
*** Seuthes III
Athens formed an alliance with Odrysian King Ketriporis of Thrace and Illyrians against Philip II of Macedonia in 358 BCE. Philip II defeated the coalition in 353 BCE and waged his first campaign against the Thrace in 347-346 BCE. He conquered southern Thrace in 341 BCE. He founded Philippopolis (Plovdiv), Kabyle (Yambol) and other cities near or on older Thracian settlements. The Triballi tribe of Thrace defeated and wounded Philip in 339 BCE.
After Philip died in 336 BCE, the Thracian tribes revolted against his son Alexander III. Alexander waged a campaign against and defeated the Thracian tribe Getai and King Syrmus of the Triballi. All other Thracians submitted to him and sent troops to join his army.
After Alexander died in 323 BCE, Lysimachos seized control of Thrace but only nominally. Odrysian King Seuthes III continued to reign in parallel with the Lysimachos. In 320 BCE, Seuthes III moved Odrysian kingdom to central Thrace and built his capital city at Seuthopolis (Kazanluk). Lysimachus died in a battle against Seleucus in 281 BCE. Thrace came under the rule of Ptolemy II after the battle.
In 273 BCE, Celts invaded and destroyed the Thracian kingdom. They founded a kingdom with Tylis as its capital. Thracian aristocracy escaped to Greek colonies on Black Sea. In 214 BCE, the Thracians destroyed the Celtic kingdom and Thracian King Pleuratus ruled between 213-208 BCE. Philip V of Macedon conquered the Thrace in 202 BCE. Perseus succeeded Philip V in 182 BCE. Perseus was defeated by Romans in 168 BCE. Macedonia with Thrace came under the Roman rule.
*** Odrysian kingdom
The Odrysian kingdom was a union of Thracian tribes that endured between the 5th century BC and the 3rd century BC. It consisted largely of present-day Bulgaria, spreading to parts of Romania, northern Greece and Turkey.
Its former capital was Uscudama or Odrysia which is now the city of Edirne, in the European part of Turkey. King Seuthes III later moved the capital to Seuthopolis, located at the bottom of the "Koprinka" reservoir near the town of Kazanlak in Central Bulgaria.
History:
The Odrysian state was the first Thracian kingdom that acquired power in the region, by the unification of many Thracian tribes under a single ruler, King Teres. Initially, the state included eastern Thrace and regions as far north as the mouths of the Danube. According to the Greek historians Herodotus and Thucydides, a royal dynasty emerged from among the Odrysian tribe in Thrace around the end of the sixth century BC, which came to dominate much of the area and peoples between the Danube and the Aegean for the next century. Later writers, royal coin issues, and inscriptions indicate the survival of this dynasty into the early first century AD, although its overt political influence declined progressively first under Macedonian, later Roman, encroachment. Despite their demise, the period of Odrysian rule was of decisive importance for the future character of south-eastern Europe, under the Roman Empire and beyond. Under the Odrysians Greek became the language of administrators; Greek customs and fashions contributed to the recasting of east Balkan society. The Odrysians created the first state entity which superseded the tribal system in the east Balkan peninsula. Their kings were usually known to the outside world as kings of Thrace, although their power did not extend by any means to all Thracian tribes. Even within the confines of their kingdom the nature of royal power remained fluid, its definition subject to the dictates of geography, social relationships, and circumstance. Teres son, Sitalces, proved to be a good military leader, forcing the tribes that defected the alliance to acknowledge his sovereignty. The rich state that spread from the Danube to the Aegean built roads to develop trade and built a powerful army that could reach 150,000 men. In 429 BC, they organized a campaign against the Macedonians, but they retreated after only thirty days. Sitalces was later killed fighting the Triballi, another Thracian tribe.
Seuthes I followed as king and during this time, the kingdom enjoyed a period of prosperity, but various Thracian tribes made themselves independent.
In the 4th century BC, the kingdom split itself in three smaller kingdoms, of which one, with the capital at Seuthopolis survived the longest.
List of Odrysian kings:
Teres 450 BC - 431 BC
Sitalces 431 BC - 424 BC
Seuthes I (424 BC - 410 BC)
Amadocus I (410 BC - 390 BC)
Seuthes II (405 BC - 391 BC)
Hebryzelmis (390 BC - 384 BC)
Cotys I (384 BC - 359 BC)
Cersobleptes (359 BC - 341 BC)
Source: http://www.answers.com/topic/seuthopolis
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