Lucus Augusti se agiganta con el tiempo. La investigación en el Lugo romano
Foto: Lucus Augusti: Área foral y anejos.
Lucus Augusti. Reportaje Fotográfico
¿Era Lugo la Mérida del Norte? ¿Lucharon allí mirmillones y reciarios contra las fieras de O Courel? ¿La sangre de los astures tiñó la arena del anfiteatro de Lucus Augusti? Las catas en el barrio do Carme desvelarán el enigma que enfrenta a arquitectos y arqueólogos.
Los aplausos del público, llegado de los castros cercanos, inundaban la arena teñida de sangre. El gladiador reciario saludaba victorioso después de haber atrapado en su red a un mirmillón, a quien amenazaba con clavarle el afilado tridente. Los dos luchadores, duramente entrenados en la palestra (gimnasio) cercana, se levantaron y saludaron a sus admiradores. Habría tiempo para morir otro día. Desde las gradas de madera, 2.800 espectadores pedían que empezase ya el combate contra los osos capturados en las sierras del Miño y varios toros bravos. El calor apretaba sobre los toldos del anfiteatro de Lucus Augusti, la ciudad más importante del norte de Hispania.
Por esta urbe minera corría mucho dinero. Allí llegaban los montañeses que buscaban oro en los túneles derruidos y los ganaderos que vendían sus veloces caballos asturcones, muy valorados en Roma. Las monedas desaparecían de la mano tras tomarse un baño en las termas ninfales del río, asistir a una comedia de Plauto en el teatro o visitar los prostíbulos y tabernas cercanos al templo de Venus, detrás del anfiteatro.
Acueducto y templo
Hace unos años, esta imagen del Lugo romano podría considerarse como fantasiosa o chauvinismo de provincias. Pero, cada vez gana más terreno la teoría de que Lucus Augusti era una ciudad tan cosmopolita como la lusitana Mérida. En apenas veinte años, los estudiosos han descubierto un acueducto, varias domus o casas de ricos, e incluso un templo en honor de Mitra, la divinidad que rivalizó con el cristianismo.
La imagen del Lugo romano podría revolucionarse en los próximos meses. Los arqueólogos que trabajan en un proyecto financiado por la UE han iniciado nuevas excavaciones en el barrio de O Carme. Las catas pretenden localizar una bifurcación de la calzada romana de la Vía XIX, una autovía que hace dos mil años enlazaba Lucus Augusti con Bracara (Braga) y Asturica (Astorga).
Pero la atención se centra en una prospección secundaria que podría confirmar o sepultar para siempre la polémica teoría del arquitecto Sánchez-Montaña. Éste defiende desde su web lucusaugusti.com que un anfiteatro yace bajo una leira que conserva unos muros sospechosamente semicirculares. La finca perteneció a la Iglesia hasta que la vendió hace cuatro años. Ahora es el suelo más caro del centro de Lugo. La Escuela Superior de Arquitectura de A Coruña otorgó al investigador la máxima calificación por su tesis doctoral sobre el urbanismo de Lucus Augusti. Sus alumnos incluso confeccionan maquetas de dicho anfiteatro, pese a que carecen de pruebas documentales o materiales a favor. Pero tampoco hay nada en contra.
Interés urbanístico
Debido al gran interés urbanístico por construir en la zona, el tiempo corre en contra. Por suerte, una de las catas que busca la vía XIX se realizará justo donde el arquitecto sospecha que está el centro de la arena del circo. Es la oportunidad que ha aguardado para confirmar su hipótesis. «El lugar de la cata no es el más idóneo porque es evidente que en ese punto sólo aparecerá arena, pero ningún muro ni cimiento, salvo que el circo tuviese sótanos», se queja Sánchez-Montaña.
Los arqueólogos son escépticos. «Zapatero a tus zapatos», replicaba hace unos meses el director del castro de Viladonga. La misma frase la pronuncia un catedrático de la Universidad de Santiago. Estos especialistas dudan que el Lugo romano contase con un circo. «Sería una construcción de notoria importancia, como las murallas. Sus muros no habrían pasado desapercibidos», afirma un investigador. ¿Y si fue desmontado para construir la muralla o las gradas eran de madera, como sostiene Sánchez-Montaña? «Braga y Astorga carecían de estos grandes edificios. ¿Por qué iba a tenerlos Lugo? Si fuese de madera, se pudriría a causa de la lluvia. Sólo se construían así en las guarniciones militares como recintos provisionales, a la espera de levantar uno durarero», refuta un arqueólogo.
La opinión pública parece dividida. «Si hubiese algo enterrado ahí abajo, los arqueólogos ya se estarían peleando por excavar. En Astorga apareció una tablilla de bronce y todos querían examinarla», ironiza un observador de la vida diaria lucense. La batalla entre eruditos respecto al anfiteatro ?que ni siquiera se sabe si existió? es un ejemplo de lo animadas que se han vuelto las excavaciones en el subsuelo de la urbe que dominó el Miño hace dos mil años. «Hace un par décadas, poco sabíamos de la ciudad. La muralla era lo único visible. Los últimos hallazgos demuestran que la ciudad antigua es más importante de lo que se pensaba», admite el catedrático Antonio Rodríguez Colmenero.
Pero hasta los máximos detractores de Sánchez-Montaña defienden sus propias teorías sobre la existencia de construcciones grandiosas que permanecen ocultas bajo las calles de Lugo. Un ejemplo es el teatro, donde los comediantes interpretaban a los clásicos en latín. Quizás allí nació el idioma gallego. Un sacerdote del siglo XVIII describió unas gradas de argamasa que vio enterradas bajo la plaza Maior de Lugo. «Podría ser un teatro u otra cosa. Cuando alguien se digne excavar ahí, tarde o temprano, sabremos la verdad», afirma Colmenero sobre lo que los expertos consideran el mayor monumento cultural de Galicia. Para comprender lo que yace bajo el subsuelo de Lugo hay que remontarse a las Guerras Cántabras que emprendió el primer emperador de Roma, Augusto, para someter a los castreños de las montañas galaicas, astures y cántabras. Los arqueólogos sostienen que los legionarios levantaron un campamento en un montículo estratégico. Pero nadie ha encontrado restos de tal recinto militar. Y las calles romanas halladas no encajan con las piezas del puzle.
Al terminar la campaña, Paulo Fabio Máximo fundó la ciudad en el año 12 antes de Cristo, cuando Augusto fue nombrado pontífice máximo. Aquí es donde entran los arquitectos. Sánchez-Montaña sugiere que Lucus Augusti fue construida como una urbe nueva, cuya planta sería clónica del resto de las colonias romanas. La mayoría seguían el patrón urbanístico queestableció Vitruvio, el arquitecto más universal de Roma. El investigador lucense se basa en el hallazgo de un gran cruce de calles en el centro de Lugo, común en las urbes romanas. Si Lugo responde a la planta estándar, se supone que también dispondría de un teatro, anfiteatro con su palestra, basílica, foro, capitolio, varios templos, acueducto, grandes domus y termas. Lo contrario sería como un pueblo norteamericano sin local de McDonald?s. Sus propios detractores admiten que el reciente hallazgo de una cloaca de drenaje de aguas fecales en Lugo demuestra su verdadera importancia.
«Han aparecido huesos de osos»
CARLOS SÁNCHEZ-MONTAÑA ARQUITECTO
LUCVS AVGUSTI "VRBS ROMANA"
En Lucus Augusti significa el Bosque Sagrado de Augusto. El arquitecto Sánchez-Montaña considera que esa denominación explica el caracter religioso del Lugo romano. Lo cual justificaría la existencia de grandes edificios públicos, como el supuesto anfiteatro cuya existencia defiende. «Las minas se controlaban desde Asturica. En cambio, Lucus tenía un carácter sagrado. Su urbanismo, con planta cuadrada, y la orientación de la ciudad determinan que fue fundada para rendir honor a Augusto. Ninguna ciudad ex novo fue nombrada de esa manera», sostiene Sánchez-Montaña, quien niega que hubiese un campamento militar anterior.
Para argumentar eso se basa en los manuales de urbanismo romano. La pista surgió en el barrio de Recatelo, que se excavó el año pasado y que «se está destruyendo ahora con el beneplácito de Cultura». Allí apareció un decumano (un cruce de calles este-oeste) y un cardo (cruce norte-sur) de un barrio de la periferia de Lucus Augusti. Está a 600 metros del foro y los yacimientos más profundos son del mismo período. «Echa por tierra la teoría del campamento previo. Se construyó al mismo tiempo que la ciudad. En esa zona había insulas de dos plantas y locales con actividad comercial y artesanal», indica. El anfiteatro, de segunda categoría, sería posterior y quedaría fuera de la urbe. Tendría capacidad para 2.800 espectadores y una longitud de 69 metros de eje. A su lado, había una palestra (gimnasio) de 35 metros de lado.
Hace dos semanas, un propietario de edificios aportó una nueva pista. El inmobiliario le reveló al arquitecto que, en las cimentaciones, los obreros hallaron innumerables huesos de animales: osos, toros, lobos y bueyes. Esto podría probar la existencia del circo. «Es un espectáculo muy atractivo para los castreños, que tenía como función la propaganda», dice el investigador. Los juegos, de los que admite que no hay evidencia alguna, eran financiados por hombres honorables.
A finales del siglo II, los juegos de gladiadores cayeron en el olvido. Según su teoría, parte de las piezas de cantería del anfiteatro fueron reutilizadas para construir las murallas actuales. Éste asegura que en los laterales de los cubos de las puertas Miñá o del Carmen y la de Santiago existen hendiduras y trabajos de cantero similares a los arcos de las puertas del anfiteatro de Mérida. «Si Galicia es la fusión de Roma y lo castreño, ese proceso se produjo en la ciudad de Lucus Augusti», añade.
Imágenes de la exposición:
IMAGO ANTIQUA, LUGO ROMANO>
La sala de exposiciones Porta Miñá, que acoge la muestra permanente "Imago Antiqua. Lugo Romano", se encuentra situada frente a la puerta de la muralla de la recibe su nombre, el lugar en donde se iniciaba el "decumanus máximo" de la ciudad y hasta donde llegaba la vía XIX procedente de Braga. Sin duda uno de los lugares donde la memoria histórica de Roma en Galicia se vive, aun hoy, a flor de piel.
Esta sala, abierta de martes a domingo entre las 10.00 y las 13.00 horas, acoge una amplia exposición que lleva al visitante a lo largo de un viaje histórico con paradas en las cuatro épocas fundamentales del Lugo romano: la Conquista, el Esplendor, la Fortificación de la Ciudad y su Ocaso.
Con el monolito fundacional de la ciudad como punto de encuentro, "Imago Antiqua" se distribuye en dos áreas. A la derecha, las piezas correspondientes a las etapas de la conquista y del esplendor del imperio romano. A la izquierda, una recreación de la fortificación de la ciudad, en la que el visitante puede visualizar como era realmente la Muralla y como cumplía su misión de protección de la urbe. En esta parte de la sala también podemos encontrar fotografías murales entre las que destaca una reproducción del espectacular mosaico que fue encontrado en la rúa Armanyá y que se conserva en el Museo Provincial.
La "caetra"
Del período de la conquista se conserva, por ejemplo, monedas de "caetra" que fueron empleadas para sufragar los gastos de la guerra de conquista. Las monedas tienen una efigie de Augusto por un lado y por el otro un escudo redondo dividido en cuatro partes. Llevan representadas armas que fueron utilizadas en las guerras cántabras por los pueblos indígenas.
Desarrollo de la ciudad
La parte de la muestra dedicada al esplendor de la antigua Lucus Augusti traslada al visitante a la época en la que a ciudad se convierte en "Conventus Iuridicus" y, por lo tanto, adquiere poder administrativo. Este apartado de la exposición muestra como eran algunas de sus calles y pórticos; el foro, una área de gran extensión donde se desenvolvía la mayor parte de la vida pública de la ciudad; la evolución del saneamiento, desde los pozos hasta el acueducto; así como aspectos urbanísticos de las viviendas tradicionales.
Joyería y utensilios domésticos
Los restos que se conservan relativos a la ornamentación personal y a las labores domésticas constituyen una de las colecciones que más llaman la atención a los visitantes de Porta Miñá. Se puede observar la evolución de la cerámica romana entre las etapas altoimperial y bajoimperial entre las vasijas, bandejas y vasos conservados. Los visitantes se encontraran con curiosos instrumentos, como un compás, y elementos decorativos como muebles y posavasos. La muestra reúne numerosos anillos (que eran utilizados tanto por hombres como por las mujeres), así como brazaletes, pendientes y collares.
Piezas fúnebres
La recopilación de los restos arqueológicos incluyen piezas relacionadas con los enterramientos, que resultan muy curiosas para los visitantes por cuanto demuestran la evolución ideológica y religiosa de la sociedad romana. Al lado de vasijas en las que fueron enterradas las cenizas de los muertos, se encuentran la reproducción de una de las tumbas que comenzaron a proliferar posteriormente, debido a la influencia del cristianismo muchos romanos comenzaron a optar por el enterramiento de cuerpo entero.
Restos exteriores
No termina la visita al pasado de la ciudad romana en el interior de la sala de exposiciones, al salir de esta y dirigiéndose hacía la izquierda, por el lateral de la sala, podremos adentrarnos en los restos del que fue el anfiteatro de Lucus Augusti, este edificio, único de su tipología en el noroeste peninsular, espera a ser excavado por los arqueólogos. Mientras tanto podemos adentrarnos en la arena y comprobar muchas partes que lo componen visibles a simple vista, como el podium, el pasillo interior, las puertas principales, etc. Un buen ejercicio de arqueología interactiva.
Así pues, el monolito fundacional de Lucus Augusti da la bienvenida a una exposición que seguro descubre muchas curiosidades tanto a los turistas como a los propios lucenses, y que contribuye a la puesta en valor del numeroso
patrimonio arqueológico que "La Ciudad Sagrada de Augusto" aun conserva.
«Un teatro puede yacer oculto»
ANTONIO RODRÍGUEZ COLMENERO HISTORIADOR
«En una ciudad, no se puede jugar al profetismo, sino que hay que hacer prospección. Le hacemos daño a la gente con páginas en Internet que confunden a los que no viven en Lugo. Me llaman para ver si ya se ha excavado el anfiteatro o si apareció la estatua de Augusto. No se puede banalizar». Así se pronuncia Antonio Rodríguez Colmenero, catedrático de Historia Antigua de la Univerdad de Compostela, de la Facultad de Humanidades de Lugo. Representa a los arqueólogos «prudentes» que critican las teorías de Sánchez-Montaña, al que consideran lego en la materia. Sin embargo, admite que el lugar donde el arquitecto sitúa el anfiteatro es «idóneo» porque los romanos utilizaban las vaguadas para evitar levantar los muros. Así ya tenían el encofrado hecho. Podría estar ubicado también al otro lado de la ciudad. «Si aparece, todos tocaremos las campanas en la Catedral», bromea.
Colmenero visitó la finca donde el intruso sitúa el circo. Vio una superficie semicircular, pero lo cataloga como un muro particular de cien años, de insuficiente solidez para sostener un edificio de tal envergadura. «Habría que comprobar si debajo yacen otros cimientos De haber algo, lo sabríamos», dice.
El estudioso recuerda que él fue el primero que sugirió en publicaciones la existencia de un posible teatro enterrado bajo la plaza Maior. La noticia procede del canónigo Pallaré y Gayoso, en el siglo XVIII. En su obra Argos Divina, el religioso describe la existencia de ruinas en dicha plaza, en forma de gradas sucesivas y circulares hechas con argamasa durísima. «No se han realizado catas porque dependen del Concello o intereses turísticos», lamenta.
El investigador admite la importancia estratégica de Lugo como centro minero y de recaudación, pues así lo demuestra la inscripción de soldados y funcionarios que cobraban tributos. «Supimos la orientación de las calles romanas y que parte de la ciudad había ganado hacia el noroeste y perdido al sur», relata.
Bajo dominio romano, fue capital de convento y, en el siglo III, ascendió a capital de la recién creada provincia Hispania Superior, de existencia efímera, pues sólo duró 10 o 15 años. «Sus pobladores construyeron la más importante muralla del Norte y fue la reserva defensiva de la región», añade. Tras la caída del Imperio romano, Lugo fue capital de un gran ducado visigodo.
Fuente: E. VÁZQUEZ PITA / La Voz de Galicia, 31 de julio de 2005
Enlace: http://www.lavozdegalicia.es/reportajes/noticia.jsp?CAT=105&TEXTO=100000074251
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Lucus Augusti, Lugo
Antonio Rodríguez Colmenero
Universidad de Santiago de Compostela
Fuente: Cervantes Virtual.com / ANTIGUA
Enlace: http://www.cervantesvirtual.com/portal/antigua/lucus_augusti.shtml
Presentación
Nadie duda hoy día de que Lucus Augusti, Lugo, fue fundación augústea y, como otras ciudades del Noroeste Hispano, elegida por el Príncipe para epicentro político-administrativo de aquella parte extrema del territorio recién conquistado. La elección del solar lucense para campamento la aconsejarían, tanto su privilegiado emplazamiento, en una suave penillanura delimitada por los cursos fluviales del Miño y del Rato, que jugarían un no desdeñable papel defensivo, como su estratégica situación, en el cruce de un tupido sistema de comunicaciones naturales por los que acceder, tanto a la franja costera como a las comarcas del interior. Si a ello sumamos la existencia de unas generosas surgencias termales, a la orilla misma del río Miño, siempre tenidas en cuenta para restablecimiento y reposo de los heridos en combate, de ricos manantiales de agua potable a menos de dos kilómetros al norte de la ciudad, hasta la que podían fluir sin dificultad, dado el gradiente, por cualquier tipo de conducto, y de abundantes canteras de pizarra tabular para la construcción, se comprenderá que el solar lucense hubo de pesar seriamente en la decisión romana a la hora de elegir el lugar más apropiado para establecer su base de operaciones bélicas en este lejano finisterre atlántico. Evidencias del pasado campamental serían un umbral granítico de puerta con la inscripción L. VI que, en todas las hipótesis, sólo cabe interpretar como l(egio) VI, y una laja de granito, casi perfectamente pulido en su cara anterior y sin apenas desbastar en la posterior, en cuya cara anterior aparece una gran K, que no cabe interpretar de otra manera, dado el contexto, que como k(ardo). A ello hay que sumar los numerosos hallazgos de monedas de la serie de la caetra, de las que sólo entre 1986 y 1993 se habían inventariado hasta 62 ejemplares aparecidos en las excavaciones de Lugo frente a sólo 48 que se contabilizaban a la sazón para todo el amplio noroeste. Desde entonces, los hallazgos numismáticos de esta naturaleza se han ido multiplicando en la ciudad, de tal manera que casi no hay excavación, por pequeña que sea, en la que no aparezcan dos o tres ejemplares, cuando no diez, como ha sucedido en una excavación reciente de la Rúa Montevideo.
En nuestra opinión, el solar de la Lucus Augusti posterior fue inicialmente un campamento, posiblemente capaz para dos legiones, que habría jugado un papel estelar durante las guerras cántabras como base establecida por Cayo Antistio, uno de los conductores de la campaña del -25, para la conquista del ámbito septentrional de Gallaecia, permaneciendo como campamento estable durante unos diez años, o sea, hasta el retorno de Augusto a la península entre -15/-13, siendo reconvertido en establecimiento urbano civil con motivo de este mismo segundo viaje del Príncipe a Hispania. Dicha reconversión no se habría hecho al azar sino como parte de un amplio y bien madurado proyecto de urbanización, puntal cimero en todo proceso de romanización, tanto del extenso noroeste como de otras tierras hispánicas afines o próximas. Los epicentros urbanos de dicho proceso, convertidos en capitales administrativas de unos distritos subordinados a la provincia y denominados conventos jurídicos, fueron Asturica Augusta, reconvertida de campamento en ciudad por Augusto mismo físicamente presente en el lugar, Lucus Augusti, en origen de la misma naturaleza, y Bracara Augusta, resultado de la migración continua de los castreños de las inmediaciones y de foráneos llegados desde diversos puntos peninsulares y extrapeninsulares; sólo que en estos dos últimos casos sería Paulo Fabio Máximo, legado ad hoc y familiar de Augusto, el encargado de realizar los honores fundacionales, tal como testifican los epígrafes hallados en una y otra ciudad.
Del área estricta ocupada por el posible campamento apenas se conservan indicios, pero es de suponer que coincidiese, a grandes rasgos, con la de la ciudad altoimperial, que se supone sucesora de aquél. En todo caso, una y otra dibujarían un gran rectángulo de entre 35 y 40 hectáreas orientado de Norte a Sur, que, iniciado levemente en la vertiente que drena las aguas de lluvia hacia el Rato, asienta la casi totalidad de su superficie en la suave ladera que buza hacia el cauce del Miño, por otra parte bien expuesta al sol de Poniente.
Hasta hace poco tiempo era creencia general que el área urbana de época altoimperial de Lucus Augusti había sufrido una notable ampliación en el Bajo Imperio. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos tiempos han empezado a demostrar, desde 1986, que ello no es así. Efectivamente, los vestigios hasta la fecha exhumados confirman que la ciudad ganó por la parte norte un área bastante extensa, en época altoimperial, sectorialmente dedicada a necrópolis en los puntos de salida de las grandes vías, de tal forma que el luneto comprendido entre la cerca y la línea que, por la parte interior, define la calle Bolaños Ribadeneyra y su prolongación por la Praza do Ferrol fue ganado para asiento de edificaciones durante el Bajo Imperio. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas han venido a demostrar que la ciudad perdió por el Sur y el Oeste (Praza da Constitución, Rua Rodríguez Mourelo y barrios de Recatelo y O Carme) un ámbito tres veces más extenso. En ese contexto, pues, zonas que durante el Alto Imperio eran necrópolis se convirtieron en áreas habitadas tras la construcción de la muralla y, por el contrario, las zonas abandonadas del ámbito suroeste pasaron a ser lugar de enterramiento en algunos de sus sectores.
Nadie duda ya que la muralla de Lugo es en su conjunto obra romana, si bien las vicisitudes históricas sufridas por el monumento le han hecho perder la mitad superior a lo largo de casi todo su recorrido. En mal estado debieron dejarla los avatares bélicos del Medievo porque en el siglo XVI son constantes las llamadas a su reconstrucción, que sólo parcialmente se realiza. Lo mismo sucede, con diversas alternativas en las centurias siguientes; lo que no obsta para que algunos visitantes ilustres o indígenas preclaros hablen de torres con dos o tres pisos, gruesos vidrios blancos en las ventanas de las torres y hasta vestigios de maderos de cubierta y chimeneas. De todo ello únicamente ha perdurado hasta la fecha la torre de la Mosquera, con tres ventanas semicirculares sobresaliendo sobre el adarve. La parte inferior ha sufrido también profundas remodelaciones exteriores e interiores, no siendo la menor de ellas el haber sido cegadas las escaleras embutidas en la fábrica frente a cada uno de los cubos para facilitar la labor de defensa en épocas post-romanas. La remodelación que actualmente se está llevando a cabo las está poniendo todas al descubierto.
Puede establecerse, en fin, que lo que constituye el núcleo de la actual muralla de Lugo es obra de datación romana, como confirman la naturaleza de su interior argamasado, el esquema constructivo del adarve, las escaleras embutidas en la fábrica frente a cada una de las escaleras y los elementos arquitectónicos o epigráficos reempleados en su relleno. Sin embargo, son escasos los sectores de lienzo interior o exterior conservados intactos o las entradas que actualmente pueden certificarse como genuinamente romanas. En todo caso, no es poco que este recio bastión se haya conservado en todo su perímetro hasta los tiempos actuales, convirtiéndose en un monumento tan singular que ha merecido recientemente ser declarado patrimonio de la humanidad.
Durante la amplia remodelación de las vías urbanas llevada a cabo en 1998 fue posible ubicar el foro de la ciudad en el gran rectángulo comprendido entre la Rua da Raíña, por el oeste, la Praza de Santo Domingo, por el norte, la Rúa de San Pedro, por el Sur, y un sector de la Rua Progreso por el este. Tal como sucede en otras latitudes, su ubicación no corresponde al centro geográfico de la urbe, ya que se encuentra escorado hacia su confín oriental, pero sí al área más eminente, topográficamente hablando, del asentamiento urbano. Las excavaciones de los últimos años han permitido también localizar algunas arterias de la antigua ciudad romana, en parte documentadas por las cloacas que circulaban bajo ellas, entre las que deben encontrarse el cardo maximus y el decumanus principal de la urbe.
Tanto la red de cloacas como el crecido número de establecimientos termales puestos al descubierto en excavaciones del interior de la ciudad hacen presuponer la existencia de un sistema de distribución de agua de cierta envergadura. La traída de aguas desde las cercanías debió de hacerse efectiva a lo largo de la primera centuria de la era, a juzgar por ciertos indicios estratigráficos. En lugar del tradicional embalse, el aprovisionamiento de agua se realizó mediante un túnel de captación en el rico acuífero de O Castiñeiro, a menos de dos kilómetros de la ciudad y a un nivel topográfico adecuado. Una serie de canales radiales, a modo de peine, avenaban una zanja transversal provista de las correspondientes arquetas de captación, todavía reconocibles in situ. Todavía son reconocibles, a lo largo de un amplio tramo del inicio del conducto, los basamentos de mortero romano de la substructio que sustentaba el specus del acueducto, habiéndose exhumado además en la Praza da Milagrosa los basamentos de los pilastrones sobre los que discurría a esta altura de su recorrido, que prolongaba en diagonal hasta la intersección de la Avenida da Coruña con la Ronda de la Muralla, en la que penetraba, aún elevada, por el célebre «boquete», prosiguiendo por el límite occidental de la Praza do Ferrol, parte anterior del Pazo de San Marcos, Praza de Santo Domingo, en la que entraba ya soterrado, y vía contigua por el norte a la pared septentrional del foro, en donde se levantó el castellum aquae de distribución.
Las ricas surgencias acuíferas termales de las orillas del Miño contribuyeron a determinar la ubicación de la ciudad en este lugar y constituyeron desde sus inicios el complemento necesario para la satisfacción de necesidades tanto salutíferas como lúdicas. Las excavaciones han venido a demostrar que el complejo termal fue levantado ya en los primeros tiempos de la ciudad, evolucionando posteriormente al compás de etapas no suficientemente conocidas todavía. También en el interior de la urbe fueron erigidos complejos termales. Dos de los hasta ahora descubiertos, uno en la Rua de Armañá y otro en la Rua Catedral, podrían haber sido termas públicas. Ligeramente más modestos resultan los exhumados en la Praza de Santo Domingo y Rua dos Cregos que, junto con los vestigios de otros varios, pueden ser atribuidos al ámbito privado.
Como en toda ciudad romana, las necrópolis se establecieron en función de la salida de las vías. La primera de las necrópolis aparecidas dentro de la urbe lucense fue exhumada en 1986 en la esquina sudoriental de la Praza de O Ferrol, en donde aparecieron sesenta y siete enterramientos de incineración de época altoimperial. Otra necrópolis de incineración apareció en un solar contiguo al del Instituto de Enseñanza Media Juan Montes, vinculada a la calzada que se dirigía a Brigantium y que fue inutilizada tras la construcción de la muralla. Más compleja es la gran necrópolis de San Roque, situada en la salida hacia Asturica de las vías XIX y XX del Itinerario de Antonino; su uso se prolongó a lo largo de todo el Imperio, alternando ritos de incineración e inhumación.
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Visita guiada y documentada a la Ciudad Sagrada de Augusto
Fomentar la recuperación y la puesta en valor como conjunto histórico de la ciudad antigua de LUCUS AUGUSTI. Visitas guiadas y documentadas por las instalaciones museísticas y áreas urbanas históricas de la ciudad romana.
RECORRIDO
1.- Ara de Augusto
Punto de inicio y final del recorrido por la ciudad romana de Lucus Augusti.
Oficina de información turístico-cultural y tienda de recuerdos de la visita.
2.- Museo de la domus principal
Museo que contiene la domus principal de la ciudad romana del siglo III, los restos pertenecen a la zona central de esta gran domus con dos peristilos, un hipocausto, pinturas murales y los mejores mosaicos romanos que existen en el norte de España.
3.- Museo Provincial
Posee entre sus fondos, monedas, mosaicos, epigrafías, pedestales, aras, relieves y esculturas del Lugo Romano. Especial cabeza de figura de mármol gris.
4.- Porta Miñá
La puerta principal de entrada a la ciudad del bajo imperio. Siglo IV.
5.- Museo Porta Miñá
Museo municipal que contiene una gran muestra paneles, gráficos explicativos así como cerámica, utensilios, epigrafías, y objetos cotidianos y todo ello con una presentación clara y detallada de la historia de Lucus Augusti.
6.- Parque Arqueológico del Carmen
La zona que ocupaba el pomerio inicial de la ciudad donde se sitúan las hipótesis sobre los restos del anfiteatro, la palestra y dos templos.
7.- Termas Romanas
Las termas medicinales romanas del siglo I con sus estancias integradas en un moderno balneario termal con todos los adelantos medicinales modernos.
8.- Puente Romano
Puente sobre el río Miño de origen romano.
9.- Santa Eulalia de Bóveda
Santuario romano con hermosos frescos, esculturas y relieves del siglo III.
10.- San Román
Millario en el camino romano a Braccara Augusta.
11.- Porta de Santiago
Puerta de entrada a la zona de la ciudad donde se encontraba la basílica paleocristiana del siglo III.
Yacimiento de una domus del siglo III bajo la muralla bajo imperial.
12.- Mueso Catedralicio
Imagen de la patrona de Lucus Augusti
Museo con un espectacular crismón paleocristiano en mármol gris del siglo V.
13.- Muralla Bajo Imperial
Paseo por la muralla de Lucus Augusti del siglo III que se conserva entera en todo su perímetro y es Patrimonio Universal de la Humanidad desde el año 2000.
14.- La Mosquera
Visita a la zona de la Mosquera, el lugar más representativo de la Muralla de Lucus Augusti con su torre con ventanales.
15.- Museo de Júpiter Ammon
Yacimiento único en el mundo del Oráculo de Júpiter-Ammón, donde se encuentra en completo y magnifico estado su piscina sagrada y elementos utilizados por los adivinos de su santuario.
16.- Porta de San Pedro
Entrada a la ciudad por la puerta del camino primitivo que provenía de Astúrica Augusta.
Retorno al punto de partida.
TARIFAS VISITAS GUIADAS:
Visita de mañana o tarde. Medio circuito.
Entre 30 y 50 personas: 2 /persona.
Entre 20 y 29 personas : 3 /persona.
Entre 10 y 19 personas: 6 / persona.
Vista de día completo.
Entre 30 y 50 personas: 5 /persona.
Entre 20 y 29 personas : 7 /persona.
Entre 10 y 19 personas: 13 / persona.
CONSULTAS Y SUGERENCIAS
Exposición del Proyecto "Fundación VRBIS AVGVSTI"
Sede: Praza Maior, 31 (Galerías Louvre) - LUGO
Tel. 902 157 194
fua@arqweb.com
Lucus Augusti. Reportaje Fotográfico
¿Era Lugo la Mérida del Norte? ¿Lucharon allí mirmillones y reciarios contra las fieras de O Courel? ¿La sangre de los astures tiñó la arena del anfiteatro de Lucus Augusti? Las catas en el barrio do Carme desvelarán el enigma que enfrenta a arquitectos y arqueólogos.
Los aplausos del público, llegado de los castros cercanos, inundaban la arena teñida de sangre. El gladiador reciario saludaba victorioso después de haber atrapado en su red a un mirmillón, a quien amenazaba con clavarle el afilado tridente. Los dos luchadores, duramente entrenados en la palestra (gimnasio) cercana, se levantaron y saludaron a sus admiradores. Habría tiempo para morir otro día. Desde las gradas de madera, 2.800 espectadores pedían que empezase ya el combate contra los osos capturados en las sierras del Miño y varios toros bravos. El calor apretaba sobre los toldos del anfiteatro de Lucus Augusti, la ciudad más importante del norte de Hispania.
Por esta urbe minera corría mucho dinero. Allí llegaban los montañeses que buscaban oro en los túneles derruidos y los ganaderos que vendían sus veloces caballos asturcones, muy valorados en Roma. Las monedas desaparecían de la mano tras tomarse un baño en las termas ninfales del río, asistir a una comedia de Plauto en el teatro o visitar los prostíbulos y tabernas cercanos al templo de Venus, detrás del anfiteatro.
Acueducto y templo
Hace unos años, esta imagen del Lugo romano podría considerarse como fantasiosa o chauvinismo de provincias. Pero, cada vez gana más terreno la teoría de que Lucus Augusti era una ciudad tan cosmopolita como la lusitana Mérida. En apenas veinte años, los estudiosos han descubierto un acueducto, varias domus o casas de ricos, e incluso un templo en honor de Mitra, la divinidad que rivalizó con el cristianismo.
La imagen del Lugo romano podría revolucionarse en los próximos meses. Los arqueólogos que trabajan en un proyecto financiado por la UE han iniciado nuevas excavaciones en el barrio de O Carme. Las catas pretenden localizar una bifurcación de la calzada romana de la Vía XIX, una autovía que hace dos mil años enlazaba Lucus Augusti con Bracara (Braga) y Asturica (Astorga).
Pero la atención se centra en una prospección secundaria que podría confirmar o sepultar para siempre la polémica teoría del arquitecto Sánchez-Montaña. Éste defiende desde su web lucusaugusti.com que un anfiteatro yace bajo una leira que conserva unos muros sospechosamente semicirculares. La finca perteneció a la Iglesia hasta que la vendió hace cuatro años. Ahora es el suelo más caro del centro de Lugo. La Escuela Superior de Arquitectura de A Coruña otorgó al investigador la máxima calificación por su tesis doctoral sobre el urbanismo de Lucus Augusti. Sus alumnos incluso confeccionan maquetas de dicho anfiteatro, pese a que carecen de pruebas documentales o materiales a favor. Pero tampoco hay nada en contra.
Interés urbanístico
Debido al gran interés urbanístico por construir en la zona, el tiempo corre en contra. Por suerte, una de las catas que busca la vía XIX se realizará justo donde el arquitecto sospecha que está el centro de la arena del circo. Es la oportunidad que ha aguardado para confirmar su hipótesis. «El lugar de la cata no es el más idóneo porque es evidente que en ese punto sólo aparecerá arena, pero ningún muro ni cimiento, salvo que el circo tuviese sótanos», se queja Sánchez-Montaña.
Los arqueólogos son escépticos. «Zapatero a tus zapatos», replicaba hace unos meses el director del castro de Viladonga. La misma frase la pronuncia un catedrático de la Universidad de Santiago. Estos especialistas dudan que el Lugo romano contase con un circo. «Sería una construcción de notoria importancia, como las murallas. Sus muros no habrían pasado desapercibidos», afirma un investigador. ¿Y si fue desmontado para construir la muralla o las gradas eran de madera, como sostiene Sánchez-Montaña? «Braga y Astorga carecían de estos grandes edificios. ¿Por qué iba a tenerlos Lugo? Si fuese de madera, se pudriría a causa de la lluvia. Sólo se construían así en las guarniciones militares como recintos provisionales, a la espera de levantar uno durarero», refuta un arqueólogo.
La opinión pública parece dividida. «Si hubiese algo enterrado ahí abajo, los arqueólogos ya se estarían peleando por excavar. En Astorga apareció una tablilla de bronce y todos querían examinarla», ironiza un observador de la vida diaria lucense. La batalla entre eruditos respecto al anfiteatro ?que ni siquiera se sabe si existió? es un ejemplo de lo animadas que se han vuelto las excavaciones en el subsuelo de la urbe que dominó el Miño hace dos mil años. «Hace un par décadas, poco sabíamos de la ciudad. La muralla era lo único visible. Los últimos hallazgos demuestran que la ciudad antigua es más importante de lo que se pensaba», admite el catedrático Antonio Rodríguez Colmenero.
Pero hasta los máximos detractores de Sánchez-Montaña defienden sus propias teorías sobre la existencia de construcciones grandiosas que permanecen ocultas bajo las calles de Lugo. Un ejemplo es el teatro, donde los comediantes interpretaban a los clásicos en latín. Quizás allí nació el idioma gallego. Un sacerdote del siglo XVIII describió unas gradas de argamasa que vio enterradas bajo la plaza Maior de Lugo. «Podría ser un teatro u otra cosa. Cuando alguien se digne excavar ahí, tarde o temprano, sabremos la verdad», afirma Colmenero sobre lo que los expertos consideran el mayor monumento cultural de Galicia. Para comprender lo que yace bajo el subsuelo de Lugo hay que remontarse a las Guerras Cántabras que emprendió el primer emperador de Roma, Augusto, para someter a los castreños de las montañas galaicas, astures y cántabras. Los arqueólogos sostienen que los legionarios levantaron un campamento en un montículo estratégico. Pero nadie ha encontrado restos de tal recinto militar. Y las calles romanas halladas no encajan con las piezas del puzle.
Al terminar la campaña, Paulo Fabio Máximo fundó la ciudad en el año 12 antes de Cristo, cuando Augusto fue nombrado pontífice máximo. Aquí es donde entran los arquitectos. Sánchez-Montaña sugiere que Lucus Augusti fue construida como una urbe nueva, cuya planta sería clónica del resto de las colonias romanas. La mayoría seguían el patrón urbanístico queestableció Vitruvio, el arquitecto más universal de Roma. El investigador lucense se basa en el hallazgo de un gran cruce de calles en el centro de Lugo, común en las urbes romanas. Si Lugo responde a la planta estándar, se supone que también dispondría de un teatro, anfiteatro con su palestra, basílica, foro, capitolio, varios templos, acueducto, grandes domus y termas. Lo contrario sería como un pueblo norteamericano sin local de McDonald?s. Sus propios detractores admiten que el reciente hallazgo de una cloaca de drenaje de aguas fecales en Lugo demuestra su verdadera importancia.
«Han aparecido huesos de osos»
CARLOS SÁNCHEZ-MONTAÑA ARQUITECTO
LUCVS AVGUSTI "VRBS ROMANA"
En Lucus Augusti significa el Bosque Sagrado de Augusto. El arquitecto Sánchez-Montaña considera que esa denominación explica el caracter religioso del Lugo romano. Lo cual justificaría la existencia de grandes edificios públicos, como el supuesto anfiteatro cuya existencia defiende. «Las minas se controlaban desde Asturica. En cambio, Lucus tenía un carácter sagrado. Su urbanismo, con planta cuadrada, y la orientación de la ciudad determinan que fue fundada para rendir honor a Augusto. Ninguna ciudad ex novo fue nombrada de esa manera», sostiene Sánchez-Montaña, quien niega que hubiese un campamento militar anterior.
Para argumentar eso se basa en los manuales de urbanismo romano. La pista surgió en el barrio de Recatelo, que se excavó el año pasado y que «se está destruyendo ahora con el beneplácito de Cultura». Allí apareció un decumano (un cruce de calles este-oeste) y un cardo (cruce norte-sur) de un barrio de la periferia de Lucus Augusti. Está a 600 metros del foro y los yacimientos más profundos son del mismo período. «Echa por tierra la teoría del campamento previo. Se construyó al mismo tiempo que la ciudad. En esa zona había insulas de dos plantas y locales con actividad comercial y artesanal», indica. El anfiteatro, de segunda categoría, sería posterior y quedaría fuera de la urbe. Tendría capacidad para 2.800 espectadores y una longitud de 69 metros de eje. A su lado, había una palestra (gimnasio) de 35 metros de lado.
Hace dos semanas, un propietario de edificios aportó una nueva pista. El inmobiliario le reveló al arquitecto que, en las cimentaciones, los obreros hallaron innumerables huesos de animales: osos, toros, lobos y bueyes. Esto podría probar la existencia del circo. «Es un espectáculo muy atractivo para los castreños, que tenía como función la propaganda», dice el investigador. Los juegos, de los que admite que no hay evidencia alguna, eran financiados por hombres honorables.
A finales del siglo II, los juegos de gladiadores cayeron en el olvido. Según su teoría, parte de las piezas de cantería del anfiteatro fueron reutilizadas para construir las murallas actuales. Éste asegura que en los laterales de los cubos de las puertas Miñá o del Carmen y la de Santiago existen hendiduras y trabajos de cantero similares a los arcos de las puertas del anfiteatro de Mérida. «Si Galicia es la fusión de Roma y lo castreño, ese proceso se produjo en la ciudad de Lucus Augusti», añade.
Imágenes de la exposición:
IMAGO ANTIQUA, LUGO ROMANO>
La sala de exposiciones Porta Miñá, que acoge la muestra permanente "Imago Antiqua. Lugo Romano", se encuentra situada frente a la puerta de la muralla de la recibe su nombre, el lugar en donde se iniciaba el "decumanus máximo" de la ciudad y hasta donde llegaba la vía XIX procedente de Braga. Sin duda uno de los lugares donde la memoria histórica de Roma en Galicia se vive, aun hoy, a flor de piel.
Esta sala, abierta de martes a domingo entre las 10.00 y las 13.00 horas, acoge una amplia exposición que lleva al visitante a lo largo de un viaje histórico con paradas en las cuatro épocas fundamentales del Lugo romano: la Conquista, el Esplendor, la Fortificación de la Ciudad y su Ocaso.
Con el monolito fundacional de la ciudad como punto de encuentro, "Imago Antiqua" se distribuye en dos áreas. A la derecha, las piezas correspondientes a las etapas de la conquista y del esplendor del imperio romano. A la izquierda, una recreación de la fortificación de la ciudad, en la que el visitante puede visualizar como era realmente la Muralla y como cumplía su misión de protección de la urbe. En esta parte de la sala también podemos encontrar fotografías murales entre las que destaca una reproducción del espectacular mosaico que fue encontrado en la rúa Armanyá y que se conserva en el Museo Provincial.
La "caetra"
Del período de la conquista se conserva, por ejemplo, monedas de "caetra" que fueron empleadas para sufragar los gastos de la guerra de conquista. Las monedas tienen una efigie de Augusto por un lado y por el otro un escudo redondo dividido en cuatro partes. Llevan representadas armas que fueron utilizadas en las guerras cántabras por los pueblos indígenas.
Desarrollo de la ciudad
La parte de la muestra dedicada al esplendor de la antigua Lucus Augusti traslada al visitante a la época en la que a ciudad se convierte en "Conventus Iuridicus" y, por lo tanto, adquiere poder administrativo. Este apartado de la exposición muestra como eran algunas de sus calles y pórticos; el foro, una área de gran extensión donde se desenvolvía la mayor parte de la vida pública de la ciudad; la evolución del saneamiento, desde los pozos hasta el acueducto; así como aspectos urbanísticos de las viviendas tradicionales.
Joyería y utensilios domésticos
Los restos que se conservan relativos a la ornamentación personal y a las labores domésticas constituyen una de las colecciones que más llaman la atención a los visitantes de Porta Miñá. Se puede observar la evolución de la cerámica romana entre las etapas altoimperial y bajoimperial entre las vasijas, bandejas y vasos conservados. Los visitantes se encontraran con curiosos instrumentos, como un compás, y elementos decorativos como muebles y posavasos. La muestra reúne numerosos anillos (que eran utilizados tanto por hombres como por las mujeres), así como brazaletes, pendientes y collares.
Piezas fúnebres
La recopilación de los restos arqueológicos incluyen piezas relacionadas con los enterramientos, que resultan muy curiosas para los visitantes por cuanto demuestran la evolución ideológica y religiosa de la sociedad romana. Al lado de vasijas en las que fueron enterradas las cenizas de los muertos, se encuentran la reproducción de una de las tumbas que comenzaron a proliferar posteriormente, debido a la influencia del cristianismo muchos romanos comenzaron a optar por el enterramiento de cuerpo entero.
Restos exteriores
No termina la visita al pasado de la ciudad romana en el interior de la sala de exposiciones, al salir de esta y dirigiéndose hacía la izquierda, por el lateral de la sala, podremos adentrarnos en los restos del que fue el anfiteatro de Lucus Augusti, este edificio, único de su tipología en el noroeste peninsular, espera a ser excavado por los arqueólogos. Mientras tanto podemos adentrarnos en la arena y comprobar muchas partes que lo componen visibles a simple vista, como el podium, el pasillo interior, las puertas principales, etc. Un buen ejercicio de arqueología interactiva.
Así pues, el monolito fundacional de Lucus Augusti da la bienvenida a una exposición que seguro descubre muchas curiosidades tanto a los turistas como a los propios lucenses, y que contribuye a la puesta en valor del numeroso
patrimonio arqueológico que "La Ciudad Sagrada de Augusto" aun conserva.
«Un teatro puede yacer oculto»
ANTONIO RODRÍGUEZ COLMENERO HISTORIADOR
«En una ciudad, no se puede jugar al profetismo, sino que hay que hacer prospección. Le hacemos daño a la gente con páginas en Internet que confunden a los que no viven en Lugo. Me llaman para ver si ya se ha excavado el anfiteatro o si apareció la estatua de Augusto. No se puede banalizar». Así se pronuncia Antonio Rodríguez Colmenero, catedrático de Historia Antigua de la Univerdad de Compostela, de la Facultad de Humanidades de Lugo. Representa a los arqueólogos «prudentes» que critican las teorías de Sánchez-Montaña, al que consideran lego en la materia. Sin embargo, admite que el lugar donde el arquitecto sitúa el anfiteatro es «idóneo» porque los romanos utilizaban las vaguadas para evitar levantar los muros. Así ya tenían el encofrado hecho. Podría estar ubicado también al otro lado de la ciudad. «Si aparece, todos tocaremos las campanas en la Catedral», bromea.
Colmenero visitó la finca donde el intruso sitúa el circo. Vio una superficie semicircular, pero lo cataloga como un muro particular de cien años, de insuficiente solidez para sostener un edificio de tal envergadura. «Habría que comprobar si debajo yacen otros cimientos De haber algo, lo sabríamos», dice.
El estudioso recuerda que él fue el primero que sugirió en publicaciones la existencia de un posible teatro enterrado bajo la plaza Maior. La noticia procede del canónigo Pallaré y Gayoso, en el siglo XVIII. En su obra Argos Divina, el religioso describe la existencia de ruinas en dicha plaza, en forma de gradas sucesivas y circulares hechas con argamasa durísima. «No se han realizado catas porque dependen del Concello o intereses turísticos», lamenta.
El investigador admite la importancia estratégica de Lugo como centro minero y de recaudación, pues así lo demuestra la inscripción de soldados y funcionarios que cobraban tributos. «Supimos la orientación de las calles romanas y que parte de la ciudad había ganado hacia el noroeste y perdido al sur», relata.
Bajo dominio romano, fue capital de convento y, en el siglo III, ascendió a capital de la recién creada provincia Hispania Superior, de existencia efímera, pues sólo duró 10 o 15 años. «Sus pobladores construyeron la más importante muralla del Norte y fue la reserva defensiva de la región», añade. Tras la caída del Imperio romano, Lugo fue capital de un gran ducado visigodo.
Fuente: E. VÁZQUEZ PITA / La Voz de Galicia, 31 de julio de 2005
Enlace: http://www.lavozdegalicia.es/reportajes/noticia.jsp?CAT=105&TEXTO=100000074251
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Lucus Augusti, Lugo
Antonio Rodríguez Colmenero
Universidad de Santiago de Compostela
Fuente: Cervantes Virtual.com / ANTIGUA
Enlace: http://www.cervantesvirtual.com/portal/antigua/lucus_augusti.shtml
Presentación
Nadie duda hoy día de que Lucus Augusti, Lugo, fue fundación augústea y, como otras ciudades del Noroeste Hispano, elegida por el Príncipe para epicentro político-administrativo de aquella parte extrema del territorio recién conquistado. La elección del solar lucense para campamento la aconsejarían, tanto su privilegiado emplazamiento, en una suave penillanura delimitada por los cursos fluviales del Miño y del Rato, que jugarían un no desdeñable papel defensivo, como su estratégica situación, en el cruce de un tupido sistema de comunicaciones naturales por los que acceder, tanto a la franja costera como a las comarcas del interior. Si a ello sumamos la existencia de unas generosas surgencias termales, a la orilla misma del río Miño, siempre tenidas en cuenta para restablecimiento y reposo de los heridos en combate, de ricos manantiales de agua potable a menos de dos kilómetros al norte de la ciudad, hasta la que podían fluir sin dificultad, dado el gradiente, por cualquier tipo de conducto, y de abundantes canteras de pizarra tabular para la construcción, se comprenderá que el solar lucense hubo de pesar seriamente en la decisión romana a la hora de elegir el lugar más apropiado para establecer su base de operaciones bélicas en este lejano finisterre atlántico. Evidencias del pasado campamental serían un umbral granítico de puerta con la inscripción L. VI que, en todas las hipótesis, sólo cabe interpretar como l(egio) VI, y una laja de granito, casi perfectamente pulido en su cara anterior y sin apenas desbastar en la posterior, en cuya cara anterior aparece una gran K, que no cabe interpretar de otra manera, dado el contexto, que como k(ardo). A ello hay que sumar los numerosos hallazgos de monedas de la serie de la caetra, de las que sólo entre 1986 y 1993 se habían inventariado hasta 62 ejemplares aparecidos en las excavaciones de Lugo frente a sólo 48 que se contabilizaban a la sazón para todo el amplio noroeste. Desde entonces, los hallazgos numismáticos de esta naturaleza se han ido multiplicando en la ciudad, de tal manera que casi no hay excavación, por pequeña que sea, en la que no aparezcan dos o tres ejemplares, cuando no diez, como ha sucedido en una excavación reciente de la Rúa Montevideo.
En nuestra opinión, el solar de la Lucus Augusti posterior fue inicialmente un campamento, posiblemente capaz para dos legiones, que habría jugado un papel estelar durante las guerras cántabras como base establecida por Cayo Antistio, uno de los conductores de la campaña del -25, para la conquista del ámbito septentrional de Gallaecia, permaneciendo como campamento estable durante unos diez años, o sea, hasta el retorno de Augusto a la península entre -15/-13, siendo reconvertido en establecimiento urbano civil con motivo de este mismo segundo viaje del Príncipe a Hispania. Dicha reconversión no se habría hecho al azar sino como parte de un amplio y bien madurado proyecto de urbanización, puntal cimero en todo proceso de romanización, tanto del extenso noroeste como de otras tierras hispánicas afines o próximas. Los epicentros urbanos de dicho proceso, convertidos en capitales administrativas de unos distritos subordinados a la provincia y denominados conventos jurídicos, fueron Asturica Augusta, reconvertida de campamento en ciudad por Augusto mismo físicamente presente en el lugar, Lucus Augusti, en origen de la misma naturaleza, y Bracara Augusta, resultado de la migración continua de los castreños de las inmediaciones y de foráneos llegados desde diversos puntos peninsulares y extrapeninsulares; sólo que en estos dos últimos casos sería Paulo Fabio Máximo, legado ad hoc y familiar de Augusto, el encargado de realizar los honores fundacionales, tal como testifican los epígrafes hallados en una y otra ciudad.
Del área estricta ocupada por el posible campamento apenas se conservan indicios, pero es de suponer que coincidiese, a grandes rasgos, con la de la ciudad altoimperial, que se supone sucesora de aquél. En todo caso, una y otra dibujarían un gran rectángulo de entre 35 y 40 hectáreas orientado de Norte a Sur, que, iniciado levemente en la vertiente que drena las aguas de lluvia hacia el Rato, asienta la casi totalidad de su superficie en la suave ladera que buza hacia el cauce del Miño, por otra parte bien expuesta al sol de Poniente.
Hasta hace poco tiempo era creencia general que el área urbana de época altoimperial de Lucus Augusti había sufrido una notable ampliación en el Bajo Imperio. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos tiempos han empezado a demostrar, desde 1986, que ello no es así. Efectivamente, los vestigios hasta la fecha exhumados confirman que la ciudad ganó por la parte norte un área bastante extensa, en época altoimperial, sectorialmente dedicada a necrópolis en los puntos de salida de las grandes vías, de tal forma que el luneto comprendido entre la cerca y la línea que, por la parte interior, define la calle Bolaños Ribadeneyra y su prolongación por la Praza do Ferrol fue ganado para asiento de edificaciones durante el Bajo Imperio. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas han venido a demostrar que la ciudad perdió por el Sur y el Oeste (Praza da Constitución, Rua Rodríguez Mourelo y barrios de Recatelo y O Carme) un ámbito tres veces más extenso. En ese contexto, pues, zonas que durante el Alto Imperio eran necrópolis se convirtieron en áreas habitadas tras la construcción de la muralla y, por el contrario, las zonas abandonadas del ámbito suroeste pasaron a ser lugar de enterramiento en algunos de sus sectores.
Nadie duda ya que la muralla de Lugo es en su conjunto obra romana, si bien las vicisitudes históricas sufridas por el monumento le han hecho perder la mitad superior a lo largo de casi todo su recorrido. En mal estado debieron dejarla los avatares bélicos del Medievo porque en el siglo XVI son constantes las llamadas a su reconstrucción, que sólo parcialmente se realiza. Lo mismo sucede, con diversas alternativas en las centurias siguientes; lo que no obsta para que algunos visitantes ilustres o indígenas preclaros hablen de torres con dos o tres pisos, gruesos vidrios blancos en las ventanas de las torres y hasta vestigios de maderos de cubierta y chimeneas. De todo ello únicamente ha perdurado hasta la fecha la torre de la Mosquera, con tres ventanas semicirculares sobresaliendo sobre el adarve. La parte inferior ha sufrido también profundas remodelaciones exteriores e interiores, no siendo la menor de ellas el haber sido cegadas las escaleras embutidas en la fábrica frente a cada uno de los cubos para facilitar la labor de defensa en épocas post-romanas. La remodelación que actualmente se está llevando a cabo las está poniendo todas al descubierto.
Puede establecerse, en fin, que lo que constituye el núcleo de la actual muralla de Lugo es obra de datación romana, como confirman la naturaleza de su interior argamasado, el esquema constructivo del adarve, las escaleras embutidas en la fábrica frente a cada una de las escaleras y los elementos arquitectónicos o epigráficos reempleados en su relleno. Sin embargo, son escasos los sectores de lienzo interior o exterior conservados intactos o las entradas que actualmente pueden certificarse como genuinamente romanas. En todo caso, no es poco que este recio bastión se haya conservado en todo su perímetro hasta los tiempos actuales, convirtiéndose en un monumento tan singular que ha merecido recientemente ser declarado patrimonio de la humanidad.
Durante la amplia remodelación de las vías urbanas llevada a cabo en 1998 fue posible ubicar el foro de la ciudad en el gran rectángulo comprendido entre la Rua da Raíña, por el oeste, la Praza de Santo Domingo, por el norte, la Rúa de San Pedro, por el Sur, y un sector de la Rua Progreso por el este. Tal como sucede en otras latitudes, su ubicación no corresponde al centro geográfico de la urbe, ya que se encuentra escorado hacia su confín oriental, pero sí al área más eminente, topográficamente hablando, del asentamiento urbano. Las excavaciones de los últimos años han permitido también localizar algunas arterias de la antigua ciudad romana, en parte documentadas por las cloacas que circulaban bajo ellas, entre las que deben encontrarse el cardo maximus y el decumanus principal de la urbe.
Tanto la red de cloacas como el crecido número de establecimientos termales puestos al descubierto en excavaciones del interior de la ciudad hacen presuponer la existencia de un sistema de distribución de agua de cierta envergadura. La traída de aguas desde las cercanías debió de hacerse efectiva a lo largo de la primera centuria de la era, a juzgar por ciertos indicios estratigráficos. En lugar del tradicional embalse, el aprovisionamiento de agua se realizó mediante un túnel de captación en el rico acuífero de O Castiñeiro, a menos de dos kilómetros de la ciudad y a un nivel topográfico adecuado. Una serie de canales radiales, a modo de peine, avenaban una zanja transversal provista de las correspondientes arquetas de captación, todavía reconocibles in situ. Todavía son reconocibles, a lo largo de un amplio tramo del inicio del conducto, los basamentos de mortero romano de la substructio que sustentaba el specus del acueducto, habiéndose exhumado además en la Praza da Milagrosa los basamentos de los pilastrones sobre los que discurría a esta altura de su recorrido, que prolongaba en diagonal hasta la intersección de la Avenida da Coruña con la Ronda de la Muralla, en la que penetraba, aún elevada, por el célebre «boquete», prosiguiendo por el límite occidental de la Praza do Ferrol, parte anterior del Pazo de San Marcos, Praza de Santo Domingo, en la que entraba ya soterrado, y vía contigua por el norte a la pared septentrional del foro, en donde se levantó el castellum aquae de distribución.
Las ricas surgencias acuíferas termales de las orillas del Miño contribuyeron a determinar la ubicación de la ciudad en este lugar y constituyeron desde sus inicios el complemento necesario para la satisfacción de necesidades tanto salutíferas como lúdicas. Las excavaciones han venido a demostrar que el complejo termal fue levantado ya en los primeros tiempos de la ciudad, evolucionando posteriormente al compás de etapas no suficientemente conocidas todavía. También en el interior de la urbe fueron erigidos complejos termales. Dos de los hasta ahora descubiertos, uno en la Rua de Armañá y otro en la Rua Catedral, podrían haber sido termas públicas. Ligeramente más modestos resultan los exhumados en la Praza de Santo Domingo y Rua dos Cregos que, junto con los vestigios de otros varios, pueden ser atribuidos al ámbito privado.
Como en toda ciudad romana, las necrópolis se establecieron en función de la salida de las vías. La primera de las necrópolis aparecidas dentro de la urbe lucense fue exhumada en 1986 en la esquina sudoriental de la Praza de O Ferrol, en donde aparecieron sesenta y siete enterramientos de incineración de época altoimperial. Otra necrópolis de incineración apareció en un solar contiguo al del Instituto de Enseñanza Media Juan Montes, vinculada a la calzada que se dirigía a Brigantium y que fue inutilizada tras la construcción de la muralla. Más compleja es la gran necrópolis de San Roque, situada en la salida hacia Asturica de las vías XIX y XX del Itinerario de Antonino; su uso se prolongó a lo largo de todo el Imperio, alternando ritos de incineración e inhumación.
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RODRÍGUEZ COLMENERO, Antonio; CARREÑO, María Covadonga, «Sobre Paulo Fabio Máximo y la fundación de Lucus Augusti. Nuevos testimonios», en Finis Terrae. Estudios en lembranza do Prof. Dr. Alberto Balil, Santiago, 1992, 389-415.
SANFIZ, R. G., Estudio Histórico de la muralla de Lugo, Lugo, 1900.
SCHULTEN, Adolf, Los Cántabros y Astures y su guerra con Roma, Madrid, 1943.
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Visita guiada y documentada a la Ciudad Sagrada de Augusto
Fomentar la recuperación y la puesta en valor como conjunto histórico de la ciudad antigua de LUCUS AUGUSTI. Visitas guiadas y documentadas por las instalaciones museísticas y áreas urbanas históricas de la ciudad romana.
RECORRIDO
1.- Ara de Augusto
Punto de inicio y final del recorrido por la ciudad romana de Lucus Augusti.
Oficina de información turístico-cultural y tienda de recuerdos de la visita.
2.- Museo de la domus principal
Museo que contiene la domus principal de la ciudad romana del siglo III, los restos pertenecen a la zona central de esta gran domus con dos peristilos, un hipocausto, pinturas murales y los mejores mosaicos romanos que existen en el norte de España.
3.- Museo Provincial
Posee entre sus fondos, monedas, mosaicos, epigrafías, pedestales, aras, relieves y esculturas del Lugo Romano. Especial cabeza de figura de mármol gris.
4.- Porta Miñá
La puerta principal de entrada a la ciudad del bajo imperio. Siglo IV.
5.- Museo Porta Miñá
Museo municipal que contiene una gran muestra paneles, gráficos explicativos así como cerámica, utensilios, epigrafías, y objetos cotidianos y todo ello con una presentación clara y detallada de la historia de Lucus Augusti.
6.- Parque Arqueológico del Carmen
La zona que ocupaba el pomerio inicial de la ciudad donde se sitúan las hipótesis sobre los restos del anfiteatro, la palestra y dos templos.
7.- Termas Romanas
Las termas medicinales romanas del siglo I con sus estancias integradas en un moderno balneario termal con todos los adelantos medicinales modernos.
8.- Puente Romano
Puente sobre el río Miño de origen romano.
9.- Santa Eulalia de Bóveda
Santuario romano con hermosos frescos, esculturas y relieves del siglo III.
10.- San Román
Millario en el camino romano a Braccara Augusta.
11.- Porta de Santiago
Puerta de entrada a la zona de la ciudad donde se encontraba la basílica paleocristiana del siglo III.
Yacimiento de una domus del siglo III bajo la muralla bajo imperial.
12.- Mueso Catedralicio
Imagen de la patrona de Lucus Augusti
Museo con un espectacular crismón paleocristiano en mármol gris del siglo V.
13.- Muralla Bajo Imperial
Paseo por la muralla de Lucus Augusti del siglo III que se conserva entera en todo su perímetro y es Patrimonio Universal de la Humanidad desde el año 2000.
14.- La Mosquera
Visita a la zona de la Mosquera, el lugar más representativo de la Muralla de Lucus Augusti con su torre con ventanales.
15.- Museo de Júpiter Ammon
Yacimiento único en el mundo del Oráculo de Júpiter-Ammón, donde se encuentra en completo y magnifico estado su piscina sagrada y elementos utilizados por los adivinos de su santuario.
16.- Porta de San Pedro
Entrada a la ciudad por la puerta del camino primitivo que provenía de Astúrica Augusta.
Retorno al punto de partida.
TARIFAS VISITAS GUIADAS:
Visita de mañana o tarde. Medio circuito.
Entre 30 y 50 personas: 2 /persona.
Entre 20 y 29 personas : 3 /persona.
Entre 10 y 19 personas: 6 / persona.
Vista de día completo.
Entre 30 y 50 personas: 5 /persona.
Entre 20 y 29 personas : 7 /persona.
Entre 10 y 19 personas: 13 / persona.
CONSULTAS Y SUGERENCIAS
Exposición del Proyecto "Fundación VRBIS AVGVSTI"
Sede: Praza Maior, 31 (Galerías Louvre) - LUGO
Tel. 902 157 194
fua@arqweb.com
2 comentarios
María Ester -
Me llamo María y estoy estudiando arquitectura técnica..estoy haciendo un trabajo de las técnicas de reconocimiento del terreno y me faltan fotografías sobre catas y pozos..si es posible y me pudierais facilitar algunas me sería de mucha ayuda..gracias de antemano!
saludos, María Ester
Carlos Crespo -
Mi telefono es 786-4433625
sinceramente
Carlos crespo