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Terrae Antiqvae

Hispania prerromana

Asturias. El Chao Samartín reúne la mayor colección de cerámica romana del norte de España

Asturias. El Chao Samartín reúne la mayor colección de cerámica romana del norte de España Foto: Decoración de una de las cerámicas.

Un centenar de las más de mil piezas procedentes del yacimiento formará parte de una exposición que se inaugurará en julio en Gijón.

El conjunto de cerámica romana que el Chao Samartín (Grandas de Salime) está ofreciendo a los investigadores que se ocupan de desentrañar su historia se sale de lo habitual. Durante diez años de excavación se han reunido varios miles de piezas y fragmentos procedentes de distintas épocas, entre las que destaca el conjunto de cerámica de «Terra sigillata». Se denominan así a las cerámicas de época romana bañadas de barniz rojizo, utilizadas como vajillas de mesa. La colección que se ha conseguido exhumar en el Chao Samartín ronda las 1.300 piezas, entre fragmentos y utensilios completos.

Es la mayor colección por número y variedad de las localizada en yacimientos castreños del norte de España. Los detalles, la tipología, la procedencia y todo lo relacionado con este importante hallazgo formará parte del libro que preparan los arqueólogos Estefanía Sánchez Hidalgo y Alfonso Menéndez Granda, ambos integrantes del equipo de excavaciones arqueológicas de la cuenca del Navia que dirige Angel Villa. La publicación estará en la calle en octubre, pero antes, un centenar de cerámicas formarán parte de una exposición que se inaugura en julio en el Parque Arqueológico de la Campa de Torres, en Gijón. Ambas iniciativas cuentan con el apoyo de la Fundación Municipal de Cultura de Gijón y la Consejería de Cultura.

A juicio de Alfonso Menéndez, el volumen de «Terra sigillata» del castro de Grandas, donde se ha excavado sólo una cuarta parte de su superficie, sorprende sobre todo si se establecen comparaciones con otros yacimientos. Es el caso del castro de Llagú, que con una superficie excavada que triplica la del Chao solamente ha aportado 150 vasijas de «Terra sigillata», lo que da una idea de la importancia del material grandalés.

Los arqueólogos fundamentan la abundancia de piezas en dos hechos: el poblado fue abandonado a mediados del siglo II tras sufrir un movimiento sísmico que obligó a huir a sus habitantes abandonando sus pertenencias, que se localizaron siglos después casi intactas. Otra de las razones está vinculada al asentamiento del Ejército romano, que habría supuesto una fuerte demanda de piezas para abastecer a la población. Alfonso Menéndez destaca asimismo que en el siglo I, el Chao era el núcleo administrativo de la zona, donde se asentaban los dirigentes que controlaban el mercado del oro. En resumen, se trataba de una zona rica, con un mercado establecido que recibía materiales de distintos lugares de la Península.

Hasta Grandas de Salime llegó cerámica desde distintos lugares. Se cuenta con una amplia representación de vajillas de origen sudgálico (sur de Francia) e hispano. Las piezas más habituales son platos, cuencos, tazas, jarras y vasos, pero también hay cantimploras y tinteros. Se da la circunstancia de que un tintero fue localizado en la casa donde se cree que residió la autoridad del poblado, lo que lleva a pensar que ya entonces podían utilizar tinta.

En el Chao se han contabilizado piezas con sellos de alfarero en número abundante, pero entre las llegadas de la Península abundan las de alfares de la zona riojana de Tricio. La sigillata era en época del Imperio romano un producto internacional que encontró en el castro de Grandas, entonces la capital de la zona, un centro de distribución para otros lugares durante los siglos I y II.

En la producción que se conserva, los arqueólogos destacan un cuenco grande totalmente decorado con escenas romanas, entre las que llama la atención la figura del dios egipcio Anubis. Otras piezas de interés son algunas jarras que no cuentan con paralelo y sellos de alfarero muy habituales en otros yacimientos, pero algunos del Chao, claramente de Tricio, no habían sido identificados con anterioridad.

Fuente: La Nueva España, 4 de junio de 2005
Enlace: http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=297214&pIdSeccion=46&pNumEjemplar=929

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El Chao Samartín fue hace 3.000 años residencia de un grupo privilegiado

Todo parece apoyar que la fundación del Chao Samartín en Grandas de Salime se produjo a finales de la Edad del Bronce. Los últimos análisis confirman que entre los siglos IX y VIII, era un asentamiento fortificado con una gran cabaña central con capacidad para albergar un núcleo social privilegiado. Esa misma antigüedad es la que se establece para el cráneo hallado a la entrada del poblado. Estas fechas también han sido probadas en los castros de San Chuis y Os Castros, lo que permite establecer relación entre esas sociedades.

Los últimos análisis de radiocarbono realizados sobre diferentes muestras tomadas en distintas zonas del Chao Samartín (Grandas de Salime) han concluido que la fundación del castro se remonta a principios del siglo IX y finales del VIII antes de Cristo. Estas dataciones coinciden asimismo con la cronología que se asigna al emplazamiento donde se encontró un cráneo -probablemente de mujer-, que los arqueólogos vinculan al momento fundacional de este asentamiento fortificado.

Los estudios que se vienen realizando en el castro en los últimos años han permitido conocer que en el siglo VIII antes de nuestra era las defensas monumentales delimitaban un recinto en el que se alzaba, en posición dominante, una cabaña de grandes dimensiones que probablemente albergó un núcleo social privilegiado. Todo parece indicar que a partir de ese primigenio recinto fortificado, que, según los arqueólogos, pudo ser una especie de lugar de prestigio propio de una clase destacada, se desarrolló lo que más tarde se convertiría en lo que hoy conocemos como castros.

Las recientes dataciones coinciden en otorgar las mismas fechas para distintos lugares del poblado: empalizadas, foso, cabaña... que coinciden con la de la estratigrafía donde se localizó la urna con el cráneo. Este elemento, único resto humano localizado hasta ahora en un yacimiento que se remonta a la Edad del Bronce, sugiere a los arqueólogos una serie de preguntas aún sin respuesta que exigen una reflexión que permita indagar en una historia hoy muy poco armada y menos conocida.

Cista con cráneo

Ángel Villa, director del plan arqueológico de la cuenca del Navia, mantiene que hay que actuar con prudencia antes de lanzarse a avanzar hipótesis que argumenten la presencia del cráneo en el yacimiento. Hasta ahora lo único seguro es su antigüedad y su localización. Fue hallado, en una cista construida con losas de pizarra, ante la puerta de acceso a la acrópolis, a nivel del suelo que servía de tránsito hacia el recinto. Los análisis realizados prueban que el suelo en el que se excavó el nicho funerario es contemporáneo del cierre monumental que delimitaba el poblado. Según han comprobado los arqueólogos, los derrumbes ocasionados tras su primitiva ruina sellaron definitivamente el suelo y la cista.

Hay, como se ha dicho, pocas referencias de cráneos en yacimientos tan antiguos, al menos en la península Ibérica. Otra cosa es lo que ocurre en Gran Bretaña. Allí los expertos han podido comprobar a partir de distintos hallazgos que los romanos practicaron el corte ritual de las cabezas de sus prisioneros para ofrecerla a los dioses cada vez que se hallaban en peligro, suponiendo que con tales sacrificios ponían a la divinidad de su parte.

Cortadores de cabezas

Hasta hace poco en Gran Bretaña se pensaba que estos hallazgos de cuerpos desmembrados respondían a prácticas rituales celebradas por los druidas, pero los últimos restos han podido datarse en el siglo II, lo que, según los historiadores José María Blázquez y Javier Cabrero, indicaría que fueron legionarios romanos los autores del ritual.

Las similitudes que puede haber entre el hallazgo del Chao Samartín y los británicos se desbaratan por las fechas, ya que en el caso asturiano parece que el ritual fue muy anterior a la presencia romana en la zona. Los historiadores también hacen mención en su estudio sobre los cortadores de cabezas, que fue una costumbre muy extendida entre los pueblos celtas y entre todas las culturas que hacían de la guerra una de sus ocupaciones principales.

En el caso del Chao, sus estudiosos parecen decantarse más por una función ritual del cráneo que por el resultado de actuaciones bélicas.

Fuente: Mercedes MARQUÉS. La Nueva España, 23 de enero de 2004

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Castro Chao Samartín (Grandas de Salime)

Concejo (municipio): Grandas de Salime

Población: Castro

Localización: El castro está enclavado en la aldea de Castro, que dista 5,5 km de la capital del concejo, la villa de Grandas, con la que se comunica a través de la carretera AS-28.

Acceso: Carretera AS-28 de Grandas de Salime al Alto del Acebo, a la altura de la aldea de Castro (punto kilométrico 6).

Descripción: El Chao de San Martín se ha convertido en un hito fundamental para explicar el origen de estos poblados y su adaptación al nuevo orden social establecido tras la conquista romana.

El descubrimiento casual de una cabaña bajo las por entonces tierras de labor del Chao y la preocupación e interés de las gentes del lugar hicieron posible la conservación de gran parte del material cerámico encontrado y el conocimiento de su existencia por los investigadores universitarios.

En agosto de 1990 dieron comienzo las campañas de excavación arqueológica. La riqueza de este yacimiento es enorme y son numerosos los materiales encontrados: cerámicas, piezas de orfebrería, instrumental quirúrgico, juegos de pesas y medidas, herramientas de bronce, etc.

Bajo las telas protectoras de las excavaciones se extienden los testimonios de una sociedad que alcanzó hace casi dos mil años un grado de refinamiento urbano como hasta el momento no ha podido documentarse en otros poblados vecinos.

Su historia comenzó, no obstante, mucho antes, pues se sabe que el castro estaba ya fortificado en el siglo IV antes de Jesucristo. Por aquel entonces, un pequeño grupo de cabañas de planta circular y rectangular con esquinas redondeadas, de sala única y cubierta vegetal, se extendía al abrigo de potentes murallas. Al exterior, un profundo foso imposibilitaba el acceso al recinto por otro lado que no fuese el flanco sur, donde se abría la puerta del poblado. Sus habitantes practicaban la agricultura, preparaban sus alimentos en cerámicas elaboradas sin torno y fabricaban utensilios de hierro como muestran los restos metalúrgicos hallados.

La incorporación de estos territorios al Imperio romano habría de producir modificaciones radicales en las formas de vida de los habitantes del Chao Samartín. Su privilegiada posición respecto a las minas de oro de la comarca y sobre la misma vía que comunicaba la capital lucense (Lucus Augusti) con la capital de los astures trasmontanos (Lucus Asturum, Lugo de Llanera) le proporcionó una rica vida comercial y el acceso a productos de enorme prestigio. En las cocinas de Chao Samartín, a fines del siglo I d. C., los alimentos se servían en juegos de vajillas importados de Zamora, Logroño o sur de Francia y las paredes de las casas se decoraban con vistosas pinturas al estilo romano. La preocupación por mejorar las condiciones de salubridad provocaron el completo saneamiento de calles y plazas, bajo cuyos pavimentos de pizarra discurren canalizaciones y alcantarillas. En este ambiente, de innegable prosperidad, las murallas pierden su finalidad defensiva para convertirse en meros contrafuertes de un núcleo urbano en el que las antiguas cabañas dan lugar a construcciones más complejas, con varias plantas y cubiertas mixtas de entramado vegetal y losas de pizarra. Una transformación a la que no resultaron ajenas la vieja sauna y la gran plaza abierta frente a la puerta y camino de acceso al poblado.

Sin embargo, la vida de esta comunidad, próspera y dinámica, habría de verse súbitamente truncada hacia la mitad del siglo II d. C., cuando un violento terremoto asoló el poblado y arruinó definitivamente la historia de Chao Samartín, que nunca más volvería a ser habitado.

Visita: Libre y gratuita.

Dirección de información: Ayuntamiento de Grandas de Salime. Plaza de la Constitución, s/n. 33730 Grandas de Salime (Asturias). Tfno.: 985 62 70 21 — 985 62 72 72. Fax: 985 62 70 21.
Fuente: Ayuntamiento de Grandas de Salime.

Enlaces relacionados:

EL CASTRO DE CHAO SAMARTÍN:

http://www.siemprenorte.com/Castros/chao%20samart%C3%ADn.htm

http://www.grandasdesalime.net/cultura/castro.htm#

http://www.asturiasturismo.com/grandas/ayuntamiento/visitasdeinteres/grandascastro.htm

http://www.terralia.com/revista24/pagina70.asp

http://perso.wanadoo.es/cjalvaro/albumes/albhie/pages/Chao-6-despu%E9s.htm

http://perso.wanadoo.es/cjalvaro/albumes/albhie/pages/Chao-2-despu%E9s.htm

SOBRE LA SUPUESTA “SILLA DE FELIPE II” EN EL ESCORIAL (MADRID)

SOBRE LA SUPUESTA “SILLA DE FELIPE II” EN EL ESCORIAL (MADRID) © Alicia M. Canto 1999-2005
Universidad Autónoma de Madrid

Resumen.- Avance de una investigación en la que se propone analizar este bello, famoso, turístico y muy frecuentado monumento como un antiguo lugar sagrado, posiblemente dedicado al "Marte" de los vetones. Su forma escalonada y abarquillada lo asemeja a muchos otros altares del mismo tipo en zonas de estirpe céltica, y otros indicios de diversos tipos confluyen en tal identificación. Para poder verlo así es necesario hacerlo a través de los ojos y la mentalidad de los antiguos. El artículo tiene una segunda parte de denuncia y petición de ayuda.

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Seguro que muchos estuvimos ya de pequeños en la "Silla de Felipe II" –uno de los más bellos y pintorescos lugares que conozco– y que a todos, después de ver el monasterio, nos contaron la historia de que en aquellos grandes y bravos cantos de granito “Felipe II se había hecho construir un mirador con un trono” para cuando, incluso ya gotoso, quería vigilar la marcha de las largas obras (de 1563 a 1584) de su enorme complejo de San Lorenzo de El Escorial, cerca y al noroeste de Madrid.

Las vistas desde este lado sur del quizá más grande panteón que nadie en el mundo haya erigido a la memoria de su padre (ya que sin duda éste fue, no el único, pero sí el principal motor del monarca para construirlo) son lejanas pero bellas, recortándose su mole algo vagamente sobre los hoy áridos fondos de los altos picos serranos de San Juan de Malagón y de Abantos (1.758 m de altitud). Pero la “Silla” probablemente precedió en unos veinte siglos al notable monarca que falleció allí mismo, en El Escorial, el 13 de septiembre de 1598. Y no parece, desde luego, que fuera precisamente “una silla”.

Hace varios años, en una de mis muchas visitas al lugar, sentada en ella me di cuenta por primera vez de que la vista desde allí hasta el monasterio era auténticamente remota, y de que aquello de que el rey pudiera desde tan lejos “vigilar el trabajo de los obreros sin ser visto por éstos”, como algún autor añejo escribió, era simplemente imposible. Además, la perspectiva del edificio resulta en exceso oblicua y rasante, de forma que no permitiría apreciar en él posibles problemas de planta o efectos, lumínicos ni de otro tipo.

A partir de esta suspicacia interna, retomé dos detalles que, éstos sí, desde siempre me habían chocado: Por un lado, el pequeño tamaño y la extraña disposición de los supuestos asientos, ya que un rey de dominios inabarcables podría ciertamente haberse hecho labrar un espacio, si no más cómodo, al menos algo más ancho, dada la amplitud de la ropa usual en la época, y de la que sabemos que él mismo vestía; y, por otro, el número de oquedades intencionadas que, por aquí y por allá, se podían observar. Dando por buenas estas incoherencias, me planteé ya una investigación más a fondo, que me exigió una costosa navegación bibliotecaria entre la ingente literatura acerca del monasterio y su construcción, desde los documentos más antiguos (cédulas e instrucciones del propio Felipe II, relatos de Jean de l´Hermite, Fray Josef de Sigüenza o Rubens), a los análisis más recientes de Prieto Granda, Bustamante, Sánchez Meco o Cano de Gardoqui.

Estas búsquedas y lecturas me permitieron comprobar que, en efecto, no se podía encontrar una sola referencia de época acerca de la famosa “Silla”: El rey venía aquí a la finca de “La Herrería” (el nombre del predio en cuyo interior se alza el imponente monolito) a cazar o a pasear. Pero cuando quería observar el avance de las obras subía siempre a Abantos o a San Juan, lo que resulta lo más lógico, ya que ambas alturas están mucho más cercanas y casi a pico sobre el edificio, como se puede en efecto observar por el punto de vista elegido para casi todas las láminas antiguas que existen de él.

Simultáneamente, una larga rebusca de láminas, dibujos y fotos antiguas me permitió encontrar algunas que permitían apreciar el aspecto tan viejísimo y desgastado que, antes y después de 1903, presentaban las dobles escalerillas, y toda la plataforma en general. En efecto, los sucesivos acondicionamientos del lugar, y los muchos retalles, retoques, rellenos y emplastos en el granito, han ido enmascarando con el tiempo el entonces muy vetusto aspecto del conjunto, que comenzó a recordarme con fuerza los muchos santuarios rupestres con altares escalonados y oquedades que distintos pueblos prerromanos de estirpe céltica tallaron en muchos lugares de la mitad norte peninsular para rendir culto y ofrecer holocaustos a sus dioses.

La búsqueda de paralelos no me fue difícil, porque acababa de dedicar unos años (1987-1997) al estudio de otros aspectos del mundo céltico, y tenía recientes las visitas y lecturas de lugares con este tipo de altares, como la antigua Ulaca (Solosancho), El Raso (Candeleda, también en Ávila) o Panóias (Vila Real, Portugal, reestudiado hace pocos años por mi maestro en Heidelberg, Géza Alföldy). El complejo de Panóias, orientado al N-NE como en El Escorial y que tiene el mayor de sus altares con la misma curiosa forma abarquillada que tiene éste (como también los de Novás, Portela o Vilar de Perdices), lo creo de particular interés porque conserva varias inscripciones romanas del siglo III d.C. que explican el rito sacrificial correcto que se debia practicar en cada una de las diversas oquedades: inmolación de la víctima, desangración de la misma, incineración de las entrañas, quema de otros miembros, mezcla de líquidos, lavados lustrales, etc.

Cuando pasé a considerar ya el conjunto como un locus sacer o lugar sagrado antiguo, posiblemente del pueblo vetón en su zona de contacto con los pueblos carpetanos, otros indicios presentes en la zona –y de lo más sugestivos si tratamos de alinearnos con la mentalidad antigua– creo que vienen a reforzar mi hipótesis: su carácter fronterizo (a través del paso de Las Machotas y del Puerto de la Cruz Verde), su altura y orientación tan adecuadas, su posición dentro de un impresionante circo granítico natural, más la inmediatez en el lugar de una “piedra caballera” que presenta unas inquietantes formas, se mire de frente o de lado.

Esta enorme piedra que, cuando uno se fija bien, es la que en realidad preside la explanada central desde su milagroso y milenario equilibrio, no pasa de ser para nosotros, que vivimos inmersos en una cultura plena de conocimientos científicos, más que una curiosidad geológica. De hecho, no he encontrado una sola referencia a ella en otro sentido en las distintas descripciones publicadas sobre el lugar. Pero si intentamos verla a través de la mirada de los antiguos, habremos de reconocer que ellos podían ver en ella una doble señal sagrada de la divinidad que habitaba en aquella cima rocosa, ya que de frente muestra toda la fiereza de una divinidad guerrera, y de lado recuerda claramente el perfil de una rapaz grande, sea buitre, águila u otra semejante, aves mensajeras, representantes y mediadoras de los antiguos dioses, que de verdad anidaban todavía (según diversas fuentes del XVI al XVIII) en los altos riscos justamente llamados de "Abantos" (*), los cuales, como aún podemos comprobar, se hallarían directamente enfrente del altar. En todo caso, los más escépticos deben saber que he podido encontrar diversos y muy convenientes paralelos para ambas imágenes y usos, algunos en zonas dolménicas del norte de Europa.

A estos indicios, ya bastante elocuentes de por sí, hay que añadir todavía la abundancia natural en todo el entorno de los robles (los árboles más sagrados para los célticos), la frecuente caída de rayos sobre esta elevación (debida, como hoy sabemos, a las mineralizaciones férricas de esta altura), la posibilidad de ritos adivinatorios gracias justamente a las rapaces vecinas, el rodear la zona un bosque espeso de caza mayor –que tenía osos y jabalíes y ya era citado, hacia 1345, en el Libro de la Montería de Alfonso XI–, la presencia de setas alucinógenas y, por supuesto, una extraordinaria abundancia de aguas cristalinas (aún hoy quedan por allí las fuentes de la Prosperidad, de la Ermita, del Seminario, de las Arenitas, de los Capones...).

Pude, por último, reconocer, no muy lejos de “la Silla”, los restos de otro posible altar, que da la sensación de ser más viejo y que pudo ser el antecesor del que hoy podemos contemplar. Quizá fuera la pérdida de la memoria de su significado o de su uso durante la época romana, lo que salvara a “la Silla” de su destrucción intencionada por los primeros cristianos, pues aquel tipo de prácticas estaba proscrito –bajo amenaza de grandes penas– en los cánones de los concilios toledanos XII y XVI, a fines del siglo VII d.C.

No deja de ser notable que haya en el mismo término de El Escorial otros afloramientos graníticos con escaleras y/o iguales “sillas”abarquilladas, como el llamado “Mirador del Rey”, o el “Canto de Castejón”, donde los príncipes solían aprender a disparar, de varios de los cuales queda el recuerdo epigráfico, allí mismo grabado. Entre estos peculiares "cantos" hay relaciones visuales y de orientación bastante evidentes.

La suma de tantos indicios parece que permite sostener la hipótesis de que la que hace tanto tiempo conocemos como “Silla de Felipe II” fue en realidad un santuario vetón de sacrificios. Intentando saber más o menos a qué divinidad podía estar dedicado, al margen de lo que la pura intuición me podía sugerir, recordé la relativa vecindad del hallazgo, hacia 1861, de un ara romana consagrada a Mars Magnus, “el Gran Marte”, el dios de la guerra. Cuando se tiene presente el terrorífico aspecto frontal de la piedra caballera ya citada, no parece arriesgado suponer entonces que en estas alturas se rendía culto al Marte vetón.

Todo ello, y el carácter tan popular del monumento, me decidió a presentar un avance de los resultados, a comienzos de abril de 1999, de forma más pública de lo habitual (**). El eco en la prensa fue grande y de agradecer (aunque en varias de las transcripciones periodísticas me costó trabajo reconocer mis propias palabras e ideas). Ahora está en marcha el más pesado trabajo de la presentación científica, que debe de ir –e irᖠsólidamente apoyada. Debería seguirse también alguna actuación, de la Comunidad de Madrid, del Patrimonio Nacional o del Ayuntamiento de San Lorenzo, para una mejor protección y explicación del lugar. Quizá alguna futura prospección o excavación en el entorno pueda probar alguno de los aspectos propuestos, aunque lo considero por lo menos difícil.

Entre 1500 y 2000 años podemos envejecer ahora la sólida fama de El Escorial como lugar consagrado a una divinidad. Lo que ya nunca sabremos es si cuando Felipe II decidió poner este Real Sitio bajo la advocación del primer mártir hispano –San Lorenzo–, por haber ganado en su festividad la famosa batalla naval de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, o cuando eligió el día de San Jorge, casualmente guerrero y matador de dragones, para poner la primera piedra del Monasterio, el 23 de abril de 1563, sabría o no que, muchos siglos antes, otro dios de la guerra ya había recibido allí mismo unas muy distintas ofrendas y oraciones... En todo caso, confío en no haber contribuido a la destrucción de un mito, sino acaso sólo a su renovación.

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DENUNCIA ECOLÓGICA Y PATRIMONIAL

Sería un crimen por mi parte desaprovechar esta ocasión, y la estupenda plataforma que supone Celtiberia.net, desde mi –y nuestra– obligación de defender el Patrimonio, para denunciar el triple y grave peligro que, en estos mismos momentos en que sois tan amables de leer esto, están corriendo los entornos de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, a causa de decisiones políticas y urbanísticas que no parecen detenerse incluso ante uno de los hitos históricos más importantes de nuestro país, ante el territorio que enmarca uno de los más famosos conjuntos históricos y paisajísticos del planeta, aquello que ningún turista que viaja a Madrid deja de visitar, pero que nosotros mismos no protegemos como debiéramos.

En 1984, en efecto, la UNESCO declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad tanto “el monasterio” como “el Sitio” (http://whc.unesco.org/pg.cfm?cid=31&id_site=318). En el expediente de esta decisión consta expresamente esto que copio: “The Committee called the Spanish authorities' attention to the importance of strictly protecting the natural environment which is inseparable from this monument." (ver http://whc.unesco.org/archive/repcom84.htm#318).

Estamos hablando de la Octava Maravilla del Mundo. Pues bien, allí, bien cerca de ella, están pasando ahora mismo estas cosas:

1) Por un lado hemos de recordar el extraño incendio que hubo hace no mucho (verano de 1999) en el propio monte de Abantos. En efecto, la ladera está ya amenazada por el hormigón, gracias a una legislación permisiva que ningún Gobierno nacional parece querer cambiar. Si tras uno de estos incendios se prohibiera construir en 50 años, permitiendo al monte recuperarse, se acabarían buena parte de ellos en sitios tan “sospechosos” como éste. Pero, mientras esto no se legisle, debe prohibirse aunque sea localmente (véase una foto de las construcciones escalando el monte en http://www.sanlorenzoescorial.com/alrededores/abantos.htm).

2) Está a punto de subastarse en subasta pública nada menos que la finca de “La Granjilla”, que formó una parte importante del Real Sitio (está hacia el E. del monasterio) y fue a parar en un determinado momento, hace mucho, a manos privadas. Por su pertenencia original a La Cerca de Felipe II, el Estado debería personarse en la subasta y pujar por ella, impidiendo que sea comprada por particulares que vayan a construir en ella algún complejo hotelero o algo peor. Hay que decir que esta finca tiene verdaderas maravillas en su interior, un enorme estanque con una isla en él, otro canto similar a los aquí descritos, y diversos restos arqueológicos (detalle éste que no he podido comprobar por no estar permitido el acceso).

3) Y, por si no fuera suficiente la superpoblación que ya soportan la Sierra Oeste de Madrid, todos sus pueblos y ambos Escoriales, el de Abajo quiere urbanizar la hermosa zona de Campillo-Monasterio, entre El Escorial y Villalba, embuchando, embutiendo allí (y los vocablos en este caso no pueden ser más exactos) nada menos que 7.000 (he dicho siete mil) nuevas viviendas. Puede imaginarse el efecto que esto causará, no ya de presión sobre Villalba mismo (que cualquier día terminará explotando), sino cómo romperá por completo la vista de la Sierra de Guadarrama (es el único sitio desde donde aún se puede tener una visual completa de la Sierra), y la parte aún virgen de lo que la UNESCO declaró que se debía proteger. Y no estará de más recordar que “Monesterio” perteneció a Rodrigo Manrique, conde de Paredes y padre del poeta Jorge Manrique, siendo luego Real Sitio de Isabel la Católica, y que no muy detrás en abolengo histórico se queda la finca “Campillo”, que fue a su vez Real Sitio de Enrique IV de Trastámara, Rey de Castilla. En ambos lugares, por supuesto, hay también bastantes restos arqueológicos.

Hay un grupo, utópico y por ello honesto, que quiere atajar estos desmanes especulativos, liderado de forma esforzada y eficaz por D. Andrés Magaña (***). También otras asociaciones ciudadanas de El Escorial están en la lucha, escritores, profesores, profesionales de todo tipo, y la Asociación DP-PHISNA (Defensa y Promoción del Patrimonio Histórico y Natural), que preside el periodista D. Ricardo Fanjul. Pero, como comprobaréis por la prensa, no se nos deja oír mucho las voces de protesta. A ver si desde aquí podemos echarles una mano. Os agradecería por ello que visitárais los sitios web donde se explican de forma muy detallada los destrozos que se pretende evitar, y las leyes que estas decisiones políticas vulneran, que parecen demasiado torpes para ser simples errores.

www.patrimonio-mundial.com/ escorial/iberica2000-camelotescorial.pdf
http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=2282

Y, si os convence lo que en ellas se expone, que apoyéis por favor con vuestra acción y vuestras quejas y firmas las peticiones a los poderes públicos para evitar la devastación definitiva de El Escorial y todo su entorno. Porque está claro que no hay fiscal ni tribunal que actúe en esto de oficio, como debería esperarse de daño tan grande al patrimonio, no ya nuestro, sino de toda la Humanidad.

En definitiva, no vamos a ser menos que el propio Felipe II, con cuyas frases al Consejo de Castilla quisiera terminar este artículo. Ellas están grabadas en una tabla de bronce que Patrimonio Nacional sujetó al granito de su “ex Silla”, a demasiada altura como para que nadie la pueda leer bien, pero que son estupendas, a la vez que las veo tristemente premonitorias de nuestros tiempos:

"Una cosa deseo ver acabada de tratar, y es lo que toca a la conservación de los montes y aumento de ellos, que es mucho menester y creo que andan muy al cabo*. Temo que los que viniesen después de nosotros han de tener mucha queja de que se los dejemos consumidos y plegue a Dios que no lo veamos en nuestros días" (Felipe II, en 1582)

*Muy agotados. En efecto, para la construcción del propio monasterio se habían hecho muchas talas. Pero el rey es consciente del delito que cometería contra las generaciones futuras dejando los montes pelados, y ordena su reforestación inmediata. Una conciencia ecológica bien ajena a buena parte de nuestros actuales políticos...

(*) DRAE: Abanto. 2. m. Ave rapaz semejante al buitre, pero más pequeña, con la cabeza y cuello cubiertos de pluma, y el color blanquecino. Es muy tímida y perezosa, se alimenta de sustancias animales descompuestas, vive ordinariamente en el África septentrional y pasa en verano a Europa. 3. m. Cualquier otra ave de la familia de los buitres.

(**) Un avance de esta investigación se presentó por primera vez como conferencia dentro del ciclo “Instituto Arqueológico Alemán-Universidad Autónoma de Madrid”, en abril de 1999. Fue publicada en forma de artículo en el diario ABC, y en la revista “Cantoblanco de la UAM (en versión on-line: www.uam.es/informacion/ gprensa/cantoblanco/cantoblanco7.pdf , mayo de 1999), junto a diversas notas de prensa en distintos medios. Recientemente, en el marco de las I Jornadas para la Defensa del Patrimonio de la Comarca Noroeste de Madrid (Torrelodones, 13 de mayo de 2005), lo presenté, comentando otros conjuntos similares del mismo término escurialense, con una breve alusión a la “Piedra Escrita” de Cenicientos (Madrid), otro lugar sagrado de tipo fronterizo, aunque en este caso romano.

Está en fase de terminación el artículo científico extenso, que D.m. será publicado en la revista Complutum, agradeciendo la gentil invitación para ello que en su día me hizo el excelente colega y amigo Martín Almagro Gorbea.

(***) Andrés Magaña - Proyecto Camelot Escorial
escorial_sostenible@hotmail.com
Parque Real BL5-504, 28280 El Escorial, Madrid
Telf. 918902149.

Otros sitios web de interés

-Lista de monumentos españoles que son Patrimonio de la Humanidad:
http://www.patrimonio-mundial.com/escorial/descripcion.htm
-Magníficas fotos del valle desde Abantos:
http://sapiens.ya.com/jrcuadra/sendas/avantos/index.htm
-Láminas antiguas (muy interesante la que presenta una vista oblicua durante las obras): http://www.upv.es/claraboya/report/enzo.htm
-Espléndidas fotos, incluída una ampliación del escudo de armas de Felipe II:
-http://www.fuenterrebollo.com/Sala-Reyes/escorial.html
Para las teorías sobre el “salomonismo” del monasterio, pero incluyendo también una gran cantidad de documentación y fotografías de casi todos los demás temas:
-http://sapiens.ya.com/jrcuadra/index.htm
-http://sapiens.ya.com/jrcuadra/jr-0.htm
Una buena galería de fotos:
-http://www.sanlorenzoescorial.com/galerias/galegraf03.htm

**Artículo completo con las fotografías de referencia en Celtiberia.net:
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1325"

Aparece en Ávila un segundo verraco en las márgenes del río Adaja

Aparece en Ávila un segundo verraco en las márgenes del río Adaja Foto: Un fragmento de verraco céltico ha aparecido junto al río Adaja, en las obras de acondicionamiento que se llevan a cabo en la margen derecha. Los restos hallados están formados por el lomo y el arranque de las cuatro patas del animal, aunque no ha aparecido la cabeza de la figura. El fragmento ha sido encontrado en una valla de cerramiento de piedra, en la que había sido reutilizado para su construcción, a unos 250 metros del que apareció hace poco más de un mes.

La arqueóloga municipal descarta que la zona se trate de un castro vettón o que tenga que ver con enterramientos.

Las intervenciones que se están llevando a cabo para acondicionar las márgenes del río Adaja, a su paso por la capital abulense, no dejan de sorprender a los arqueólogos de la capital. En la mañana de ayer aparecía un segundo verraco en esa zona al que le faltaban las patas y el soporte sobre el que se colocaban estas figuras zoomorfas.

A pesar de que sea el segundo hallazgo que aparece en esta zona en pocas semanas, la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz, descartó ayer que sea un castro vettón. El verraco encontrado ayer apareció mientras intervenían en una valla de piedra y por eso, desde el momento en que se conoció su presencia, se pararon las obras para buscar si podría haberse utilizado como material de esa valla de protección. Es demasiado pronto, según Ruiz, para conocer con exactitud de qué época podría ser el verraco, «no sé si del siglo IV, III, II o I antes de Cristo», aseguró, aunque haciendo un ejercicio de memoria sí que imaginó que la zona en la que apareció podría ser un espacio rico en pastos, asociado con una dehesa o muy vinculado a la ganadería. Por el contrario, negó que la aparición del verraco tuviera algo que ver con figuras funerarias o de enterramientos.

A diferencia del otro verraco que se encontró hace varias semanas, en el caso del aparecido ayer no se podría afirmar que se encontraba en su lugar original, «posiblemente, en la época de la romanización, lo cambiaron porque dedujeron que no les servía para nada». No fue este el caso del primero, sobre el que con toda rotundidad la arqueóloga aseguró que se había encontrado en su originario lugar de ubicación. Y estaba tan segura porque debajo de la base del animal se encontraba enterrada también una vasija procedente de la Edad del Hierro, elaborada a mano y sin decoración.

Los restos encontrados ayer no presentaban la figura exacta del verraco y, por tanto, es difícil asegurar si su forma era la de un toro o un cerdo.

Según Ruiz, podría ser las dos cosas porque en las dos figuras zoomorfas se aprecia con facilidad el nervio que se le dibuja en el cuello, y este hecho se reproducía en el verraco encontrado recientemente.

Diferentes hipótesis

Existen hipótesis que atribuyen a los verracos un significado relacionado con la ganadería y la división de las tierras, frente a quienes los consideran animales totémicos o monumentos sepulcrales, según Efe.

Se trata del tercer verraco que se encuentra en la zona sur de la capital, después de que el 11 de abril se hallara otro de los siglos IV-III antes de Cristo y dos años después de que apareciera un tercero en un lugar próximo, con una antigüedad superior a los 2.000 años.

El verraco será trasladado hoy a los almacenes municipales, donde será restaurado, antes de decidir su ubicación tras esta intervención.

La provincia de Ávila cuenta con el mayor verraco de Europa, descubierto hace pocos años en el municipio de Villanueva del Campillo, con unas dimensiones de 250 centímetros de largo, por 243 de alto y 150 de ancho.

Fuente: SONIA ANDRINO/ÁVILA, El Norte de Castilla, 20 de mayo de 2005
Enlace: http://www.nortecastilla.es/pg050520/prensa/noticias/Avila/200505/20/VAL-AVI-148.html

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Aparece en zona sur Ávila segundo verraco en el plazo de un mes

El seguimiento arqueológico que se realiza con motivo de las obras de adecuación de la margen derecha del río Adaja a su paso por Ávila ha conseguido sacar a la luz un gran fragmento de un verraco, el segundo hallazgo de este tipo de esculturas zoomorfas en el plazo de un mes y el tercero en dos años.

Según informó hoy a Efe la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz, el hallazgo se ha producido a unos 250 metros de distancia de la talla que fue descubierta a mediados de abril en la zona sur de la capital abulense.

Esta circunstancia, unida a la aparición hace mucho más tiempo de un cuarto verraco en el mismo espacio, podría ratificar las teorías que sostienen la posibilidad de que estas esculturas de piedra sirvieran para 'delimitar los terrenos', ya que en este caso se trataba de una zona 'muy rica en pastos', explicó Ruiz.

El fragmento, que puede datar del periodo comprendido entre los siglos IV antes de Cristo y el I después de Cristo, ha aparecido en una valla de cerramiento de piedra, en la que había sido reutilizado para su construcción.

El verraco cuenta con 'el lomo entero y lo que podría denominarse cerviz', aunque le falta la cabeza y una parte de las patas, explicó la arqueóloga municipal, que consideró este hallazgo 'significativo' para entender el significado que pudieron tener en su día estas esculturas zoomorfas.

Existen hipótesis que atribuyen a los verracos un significado relacionado con la ganadería y la división de las tierras, frente a quienes los consideran animales totémicos o monumentos sepulcrales.

Se trata del tercer verraco que se encuentra en la zona sur de la capital, después de que el 11 de abril se hallara otro de los siglos IV-III antes de Cristo y dos años después de que apareciera un tercero en un lugar próximo, con una antigüedad superior a los 2.000 años.

Al verraco hallado ahora le falta una parte de su estructura, que podría tener una envergadura de 1,20 metros de longitud y 150 centímetros de altura, según Rosa Ruiz.

El verraco será trasladado esta mañana a los almacenes municipales, donde será restaurado, antes de decidir su ubicación tras esta intervención.

La provincia de Ávila cuenta con el mayor verraco de Europa, descubierto hace pocos años en el municipio de Villanueva del Campillo, con unas dimensiones de 250 centímetros de largo, por 243 de alto y 150 de ancho.

Fuente: Terra Actualidad – EFE, 19 de mayo de 2005
Enlace: http://actualidad.terra.es/cultura/articulo/aparece_avila_zona_sur_verraco_307120.htm

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Información adicional en Internet:

(1) VERRACOS. Arte escultórico de los celtas. Foto Aleph

¿Qué sabemos de los celtas que habitaron en España? ¿Qué conocemos de su cultura? Apenas unas vagas referencias, unas ruinas perdidas aquí y allá. Y, sin embargo, a poco que indaguemos en el tema, descubriremos que existe al alcance de nuestros ojos un abundante e insustituible muestrario del arte escultórico céltico: los llamados 'verracos', esos animales de piedra que desde hace más de dos mil años aguardan nuestra visita en remotos parajes de la meseta castellana, obras únicas que, debido a su estado actual de dispersión, se hallan insuficientemente valoradas por parte del gran público. Para ayudar al interesado a formarse una visión de conjunto, presentamos aquí una antología fotográfica de esculturas de verracos vettones de Ávila y Salamanca, incluidos algunos soberbios ejemplares muy poco conocidos.

http://www.fotoaleph.com/Exposiciones/Verracos/Verracos-portada.html

(2) Exposición Celtas y Vettones

http://www.diputacionavila.es/expo/vettones/info.php?id=0&tipo=1

http://www.asociacion-aest.org/CeltasVettones/Centro.htm

(3) La trashumancia en nuestros días: de la revisión de las fuentes escritas a los modelos de arqueología espacial. UAM.

http://www.ffil.uam.es/antigua/piberica/ganado/ganado2.html

(4) LOS VETONES: TERRITORIO, PASTORALISMO Y ETNOGÉNESIS.
FRANCISCO JAVIER BURGALETA MEZO, Universidad de Extremadura

http://www.paseovirtual.net/biblioteca/Ft/veton.pdf

Iberia, Hispania, Spania: 1200 años de nuestra historia

Iberia, Hispania, Spania: 1200 años de nuestra historia Foto: El diputado Vicente Ferrer ayer en la Beneficencia, junto a la última reproducción de la Dama de Elche.

Iberia, Hispani y Spania eran los nombres con los que se nos conocían nuestras tierras 500 años a.c. hasta 700 d.c. donde ocurren muchos cambios culturales, económicos y sociológicos.

Esto es lo que representa la exposición “Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici”, que se podrá ver en el Museu de Prehistòria de la Diputación de Valencia, situado en La Beneficència hasta el próximo 18 de septiembre.

La exposición parte de una cultura ibérica que alcanzó importantes logros culturales, y que por su relación con ambientes púnicos, griegos y sobre todo itálicos, se fue incorporando a la cultura romana. También se analiza la presencia visigoda, la expansión del cristianismo, y la incorporación de parte de las actuales tierras valencianas al ámbito cultural bizantino.

Esta mirada a toda la fachada oriental del Mediterráneo parte de la ciudad de Ilici (la actual Elx). Ilici fue capital de la Contestania ibérica; colonia romana con el nombre de Colonia Iulia Ilici Augusta; y posteriormente obispado visigodo. Así encontramos más de 200 piezas arqueológicas procedentes de 13 museos, con piezas que visitan por p`rimera vez la Comunidad Valenciana.

La muestra se encuentra estructurada en tres grandes espacios, dedicados cada uno de ellos al ámbito cultural ibérico, romano, y a la antigüedad tardía. Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici, además, cuenta con materiales procedentes del Museu de l’Alcúdia d’Elx como núcleo pricipal. (En este asentamiento del Baix Vinalopó se halló la célebre Dama d’Elx).

Iberia

El primer apartado incluye diversos paneles que ilustran la evolución de la cultura ibérica. Estos se articulan en dos ámbitos principales, como son la vida y la muerte. El visitante se encuentra al entrar en la sala con la última réplica que se ha hecho de la “Dama de Elche”.

Las piezas más significativas son los grandes vasos de L’Alcúdia d’Elx, o también vasos de Llíria, Mula, Archena y Hellín; o esculturas de l’Alcúdia d’Elx o el Cerro de los Santos. También se podrá contemplar vasos griegos, ánforas, monedas o plomos ibéricos.

En este apartado, se pretende que el visitante sea testigo de la evolución cultural a través de los avances tecnológicos, para posteriormente introducirle en el cambio cultural que supone la progresiva integración de la cultura ibérica en la romana.

Hispania

El segundo gran bloque de la exposición está dedicado a Hispania. Este término designa en la concepción romana clásica de Pomponio Mela, la zona que “está rodeada por el mar por todas partes, excepto por el lado por que limita con las Galias”.

Este bloque temático está organizado de una forma similar al de Iberia. Incluirá mosaicos y piezas de l’Alcúdia d’Elx y de los yacimientos del entorno. Estos vestigios proceden del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, del Museo de Elche, o del Museo de Barcelona.

Spania

El tercer gran bloque está dedicado a Spania. Bajo este concepto se agrupa los territorios que los visigodos dieron a la Península Ibérica. Provincia Spania será el nombre que le darán los bizantinos.

Entre las piezas destacadas están los canceles de l’Alcúdia d’Elx y El Tolmo; la inscripción de Comenciolo de Cartagena; la pátera de vidrio de Santa Pola; ungüentarios, lucemas y cerámicas diversas de esta época; o los tesorillos de L’Alcúdia, el sarcófago de Hellín y el Missorium de Teodosio.

Catálogo

La exposición viene aompañada por la edición de un importante catálogo en el que se refleja todos los conocimientos sopbre los cambios culturales del periodo.

La publicación está dividida en tres partes. La primera está compuesta por 4 artículos que dan una visión general; la segunda refleja esos cambios culturales en la zona de Elche y la última son unos estudios monográficos sobre elementos patrimoniales.

Fuente: Unión Web, 28 de abril de 2005
Enlace: http://www.union-web.com/news/050428/not02.html

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El Museu de Prehistòria rescata el pasado de Elx

El Museu de Prehistòria de la Diputación de Valencia, ubicado en el Centre Cultural La Beneficència, exhibe desde este miércoles la exposición ´Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici´, en la que se reflexiona sobre los cambios culturales ocurridos durante un milenio en la fachada oriental de la Península Ibérica y que significaron el tránsito de la cultura ibérica hasta la visigótica, un fenómeno que tuvo en la ciudad de Ilici, la actual Elx, un lugar "clave".

La muestra, que se podrá contemplar hasta el 18 de septiembre, propone así un viaje temporal entre los años 500 antes de nuestra era y el 500 para poner de relieve la herencia histórica que dejó la cultura ibérica, que alcanzó importantes logros culturales, y que por su relación con ambientes púnicos, griegos y sobre todo itálicos, se fue incorporando a la cultura romana.

También se analiza la presencia visigoda, la expansión del cristianismo, y la incorporación de parte de las actuales tierras valencianas al ámbito cultural bizantino, explicaron las mismas fuentes. Esta mirada a toda la fachada oriental del Mediterráneo parte de la ciudad de Ilici, actual municipio alicantino de Elx.

Ilici fue capital de la Contestania ibérica; colonia romana con el nombre de Colonia Iulia Ilici Augusta; y posteriormente obispado visigodo.

El recorrido de la selección, producida por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), está estructurado en tres grandes espacios, dedicados cada uno de ellos al ámbito cultural ibérico, romano y a la antigüedad tardía. ´Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici´, además, cuenta con materiales procedentes del Museu de l´Alcúdia d´Elx como núcleo pricipal, asentamiento del Baix Vinalopó donde se halló la célebre Dama d´Elx, recordaron los organizadores.

El primer apartado de la exposición, que ha contado con la coordinación de los profesores de la Universidad de Alicante Mauro Hernández y Lorenzo Abad, se centra en ´Iberia´ e incluye diversos paneles que ilustran la evolución de la cultura ibérica y que se articulan en dos ámbitos principales, como son la vida y la muerte. Las piezas más significativas son los grandes vasos de L´Alcúdia d´Elx, o también vasos de Llíria, Mula, Archena y Hellín; así como esculturas de l´Alcúdia d´Elx o el Cerro de los Santos. También se podrá contemplar vasos griegos, ánforas, monedas o plomos ibéricos.

En este área expostiva se pretende que el visitante sea testigo de la evolución cultural a través de los avances tecnológicos, para posteriormente introducirle en el cambio cultural que supone la progresiva integración de la cultura ibérica en la romana, indicaron fuentes del museo.

El segundo gran bloque de la exposición está dedicado a Hispania, término que designa en la concepción romana clásica de Pomponio Mela, la zona que "está rodeada por el mar por todas partes, excepto por el lado por que limita con las Galias".

Para ilustrar este conjunto temático se han seleccionado mosaicos y piezas de L´Alcúdia d´Elx y de los yacimientos del entorno.

Estos vestigios proceden de importantes instituciones como el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Museo d´Elx o el Museo de Barcelona. Asimismo, destaca una serie de "extraordinarios" bronces epigráficos de Ilici. Junto a ellos se pueden apreciar monedas de la misma ciudad, el juego de tocador, instrumentos medicinales de bronce, o diversas joyas, cerámicas y vidrios. La muestra se completa con un bloque de la exposición dedicado a Spania. Bajo este concepto se agrupa los territorios que los visigodos dieron a la Península Ibérica mientras que Provincia Spania fue el nombre que le otorgaron los bizantinos.

Entre las piezas destacadas están los canceles de L´Alcúdia d´Elx y El Tolmo; la inscripción de Comenciolo de Cartagena; la pátera de vidrio de Santa Pola; ungüentarios, lucemas y cerámicas diversas de esta época; o los tesorillos de L´Alcúdia, el sarcófago de Hellín y el Missorium de Teodosio.

Este material sirve para analizar el proceso de evolución de la cultura clásica en Hispania, y se valora el intento de recomposición del antiguo imperio por parte de los bizantinos, sobre una población romanizada.

Fuente: Panorama Actual, 27 de abril de 2005
Enlace: http://www.panorama-actual.es/noticias/not169420.htm

Málaga. Un proyecto reconstruye el poblado íbero de Teba, el más importante de la provincia

Málaga. Un proyecto reconstruye el poblado íbero de Teba, el más importante de la provincia Foto: MUSEO. Un carnero del siglo III a. C., algunos vasos y platos íberos se han salvado del expolio. / E. TORO

Distintas administraciones se implican en la excavación y recuperación del cerro de los Castillejos para poner en valor y hacer visitable el yacimiento Se construirá en la localidad un centro de interpretación arqueológico.

LOS CASTILLEJOS

Tipo: Recinto fortificado.

Cronología: Se apunta la presencia humana de desde el siglo VIII a. C. hasta época musulmana.

Descripción: Actualmente se conserva parte de los lienzos de muralla del recinto fortificado y cimientos de cabañas. Hay constancia de la existencia de tres necrópolis.

Objetos recuperados: Una escultura que representa a un canero, tres vasos íberos y una cabeza humana de mármol, que se conservan en el Museo de Teba.

Proyecto Íberos en Málaga-Guadalteba: Pondrá en valor el yacimiento para hacerlo visitable con la excavación del recinto y la reconstrucción de cabañas y murallas. Además, se construirá un centro de interpretación del mundo íbero en la localidad tebeña. El objetivo final sería crear una ruta íbera que conecte los yacimientos de la costa con los de Jaén.

Por Carmen Martín, Teba, Diario Sur Digital, 14 de abril de 2005

Las autoridades están dispuestas a dejar atrás la época en que el yacimiento íbero más importante de la provincia sufría el azote de expoliadores para adornar con sus piezas las dependencias de casas rurales. Dos años después de que el cerro de Los Castillejos de Teba llegase a ser conocido por el saqueo constante de los tesoros que alberga, distintas instituciones trabajan en conjunto en un proyecto de recuperación del asentamiento íbero que pondrá en valor el cerro con la excavación del recinto y la reconstrucción de murallas y cabañas para hacer de él un destino turístico y cultural visitable.

Bajo el nombre Proyecto Íberos en Málaga-Guadalteba, se trabajará durante cuatro años en la puesta en valor del yacimiento del cerro de Los Castillejos, que a ojos del concejal de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento tebeño, Manuel Pinta, es uno de los más importantes del interior de Andalucía. En este trabajo, que también proyecta la construcción de un centro de interpretación del mundo íbero en Teba, están ya implicados el Ayuntamiento de Teba, la Universidad de Málaga, el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica y el Consorcio de Guadalteba y en un futuro podrían estarlo la Diputación y la Delegación de Cultura, según apuntó el edil.

Hallazgos relevantes

El proyecto de excavación, exposición y construcción del centro de interpretación cuenta inicialmente con un presupuesto de 175.000 euros y consistirá en la recuperación del yacimiento y en la reconstrucción de cabañas de las que aún se conservan sus cimientos y de lienzos de muralla.

Pinta explicó que el asentamiento íbero, en la carretera de Ronda, tuvo presencia humana desde el siglo VIII a. C. hasta la época musulmana y que en él se han encontrado restos íberos y lienzos de muralla; además de tener constancia de la existencia de tres necrópolis. Todas estas piezas recuperadas y salvadas de las garras de los expoliadores se exhiben en el Museo Municipal de Teba, donde tienen especial protagonismo el carnero ibérico del siglo III a. C., hallado en la década de los setenta por Francisco Galán, y una cabeza de mármol, encontrada en 1994 por José Camarena.

El recinto fortificado fue descubierto a principios de la década de los 90, cuando se iniciaron unas prospecciones para comprobar la existencia de mármol rojo en la zona por la explotación de una cantera. Cultura conoció el descubrimiento y prohibió que se continuaran las catas. Las excavaciones posteriores, realizadas en 1993 por los arqueólogos del Consorcio Guadalteba, descubrieron una fortificación y piezas que hoy se guardan en el museo tebeño. Sin embargo, poco se sabe de las tres necrópolis que se construyeron en el recinto, entre otras cosas, por la labor de los expoliadores en los setenta y ochenta. Estudios posteriores afirman que de las necrópolis han podido salir tumbas con urnas cinerarias, platos, ungüentarios y utensilios de guerrero como falcatas, puntas de lanza y regatones y vasos griegos.

Ruta interior

Junto a este yacimiento, el proyecto, que según el edil tebeño se presentará de manera oficial en mayo a los distintos organismos públicos, también recuperará el de Castellón de Bobantes, en Campillos, con la idea final de hacer una ruta íbera que una asentamientos de la costa malagueña con los de Jaén. La transcendencia de la actuación ha motivado a los promotores del proyecto a presentar el estudio de recuperación del yacimiento tebeño a los Premios Progreso de la Federación Andaluza de Municipio, añadió Pinta.

Ávila. Aparece uno de los verracos más antiguos de la provincia

Ávila. Aparece uno de los verracos más antiguos de la provincia Foto: La figura zoomorfa ha aparecido junto a la peana. Excavaciones en la margen derecha del Adaja. El verraco tiene un 1,90 metros de longitud.

Las obras de recuperación de la margen derecha del Adaja han sacado a la luz un nuevo verraco de origen celta de los más antiguos de la provincia, aunque no han aparecido restos de tumbas ni de castros. La peana y parte de los cuartos traseros han sido encontrados en la misma zona.

Se trata de un toro de 1,90 metros de longitud y de entre 1,50 y 1,60 de alto que, según ha explicado la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz, tiene unas características similares a las de los Toros de Guisando o a la figura zoomorfa que apareció adosada a la Muralla en el Jardín de Prisciliano, en las inmediaciones de San Vicente.

Por María Cuenca, Ávila Digital, 12 de abril de 2005

El verraco, del siglo IV antes de Cristo, es uno de los más antiguos que se ha encontrado en la provincia y será reintegrado en la zona de ocio que se está habilitando en la orilla del Adaja, en la misma zona en la que ha sido encontrado, entre la desembocadura del río Chico y el supermercado Día. Hasta entonces, se conservará en los almacenes municipales.

Ubicación original

“Tenemos la esperanza de que esté en su sitio porque nadie mueve estas cosas por deporte, teniendo en cuenta que debe pesar varias toneladas”, ha indicado el arqueólogo encargado de las obras de recuperación ambiental del Adaja, Javier Moreda, que ha señalado que “la colocación de la peana y la posición del toro hacen pensar que ésta era su ubicación original, aunque todavía hay que practicar algunas pruebas”.

Moreda ha manifestado que la figura ha aparecido rota “por desgaste o por un fallo en la composición de la piedra ocasionado por la humedad y la proximidad del río”.

Control del territorio

La figura no está relacionada, sin embargo, con castros ni tumbas, por lo que se cree que el hallazgo puede responder a una forma para marcar el territorio de pastos o las zonas de paso del ganado trashumante.

Tampoco se ha establecido ninguna relación con el verraco que apareció en el cementerio musulmán, en la zona de San Nicolás. “Se trataba de un cerdo esculpido en piedra que había sido enterrado encima de las tumbas”, ha asegurado Rosa Ruiz.

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Ávila - Cultura/Patrimonio - Lunes, 11 de Abril - 19:26

(Ampliación) Descubren en la orilla del río Adaja uno de los verracos más antiguos de la provincia de Ávila

ICAL

El verraco celta hallado hoy en las excavaciones arqueológicas realizadas por el Ayuntamiento de Ávila en la margen derecha del río Adaja podría ser uno de los más antiguos hallados en la provincia abulense, según apuntó hoy la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz. La escultura, con forma de toro, podría datarse del siglo III ó IV antes de Cristo, y se encuentra fragmentada.

Foto: M. Martín / ICAL Descubren un nuevo verraco en las excavaciones de la margen derecha del río Adaja en Ávila

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UN VERRACO MÁS

Fecha Lunes, 11 abril a las 16:00:00. Tema Patrimonio

Ha sido hallado recientemente en las excavaciones arqueológicas próximas al río Adaja.

Las excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo con motivo de las obras de adecuación de la margen derecha del río Adaja han sacado a la luz la talla de un verraco, de origen celta, muestra de los asentamientos vettones que tuvieron lugar en Ávila capital y provincia entre el primer siglo antes y después de Cristo.

Según fuentes del Consistorio abulense, la figura zoomorfa de piedra ha aparecido en una zona que se encuentra ubicada entre la desembocadura del río Chico y las instalaciones de uno de los supermercados de la zona sur de la capital, próxima al barrio de San Nicolás. Se trata de la segunda escultura zoomorfa que se encuentra en la capital, después de que fuera descubierta hace unos años otra similar en el Arco de San Vicente, situado en el lienzo este de la muralla.

Más recientemente apareció otro verraco en la zona sur de la capital, con una antigüedad superior a los 2.000 años, aunque el contexto era distinto, ya que se trataba de "un cerdo esculpido en piedra y arrojado sobre las tumbas del cementerio musulmán", aclaró Ruiz. En este caso es un verraco que "aparentemente" estaba en el lugar en el que ha sido descubierto, al sur de la ciudad, junto a la desembocadura del río Chico en el Adaja, ya que junto a la escultura se encontrado la peana sobre la que podía asentarse. Esta escultura zoomorfa tiene unas dimensiones de "180 ó 190 centímetros de largo, por 150 de alto", ha explicado el teniente de alcalde de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Avila, Alberto Plaza.

Aunque se realizaba un seguimiento arqueológico en la zona, se trata de un hallazgo "imprevisto", según Plaza, quien señaló que en ese mismo espacio "no existe ningún otro elemento que se relacione con el verraco encontrado". La escultura zoomorfa da sensación de estar "ajada" y algo "degradada", debido a su "proximidad al río", si bien el aspecto interior parece estar "bien conservado", han comentado tanto Plaza como la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz.

El verraco, que es "un toro", será trasladado esta tarde a los almacenes municipales, donde será restaurado, antes de decidir su ubicación tras esta intervención. Al respecto, el teniente de alcalde ha comentado que de confirmarse que el lugar en el que ha sido descubierto a una profundidad de un metro, es en el que estaba ubicado, el consistorio podría optar por "integrarlo con el entorno". No obstante, aún hay que confirmar éstos y otros detalles, ya que si fuera éste su lugar original, se confirmaría una de las teorías sobre el origen de estas esculturas zoomorfas.

Se trata de aquellas hipótesis que atribuyen a los verracos un significado relacionado con la ganadería y la división de las tierras, frente a quienes los consideran animales totémicos o monumentos sepulcrales. La arqueóloga municipal ha apuntado que, pese a la aparición de este verraco y del descubierto en San Vicente, "se sigue sin encontrar en Avila un yacimiento, no hay castro".

Precisamente en la provincia de Avila se encuentra el mayor verraco de Europa, descubierto hace pocos años en el municipio de Villanueva del Campillo, con unas dimensiones de 250 centímetros de largo, por 243 de alto y 150 de ancho. Otras muestras del interés que despierta el patrimonio celta en la provincia de Avila, fue la exposición "Celtas y vettones", organizada por la Diputación abulense a finales de 2001 y que fue visitada por más de 100.000 personas.

Los faraones egipcios disfrutaron del vino tinto

Los faraones egipcios disfrutaron del vino tinto Foto: Vendimia y pisado de uvas. Tumba de Nakht, Dinastía XVIII

Se resolvió el misterio. El vino que bebía el faraón Tutankamon era tinto, según ha revelado un nuevo estudio de científicos españoles. Por lo que se conocía hasta el momento, los científicos discrepaban sobre si los fósiles de vino descubiertos en las tumbas de los faraones eran de uvas rojas o blancas. El estudio demuestra ahora que el vino tinto era el favorito hace unos 3300 años.

Egypt State Information Service / afrol News, 6 de abril de 2005

Ya se conocía que la producción de vino era extensa en el Antiguo Egipto. La primera evidencia científica de uvas es de unos fósiles de vides de 60 millones de años, aunque el primer documento escrito sobre la vinificación es una fuente mucho más reciente: la Biblia.

Los científicos han detectado restos de vino en una jarra datada en torno al año 5400 a. de C., encontrada en Hajji Firuz Tepe en las montañas Zagros, actual Irán. Pero el primer conocimiento sobre el cultivo del vino proviene del Antiguo Egipto, donde el proceso de la vinificación fue representado en paredes de edificios funerarios del 2600 a. de C.

"El vino en el Antiguo Egipto era una bebida de gran importancia, consumida por las clases altas y los reyes", explica Maria Rosa Guasch-Jané, egiptóloga en la Universidad de Barcelona. Junto con Rosa Lamuela-Raventós, profesora de nutrición y ciencia alimentaria, ha analizado las muestras de las antiguas jarras egipcias de la tumba de Tutankamon, propiedad en la actualidad del Museo Egipcio en El Cairo y el Museo Británico en Londres.

Según Guasch-Jané, las jarras de vino eran colocadas en tumbas como alimentos funerarios. "Las jarras de vino del Nuevo Imperio eran etiquetadas con el producto, el año, la fuente e incluso el nombre del cultivador de la vid, pero no mencionaban el color de los vinos que contenían", explica la investigadora. Científicos y enófilos han discutido desde hace mucho tiempo sobre el tipo de uva que los antiguos egipcios utilizaron en sus vinos.

Los científicos españoles desarrollaron así la primera técnica que puede determinar el color del vino utilizado en jarras antiguas. La técnica se centra en analizar el principal componente glucoso que da el color rojo a los vinos tintos jóvenes. Ningún otro jugo usado el antiguo Próximo Oriente y región mediterránea lo contiene.

A medida que el vino envejece, este componente reacciona con otro, dando lugar a la formación de estructuras más complejas. Los investigadores dirigieron sus esfuerzos a desarrollar una herramienta para analizar estas estructuras con el fin de determinar el color del vino fósil. Este método nunca se ha utilizado antes para identificar ácidos o cualquier muestra arqueológica, según los científicos.

El informe científico con esta nueva técnica apareció en la última edición de la publicación científica estadounidense 'Analytical Chemistry'. Lamuela-Raventós y Guasch-Jané han anunciado que planean utilizar la nueva técnica en estudios más amplios de residuos de vino de otras muestras arqueológicas. La Fundación para la cultura del vino y el grupo Codorniu - ambos españoles - han financiado la investigación.

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Cultura vitivinícola. El vino de los antiguos faraones

Un equipo de investigadoras de la Universidad de Barcelona identifican rastros de vino tinto en una ánfora perteneciente al faraón egipcio Tutankhamon

Por Jordi Montaner, Consumer.es, 13 de abril de 2004

Los historiadores concedían hasta hoy el origen de la cerveza al antiguo Egipto y el del vino a la Grecia clásica. Sin embargo, el reciente hallazgo de una ánfora en la tumba de Tutankhamon con restos de vino tinto refuerza el peso de la cultura vitivinícola en las civilizaciones del bajo Nilo. El hallazgo, publicado en la revista de la Sociedad Química Americana, ofrece nuevas pistas sobre el uso ancestral del vino y plantea de nuevo la hipótesis egipcia sobre su origen.

El origen de la uva destinada a la elaboración de vino tinto podría corresponder al Antiguo Egipto, como revelan las ánforas funerarias de Tutankhamon.

El origen del vino como producto y de la viticultura como práctica agrícola causan todavía cierta polémica entre arqueólogos e historiadores. Aunque existen múltiples referencias al antiguo Egipto que sitúan el inicio de la vitivinicultura como una actividad asociada a las clases más nobles, hay quien se inclina todavía a pensar que ni fue en esta cultura ni en este área geográfica donde el cultivo de la vid empezó a extenderse.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona acaba de aportar recientemente nuevos datos que reforzarían la hipótesis egipcia. El estudio, publicado en la revista Analytical Chemistry, órgano de la Sociedad Química Americana, describe el hallazgo de rastros de vino tinto en una ánfora funeraria perteneciente Tutankhamon. La evidencia, obtenida mediante técnicas de cromatografía líquida y espectrometría de masas, es una de las más palmarias de cuantas corroboran el consumo de este tipo de vinos en el antiguo Egipto.

Conflicto histórico

Se sabía que en el antiguo Egipto se cultivaba la vid, y que sus caldos eran privilegio casi exclusivo para nobles y reyes en fiestas, ceremonias religiosas y rituales funerarios. Era conocido también que las mejores cosechas provenían del delta del Nilo y de los oasis más occidentales del país. El aprecio de los egipcios por las cualidades del vino, entre las que se atribuían ciertas «propiedades mágicas», se piensa que obedecía al hecho de que el Nilo toma un color vinoso durante el ciclo anual de las inundaciones.

Desde el Reino Antiguo (2575 aC) hasta el Nuevo (1070 aC), las tumbas de los nobles se decoraban con imágenes ocasionales de viticultura e incluso de elaboración del vino, aspectos que reflejan el culto que sentían las clases altas egipcias por el derivado de la vid. Para más señas, un antiguo proverbio egipcio reza: «En el agua puedes ver reflejada tu cara, pero en el vino siempre aparece tu mejor cualidad».

La investigación revela el uso más antiguo conocido del cultivo de uva destinada a la elaboración de vino tinto en Egipto.

A pesar de que entre los grandes clásicos se destaca el origen egipcio de los primeros vinos, no hay pruebas fehacientes que lo demuestren rotundamente. De hecho, algunos historiadores sitúan aún el origen del vino al sur del Cáucaso y en la parte más meridional del Mar Caspio, enfatizando que la uva empleada por los egipcios no era Vitis vinifera clásica.

La consideración de los historiadores contrasta con con el análisis de los escritos de la Grecia y la Roma antiguas. Plutarco, sin ir más lejos, afirma en uno de sus textos que fue el mismo Osiris quien probó el vino por primera vez en la historia, y luego enseñó a los mortales las técnicas de su elaboración. Pese a la atribución divina del origen del vino, el texto no deja de ser lo que parece un tributo al Egipto de los grandes faraones.

En otros tratados se refiere la existencia de la vid en el antiguo Egipto, pero se relaciona con un uso meramente ornamental en los jardines y huertas. Llama la atención el censo que Ramsés III ordenó de 513 viñedos propiedad del templo de Amón Ra, así como el nombramiento de un «maestro viticultor» encargado de su conservación y mantenimiento. Un dato aún más sofisticado es que a los trabajadores empleados en la construcción de las pirámides de Giza se les permitía apagar su sed con cuatro clases de vino y cinco de cerveza.

Los vinos egipcios

Valioso dato antropológico constituye, sin duda, el jeroglífico común identificado en estas tres palabras: jardín, vino y vid. Lo cierto es que las uvas, tal y como aparece en dibujos funerarios, se cosechaban, se almacenaban, se pisaban con los pies y su zumo era guardado en tinajas (ánforas) hasta la adecuada fermentación.

Un segundo prensado separaba pieles y pepitas y permitía que el vino ya fermentado se conservara en recipientes sellados con barro y con pequeñas aberturas por donde dejar salir el dióxido de carbono. Cuando se consideraba que la «crianza» se había completado (fijada en un máximo de 21 años), las aberturas terminaban sellándose y el vino quedaba totalmente aislado del exterior hasta su consumo.

Otro dato que apoya el origen egipcio del vino es el hecho de que en la antigua Roma se importaban vinos de Egipto, y no precisamente porque los romanos anduvieran escasos en su provisión. Crónicas romanas cantan las alabanzas de los vinos claros y fragantes de Mareotis, Sebennytus (delta del Nilo), Menzalah, Sile y Tanis.

Con respecto al tipo de vino consumido por los antiguos egipcios, todo apunta a que los secos era los preferidos. Sólo uno de cada seis vinos «etiquetados» a mano por los maestros encargados tenía inscrita la palabra «dulce». Los vinos de más de 5 años de crianza acaparaban una tercera parte de los inventarios.

Proliferan las descripciones de vinos blancos, pero nunca hasta ahora se había analizado químicamente qué tipo de vino que bebían exactamente los egipcios. El artículo firmado por los investigadores españoles en Analytical Chemistry, ha dado por fin con rastros de vino tinto en una ánfora funeraria perteneciente a Tutankhamon.

VINO EN LA RIBERA DEL NILO

Los dátiles, los higos, las granadas y las uvas eran las frutas preferidas para la obtención de vino en el antiguo Egipto. En la imagen, detalle de vendimia y pisado de uvas representados en la Tumba de Nakht (Dinastía XVIII).

El equipo de la Universidad de Barcelona que ha logrado identificar los restos de vino tinto en las ánforas faraónicas está integrado por las investigadoras Maria Rosa Guasch-Jané, Maite Ibern-Gómez, Cristina Andrés-Lacueva y Rosa María Lamuela-Raventós. Las científicas se propusieron en su día investigar el tipo de uva con que los antiguos egipcios elaboraban sus vinos. «Las ánforas halladas en los túmulos funerarios contienen datos del producto, crianza y hasta el nombre del viticultor, pero nunca hacen referencia al color del vino que contenían», explica Guasch-Jané, «así que decidimos indagar sobre qué tipo de vine se ofrecía a los faraones para su viaje del más allá».

Las investigadoras identificaron rastros de vino negro en una ánfora de la tumba de Tutankhamon, faraón de la Dinastía XVIII (~1333-1323 aC), que se conserva en el Museo Egipcio de El Cairo. Dicha ánfora está firmada por el maestro viticultor Khaa.

En su interior, el equipo de la Universidad de Barcelona ha identificado ácido siríngico, derivado de la malvidina e indicador del vino tinto. «La malvidina es la antocianidina más importante del vino tinto y la responsable de su color», señala la experta. Aplicando una fusión alcalina a los residuos del ánfora estudiada obtuvieron el ácido siríngico (a partir de la malvidina polimerizada), lo cual les permitió identificar el vino como tinto.

Desde un punto de vista técnico, la identificación no fue tan sencilla, puesto que se tuvo que emplear un nuevo protocolo de gran sensibilidad para identificar vino en residuos arqueológicos, basado en la cromatografía líquida y la espectrometría de masas en tándem.

En el protocolo de esta investigación, financiada por el grupo Codorníu y la Fundación para la Cultura del Vino, se ha empleado ácido tartárico como indicador químico de la presencia de vino. «El ácido tartárico en sí no informa del tipo de uva con la que se elaboró el vino, por lo que ha sido preciso recurrir al siríngico». La metodología empleada, añade el equipo de investigadoras, está específicamente pensada para identificar la presencia de vino en restos arqueológicos a partir de sus características. La aportación principal de su trabajo, precisan, ha sido precisamente «definir el método» para la detección de trazas indicativas de vino tinto.

Cuando la tumba de Tutankamon, muerto en el año 1352 a.J.C. fue abierta por Howard Carter en 1922, se encontró dentro del mobiliario funerario que rodeaba al momia cubierta de oro, jarros de vino.

Veintiséis de estas ánforas estaban “etiquetadas”, siete con el sello personal del rey y seis con el de la casa real de Aten, todos situados “sobre el lado occidental del río”? esto quiere decir sobre el brazo del delta del Nilo donde se estima que es de donde han provenido los mejores vinos de Egipto.

Veintitrés de estos vinos contados pertenecen a tres añadas, “año 4”, “año 5”, y “año 9”. Que se hiciese mención a estos años del reinado, donde ellos indican simplemente el año del vino, ellos prueban que el vino de calidad era un vino de guarda. Una de las ánforas llevaba la añada de “año 31” y en este caso, no se puede esgrimir que es una referencia a una año del reinado que fue mucho más corto. El nombre del “chef vinificador” (jefe de la vinificación) es colocado en casi todas las ánforas. Uno de los jefes vinificadores, llamado Kha´y, elaboró cinco de estos vinos del dominio personal de Tutankamon, pero también un vino de la casa de Aten; por lo que se puede deducir, que la misma persona generó los dos vinos, sea que Kha´y era un vinificador de tal talento que él era el “enólogo consejero” que atendía varios dominios.

Dos vinos fueron etiquetados Sdh, que parece significar nuevo, fresco y que lleva la mención “de muy buena calidad”. Los otros no tienen descripción más que si son dulces, que es el caso de cuatro de los veintiséis de estos vinos encontrados en la tumba de Tutankamon. Gracias a este inventario, se puede constatar que la reseña que se plasma en cada etiqueta, hormis la añada, es el nombre del vinificador. ¿Puede esto ser así? NADA MÁS IMPOTANTE QUE QUIEN ELABORA EL VINO.