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Grecia

Pella, Grecia. Descubren la mayor tumba subterránea del periodo helenístico

Pella, Grecia. Descubren la mayor tumba subterránea del periodo helenístico

Foto: (1) Una de las tres estelas funerarias de mármol encontradas (Agencias)

Excavaciones en Macedonia; Pella, Vergina – Aigai

ATENAS.- Un grupo de arqueólogos griegos ha descubierto la mayor tumba subterránea de la antigua Grecia en la histórica ciudad de Pella, en el norte del país, lugar de nacimiento de Alejandro Magno.

Las ocho cámaras de la tumba contienen esculturas pintadas que datan del periodo helenístico -entre los siglos II y III a.C.- y ofrecen a los estudiosos una visión diferente de la vida de los nobles en la época de Alejandro Magno.

"Esta es la tumba más grande, esculpida, y con más habitaciones encontrada en Grecia. Es significativa ya que muestra un nuevo estilo arquitectónico: hay muchas habitaciones y un largo arco de entrada", afirma el jefe de los arqueólogos, Maria Akamati. La mayor tumba funeraria encontrada en Grecia hasta ahora tenía tres cámaras.

Akamati ha explicado que la cámara, a la que se accede mediante un túnel de entrada de 16 metros, fue descubierta en una parcela agrícola que bordeaba el antiguo cementerio de la capital del reino de Macedonia.

Perteneció a una familia noble

Intactos, escritos en las lápidas, aparecen los nombres de los propietarios, aún visibles. Además hay en su interior una enorme lista de objetos, como joyas, monedas de cobre y vasijas de barro, lo que llevó a los arqueólogos a la conclusión de que la tumba pertenecía a una familia noble.

Akamati apunta que al menos entre siete u ocho miembros de la familia habían sido sepultados en las cámaras, pero la tumba parece haber sido expuesta a los saqueos durante generaciones, ya que varios objetos personales se han perdido.

Las pinturas de las habitaciones, con tintes rojos, azules y blancos, son todavía evidentes sobre las paredes.

La antigua ciudad de Pella fue parte del reino de Macedonia, regentado por Filipo II de Macedonia y después por su hijo Alejandro Magno, que nació allí en el 356 a.C. y pasó sus años de niñez antes de conquistar el mundo conocido hasta entonces. La tumba data del periodo posterior a su muerte.

Su reinado fue conocido por la lucha por el poder y las intrigas en la familia real. Los generales de Alejandro luchaban por el control del imperio.

Fuente: Deborah Kyvrikosaios / Reuters / El Mundo.es, 12 de febrero de 2006
Enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/
2006/02/12/ciencia/1139776568.html


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(2) Greeks find largest Macedonian tomb of nobles

By Deborah Kyvrikosaios

ATHENS (Reuters) - Greek archaeologists said on Sunday they had discovered the largest underground tomb in Greek antiquity in the ancient city of Pella in northern Greece, birthplace of Alexander the Great.

The eight-chamber tomb rich in painted sculpture dates to the Hellenistic period between the 3rd and 2nd century BC and offers scholars a rare glimpse into the life of nobles around the time of Alexander’s death.

"This is the largest, sculptured, multi-chambered tomb found in Greece, and is significant in that it is a new architectural style -- there are many chambers and a long entrance arcade," the chief archaeologist at Pella, Maria Akamati, told Reuters.

Akamati said that the tomb, accessible through a 16-meter long entrance, was uncovered in an agricultural plot bordering the ancient cemetery of the capital city of the Macedonian kingdom.

Until now, the largest chambered funeral tomb found in Greece contained up to three chambers.

Intact, inscribed tombstones, with the names of the owners still visible, and a vast array of rich artifacts including jewelry, copper coins and earthen vases, led archaeologists to the conclusion that the tomb belonged to a noble family.

"This was a very rich family. This is rare as the cemetery is full of plebeians (commoners)," said Akamati. "We actually learned the names of the owners from the tombstones."

Akamati said at least seven to eight family members had been buried in the chambers, but the tomb had most likely been plundered over generations as luxury personal artifacts were missing.

But the painted plaster of the chambers, with red, blue and white dyes, was still evident on the walls, said Akamati.

The ancient city of Pella was part of the Macedonian kingdom, ruled by Phillip of Macedon, and later by his son Alexander the Great, where he was born in 356 BC and spent his childhood years before setting off to conquer the known world.

The tomb dates to the period after Alexander’s death, Akamatis said, which was marked by mass power struggles and intrigues by the royal family and Alexander’s generals battling for control of his empire.

Fuente: © Reuters 2006. All Rights Reserved. 12 de febrero de 2006
Enlace: http://today.reuters.co.uk/news/newsarticle.aspx?type=
scienceNews&storyid=2006-02-12T143208Z_01_
L114134_RTRIDST_0_SCIENCE-GREECE-TOMB-DC.XML


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(3) Lucky find reveals biggest ancient cave

A farmer in northern Greece has stumbled across a 2,300-year-old chiseled cave with eight chambers and measuring some 63 square meters — the biggest ever discovered in this country — it was revealed yesterday.

The cave was found near the ancient city of Pella, which was the capital of the Macedonian kingdom. Archaeologists are studying the cave and believe it was probably used as a tomb by a wealthy Macedonian family between the second and third centuries BC, the Athens News Agency reported.

Two gold earrings, several bronze coins, three marble funerary stelae and a number of ceramic vessels were found inside the cave.

Previously, the largest chiseled cave found in Greece had three chambers. The cave near Pella has partly retained its original wall coloring of red, sky blue and gold.

Fuente: http://www.ekathimerini.com/4dcgi/news/content.asp?aid=66287

Éfeso, la ciudad del esplendor antiguo

Éfeso, la ciudad del esplendor antiguo

Más de un siglo de excavaciones han logrado sacar a la superficie 30% de la urbe original

Reportaje Fotográfico

KUSADASI, Turquía.- Si no fuera por un cartel que avisa a los viajeros que en este valle próximo al Egeo se alzó el edificio más bello que hubo sobre la Tierra, uno podría seguir de largo hacia las colinas cercanas, sin reparar en la solitaria columna, rodeada de nubes, que se yergue en la región más pedregosa del valle.
Es todo lo que queda del legendario Artemisión, el famoso santuario de la diosa Artemisa, que alguna vez encabezó las siete maravillas del mundo antiguo.

Algo parecido le ocurrió, hace 142 años, al arqueólogo inglés J. T. Wood, quien alucinado por un relato de Antípatro de Sidón, desembarcó en 1863 en las costas de Asia Menor para buscar el monumento que los antiguos habían considerado la obra arquitectónica más bella del mundo. El templo había sido destruido en forma tan completa, que Wood siguió de largo y se gastó, excavando en los alrededores, la mayor parte de los 80 mil dólares con que el Museo Británico había financiado su expedición. No fue sino años más tarde, y después de haber removido 100 mil metros cúbicos de lodo, que los cimientos de la estructura emergieron de un sueño subterráneo que se había prolongado durante casi 2 mil años.

"He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enorme obra de las altas pirámides, y la vasta tumba de Mausolo; pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, estos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: aparte de desde el Olimpo, el Sol no pareció jamás tan grande", había escrito Antípatro siglos antes.

La belleza fue para los griegos, sin embargo, un don terrible. En el año 352 a. de C. un demente llamado Eróstrato se lanzó en busca de la inmortalidad e incendió el templo de Artemisa para que su nombre fuera recordado en el mundo entero.

Entre las ruinas que esa noche ardían a orillas del Egeo, los habitantes de Éfeso tramaron su venganza: prohibieron, bajo pena de muerte, que el nombre de Eróstrato fuera pronunciado (hoy lo conocemos porque el geógrafo Estrabón relató el suceso en una de sus obras).

Aquella noche se perdió un templo cuatro veces mayor que el Partenón, que había sido construido a lo largo de 120 años y contaba con esculturas de algunos de los mayores artistas griegos. Dos milenios más tarde Wood sólo pudo rescatar una de las 117 columnas que sostuvieron el edificio. Pero los años que este arqueólogo pasó en las llanuras turcas, dando palos de ciego con el barro hasta las rodillas, sacaron a la luz el prodigio de una ciudad de mármol que había permanecido sumergida en el lodo: Éfeso, un museo al aire libre que Herodoto había considerado "la primera y más importante de las metrópolis de Asia". El más rico centro comercial que hubo jamás en los confines del helenismo.

"No un puñado de piedras en lo alto de una colina, sino una ciudad entera, con sus calles, sus casas y sus templos", dicen de Éfeso los guías turcos, con intención de abollar un poco el prestigio turístico de la metrópoli rival: la Acrópolis de Atenas. Y aunque el tono que usan recuerda al de los comerciantes de alfombras del cercano puerto de Kusadasi, difícilmente podrá hallarse en el mundo un sitio arqueológico tan bien conservado. Éfeso es una fotografía. Y en esa fotografía, la que posa es la historia.

Sin embargo, más de un siglo de excavaciones ininterrumpidas no han logrado sacar a la superficie más que 30% de la ciudad original. A pesar de los tesoros que durante 14 décadas sus entrañas han entregado a los arqueólogos, hace apenas tres años se le declaró Patrimonio de la Humanidad. Ni siquiera de lejos rivaliza con el interés turístico que despiertan Atenas y Olimpia, entre otras ciudades griegas. Sólo algunos barcos que en los meses de verano recalan en la costa ardiente, arrojan racimos de turistas que casi nunca saben lo que van a hallar y casi siempre dejan la ciudad con el rostro demudado. Éfeso provoca en el viajero un efecto demoledor, a juzgar por los murmullos y las exclamaciones que constantemente se escuchan en sus calles blancas.

"Heráclito camina por la tarde / de Éfeso", escribió Jorge Luis Borges en uno de sus poemas más recordados. Hoy, en la calle de los Curetos o en la extensa Vía de Mármol, escoltada por fustes truncados de grandes columnas, capiteles de templos, esculturas monumentales y amplias salas en ruinas, el rumor del viento que corre entre los árboles y las aves que cantan en las ramas cercanas, producen una atmósfera semejante a la que debió acompañar, en el siglo V a. de C., los paseos del filósofo que sentenció que nadie baja dos veces a las aguas del mismo río.

Lo que no hay modo de imaginar es el clima de ebullición que durante más de un milenio (entre los siglos XI a. de C. y III de nuestra era) vivió esta perla del Asia Menor, poblada por más de 200 mil habitantes y señalada como la ciudad más importante de cuantas vivieron de cara al Egeo.

Heráclito caminó por la tarde de Éfeso, lo que quiere decir que en esta ciudad se reflexionó por primera vez sobre el pensamiento y el lenguaje humano. Lo que quiere decir que aquí surgió el Logos.

Por estas calles pasaron alguna vez el historiador Herodoto, el cronista Plinio El Viejo, el escritor de viajes Pausanias, los emperadores Alejandro Magno, Marco Antonio y Cleopatra, los apóstoles Pablo y Juan (que escribió su evangelio en alguna de estas casas en ruinas) y, según las resoluciones del Concilio Ecuménico del año 431, también la Virgen María, que después de la muerte de su hijo se habría refugiado en la ciudad para habitar una modesta casucha en el monte Coressos.

Templos, mercados, palacios, plazas, gimnasios, baños públicos, bancos, edificios gubernamentales y un estadio capaz de albergar a 24 mil espectadores, recibieron asiduamente la visita de reyes, viajeros, filósofos, hombres de ciencia y mercaderes procedentes de todos los puntos del orbe helénico. Y aunque siguen ahí esos edificios, hoy cae sobre la ciudad un silencio oscuro, tocado por la magia del tiempo.

En los años 354, 358 y 365 d. de C., Éfeso sufrió los efectos de tres terremotos que la hirieron de muerte. El verdadero fin, sin embargo, no vino con los sismos. Posiblemente inspirado en el río Caistro, que había colmado de dones a la ciudad, Heráclito cinceló el más famoso de sus aforismos. Durante cientos de años, sin embargo, ese río arrastró desde las montañas grandes aluviones que convirtieron la tierra, antes fértil, en un espeso pantano. La perla del Egeo se trastocó lentamente en una región insalubre, un infierno de humedad y de mosquitos, y de mortales epidemias de malaria.

Éfeso se volvió, así, una ciudad enferma. Tuvo que ser abandonada. El pantano la cubrió durante los siglos siguientes, y lo hizo de forma tan completa que incluso el sitio donde había existido fue olvidado.

Nadie baja dos veces al mismo río. El aforismo se cumplió en el Caistro, que fue uno cuando le dio y otro cuando quitó la vida a esta ciudad jonia. Éfeso, a pesar de todo, sigue haciendo que otros mármoles pierdan su brillo.

El viento baja del monte Ayasuluk y mece ahora las copas de los árboles. El mármol resplandece bajo un cielo inusitadamente azul. Se dice que al cruzar la puerta Magnesia, que conduce a las afueras de la ciudad, también los viajeros dejan de ser los mismos. No olvidan nunca la ciudad, y sin embargo nunca más volverán a encontrarla. Porque la maldición de Heráclito pesa sobre Éfeso, y ésta está obligada a cambiar, al igual que el río, segundo a segundo.

Fuente: Héctor de Mauleón / El Universal, 17 de diciembre de 2005
Enlace: http://estadis.eluniversal.com.mx/cultura/46658.html

Descubiertos dos yacimientos arqueológicos neolíticos en Grecia

Descubiertos dos yacimientos arqueológicos neolíticos en Grecia

Foto: A ceramic artifact, dating to the sixth century BC, is one of dozens unearthed at two sites near Grevena and Ptolemaida in northern Greece, the Culture Ministry said yesterday. Archaeologists found the artifacts at two prehistoric farming settlements, the ministry said. The finds will shed light on social structures of the Neolithic era, it added. Foto: ANA / EKATHIMERINI.COM , Enlace: http://www.ekathimerini.com/4dcgi/_w_articles
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ATENAS (AFP) - Arqueólogos griegos descubrieron en el norte del país dos nuevos yacimientos neolíticos de la primera mitad del siglo VI antes de Cristo, en los que encontraron numerosos objetos de la época, indicó el lunes el ministerio griego de Cultura en un comunicado.

El primer yacimiento está cerca de Ptolemaide y en él se encontraron cinco tumbas en cerámica "pintadas y con grabados" además de un millar de objetos como utensilios en piedra con forma de hacha, dos sellos y 55 figurillas de tierra, en su mayor parte representaciones de mujeres pero también de animales como búfalos y toros.

El segundo yacimiento se encuentra al este de Greneva y se trata de una pequeña vivienda en la que los arqueólogos descubrieron "una interesante cerámica grabada con una inscripción". También hallaron varias estatuillas en piedra con formas de animales y humanas, además de un elevado número de utensilios en piedra con forma de hacha.

Asimismo, en la región de Kozani, otro grupo de arqueólogos descubrió dos monumentos de época romana. El mayor representa "un hombre y una mujer de pie, con un caballo en el medio y una sirvienta".

Fuente: AFP / Yahoo News, 30 de noviembre de 2005
Enlace: http://es.news.yahoo.com/30112005/159/
descubiertos-yacimientos-arqueologicos-neoliticos-grecia.html


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(2) Prehistoric settlements found in Greece

ATHENS, Greece --Archaeologists in northern Greece have uncovered traces of two prehistoric farming settlements dating back as early as 6,000 B.C., the Culture Ministry said Monday.

The first site, located on a plot earmarked for coal mining by Greece's Public Power Corporation, yielded five human burials, as well as artifacts including clay figurines of humans and animals, sealstones, pottery and stone tools.

The ministry said the one-acre site near Ptolemaida, some 330 miles northwest of Athens, had been inhabited for a short period during the early Neolithic era -- between 6000 and 5500 B.C.

"(The discovery) will help us solve problems regarding prehistoric social structures ... as the area saw a gradual introduction of farming techniques over at least five millennia," the ministry said.

Some 25 Neolithic settlements have been discovered in the area.

The ministry said a second, smaller site, also dating between 6000-5500 B.C., was excavated near Grevena, some 260 miles northwest of Athens. Archaeologists found a number of rare figurines in the settlement, which contained a workshop for producing stone tools.

The first traces of human settlement in Greece date to at least 40,000 B.C.

Fuente: © Copyright 2005 Associated Press. / The Boston Globe, 28 de noviembre de 2005
Enlace: http://www.boston.com/news/science/articles/
2005/11/28/prehistoric_settlements_uncovered_in_greece/?rss_id=Boston.com+%2F+News

Arqueólogos checos han descubierto un tesoro en Bulgaria

Arqueólogos checos han descubierto un tesoro en Bulgaria Los arqueólogos checos han presentado recientemente a los especialistas un tesoro de monedas de plata y de oro que descubrieron en 1998 en Bulgaria. La demora en presentar públicamente el hallazgo se debe a la necesidad de limpiar las monedas halladas en las ruinas de la ciudad de Pistiros, fundada por los griegos.

Los arqueólogos checos exploran desde hace doce años juntamente con sus colegas búlgaros los restos de la ciudad comercial griega de Pistiros, situada a 60 kilómetros de la ciudad búlgara de Plovdiv.

Pistiros era un puerto comercial, situado a orillas del río Marica, fundado hacia el año 500 antes de nuestra era. Los griegos que residían en dicha ciudad habían concertado con los soberanos tracios locales una especie de pacto de coexistencia pacífica. Pagaban a los tracios por la protección y éstos permitían a los griegos dedicarse al comercio.

Los arqueólogos hallaron una inscripción, grabada en una piedra, que se refería a la renovación del pacto. De la inscripción se desprende que el pacto fue concluido bajo la protección de Dionisio, dios del vino, venerado tanto por griegos como por tracios, habitantes del territorio en el que se extiende la actual Bulgaria.

A finales del verano de 1998 los arqueólogos checos descubrieron en los restos de una casa de piedra en las ruinas de la ciudad de Pistiros un tesoro: Una olla cerámica contenía 558 monedas de plata y 3 de oro y su peso total alcanzaba los cuatro kilos.

El hallazgo tuvo lugar en circunstancias bastante peculiares. Los arqueólogos checos descubrieron el tesoro cuando faltaba media hora para el final de la última jornada de trabajo de la temporada de excavaciones.

Las monedas de oro del tesoro son las llamadas estateras del reinado de Alejandro Magno. Las de plata son dracmas y tetradracmas griegas. El valor nominal del total de las monedas superaba las mil dracmas. Era mucho dinero si tenemos en cuenta que por una dracma podían comprarse hasta dos vacas.

Del elevado monto del tesoro los arqueólogos deducen que el peculio había pertenecido a un destacado militar griego. Cerca del tesoro los arqueólogos hallaron jarras que habían contenido vino y cerveza. Al parecer, el dueño del tesoro sabía disfrutar de la vida.

¿Por qué el dueño del tesoro lo dejó en la casa? Todo indica que ello está relacionado con la conquista y la destrucción de la ciudad de Pistiros por tribus celtas en el año 278 antes de nuestra era. En el mismo año los celtas llegaron a Delfos, conocida por el templo de Apolo que hacía sus oráculos por medio de una sacerdotisa.

Entre los escombros calcinados de la ciudad de Pistiros los científicos checos hallaron una espada y una lanza celtas y también una curiosa hebilla para el vestuario.

La hebilla de bronce es exactamente igual que las joyas celtas halladas a finales del siglo XIX en las cercanías de la ciudad checa de Duchcov. Pertenecía probablemente a uno de los conquistadores. Ello indica que por lo menos una parte de los celtas que destruyeron la ciudad de Pistiros había partido a la expedición conquistadora desde un territorio que se encuentra en la actualidad en la República Checa.

En la parte septentrional del actual territorio checo estaban asentadas las tribus celtas de los volcos tectosagos que en sus expediciones bélicas llegaron hasta el Asia Menor. Por el camino destruyeron la ciudad de Pistiros.

Fuente: Eva Manethová / Radio Praha, 6 de octubre de 2005
Enlace: http://www.radio.cz/es/articulo/71366/limit

Descubren estatuas de diosas griegas en Creta

Descubren estatuas de diosas griegas en Creta Las esculturas de tamaño natural de Atenea y Hera fueron halladas en Grecia

Creta (AP).- Las estatuas de mármol, de tamaño natural, de dos antiguas diosas griegas fueron descubiertas durante las excavaciones en una población de 5 mil años de antigüedad en la isla de Creta, dijeron el viernes los arqueólogos.

Las esculturas, que representan a las diosas Atenas y Hera, datan de entre los siglos segundo y cuarto a.C. un periodo de dominio romano en Grecia y decoraron originalmente el teatro romano en la población de Gortyn, declaró Anna Micheli, de la Escuela de Arqueología de Italia.

"Se hallan en muy buen estado", dijo, añadiendo que la estatua de Atenas, diosa de la sabiduría, estaba completa, en tanto la de Hera, la esposa de Zeus, el mujeriego monarca de los dioses, carecía de la cabeza.

"Pero esperamos encontrar la cabeza en la zona circundante", dijo Micheli.

Un equipo de arqueólogos italianos y griegos descubrió las estatuas el martes mientras excavaba en las ruinas del teatro de Gortyn, a unos 44 kilómetros al sur de Iraklion, en la zona central de Creta.

Las diosas, de dos metros de altura, incluido el pedestal, fueron derribadas de sus zócalos por un terremoto alrededor del año 367. El sismo destruyó el teatro y buena parte de la población, informó Micheli.

"Las estatuas cayeron de sus pedestales y fueron halladas justo en frente de su posición original, a siete metros del nivel de tierra", señaló.

"Se trata de uno de los raros casos en que tales obras son descubiertas en el mismo edificio donde eran exhibidas.

"Las excavaciones han cesado, debido a los hallazgos, pero creemos que hay más estatuas en la zona", indicó.

Gortyn, capital de Creta durante el imperio romano, recibió sus primeros pobladores alrededor del 3 mil antes de Cristo, y era una floreciente población minoica entre el 1600 y el 1100. Prosperó durante el imperio romano, y fue destruida por una invasión árabe en el 824 de nuestra era.

Fuente: El Universal, 2 de octubre de 2005
Enlace: http://estadis.eluniversal.com.mx/cultura/45096.html

Descubren la tumba de un rey tracio llena de oro en Bulgaria

Descubren la tumba de un rey tracio llena de oro en Bulgaria Reportaje Fotográfico:
Arqueólogos búlgaros encuentran tumba del rey Orfeo tracio
Tesoros Tracios

SOFIA (AFP) - La tumba de un rey tracio, de construcción inhabitual y llena de objetos de oro y plata, del siglo IV antes de Cristo, ha sido descubierta en la región de Eljovo, al sudeste del país, anunció este domingo a AFP el director del museo Histórico Nacional, Bojidar Dimitrov.

"Esta tumba no se parece a los mausoleos rectangulares o a las casas de tracios que se conocen. Es un enorme hueco cubierto de madera que se parece a las tumbas scitas de Rusia del sur y de Ucrania", explicó.

La jefa del equipo arqueológico, Daniela Agre, afirmó que "se trata de la tumba tracia más rica descubierta en los últimos 100 años".

El equipo encontró el anillo de oro de este rey tracio, que fue enterrado con su perro y sus caballos. Una corona de oro, cubre-rodillas de plata, partes de una armadura y equipamientos para caballos, así como numerosos recipientes de oro, plata y bronce, han sido también descubiertos, según Dimitrov.

Desde el milenio cuarto antes de Cristo hasta el siglo III después de Cristo, los tracios habitaron el territorio que actualmente cubren Bulgaria y Macedonia, el sur de Rumania, el norte de Grecia y de Turquía, así como el suroeste de Ucrania.

Especializados en agricultura y ganadería, se hicieron célebres por su producción de objetos de oro.

Fuente: Yahoo News.com / AFP, 25 de julio de 2005
Enlace: http://es.news.yahoo.com/050724/159/46j0z.html

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Exposición: “Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria”

CAIXAFORUM de Barcelona, Del 15/4/2005 al 31/7/2005

Av. Marqués de Comillas 6-8, C.P.: 08038
Servicio de Información: Tel.: 902 22 30 40
Horario: De martes a domingo y festivos de 10 a 20 h.
Lunes cerrado, excepto festivos.
Exposición para público en general. Actividad gratuita

Los tracios, pueblo indoeuropeo de oscuros orígenes que habitó las actuales áreas geográficas de Rumanía, Bulgaria y el norte de Grecia, han permanecido anclados en el olvido a lo largo de siglos. Pero en las últimas décadas se han descubierto magníficas tumbas reales decoradas con maravillosas pinturas y repletas de tesoros sorprendentes que han dejado atónitos a los especialistas. Los principales de estos hallazgos se mostrarán en esta exposición inédita.

Alimentaba a sus yeguas antropófagas con la carne de los extranjeros que visitaban sus tierras. Así de temerario era Diómedes, hijo del dios Ares y una de las figuras legendarias de Tracia, hasta que Heracles puso fin a tan bárbara costumbre. Altivos, rudos y guerreros despiadados según los griegos, los tracios fueron también un pueblo de gran sensibilidad que legó a la posteridad tesoros de inusitada belleza que han dejado atónitos a los especialistas. Como el tesoro de Rogozen, descubierto en 1985, que data de finales del siglo V a. de C. y está formado por 65 piezas de oro y plata finamente trabajadas, con un peso total de más de veinte kilos. Su escritura aún no ha podido ser descifrada, por lo que los responsables de su entrada en la historia fueron los antiguos griegos. «Son tan bellas sus armas de oro que encantan a la vista, ya que no parece que hayan sido labradas por hombres mortales, sino forjadas para los dioses divinos», escribió Homero, en cuya Ilíada aparece por primera vez el nombre de Tracia. Con el título Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria, la Obra Social de ”la Caixa” presenta en España la mayor exposición realizada en nuestro país de una de las culturas más olvidadas y misteriosas de la Antigüedad. Fruto de la colaboración con el Ministerio de Cultura de la República de Bulgaria, la muestra reúne en CaixaForum 311 obras excepcionales: ricos ajuares, objetos suntuarios, armas y arneses, máscaras funerarias y servicios para banquetes en oro, plata y bronce, entre los que destacan los tesoros de Letnitsa, Rogozen y Borovo.

Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria, comisariada por Gregorio Luri, Alberto Costa y Valeria Fol, se podrá visitar en CaixaForum (av. del Marquès de Comillas, 6-8, Barcelona), del 15 de abril al 31 de julio de 2005. Posteriormente, se podrá ver en la Sala de Exposiciones de la Fundación ”la Caixa” de Madrid.

Uno de los objetivos de la Obra Social de ”la Caixa” es contribuir al conocimiento de la historia y el arte, poner al alcance del público los últimos hallazgos arqueológicos y mostrar en todo su esplendor el legado de los pueblos de la Antigüedad a través de exposiciones dedicadas a las grandes culturas del pasado, como Los íberos, príncipes de Occidente, Asia: ruta de las estepas y Nubia. Los reinos del Nilo en Sudán. La muestra Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria responde a esta voluntad.

La exposición nos desvela los últimos descubrimientos arqueológicos realizados en territorio búlgaro a través de una selección de las piezas más notables y singulares halladas, procedentes de una treintena de museos búlgaros. Aunque el acento recae en la cultura tracia, también se exhiben algunos objetos especialmente relevantes de las culturas que la precedieron en los Balcanes orientales. Es el caso de Varna, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo (datado a finales del Calcolítico, es decir, más de 4.000 años antes de nuestra era) y donde quizá, según coinciden en afirmar varios expertos, se esconde la cuna de la civilización europea, así como el primer oro trabajado del mundo. En las casi trescientas tumbas estudiadas se han hallado collares, brazaletes, cetros, amuletos e, incluso, un falo de oro, todos ellos trabajados con un refinamiento que sorprende.

Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria es fruto de la colaboración entre la Fundación ”la Caixa” y el Ministerio de Cultura de la República de Bulgaria, y de la destacada participación del Instituto de Tracología de la Academia Búlgara de las Ciencias. La exposición quiere familiarizar al público de nuestro país con la cultura de los tracios, un pueblo de origen indoeuropeo que habitó los actuales territorios del norte de Grecia, Bulgaria, Rumanía y hasta la desembocadura del río Dniéper (República de Ucrania). A lo largo de los siglos, Tracia ha permanecido en el olvido. El reciente descubrimiento de magníficas tumbas reales ha llamado la atención de los especialistas sobre el extraordinario legado de los tracios. A partir de 1970, los hallazgos se han encadenado de forma continua: la necrópolis de Varna (1972), el tesoro de Borovo (1974), la tumba de Sveshtari (1982), el tesoro de Rogozen (1985), las tumbas de Shushmanets (1996), Starosel (2000), Alexandrovo (2001), Goliama Kosmatka (2004), etcétera. Precisamente, los tesoros de Letnitsa, Vratsa, Rogozen, Borovo y Panagyurishte son el gran reclamo de esta exposición singular por la amplitud de su enfoque y la calidad de las obras y los objetos reunidos.

Entre la realidad y la leyenda, la cultura tracia es hoy objeto de debate entre los especialistas. La exposición que ahora se presenta en CaixaForum reúne las diferentes piezas de un rompecabezas que abarca desde los tiempos prehistóricos hasta su disolución en el mundo romano. Los primeros testimonios literarios de que disponemos son los griegos. Pero ¿cómo podemos conocer la realidad que no se refleja en estos documentos? ¿Qué mensaje ocultan las tumbas, los santuarios y los tesoros? A tal fin y para poder abordar la complejidad que entraña toda cultura oral, el 12 de mayo de 1972 se fundó el Instituto de Tracología, iniciándose así el estudio de una rigurosa interpretatio thracica.

La realidad presenta a los tracios como un pueblo de origen indoeuropeo pero no griego. Su escritura, conservada en unas pocas inscripciones, no ha podido ser descifrada todavía, y su historia es conocida a través de fuentes griegas y romanas que sólo proporcionan una idea superficial de sus orígenes, lengua y costumbres. Herodoto los considera uno de los pueblos más numerosos del mundo, pero muy segmentado por su tribalismo: «El pueblo de los tracios es el mayor entre todos los hombres, descontando, naturalmente, el de los indios. Si lo rigiera una sola persona o bien pensaran todos de la misma manera, en mi opinión sería irreducible y, con mucho, el más potente. Pero es impensable que eso ocurra. Y son débiles por este motivo. Tienen muchos nombres, que dependen de cada una de las tribus», se lee en su Historia (Libro V, El logos tracio).

Herodoto los caracteriza por su valentía, su amor a los caballos y su visión de esta vida como mero tránsito hacia la inmortalidad. Lucían tatuajes para indicar la nobleza de su origen, llevaban pieles de zorro en la cabeza, se cubrían el cuerpo con túnicas envueltas en mantos variopintos, calzaban botas de piel de cervato que les llegaban hasta las pantorrillas e iban armados con venablos, escudos ligeros y puñales pequeños, tal como corroboran las pinturas de la cerámica griega. La imagen del guerrero tracio está muy extendida en el arte, pues eran conocidos y apreciados por su bravura y su desapego a la vida. «¡Lanceros de Tracia, bien armados, espléndidos jinetes inspirados por Ares!», cantó Eurípides en Hécuba.

Esta exposición da cuenta de todo ello a través de seis ámbitos, hilvanados de forma cronológica y con sub-ámbitos temáticos: Del Neolítico al Bronce, La Edad del Bronce, De la guerra de Troya a la invasión persa, El siglo V a. de C., El siglo IV a. de C. y El declive de la civilización tracia: del helenismo a Roma.

Del Neolítico al Bronce

El Neolítico se caracteriza en los Balcanes por una gran vitalidad demográfica, social y económica. Los numerosos intercambios comerciales proporcionaron al conjunto de la península cierta homogeneidad. Se introdujo la agricultura, con la consiguiente roturación de las tierras, y se desarrolló la ganadería. La metalurgia del oro y el cobre, favorecida por la presencia de estos metales en la superficie del suelo, ocupó un lugar primordial en la economía. Los dos fenómenos más importantes del Calcolítico son la introducción y domesticación del caballo y la progresiva especialización del trabajo. A finales de este período llegan a los Balcanes tribus provenientes, probablemente, de las estepas del norte, a las que en los textos homéricos se les da el nombre de tracias.

Asimismo, es en los Balcanes, lugar de contacto entre las culturas asiáticas y europeas, donde se encuentran algunos de los yacimientos más antiguos de Europa, que en el caso de Bulgaria ocupan la cuenca del río Maritsa y las regiones próximas a la costa del mar Negro. Responden a las antiguas culturas de Karanovo, Gradeshnitsa, Durankulak, Ezerovo y, especialmente, Varna. Cerca del mar Negro, la necrópolis de Varna fue descubierta accidentalmente en 1972. Se extiende a lo largo de toda una hectárea y está datada a finales del calcolítico, cuatro mil años antes de nuestra era. Encierra más de tres mil objetos de oro con un peso total de seis kilos. Sin duda, Varna fue un centro de expansión de la metalurgia y la orfebrería. El elevado número de conchas halladas sugiere la existencia de una gran actividad comercial con el Mediterráneo. Numerosos expertos han calificado la cultura de Varna como «la cuna de la civilización europea» y a su oro como «el más antiguo del mundo».

La Edad del Bronce

A principios del primer milenio antes de Cristo, la parte oriental de la península balcánica estaba habitada por las tribus tracias, muy numerosas y muy celosas de su independencia. Vivían en pequeños núcleos formados por varias casas rodeadas de una empalizada alta, resguardo de los animales domésticos. La doble hacha, también conocida como ‘labris’, era un objeto omnipresente en todas las tribus. Símbolo solar, representaba el poder de los señores tracios, y ha dado pie a varias especulaciones sobre el contacto entre los tracios y la cultura minoica. El reciente hallazgo de un sello con una inscripción en escritura cretense conocida como lineal A (utilizada entre 1850 y 1450 a. de C.) ha demostrado la existencia de estos contactos.

De la guerra de Troya a la invasión persa

La influencia micénica sobre la cultura tracia se produce desde el final de la Edad del Bronce y pervive durante siglos. En sus inicios fue una época de profundas mutaciones sociales en que se desarrolló un sistema de residencias reales fortificadas que dominaban extensos territorios. Los contactos de los tracios con Troya eran frecuentes, así como los mantenidos con Frigia y Bitinia. Homero resalta la riqueza de los ornamentos de sus caballos. Magníficos jinetes, se enorgullecían tanto de sus monturas que no escatimaban en oro o en plata para adornarlas. De los tiempos homéricos hasta el siglo VII, cuando comienzan a establecerse las primeras colonias griegas en las costas de Tracia, tanto en las del Egeo como en las del mar Negro, es muy poco lo que sabemos de los tracios.

Los autores griegos nombran a los tracios en relación con la guerra de Troya. Fueron aliados de los troyanos, con los que quizá guardaban alguna relación étnica. En los versos de La Ilíada aparece por primera vez una referencia a Tracia: «Los tracios recién venidos están ahí, en ese extremo, con su rey Reso, hijo de Eyoneo. He visto sus corceles, que son bellísimos, de gran altura, más blancos que la nieve y tan ligeros como el viento. Su carro tiene lindos adornos de oro y plata, y sus armas son de oro, magníficas, admirables y más propias de dioses inmortales que de hombres mortales» (Homero, La Ilíada, canto X).

En la primera década del siglo VI a. de C., los persas invaden Tracia y la convierten en parte de la satrapía de Skudra. Para esas fechas ya se había desplegado un rosario de colonias griegas por las costas tracias del Egeo y el mar Negro.

El siglo V a. de C.

Tras la derrota de los persas en las guerras médicas y su posterior retirada a sus dominios asiáticos, las tribus tracias, en lugar de recuperar sus antiguos modos de vida, se organizaron en comunidades complejas. La más poderosa, y posiblemente la única con voluntad hegemónica, fue la de los odrisios, que liderados por Teres formaron el primer reino tracio del que tenemos constancia histórica. Teres I (480-460) unificó un cierto número de tribus tracias, inaugurando así un período de esplendor para estos pueblos. Le sucedió su hijo Sitalces (460-424), llamado el Grande. Por el norte extendió las fronteras de su reino hasta el Danubio; por el este, hasta las costas del mar Negro; y por el sur, hasta las montañas Ródope. Su reinado fue la época del máximo esplendor odrisio. A partir de Teres y Sitalces, los tracios desarrollaron una intensa política exterior. El ideal aristocrático se expresa en la construcción de tumbas suntuosas que, en algunos casos, reproducen el estilo micénico.

El siglo IV a. de C.

Los siglos V y IV a. de C. coinciden con cambios sustanciales en los hábitos cotidianos de los tracios. La comunidad tribal se va abandonando progresivamente para dar paso a una organización política mucho más compleja, en forma de Estado. Con Cotis I (383-359), posiblemente el más dinámico monarca tracio, el reino odrisio compitió con Atenas por el control de las rutas comerciales del Egeo y consiguió arrebatarle el Quersoneso tracio y la base naval de Sestos. Tras el asesinato del emprendedor Cotis I, que había logrado expandir las fronteras desde el río Nestos (Mesta) hasta el Istro (Danubio), el reino odrisio comienza a decaer a causa de las disgregadoras guerras dinásticas. Las rivalidades, fruto de la muerte del monarca, fueron aprovechadas por Atenas para debilitar el reino, que se vio así incapacitado para hacer frente a los planes anexionistas de Filipo II de Macedonia y su hijo Alejandro Magno.

El siglo IV es la época de máximo esplendor de la cultura tracia. Los tesoros descubiertos constituyen el acontecimiento más notable de la arqueología contemporánea. Algunos de los más importantes ajuares descubiertos en Bulgaria, como Letnitsa, Borovo y Rogozen, fueron reunidos en tiempos de Cotis I, y muchas piezas llevan su nombre grabado.

-El tesoro de Letnitsa data de la primera mitad del siglo IV. Consiste en 24 placas de plata rectangulares que formaban parte de un arnés y que quizá representan escenas mitológicas relacionadas con los misterios de Samotracia y Eleusis. Entre los tracios abundaban los adornos destinados a las guarniciones de los caballos, prueba de la gran estima que les profesaban. Los ornamentos de mayor realce se colocaban en el frontal del animal. En este tesoro aparece representada por primera vez la figura humana en un adorno de este tipo.

-El tesoro de Borovo fue descubierto en diciembre de 1974, cerca de un túmulo funerario. Consiste en tres ritones que acaban en prótomes de caballo, toro y esfinge; un recipiente con dos asas, en cuyo centro pueden verse las figuras en relieve de un ciervo atacado por un grifo, y un jarro de plata ricamente adornado con escenas relacionadas con el culto de Dioniso. El tesoro lleva los nombres del rey Cotis I y del artesano Etbeos.

-El tesoro de Rogozen, descubierto en 1985, está formado por 65 piezas de plata y oro, con un peso total de más de veinte kilos. Es un conjunto de piezas variadas que fue reunido entre finales del siglo V y mediados del IV. Aunque algunas piezas pudieron haberse importado, la mayoría parecen realizadas en Tracia. Quince llevan inscripciones de antiguas ciudades tracias, como Apros, Beos, Gaeiston, Erkistes y Saythabas. El nombre propio que aparece más veces es el del rey Cotis I. Las imágenes mitológicas se refieren básicamente a dos figuras del panteón tracio: la Gran Diosa Madre y el Caballero Tracio.

El declive de la civilización tracia. Del helenismo a Roma

Al morir Filipo II de Macedonia (336 a. de C.), las tribus tracias se sublevaron contra su hijo Alejandro Magno. Como respuesta, éste invadió Tracia. Las tribus de los tribalos y los getas fueron las únicas en oponerle una resistencia consistente, que sin embargo fue incapaz de detener su avance. Una vez sometido el país, Alejandro incorporó los soldados tracios a su ejército, que formaron una quinta parte del mismo, ocupando con frecuencia su ala izquierda. Fue notoria su desempeño en la batalla de Hidaspes (326 a. de C.), donde se lanzaron blandiendo sus famosas espadas (las ronfainas) contra los elefantes indios. En 323 a. de C., Lisímaco, uno de los diadocos de Alejandro, recibió Tracia al repartirse el imperio, dando comienzo a una larga serie de confrontaciones militares. El rey odrisio Seutes III, llamado ‘basileus’, que no aceptó la autoridad de Lisímaco, logró restablecer en parte el reino odrisio y fundó su capital Seutópolis en las orillas del Tonzos (cerca de la actual Kazanlak), siguiendo la tradición arquitectónica helénica.

Los distintos reinos tracios se integraron rápidamente en la corriente del helenismo. En el año 280 a. de C., Tracia fue invadida por los celtas, que por un breve período de tiempo crearon su propio estado, hasta que fueron expulsados a Asia Menor. Tras la derrota de Macedonia (168 a. de C.), Tracia permaneció sujeta a los romanos, hasta que en 47 a. de C., extinguida la monarquía odrisia, pasó a ser una provincia romana con capital en Perinto. Pero aún dio varias muestras de rebeldía. Ahí están la singular figura de Espartaco y las sucesivas revueltas en el interior de la provincia, dando muestras evidentes de que su proverbial agresividad no había sido domesticada por completo. «Excepto los celtas, no hay pueblo que pueda pretender ser más numeroso que los tracios: nunca, antes de que los vencieran los romanos, habían sido completamente sometidos. Hoy toda Tracia obedece a Roma, al menos la Tracia que merecía la pena ser conquistada, pues los romanos no se han preocupado de aquellos lugares que el rigor del frío o la naturaleza del suelo han hecho estériles, pero poseen todo lo que tiene alguna importancia», escribió Pausanias en su Descripción de Grecia.

-Si bien durante la época helenística el nombre de Tracia perdió definitivamente su significado étnico y pasó a ser un término meramente geográfico, la cultura tracia lanzó, antes de desaparecer, su canto de cisne en la forma del tesoro de Panagyurishte. Está formado por nueve piezas de oro con un peso total de 6,1 kilos, y fue descubierto en 1949. Estas piezas tan profusamente trabajadas contienen varias escenas mitológicas, incluyendo en el ánfora una del drama de Esquilo Los siete contra Tebas. Los recipientes llevan inscripciones con su peso tanto en daricos persas como en estateras áticas. Esta es una buena prueba de que los tracios, tanto como a sus caballos y al vino, apreciaban sobremanera el oro primorosamente trabajado.

-Seutópolis, la capital de los odrisios, fue levantada por Seutes III. Por el norte estaba protegida por una muralla y al sur por el río Tonzos, que le proporcionaba una barrera defensiva natural. El urbanismo era perfectamente cuadriculado y en el ágora, donde se cortaban las calles principales, había un altar de Dioniso. En la planta baja de la residencia real se halló un santuario dedicado a los grandes dioses de Samotracia. En las proximidades de la capital se encuentra un gran número de túmulos sepulcrales, conocido actualmente como Valle de los Reyes Tracios, que conforma una sorprendente necrópolis real.

CRONOLOGÍA

- V-IV milenio a. de C. Períodos neolítico y calcolítico. Necrópolis calcolítica de Varna.
- 1200 a. de C. Guerra de Troya. Los tracios, aliados de los troyanos.
- c. 700 a. de C. Inicio de la colonización griega.
- c. 512 a. de C. Tras invadir Escitia, Darío ocupa Tracia, convirtiéndola en satrapía persa.
- 460 a. de C. Primer reino tracio, fundado por Teres, líder de la tribu de los odrisios.
- 440 a. de C. Sitalces el Grande (445/440-424), hijo de Teres, extiende el reino odrisio hasta el Danubio y los mares Egeo y Negro.
- 424- 415 a. de C. Durante el reinado de Seutes I, el reino odrisio alcanza su apogeo.
- 341 a. de C. Filipo II de Macedonia conquista el sur de Tracia, erigiendo Filipópolis, Kabyle y otras ciudades sobre asentamientos tracios.
- 336 a. de C. Alejandro sucede a su padre Filipo II de Macedonia y concluye la conquista de Tracia.
-323 a. de C. Muerte de Alejandro Magno. Lisímaco, esperando obtener el control de Tracia, ataca a Seutes III. No conseguirá reinar en toda Tracia.
-320 a. de C. Seutes III levanta su residencia en Seutópolis.
-Finales siglo IV - comienzos siglo III a. de C. Tesoro de Panagyurishte. Tumbas de Kazanlak y Sveshtari.
-280-279 a. de C. Los celtas invaden Tracia. Establecen su capital en Tile, cerca de Bizancio.
-c.113 a. de C. Nace en Tracia el gladiador Espartaco.
-46 d.C. El reino de Tracia es anexionado por Claudio. Tracia se transforma en provincia romana.

Fuente: Fundación La Caixa
Enlace: http://www.premsacaixa.com/View_Note/1,1274,1-33-865,00.html

El ombligo del mundo. Los misterios toxicológicos del oráculo de Delfos

El ombligo del mundo. Los misterios toxicológicos del oráculo de Delfos El oraculo de delfos estaba encima de la intersección de dos fracturas de la corteza terrestre.

Cuenta la mitología que el “ombligo del mundo” se encuentra en una de las laderas del Monte Parnaso (al norte del golfo de Corinto, en Grecia). Allá por el siglo XIII a.C., se construyó en ese lugar un templo donde funcionaba el oráculo de la Madre Tierra. Parece que siglos después el oráculo fue gentilmente cedido a Apolo (otra versión afirma que el dios se lo apropió por la fuerza, después de matar al dragón que lo custodiaba). El oráculo de Apolo, que recibió el nombre del cercano pueblo de Delfos, se convirtió en el más famoso y consultado de todo el Mediterráneo.

En los tiempos de mayor esplendor del oráculo, las personas viajaban largas distancias y soportaban igualmente largas esperas para preguntarle qué les deparaba el destino. Apolo les respondía a través de la voz de las sacerdotisas, llamadas Pitias (las respuestas solían ser oscuras y ambiguas). Las candidatas a Pitias tenían que ser jóvenes, vírgenes y nacidas en Delfos. Refiere Robert Graves, en su libro Los mitos griegos, que desde el día en que un devoto sedujo a la Pitia de turno, las empezaron a elegir mayores de cincuenta años.

Mataras a tu padre, luego te casaras con tu madre

El oráculo de Delfos le advirtió a Layo, rey de Tebas, que si tenía un descendiente varón, éste lo iba a matar. Tiempo después, la esposa de Layo dio a luz un varoncito. Temeroso de la profecía, el rey abandonó a su hijo en la montaña. El pequeño sobrevivió, lo llamaron Edipo y lo criaron en la corte de Pólibo, rey de Corinto. Años más tarde, el oráculo le advirtió a Edipo: “¡Matarás a tu padre y te casarás con tu madre!”. La funesta profecía se cumplió al pie de la letra y permitió que, siglos después, el nombre de Edipo fuera usado para designar a un incestuoso complejo psicológico.

Orestes es otro de los famosos que consultó al oráculo de Delfos. Quería saber si debía matar a su madre, que había asesinado vilmente a Agamenón, esposo de ella y padre de Orestes. La respuesta fue que debía matarla si no quería convertirse en un paria y enfermar de lepra. Ante tan inquietante presagio, y dado que contaba con el aval de Apolo, Orestes decidió cometer matricidio.

Pero estos son mitos. En la vida real, gobernantes, militares y particulares viajaban a Delfos para consultar al oráculo. Con el paso de los siglos y la aparición del cristianismo, la popularidad del oráculo fue disminuyendo. El emperador romano Teodosio I mandó clausurarlo en el año 381.

Grietas, vapores y vaticinios

De acuerdo con los relatos de la época, la Pitia atendía en una cámara ubicada en el corazón del templo. Se sentaba en un trípode, caía en un estado de trance y respondía las preguntas que le hacían. Era creencia común que el trance lo provocaban los vapores que brotaban de unas grietas en el suelo de la cámara.Las grietas y los vapores son mencionados en los escritos de Heródoto, Cicerón, Plinio el Viejo y Plutarco (este último, célebre autor de las Vidas paralelas, fue sacerdote de Apolo en Delfos). A Plutarco se le deben las primeras hipótesis acerca del origen geológico de los vapores que, según su descripción, despedían un aroma dulce.

La historia de las grietas y los vapores fue descartada durante la primera mitad del siglo XX, principalmente por falta de evidencias. Sin embargo, a fines de siglo, los estadounidenses John Hale (arqueólogo), Jelle de Boer (geólogo), Jeff Chanton (químico) y Rick Spiller (toxicólogo), demostraron que, después de todo, los antiguos cronistas no estaban tan errados.

El arqueólogo y el geólogo descubrieron que la cámara del oráculo estaba erigida exactamente sobre el punto de intersección de dos fracturas de la corteza terrestre. Debajo del templo se encontraron grietas en la roca, producidas por la tensión entre las fracturas, y un importante depósito de hidrocarburos de origen orgánico, que bien podía ser la fuente de los vapores mencionados por los autores de antaño. El químico detectó en el lugar la presencia de etileno. El toxicólogo confirmó que se trata de un gas de olor dulce, que produce un estado de trance sin pérdida del conocimiento. Quienes lo aspiran sienten euforia y la sensación de abandonar el cuerpo, pero pueden permanecer sentados y responder preguntas (como lo hacían las Pitias).

La investigación permitió corroborar todos los detalles mencionados en los textos antiguos. En un artículo publicado en Scientific American, los cuatro investigadores resaltan el poder de la ciencia moderna para dilucidar misterios del pasado, pero lo que les parece más destacable es “cuánto se puede ganar al abordar los problemas con la mentalidad abierta y la actitud interdisciplinaria mostradas por los antiguos griegos”.

Fuente: Raúl Alzogaray/Página 12.com, 25 de junio de 2005
Enlace: http://www.pagina12web.com.ar/suplementos/futuro/vernota.php?id_nota=1216&sec=13

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Oráculo de Delfos

Índice

1 Introducción
1.1 Pitia o Pitonisa

2 En la prehistoria

3 El recinto del santuario o témenos

4 Historia del santuario
4.1 Apogeo
4.2 Catástrofes en el siglo IV adC
4.3 Siglo III y II adC
4.4 Decadencia
4.5 Fin del culto

5 Las excavaciones

6 Referencias
6.1 Artículos relacionados
6.2 Bibliografía

Introducción

El oráculo de Delfos estaba situado en un gran recinto sagrado dedicado principalmente al dios Apolo que tenía en el centro su gran templo. Se encontraba este recinto en Grecia, en el emplazamiento de lo que fue la antigua ciudad llamada Delfos (que hoy ya no existe), al pie del monte Parnaso, en medio de las montañas de la Fócida, a 700 m sobre el nivel del mar y a 9,5 km. de distancia del golfo de Corinto.

De las rocas de la montaña brotaban varios manantiales que formaban distintas fuentes. Una de las fuentes más conocidas desde muy antiguo era la fuente Castalia, rodeada de un bosquecillo de laureles consagrados a Apolo. La leyenda y la mitología cuentan que en el monte Parnaso y cerca de esta fuente se reunían algunas divinidades, diosas menores del canto, la poesía, llamadas musas junto con las de las fuentes, llamadas náyades. En estas reuniones Apolo tocaba la lira y las divinidades cantaban.

El oráculo de Delfos influyó en gran manera en la colonización de las costas del sur de Italia y de Sicilia. Llegó a ser en centro religioso del mundo helénico.

La Fócida o Focia es una antigua región del centro de Grecia atravesada por el gran macizo del monte Parnaso. En época de la Grecia clásica una parte de esta región, la que está situada al pie de dicho monte, tenía el topónimo de Pyto (o Pito). Este lugar es el conocido como Delfos, es decir, Pyto y Delfos son sinónimos.

El nombre de Pito fue tomado de la serpiente Pitón que vivía en una cueva de estos parajes y a la que el dios Apolo dio muerte para apoderarse de su sabiduría y ser él quien presidiera el oráculo. La mitología cuenta que después de dar muerte a la serpiente, Apolo guardó sus cenizas en un sarcófago y fundó en su honor unos juegos fúnebres que se llamaron Juegos Píticos. Más tarde corrió la leyenda de que ese sarcófago se hallaba enterrado debajo del ónfalos, en el templo de Apolo en Delfos. De este nombre derivó el de Pitia o Pitonisa, nombre que se le fue dando a las mujeres que interpretaban las respuestas, es decir el oráculo. Al templo de Apolo se le llamaba también Pition y al mismo Apolo en Delfos se le llamó Apolo Pitio.

El topónimo de Delfos viene de Delfine, que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada de Apolo. A partir del siglo IV a.d.C., se le empezó a llamar Pitón en lugar de Delfine, aunque en esencia era el mismo personaje. Son dos fases sucesivas de la leyenda.

Pitia o Pitonisa

Se sabe que la elección de este personaje se hacía sin ninguna distinción de clases. A la candidata sólo se le pedía que su vida y sus costumbres fueran irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los siglos de apogeo del oráculo fue necesario nombrar hasta tres pitonisas para poder atender con holgura las innumerables consultas que se hacían por entonces. Sin embargo en los tiempos de decadencia sólo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados oráculos que se requerían.

Se conoce muy poco sobre el rito que se seguía en el oráculo. Se sabe que la Pitia se sentaba en un trípode que estaba en un espacio llamado aditon, al fondo del templo de Apolo Pitio. significa "fondo del santuario" y significa "lugar sagrado de acceso prohibido".

Está documentado el hecho de que los consultantes tenían unos días antes una entrevista con ella. El oráculo se celebraba un día al mes, el día 7 que se consideraba como la fecha del nacimiento de Apolo. Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gentes pobres. En primer lugar se ofrecía un sacrificio en el altar que había delante del templo. A continuación se pagaban las tasas correspondientes y por último el consultante se presentaba ante la Pitia y hacia sus consultas oralmente, según se cree. En el oráculo de Dódona se hacían las consultas grabadas en laminillas de plomo de las que se han encontrado bastantes ejemplares en las excavaciones. La Pitia daba respuestas (el verdadero oráculo) que un sacerdote recogía y escribía en forma de verso. Después se le entregaba al consultante.

Uno de los enigmas con el que se enfrentan los estudiosos del tema es el gran número de aciertos que tuvo el oráculo de Delfos. La fe en él era total, incluso si se equivocaba porque en ese caso se decía que el fallo era la interpretación de lo dicho y no el oráculo en sí.

Durante siglos ha corrido una leyenda en forma de verdad histórica acerca del oráculo y el estado de la Pitonisa. Dicha leyenda se difundió a partir de los autores cristianos de los siglos III y IV, como Orígenes y San Juan Crisóstomo. Eran tiempos en que la época de la Grecia clásica se veía como un acérrimo paganismo al que había que ridiculizar. De esta manera los escritores inventaron algo que a través de los siglos tuvo siempre mucho éxito. Lo describían así:

El trípode de la Pitonisa o Pitia se hallaba sobre una grieta muy profunda de la roca. Por esa grieta emanaban unos gases tóxicos que hacían que la mujer entrara rápidamente en un estado de embriaguez y desesperación con grandes tiritonas, es decir entraba en trance, desgreñada, y arrojando espuma por la boca. Además masticaba hojas de laurel, lo que ayudaba a alcanzar ese estado psicosomático.

Lo cierto es que no se ha encontrado ninguna descripción sobre el momento del oráculo en los escritores griegos o latinos. Ningún autor pagano ha descrito nunca una escena de consulta, ni siquiera Plutarco en su obra Diálogos píticos. Por otra parte los estudios arqueológicos y geológicos hechos en la zona del templo de Apolo aseguran que en la roca no existe la fisura profunda de que se habla en la leyenda.

Oráculo de Creso

Creso (560 -546 a.d.C.) fue el último rey de Lidia. Se cuenta de él que en una ocasión vino a Delfos a consultar el oráculo pues se estaba preparando para invadir el territorio persa y quería saber si el momento era propicio. El oráculo fue así: "Si cruzas el río Halys (que hace frontera entre Lidia y Persia), destruirás un gran imperio". La respuesta se interpretó como favorable y dando por hecho que el gran imperio era el de los persas. Pero el "gran imperio" que se destruyó en aquel encuentro fue el suyo, y Lidia pasó a poder de los persas. Esto es un ejemplo de la ambigüedad en las respuestas. Muchas de ellas fueron recogidas por autores clásicos. En realidad el oráculo no trataba de adivinar los hechos sino de dar buenos consejos, cosa que no era demasiado difícil pues en el santuario se disponía de la última noticia y de los últimos acontecimientos del mundo conocido.

Sibila

Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba de nombre Sibila, y su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta profesión. Ni Homero (siglo IX al VIII a.d.C.) ni Hesíodo (siglo VIII a.d.C.) hablan de las sibilas; su nombre aparece por primera vez en el siglo VI adC y es el filósofo Heráclito de Éfeso (535 a.d.C. - 470 a.d.C.) el primer informador de estos personajes. Se pensaba que las sibilas eran oriundas de Asia y que en cierto modo sustituyeron a las antiguas pitias.

En la prehistoria

En la meseta del monte Parnaso, a 1.400 m. sobre el nivel del mar y a dos horas y media del lugar sagrado conocido como Delfos se encuentra una gruta nombrada como la “caverna corcirea”. Este lugar fue muy frecuentado por el hombre desde los tiempos remotos del Neolítico, dando testimonio de ello las vasijas pintadas, ídolos de pie con los brazos levantados, o bien sentados en trípodes y figuras de terracota que han sacado a la luz las excavaciones. Todas estas figuran vienen a demostrar que por aquellos años remotos ya comenzaba a desarrollarse un culto a las divinidades. En esta época el emplazamiento de lo que sería Delfos estaba deshabitado.

El recinto del santuario o témenos

La descripción bastante exacta de cómo fue el recinto sagrado se conoce gracias a las informaciones de Pausanias en el siglo II a.d.C. y a la confirmación de esos escritos hecha por las excavaciones arqueológicas

Una cerca sagrada llamada períbola rodeaba todo el enclave del santuario. En la esquina sur oriental del recinto comenzaba la vía sacra que iba subiendo montaña arriba, serpenteando y pasando por delante de las pequeñas edificaciones llamadas tesoros, pasando también por delante del estadio y de diversos monumentos, hasta llegar al templo del oráculo, templo de Apolo. El peregrino accedía por la puerta principal de esta vía sagrada.

Por detrás del santuario existe una gran cuesta que va descendiendo hasta un barranco. En el valle pueden verse los cientos de olivos plantados cuya extensión llega hasta el golfo de Corinto. Se dice que es el mayor olivar del mundo.

Los llamados tesoros eran pequeñas capillas donde se guardaban los exvotos y las donaciones que frecuentemente eran muy ricas y valiosas, verdaderas joyas. Se sabe que existían todas estas capillas:

Tesoro de Cirenea
Tesoro de Cnido
Tesoro de Sifnos
Tesoro de Sición
Tesoro de Tebas
Tesoro de Corinto
Tesoro de los etruscos
Tesoro de los atenienses (que es el único restaurado).

En la terraza que se extendía delante del templo de Apolo estaba situado el altar de lo sacrificios. Se construyó además un teatro (en el siglo IV) y un estadio con capacidad para 7.000 plazas, para los juegos píticos (este último en el 582 a.d.C.). También había un hipódromo, que aun está sin localizar.

El tholos es una rotonda de columnas del siglo IV a.d.C. que formaba parte del santuario de Atenea que había sido construido en el siglo VI a.d.C. Es uno de los vestigios más bellos del santuario.

Al aire libre y salpicadas por todo el recinto se encontraban las estatuas de mármol o de bronce, regalos de reyes o de ciudades, en agradecimiento a los servicios prestados por el oráculo.

Las divinidades

Apolo Pitio era el dios principal del santuario. Pero en los meses de invierno tomaba protagonismo el dios Dionisos porque Apolo se marchaba al paraíso septentrional. Por esta razón se hizo una ornamentación distinta en los tímpanos del gran templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada apolínea (Apolo, Artemisa, y Leto) y en el del oeste el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos. El santuario de Atenea Pronaia se encontraba en la terraza de Marmaria, hacia la parte de abajo. Pronaia significa "la que está antes del templo". En esta terraza había dos templos dóricos, uno en honor a Atenea y otro para Artemisa (Diana); estaba también el tesoro eólico (llamado tesoro de Massalia, actual Marsella) y el tesoro dórico. Allí se encontraba junto con estos edificios el, tholos o rotonda de columnas del siglo IV adC, cuyas ruinas quedan aún en pie. Durante el siglo V d.C. se estableció el culto a Asclepio.

El ónfalos

El ónfalos es el ombligo del mundo. La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo. Las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra cónica llamada ónfalos muestra el lugar. La piedra, en forma de medio huevo, fue encontrada durante las excavaciones cerca del templo de Apolo. Estas piedras representando el ombligo del mundo eran un símbolo del centro, del lugar donde empezaría la creación del mundo. Al colocarlas en un determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o centro religioso de toda Grecia.

En algunas monedas encontradas en el recinto se puede ver la imagen del ónfalos, esquematizada y representada por un puntoen el centro de un círculo.

La piedra encontrada se halla expuesta en el museo de Delfos.

Historia del santuario

Por la Arqueología y los escritos antiguos se sabe que en el siglo VIII a.d.C. hubo en este lugar de Delfos edificios sagrados. Pausanias, el historiador griego del siglo II a.d.C., recoge la tradición y entre otras cosas cuenta que los tres primeros templos fueron construidos, uno con laurel, otro con cera de abeja mezclada con plumas y el tercero con bronce.

La Arqueología demuestra que en esta época ya era famoso el nombre de Apolo no sólo en el lugar sino en tierras lejanas. Los exvotos sacados a la luz en las excavaciones son muy significativos: Renombre de Apolo Pitio que era famoso en lugares remotos, caballos de Tesalia, trípodes del Peloponeso, soportes de recipientes de Creta, etc.

Pasado el tiempo fueron aumentando las ofrendas, sobre todo los exvotos de bronce. Se han encontrado escudos cretenses, cascos corintios, calderos con cabezas de grifos llegadas desde Samos y el Peloponeso y estatuillas diversas.

Apogeo

A finales del siglo VII a.d.C. ya se construyen templos especiales para Apolo y Atenea; son de piedra, con columnas dóricas. Sus restos, pasado el tiempo, fueron utilizados para la construcción de nuevos templos.

A comienzos del siglo VI a.d.C. tuvieron lugar dos acontecimientos que influyeron bastante en la evolución del santuario de Delfos. Uno fue la instalación en Delfos de la anfictionía y el otro, la reorganización de los "Juegos Píticos".

La anfictionía era una liga religiosa que agrupaba 12 pueblos (no ciudades), casi todos de la Grecia central. Tenía sus reuniones en el santuario de Deméter en Antela, cerca de las Termópilas. Como el oráculo de Delfos tenía ya un renombre mayor que el de Deméter, trasladaron allí la sede de esta confederación, sin por ello abandonar el otro santuario.

Los Juegos Píticos tenían lugar al principio cada 8 años. Después lo acortaron a 4 y se alternaban con los Juegos Olímpicos. Consistía en pruebas atléticas, hípicas y concursos líricos. En Delfos se construyó en esta época un teatro y un hipódromo para la celebración de estos juegos que se consideraban muy importantes.

Hubo un gran enriquecimiento tras la primera guerra sagrada en la que algunas ciudades griegas compitieron por obtener el control y la autoridad del santuario, con lo cual conseguían un reconocimiento de supremacía y prestigio sobre las otras ciudades y sobre algunos reinos extranjeros. Las aportaciones fueron tanto por parte de los griegos como por parte de los pueblos bárbaros. Hay que destacar el regalo que hizo Creso (560 -546 a.d.C.) último rey de Lidia en esta ocasión: un león de oro sobre una base de lingotes de oro más un cuenco de oro que pesaba un cuarto de tonelada.

En la primera mitad del siglo VI a.d.C. se hicieron unas 12 fundaciones de tesoros en torno al templo de Apolo. Este viejo templo ardió en el año 548 a.d.C. y tras el incendio su reconstrucción fue lenta. Hasta el año 505 a.d.C. no se terminó el nuevo templo, más grande que el anterior y cuya construcción se llevó a cabo gracias a una familia llamada Alcmeónidas, de Atenas. Según cuenta Herodoto, esta familia gestionó la aportación de dinero en todo el mundo griego.

Las aportaciones de exvotos y ofrendas, más las construcciones de tesoros durante esta época fueron cuantiosas:

Tesoro de Sifnos, en el 525 a.d.C., con cariátides tan colosales como las de Cnido. Decoración y obras maestras de la edad arcaica con relieves que representan la Gigantomaquia. Sifnos es una de las islas griegas que se encuentran alrededor de la isla de Delos, que fue en la Antigüedad una isla sagrada. Se dice que esta isla tenía minas de oro y que quedaron bajo el mar después de un cataclismo.

Tesoro de los atenienses, ofrecido a raíz de la batalla de Maratón; llegó a ser el más importante. Atenas ofreció después un pórtico para conmemorar el triunfo sobre los persas en el cabo de Micala y en el año 468 a.d.C. ofreció una palmera con dátiles de oro tras la victoria que obtuvo el jefe militar Cimón, hijo de Milcíades contra los persas en la desembocadura del río Eurimedonte. En este tesoro puede verse la epigrafía sobre el texto que se refiere a la Pitaida, que era una procesión que los atenienses enviaban a Delfos para conmemorar un hecho ocurrido en un lugar del monte Parnaso. Cuentan que en dicho lugar cayó un rayo como señal divina. Toda la historia está escrita en la piedra en forma de himno a Apolo, con anotaciones musicales entre las líneas.

En el 480, el tirano de Gela y Siracusa llamado Gelón derrotó a los cartagineses en la ciudad de Himera en Sicilia. En agradecimiento donó al oráculo un trípode con una Niké (una victoria) de oro.

Polizalos (o Polyzelos) el príncipe siciliano venció un año en los juegos píticos. Tras esta victoria ofreció al santuario de Delfos una cuadriga que debió ser imponente, de la cual se conserva el famoso auriga que fue encontrado en 1896.

Catástrofes en el siglo IV a.d.C.

Durante este siglo ocurrieron una serie de catástrofes que en nada beneficiaron al santuario de Delfos:

En el 373 a.d.C. hubo un terremoto que destruyó el templo edificado por los Alcmeónidas.

Del 356 a.d.C. al 346 a.d.C. fue la tercera guerra sagrada y como consecuencia de desataron destrucción y daños irreparables. Los focios lucharon contra los tesalios, beocios y Filipo II de Macedonia, con la intención de obtener la supremacía sobre el oráculo de Delfos. La guerra les costó tanto que se apoderaron de los mejores tesoros del santuario. Fundieron el oro y la plata y con ese resultado pudieron pagar a sus soldados. Pero poco después Filipo se hizo con la autoridad total del lugar sagrado y obligó a los focios a ir restituyendo en donaciones todo lo robado.

En el 339 a.d.C. ocurrió la cuarta guerra sagrada, cuando el pueblo de los locrios se enfrentó contra Atenas y el político Esquines seguidor de Filipo se enfrentó también contra la ciudad de Anfisa (o Ámfissa). Estos hechos dieron lugar a la batalla de Queronea , en el 338, en la que fueron derrotados atenienses y tebanos. Los macedonios tuvieron desde entonces la hegemonía de Grecia.

Siglo III y II a.d.C.

Durante la época del helenismo, difundida por los sucesores de Alejandro Magno se construyó un teatro nuevo y un estadio nuevo.

Los etolios (señores de Delfos) regalaron numerosas ofrendas en forma de columnas y estatuas. Pero los donantes más generosos de esta época fueron los reyes de Pérgamo que en varias ocasiones ofrecieron dinero y mano de obra para el mantenimiento del santuario. El rey de Pérgamo Atalo I regaló un conjunto monumental para celebrar su victoria sobre los gálatas. La donación fue de tal calidad que los etolios de Delfos junto con los componentes de la anfictionía mandaron erigir unas estatuas de Atalo I y de Eumenes II sobre unos pilares y las colocaron junto a la fachada del templo. También Perseo de Macedonia regaló una estatua con su efigie, pero más tarde su vencedor el general romano Pablo Emilio la mandó quitar para sustituirla por una que le representaba a él.

Son de esta época la epigrafía que cubría los muros de los edificios y del muro poligonal. En ella puede leerse los textos sobre los derechos honoríficos y sobre la liberación de esclavos. Apolo era quien garantizaba dicha liberación, después de habérsele pagado la suma correspondiente. También es de esta época la epigrafía del tesoro de los atenienses.

Decadencia

Comenzó el declive en el siglo I a.d.C. y continuó manteniéndose a medias hasta el siglo III. En el siglo I a.d.C. fue cuando se hizo la talla de una fuente rupestre en la pared de la garganta Castalia, allá donde desde antiguo se encontraba el manantial sagrado.

Los fondos para el mantenimiento del santuario, de sus monumentos y de sus tesoros van menguando a grandes pasos; la hierba crece entre los edificios, de manera salvaje, la madera se pudre y la suciedad empieza a notarse. Hubo además un incendio en el templo de Apolo que el emperador Domiciano (51-96) hizo reparar. El escritor griego Plutarco (c. 46-125), que además fue administrador de la anfictionía en los últimos años de su vida, escribió por entonces sus Diálogos píticos y en este libro comenta la impresión de abandono que le daba el santuario de Delfos.

A pesar de todo, la anfictionía continúa reuniéndose, organiza los "juegos píticos", levanta algunas estatuas a los cónsules y emperadores romanos y el oráculo sigue siendo consultado. Pero las peticiones son ya de otro estilo: ya no se le pide consejo sobre posibles enfrentamientos, reinados, gobernantes, etc., las consultas del momento son consejos sobre viajes, matrimonios y otros asuntos domésticos.

El oráculo ha dejado de influir en la política y el devenir de los pueblos. Su último momento de algo de esplendor se da bajo el gobierno de los Antonios, en el siglo II de nuestra era. Los emperadores siguieron manteniendo una regular correspondencia con el oráculo. Esta correspondencia ha llegado hasta nuestros días grabada sobre los contrafuertes del templo de Apolo.

El emperador romano Adriano (c. 46-125) también visitó Delfos. Allí hizo levantar una estatua (que ha sido hallada en las excavaciones) en homenaje a Antinoo, que murió ahogado misteriosamente en el río Nilo.

Herodes Ático (101-177), político y orador griego, sofista y protector de las letras, además de poseer una gran riqueza, donó parte de ésta a Delfos para reconstruir las gradas del estadio. También mandó erigir estatuas de su familia.

Pero ya por el siglo II, el santuario recibía visitantes que eran más curiosos que fieles. Los viajeros llegaban allí para curiosear y no para utilizar el recinto como lugar sagrado. Pausanias fue uno de estos visitantes que llegó en calidad de hombre culto y amante de las antigüedades y luego contó sus impresiones como historiador. Para las gentes del siglo II el apogeo y utilización del santuario como lugar sagrado estaba tan lejano como puede estar para los habitantes del siglo XXI los acontecimientos del Renacimiento. Ya en el año 87 a.d.C., Sila se había apropiado de muchas riquezas sagradas y de las ofrendas hechas en metales preciosos, lo mismo que el emperador Nerón en el siglo I. En el siglo III el emperador romano Constantino I el Grande se llevó una de las pocas piezas que aun quedaban: la columna serpentina que se levantaba exenta y que nadie consideraba de valor después de que los focenses se llevaron 700 años antes su trípode de oro.

En el siglo III los hérulos, godos y bastarnos recorrieron en grandes hazañas toda la Grecia Central, Ática y el Peloponeso, arrasando y saqueando. En Delfos destruyeron algunas de las estatuas que pudieran quedar en pie y el resto se vino abajo después del edicto de Teodosio el Grande, emperador romano (c. 346-395), en que se decía acabar con todos los "ídolos del paganismo". La desolación fue total al cabo de los años y de los centenares de estatuas que antaño poblaron el recinto, no quedó ni una en pie.

Fin del culto

El recinto de Delfos nunca llegó a estar deshabitado. Después de que se hubo olvidado por completo la razón de su existencia, sus ruinas se fueron recubriendo y se fue edificando toda una pequeña ciudad.

Durante el siglo V de nuestra era el lugar de Delfos fue la sede de un arzobispado y para ello se construyeron algunas iglesias utilizando como material el mármol de los monumentos anteriores; se construyó una basílica, importantes edificios de ladrillo y mampostería, establecimientos de baños, etc. Todo eso se rodeó de un muro que protegiera las invasiones eslavas. La ciudad fue creciendo a lo largo de los siglos y hasta tal punto fue olvidado y enterrado todo lo demás que en el siglo XVIII los eruditos se plantearon la duda del lugar exacto en que habría estado el célebre santuario de Apolo. Por los textos antiguos se tenía una idea, pero era casi imposible dar con ningún vestigio. Hasta que gracias a un hallazgo fortuito empezaron los estudios sistemáticos y las excavaciones.

Las excavaciones

En 1676 dos amigos viajeros llegaron al emplazamiento del santuario, convertido en un poblado llamado en ese momento Castri. Eran Jacques Spon (francés) y George Wheler (inglés). En su visita por el lugar se fijaron en unas inscripciones en la iglesia de un monasterio que había sido construido justamente sobre los muros del antiguo gimnasio. En estas inscripciones leyeron la palabra Delphi. Lo mismo les ocurrió en algunas casas del poblado. En estos años no pasó de ser una noticia para los historiadores; no hubo excavaciones.

Pasados dos siglos, en 1840, un arqueólogo alemán llamado Karl Olfried Müller trabajó en esta zona y descubrió entre las casas del poblado una parte del gran muro poligonal del recinto del santuario. El descubrimiento fue una llamada a seguir trabajando. Llegaron más arqueólogos franceses y alemanes, que fueron poco a poco descubriendo indicios y vestigios de la joya arqueológica que se escondía en aquel lugar. Pero la tarea era muy difícil pues la presencia del poblado impedía hacer excavaciones en serio. Empezaron entonces los tratos y los proyectos para trasladar a otro sitio todo el poblamiento de Castri, hasta que en 1881 hubo una convención entre el gobierno griego y el gobierno francés (muy interesado en las excavaciones) para expropiar, trasladar y reconstruir el nuevo emplazamiento, que es la ciudad actual llamada Dhirfis (Delfos).

Comenzó una gran actividad arqueológica dirigida por el jefe de la Escuela Francesa de Arqueología de Atenas, Théophile Homolle. Fueron apareciendo piezas, restos de estatuas criselefantinas (es decir, estatuas que tenían la cara, las manos y los pies de marfil y el cabello de oro), piedras de edificios, columnas rotas, etc. Después vinieron las restauraciones llevadas a cabo por la Escuela francesa de Arqueología más una subvención del Ayuntamiento de Atenas más aportaciones particulares de ciudadanos griegos. De esta forma vieron la restauración:

El tesoro de los atenienses que fue reconstruido pieza a pieza
El templo de Apolo, del que a penas se conservan algunas columnas
El estadio, que es el mejor conservado de la Antigüedad
El Tholo o santuario de Atenea
La fuente Castalia
El ágora romana
El altar de Quíos
Varias columnas

Muchas de las piezas fueron llevadas al museo de Delfos que en la actualidad es uno de los más ricos de Grecia en el tema de la Antigüedad, entre otras el famoso auriga de bronce de tamaño natural ofrendado por Polyzelos, la esfinge de Naxos, los mellizos de Argos y una copia romana del ónfalo que era la piedra en forma de huevo que señalaba el centro u "ombligo de mundo" en Delfos y que fue encontrado durante las excavaciones hechas al templo de Apolo.

Bibliografía:

Delfos, monumentos arqueológicos e historia. Pierre Amandry. Editorial Guías arqueológicas de Grecia, 1985.
Grecia, cuna de Occidente, tomo II Atlas culturales del mundo Folio-Ediciones del Prado 1992.
Dictionnaire Grec-Français par M.A.Bailly. Librairie Hachette et Cie. París 1915.
Diccionario de mitología griega y romana. Pierre Grimal, profesor de la Sorbona. Ediciones Paidós Ibérica, S.A. 1986.

Fuente: Enciclopedia Libre Universal en Español
Enlace: http://enciclopedia.us.es/index.php/Or%E1culo_de_Delfos