Perú. Arqueólogos hallan cementerio de chachapoyas en el noreste
Un grupo de arqueólogos halló un cementerio de la cultura chachapoyas dentro de una caverna de Yayacuj en el noreste de Perú, informó hoy el diario Perú 21.
En el lugar se encontraron dos momias, pinturas rupestres, así como vestigios cerámicos y textiles que corresponden al período Intermedio Tardío (400 años después de Cristo), durante el cual se desarrolló la cultura chachapoyas.
Las dos momias encontradas están cubiertas por cientos de metros de tela bajo la modalidad de un fardo funerario y presentan un excelente nivel de conservación, al tener tejidos de piel y pelo.
La caverna Yayacuj, (palabra quechua que significa donde se encanta el agua), se encuentra protegida por árboles frondosos y está rodeada de estructuras arqueológicas que construyeron los antiguos pobladores chachapoyas.
El director del estatal Instituto de Cultura de Amazonas, Herman Corbera, manifestó que es un hallazgo monumental y que se descubrió una fosa de más de 10 metros de profundidad con restos óseos y estructuras arqueológicas de piedra en forma circular y rectangular.
Para el estudioso, lo encontrado es enorme, las estructuras sugieren que hubo ocupación y desarrollo de actividades al interior de la caverna, lo cual es novedoso.
Anunció que la próxima semana, viajará un equipo de la entidad de cultura a realizar un estudio minucioso del descubrimiento que permitirá elaborar un expediente técnico para que la caverna se transforme en un centro cultural protegido por el Estado.
Mientras tanto, el dueño del terreno agrícola, Teodosio Huamán, resguarda la caverna, que tiene más de 300 metros de profundidad, para evitar que los depredadores la saqueen.
Los antiguos chachapoyas, conocidos como el pueblo de las nubes, habitaron entre el año 1000 y 1460 después de Cristo y fueron descritos por los incas como guerreros altos de piel y cabellos claros.
Los incas conquistaron a los chachapoyas en 1460, después de tomar la fortaleza de piedra de Kuélap, tras cuatro días de cruentos combates.
Fuente: Terra Actualidad EFE, 8 de octubre de 2006
Enlacee: http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/arqueologos_
hallan_cementerio_chachapoyas_noreste_1130758.htm
(2) Archaeologists uncover ancient burial cave of warrior tribe in Peru
Archaeologists have uncovered a 600-year-old, large underground cemetery belonging to a Peruvian warrior culture.
It is thought to be the first discovery of its kind.
After a tip-off from a farmer in Perus northern Amazon jungle, archaeologists from Perus National Culture Institute last week found the 250-metre deep cave that was used for burial and worship by the Chachapoyas tribe.
Herman Corbera, the expeditions leader and regional cultural director, says so far archaeologists have found five mummies, two of which are intact with skin and hair, as well as ceramics, textiles and wall paintings.
"This is a discovery of transcendental importance," he said.
"We have found these five mummies but I believe there could be many more.
"We think this is the first time any kind of underground burial site this size has been found belonging to Chachapoyas or other cultures in the region."
The Chachapoyas, a white-skinned tribe known as the cloud people by the Incas because of the cloud forests they inhabited in northern Peru, ruled the area from around 800 AD to around 1475, when they were conquered by the Incas.
But their strong resistance to the Incas, who built an empire ranging from northern Ecuador to southern Chile from the 1400s until the Spanish conquest of the 1530s, earned them a reputation as great warriors.
They are best-known today by tourists for their stone citadel Kuelap, near the modern town of Chachapoyas.
In 1996, archaeologists found six ancient burial houses containing several mummies, thought to belong to the Chachapoyas.
"The remote site for this cemetery tells us that the Chachapoyas had enormous respect for their ancestors because they hid them away for protection," Mr Corbera said.
"Locals call the cave Iyacyecuj, or Enchanted Water in Quechua, because of its spiritual importance and its underground rivers."
Mr Corbera says the walls in the limestone cave near the mummies are covered with wall paintings of faces and warrior-like figures that may have been drawn to ward off intruders and evil spirits.
"The idea now is to turn this cave into a museum, but weve got a huge amount of research to do first and protecting the site is a big issue," Mr Corbera said, adding that looters have already vandalised a small part of the cave in search of mummies or gold.
Archaeologists have uncovered thousands of mummies in Peru in recent years, mostly from the Inca culture five centuries ago, including about 2,000 unearthed from under a shantytown near the capital, Lima, in 2002.
One of Perus most famous mummies is "Juanita the Ice Maiden," a girl preserved in ice on a mountain.
Fuente: Reuters, 6 de octubre de 2006
Enlace: http://www.abc.net.au/news/newsitems/200610/s1757142.htm
1.- One of the five mummies that archaeologists found in Peru October 2, 2006. Archaeologists have uncovered a 600-year-old, large underground cemetery belonging to a Peruvian warrior culture, thought to be the first discovery of its kind, an official said on Thursday. After a tip-off from a farmer in Perus northern Amazon jungle, archeologists from Perus National Culture Institute last week found the 820-feet-(250-meter)deep cave that was used for burial and worship by the Chachapoyas tribe. Picture taken October 2, 2006. REUTERS/Stringer (PERU)
2.- Some of the five mummies that archaeologists found in Peru October 2, 2006. Archaeologists have uncovered a 600-year-old, large underground cemetery belonging to a Peruvian warrior culture, thought to be the first discovery of its kind, an official said on Thursday. After a tip-off from a farmer in Perus northern Amazon jungle, archaeologists from Perus National Culture Institute last week found the 820-feet-(250-meter)deep cave that was used for burial and worship by the Chachapoyas tribe. Picture taken October 2, 2006. QUALITY FROM SOURCE REUTERS/Stringer (PERU)
Tumbas perdidas en el tiempo
¿SAQUEO O TRASLADO? Aún no se determina si estas tumbas fueron saqueadas recientemente o sus constructores las abandonaron.
HALLAZGO EN AMAZONAS
Lo que comenzó como una herencia se convirtió en un nuevo descubrimiento arqueológico que nos pone frente a más información de la cultura Chachapoyas.
En el último mes, el destino ha cambiado radicalmente la vida de Bernardo Chuquizuta Huamán. De ser un humilde campesino dedicado al cultivo de papa ha pasado a ser el autor del hallazgo de un conjunto de sarcófagos de la cultura Chachapoyas.
Esta historia se inició la mañana del 20 de octubre durante la delimitación de un predio de 250 hectáreas que siete hermanos heredaron de su padre en las montañas del distrito de Kohechan, provincia de Luya, distante unos 45 kilómetros de la capital de Amazonas.
El más 'perjudicado' con la repartición de la herencia fue Bernardo, a quien le tocaron apenas siete hectáreas. Sin embargo, la nueva propiedad le deparaba una sorpresa, pues en su terreno hay un complejo arqueológico, que incluso podría dar nuevas alegrías porque no solo tiene como epicentro una galería de sarcófagos, sino otras evidencias que permanecen ocultas en el denso bosque enclavado en el bosque húmedo del cerro Penamal.
Chuquizuta nos contó que en esa oportunidad, él, sus hermanos mayores Porfirio y Ananías y su cuñado Édgar Mendoza se trasladaron hasta lo más alto de la montaña para delimitar el potrero en el que además de ganado vacuno iba a dedicarse al cultivo de nuevas hectáreas de papa.
Mientras luchaba para despejar la enmarañada vegetación que le iba a permitir instalar los hitos de la nueva demarcación, el filudo machete de Bernardo tocó las duras rocas de un farallón (una plataforma natural ubicada en medio del cerro) donde había unas imágenes que lo pusieron nervioso, a las que no pudo apreciar con nitidez porque estaban cubiertas por bejucos, árboles e interminables lianas, que le daban un toque de misterio y superstición a la vez.
Un tanto asustado, llamó a sus familiares y en grupo empezó a abrir una pequeña trocha que luego les permitió tener una idea de lo que habían encontrado. A medida de que despejaban la vegetación, lo primero que apareció fue una estatua de más de un metro y medio de alto.
Las difíciles condiciones del terreno solo le permitieron observar el perfil de la efigie, por lo que pensó que se trataba de algo aislado. Pero cuanto más avanzaba, se dio cuenta de que en medio del cerro, y a una altura de 2.796 metros sobre el nivel del mar, permanecía un conjunto de sarcófagos de singular importancia, semejantes a los que existen en la localidad de Karajía, que son tumbas donde los antiguos chachapoyas (1110-1300 d.C.) enterraban a los integrantes de la élite que los gobernaba.
Una vez que ordenó sus ideas y tras una reunión con sus familiares que lo acompañaban, Bernardo dejó las labores del campo y viajó a Chachapoyas para entrevistarse con el director del INC, Herman Corvera.
Tras hacerlo esperar varias horas, el funcionario decidió atenderlo pero con mucha incredulidad. No era el primero que llegaba con historias relacionadas con vestigios arqueológicos, pues muchos campesinos cada semana se acercan a la dependencia estatal para informar sobre hallazgos en sus predios.
Pero la historia de Bernardo Chuquizuta era diferente. Unas cuantas fotografías fueron suficientes para convencer al jefe del INC, quien dispuso que el arqueólogo Manuel Malaver Pizarro se encargara de confirmar el hecho.
LA EXPEDICIÓN
A bordo de un pequeño camión de propiedad de la institución y tras seis horas de viaje, cuatro de las cuales fueron una sacrificada caminata por empinados cerros, el arqueólogo confirmó que estaba frente a uno de los hallazgos más importantes de las últimas décadas en la difícil geografía del departamento de Amazonas.
Una de las tareas preliminares fue elaborar un registro de lo que encontró. Lamentablemente, en su informe tuvo que consignar que los veinte sarcófagos sufrieron daños de diversa magnitud, pero en todos ellos un lamentable hecho se repetía: los fardos funerarios que debían estar dentro de los sarcófagos ya no existían.
De retorno a Chachapoyas, Manuel Malaver dio a conocer todos los detalles al director Herman Corvera, quien por razones estratégicas decidió guardar bajo siete llaves el hecho. Lo hizo para evitar que personas inescrupulosas llegasen hasta la zona, depredaran el lugar y afectasen el único sarcófago que aún conserva un fardo funerario intacto, tal como lo colocaron los antiguos chachapoyas hace unos mil años.
Por el momento, los sarcófagos se encuentran a salvo de los depredadores porque están dentro de una propiedad privada, ubicada en una zona alejada de Chachapoyas, pero lo que más preocupa a los especialistas es que la plataforma que los sostiene podría caerse en cualquier momento debido a que se ha debilitado por el paso de los años.
Los especialistas del INC de Chachapoyas alistan una segunda expedición, ya que existe la posibilidad de que en los alrededores del farallón se encuentren más sarcófagos cubiertos por la vegetación. Las estructuras circulares de piedra (posiblemente viviendas) son evidencias de que el lugar fue el asentamiento de un grupo étnico identificado como los luyachillaos, según informaron los entendidos en el tema.
TESTIMONIOS
Víctor Huimac, agricultor
No habíamos visto algo similar a lo que Bernardo ha descubierto. Me parece lindo porque se trata de las herencias que dejaron nuestros antepasados. Dentro de un predio que poseo en Kohechan también hay algunos restos de piedra. Otros vecinos prefieren destruir estas evidencias porque se ubican muy lejos y muchas veces para llegar hasta el lugar se tiene que realizar largas caminatas. Necesitamos personal especializado que cuide estos restos".
Segundo Tuesta, agricultor
En casi todos los predios que colindan con el de don Bernardo hay hasta murales. Las autoridades no nos hacen caso y con pena vemos cómo esos restos se destruyen o quedan sepultados por la vegetación o los deslizamientos de cerros. He visto que en mi potrero hay unas diez paredes construidas con piedras de colores. Esta zona merece la atención del INC, porque se podría convertir en un nuevo destino turístico".
Sarcófagos habrían pertenecido a líderes de una de las etnias de los chachapoyas
ENTRE MALEZA. Cerca de donde se halló los sarcófagos existen otros restos que están cubiertos parcialmente con maleza. (Foto: Dante Piaggio/ Enviado Especial)
4500 sitios arqueológicos ubicados en Amazonas aún no han sido debidamente estudiados.
41,5 metros es el promedio de tamaño que tienen los sarcófagos hallados en la zona de Panemal.
Pedirán que el INC declare la zona patrimonio de la nación para evitar su deterioro.
Para el arqueólogo Manuel Malaver, el conjunto de sarcófagos hallados en el distrito de Koechán pertenecería a alguna de las generaciones de los líderes que gobernaron una de las etnias más representativas que luego dieron origen a la cultura Chachapoyas.
"La existencia de sarcófagos que representan a diversos personajes, como guerreros, sacerdotes y súbditos ubicados en torno a un personaje principal, podrían indicar que se trata de una estructura generacional. Pero para conocer más detalles se requiere exámenes más minuciosos y científicos como pruebas de ADN. Lamentablemente, no se podrá hacer comparaciones entre ellos, porque casi todos los fardos fueron extraídos", lamentó.
Recordó que la modalidad de entierros de los jerarcas en sarcófagos es una característica primordial que identifica a los integrantes de la etnia conocida como los luyachillaos, que se desarrollaron en lo que hoy es la provincia de Luya, donde predomina esta tradición que también se repite en los sarcófagos de Karajía.
"Otros grupos étnicos de la cultura Chachapoyas tuvieron diferentes modalidades de enterrar a sus principales líderes. Esto ocurre en la Laguna de los Cóndores, donde los jerarcas y su corte fueron sepultados en mausoleos, tal como lo muestran las momias descubiertas en ese distrito de Leymebamba", explicó.
Malaver estimó que los fardos funerarios hallados en Panemal fueron saqueados hace varios años, pues no existen evidencias recientes.
"También se trataría de un saqueo prehispánico, pues los antepasados acostumbraban cambiar de lugar el reposo final de sus muertos", mencionó.
Malaver informó que presentarán un informe ante el Instituto Nacional de Cultura para que esa zona sea declarada patrimonio cultural de la nación, ya que existe riesgo de que los sarcófagos sean afectados por la acción de hombre o la naturaleza.
"Haremos una visita a Lima para conseguir los fondos que nos permitan llevar a cabo un proceso de restauración de emergencia y luego conseguir el financiamiento para un proyecto de investigación. Lamentablemente, en Chachapoyas nadie se ha especializado en sarcófagos, pese a que en varios puntos de Luya existen sarcófagos intactos que se encuentran ocultos para evitar la depredación", declaró a este Diario.
Recuerdos de un pueblo guerrero
Según recientes estudios, existen evidencias humanas en Amazonas que datan de hace unos nueve mil años. Sin embargo, el legado más rico y representativo de ese departamento lo constituyen las construcciones de los chachapoyas.
Una de las más importantes manifestaciones es la fortaleza de Kuélap. En sus trabajos arquitectónicos predominan las construcciones circulares y las paredes decoradas con frisos en forma de rombos y diseños zigzagueantes.
Los chachapoyas tenían especial interés por rendir culto a sus muertos. Una muestra de ello son las momias halladas en la Laguna de los Cóndores y los sarcófagos de Karajía (ubicados en zonas casi inaccesibles).
De acuerdo con datos históricos, los pobladores opusieron una tenaz resistencia ante la expansión del Imperio Incaico. Pese a contar con fortalezas inexpugnables, finalmente la superioridad numérica del inca Túpac Yupanqui terminó imponiéndose.
Los escritos de los cronistas revelan que siglos más tarde, el 5 de setiembre de 1538, Alonso de Alvarado fundó la ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas y desde esa fecha se convirtió en uno de los lugares más importantes del país.
A lo largo del amplio territorio de Amazonas existen muchas evidencias de los chachapoyas. Por ejemplo, en los restos arqueológicos de Yalape, de unos mil años de antigüedad, hay cuatro hectáreas de clásicas construcciones circulares decoradas con frisos. También se cuenta con la Laguna de los Cóndores, donde en un farallón se hallaron 200 momias bien conservadas y rodeadas por 3.000 objetos pertenecientes a incas y chachapoyas.
La fortaleza de Kuélap --una estructura de piedra construida hacia el año 800 antes de Cristo-- es uno de los íconos de la cultura Chachapoyas. Sus entradas son callejones amurallados que se tornan más angostos a medida de que los visitantes avanzan en ella. En el interior hay 420 edificios circulares decorados con los tradicionales frisos.
Más datos
Para llegar a la zona del hallazgo se necesita realizar un viaje de seis horas. Dos en vehículo hasta el distrito de Kohechan y desde aquí caminando o sobre acémilas durante cuatro horas. La ruta es bastante difícil, incluso para llegar hasta el mismo farallón donde se encuentran los entierros.
La ventaja de los sarcófagos descubiertos en Pahemal es que se ubican casi al alcance de los visitantes, a diferencia de los que hay en Karajía, que fueron ubicados a unos veinte metros de alto.
Fuente: Wilfredo Sandoval Bayona / El Comercio, Perú, 22 de octubre de 2006
Enlace: http://www.elcomercioperu.com.pe/Edicion
Impresa/Html/2006-10-22/ImEcTemaDia0600750.html
Los Chachapoyas
Del libro de la Dra. Schjellerup, sabemos que la denominación de Chachapoyas es el nombre de una región geográfica, una provincia y un grupo étnico que se desarrollo en la selva alto andina al norte de Perú.
Ubicada al Este del río Marañon; uno de los afluentes mayores del río Amazonas en una región montañosa escarpada sobre la ladera Este de los Andes con altitudes de 900 a 4500 m.s.n.m., Montañas escabrosas y húmedas por la lluvia, bosques de densa neblina, ríos intransitables y pantanos traicioneros caracterizan la región actual como en tiempos pre-Hispánicos. Los sistemas de ríos dan acceso a la parte alta y baja de las tierras bajas - en la ceja de montaña - y dentro de la selva real, bosque lluvioso.
La ladera Este recibe abundante lluvia desde la Amazonía pero entre algunas montañas se encuentran valles llamados sombras de lluvia. Tal área es la del distrito de Chuquibamba, ubicada más al sur de la provincia de Chachapoyas.
La población actual utiliza al área en una complementariedad vertical con campos dispersos sobre la altitudes más altas y bajas de las zonas ecológicas. Las zonas ecológicas son nombradas Jalcas, Quechua y Templo o Yunga a la cual puede ser agregada la vegetación original de la ceja montaña boscosa con una densa biodiversidad de lluvias.
El estudio discute la interrogante de etnidad del poblado de Chachapoyas y demuestra como los Chachapoyas desarrollaron una fuerte cultura de su propia utilización y manutención de símbolos comunes tan característicos en diseños arquitectónicos, cerámica y textiles desde el Horizonte Medio en el siglo IX d.C.
Los Chachapoyas estuvieron organizados con un sentido común de identidad cultural que consolidaban intereses étnicos y/o costumbres religiosas, economía y política, colocándose en oposición a otros grupos y frente al estado Inca en el Horizonte Tardío en tiempos de la Conquista. Ellos mismos presentaron a los Españoles el poblado de Chachapoyas y son mencionados por ellos como un grupo étnico específico según fueron descritos por los Incas.
La demografía es analizada a partir de la información de las fuentes históricas españolas. La provincia Inca de Chachapoyas es propuesta por haber tenido una población de 3 HUNOS (alrededor de 30,000 pagadores de tributos de familia).
El carácter de rebelión de los Chachapoyas frente a los Incas y sus conquistas provocó una reorganización continua de la población. La documentación histórica según la disposición del siglo XVIII los mitmaqhuna de Chachapoyas otorgan un sorprendente número mayor de población de la provincia.
El propósito de la investigadora fue mostrar la política Inca establecida para acabar con la rebelión Chachapoyas durante los 60 años de ocupación. Hubo una opresiva declinación poblacional en el Período Colonial Español Temprano debido a las guerras internas e introducción de enfermedades europeas, pero los números son inciertos por la inseguridad de los censos y cambios políticos continuos.
Una revisión crítica en las fuentes históricas dentro de las fuentes primaria y secundaria son descritas y analizadas. Los primeros trabajos científicos se inician al final del último siglo. Las descripciones generales de los cronistas, reportes administrativos sobre litigios, información eclesiástica y descripciones de antiguos viajeros manifiestan una parte de la más amplia descripción de los Chachapoyas en diferentes niveles y otorga, la concurrencia de los eventos. Los individuales, quienes influyeron en la história son vistos en el caso estudiado, en un litígio de 1572 - 1574 con los Caciques locales, señores como participantes.
Los españoles reconocieron a los caciques instalados por los Incas porque muchos de ellos estuvieron de su lado de la primera invasión, muchos aspectos legales pueden ser vistos como parte del proceso de aculturación en la cual las comunidades nativas locales tomaron parte en el sistema legislativo Español para retener sus territorios.
El objetivo y meta del proyecto arqueológico fué hacer un reconocimiento arqueológico independiente y excavaciones para comparar y complementar el registro histórico con datos arqueológicos, con el fin de evaluar la influencia Inca sobre los Chachapoyas, los restos visibles de la cultura Chachapoyas y los patrones poblacionales fueron reconocidos y clasificados según la forma y función.
Desde el final del reciente Horizonte Medio y a través del periodo Intermedio Tardío hay una extensa ocupación humana por toda la región de Chachapoyas. En forma general emerge un nuevo patrón en las formas de construcciones habitacionales de piedra y estructuras monumentales de gran escala. Las construcciones son circulares con bases altas, muchos tienen cornisas de piedras grandes, piedras planas sobresaliendo sobre la superficie de las bases. Rampas inclinadas o escaleras dirigidas hacia la entrada erigida una secuencia de tiempo en las estructuras arquitectónicas de piedras.
Los Chachapoyas desarrollaron un lenguaje simbólico común con motivos geométricos característicos en forma de triángulos, rombos, serpenteadas y ornamentos cuadrados, que aparecen sobre las viviendas circulares en frisos de piedra dentro del área geométrica definida. Los símbolos fueron de valor significativo étnico y social y el uso de símbolos sirvió para demostrar la fuerza de identidad local que fue mantenida a través del periodo Inca.
El patrón poblacional reveló una jerarquía sociopolítica centrada en la zona de grandes altitudes de lugares estratégicamente localizados. Aglomeraciones por encima de 400 estructuras habitacionales son raras, reconociéndose como la residencia de los Curacas, Señores. La región Chachapoyas estuvo dividida en curacazgos de diferentes tamaños la cual además puede ser definido como subgrupos dentro del grupo étnico principal.
Los curacazgos mayores y sub grupos tuvieron relaciones de parentescos de contacto con cada uno de los otros en la integración política-económica (con mayor frecuencia en la guerra) y tuvo cambio relacionados con la técnica, economía y soluciones sociales para cambios medio ambientales. Los curacas principales permanecieron en el poder todo el tiempo por su capacidad de demostrar su poderío y llevaron a cabo sus obligaciones hacía su gente con banquetes y abundantes alimentos. Es hipotético suponer que su habilidad de permanecer en el poder, además dependió de las cualidades de los chamanes o curanderos.
La organización social estaba basada en la producción doméstica y en la subsistencia agrícola con facilidades de almacenamiento. La población de Chachapoyas pudo haber tenido la posición de mediadores en una cadena corta y larga distancia en la red de intercambios entre el prestigio, y en valoración simbólica de productos y artículos ellos sin duda estuvieron en contacto con los Xibitos en la parte superior del grupo de la tierra baja la cual fué una cadena hacía el lado Este. El intercambio de alimentos por ejemplo la sal y servicios dentro de la región de Chachapoyas estaba basado en relaciones sociales donde las redes de trabajo unen en alianza a las poblaciones.
Por grandes períodos los Chachapoyas vivieron en un medio ambiente social uniforme con escasos contactos con otras culturas de la región andina.
La conquista y ocupación Inca trajó muchos cambios para los Chachapoyas. El material étno-histórico informa del carácter rebelde del poblado Chachapoyas, con diversos levantamientos frente a los Incas. El paisaje cultural y sagrado fué alterado con la introducción de una nueva religión y nuevos asentamientos. Fue introducido un nuevo estilo arquitectónico con el elemento dominante rectángulo y el énfasis en el cultivo de áreas altas fueron alterando hacia una zona ecológica más baja.
El problema de identificación de la ocupación en el Horizonte Tardío, como lo opuesto a lo puramente Inca todavía no puede ser resuelto en la región de Chachapoyas. La investigación antropológica física otorga evidencias de la aparición de otro tipo humano con cráneos más alto y de estatura más pequeña que la gente de Chachapoyas. Este breve intermedio de aproximadamente 60 años tuvo diversas consecuencias para la población y su subsistencia y fue seguido por la turbulencia y cambios de la conquista e invasión española.
Las fuentes históricas y la investigación arqueológica confirman la construcción Inca del complejo de Cochabamba como un centro administrativo y de control de la parte sur de la provincia de Chachapoyas. Esto sugiere que dos centros administrativos perteneciente a los otros dos hunos podría ser encontrados en futuras investigaciones en las otras áreas de la provincia de Chachapoyas.
Las investigaciones arqueológicas en nuevas construcciones demuestran que los Incas mantuvieron un fuerte control a lo largo del camino Inca en las tierras montañosas y en la parte superior de las tierras bajas.
Cuando los Incas llegaron a Chachapoyas desarrollaron una agricultura intensa muy variada: tierra y sistema de aterrazamiento en piedra, concentración de montículos de tierra para el drenaje, anfiteatro de tierra de sistemas aterrazados alrededor de los dolines, en la zona ecológica más alta. Muchas de las técnicas son evidentes para el crecimiento poblacional quienes tuvieron la necesidad de una producción más alta y por ello desarrolló estas técnicas. El análisis de polen fecho a 1680 a.C. dando información sobre cambios en las condiciones climáticas con períodos de mucho frío o mucho calor y en periodos más secos y húmedos. La edad de desglaciación ha sido demostrada para el hemisferio Sur y es observado en el diagrama del polen. Los cambios climáticos probablemente han sido un factor contribuyente en la rápida declinación del poblado de Chachapoyas en el período Colonial Español Temprano.
Aunque se intentaron unas cuantas excavaciones arqueológicas, los resultados desde el sitio pre Inca de Huepón y el complejo Cochabamba produjeron suficiente información preliminar para establecer preliminarmente una secuencia cultural cronológica para la región de Chachapoyas. La secuencia tipológica está basada en el material comparativo de los alrededores del área y los resultados de las pocas investigaciones arqueológicas realizadas anteriormente. Una nueva definición de períodos culturales en la región de Chachapoyas es sugerida a partir de los datos de la investigación arqueológica, el fechado de C-14 y la comparación con los períodos culturales del Perú.
El estudio de los restos materiales arqueológicos de la región de Chachapoyas muestra las síntesis concerniente al periodo prehispánico Tardío demostrando una región poblacional difícil con varios asentamientos nucleares con intensa agricultura, indicando que la población pudo haber aceptado y proveído manutención del gobierno del Inca. Las fuentes históricas manifiestan diferentes historias del carácter de rebelión de Chachapoyas que al mismo tiempo son refrendadas por el dato arqueológico y las perspectivas del medio ambiente que pudieron haberse perdido.
Un conocimiento de la geografía local combinado con la participación etnográfica del campo, fueron instrumentos para comprender las condiciones locales comparando las evidencias históricas y arqueológicas. La antigua cultura de población de Chachapoyas continuó como elementos fragmentados y dispersos desde la cual muchos ingredientes del legajo cultural común todavía pueden ser rescatados. Empleando evidencias arqueológicas, registros históricos, datos etnográficos y botánicos así como los resultados de la antropología física y ciencia natural, ha permitido una mejor reconstrucción de la historia cultural de una parte de la región del Chachapoyas.
Fuente: Universidad Nacional de Trujillo (PERU)
Enlace: http://www.unitru.edu.pe/cultural/arq/chachapo.html
5 comentarios
Chris -
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Carlos -
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Juvert Vasquez -
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MUCHAS GRACIAS DESDE ALMERIA ESPAÑA
judit farje zabarburu -
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