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Terrae Antiqvae

Lugo. El anillo romano es un candado

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El próximo número del boletín del Museo Provincial incluirá un artículo de la investigadora Ofelia Carnero deshaciendo un entuerto que ya dura ocho años.

Hace ahora dos años se confirmaba públicamente y se exponía de forma permanente un anillo-relicario romano de valor excepcional, hallado en 1998 durante la excavación arqueológica realizada por Francisco Hervés en el solar de la antigua cafetería Monterrey, en la calle Doutor Castro. Los correspondientes estudios y trabajos de limpieza y restauración hicieron concluir que se trataba de una pieza en bronce de la época del Bajo Imperio, de probable procedencia oriental y que pudo haber contenido en su interior un veneno o sustancias estimulantes.

Aunque no se consiguió abrir el mecanismo, radiografías y la investigadora de la USC Raquel Casal confirmaron que se trataba de una pieza única, vitola con la que la Consellería de Cultura la envió al Museo Provincial para ser expuesta allí. También fue realizada una copia, que se expone en la Casa dos Museos, en Doutor Castro.

La casualidad, mezclada con muchas horas dedicadas a la investigación, hizo que Ofelia Carnero Vázquez, responsable de Arqueología del Museo Provincial, localizase un estudio sobre piezas idénticas que resultaron ser candados romanos, en lugar de anillos. Según señala esta experta lucense, que lleva investigando en el supuesto anillo desde octubre del año pasado, en el congreso de arqueología celebrado en el Museo con motivo del quinto aniversario de la declaración de la Muralla como patrimonio de la humanidad, uno de los ponentes y embajador de Croacia ante el Vaticano, Emilio Marín, donó unos libros sobre investigaciones arqueológicas. Uno está dedicado a las realizadas en Salonae (Eslovenia). Ofelia Carnero revisó todo el material y vio los dibujos de una pieza como la depositada en el Museo.

Comprobación

Tras traducir el trabajo, comprobó que, efectivamente, coincidía con la encontrada en Lugo, pero no se trataba de un anillo-relicario con un resorte de apertura, sino de un candado de los conocidos como de truco. Tiene una figura humana de adorno que dispone de un mecanismo de apertura, debajo de la cual está el otro, que se abre con una llave. Además del texto, el libro incluye reproducciones del candado con dibujos sobre el mecanismo de apertura y la forma de accionarlo, que en el caso de Lugo no valen porque ni existe una llave ni se consiguió abrir la pieza, que está completa, a diferencia de la de Salonae, que le falta el aro.

Además de quedar descartado que la localizada en Doutor Castro no es una pieza única, también se esfuma el mito de que en su interior pudiese haber ocultado sustancias venenosas o estimulantes, ya que lo único que contiene es el resorte para abrir la máscara que a su vez da acceso al mecanismo del candado. Como quedó de manifiesto tras los trabajos de restauración y estudios realizados por los investigadores desde su hallazgo, la pieza de Lugo permanecerá cerrada ya que, por su estado de conservación interior, abrirla por otros métodos podría causarle daños y sería correr riesgos innecesarios.

Más ejemplares y estudios desde hace un siglo

Ofelia Carnero siguió investigando y corroboró que hay bastantes piezas como la de Lugo, lo que resultaba probable teniendo en cuenta que es un candando. Pero también existen numerosos estudios, incluido algún artículo publicado en Alemania a finales del XIX explicando cómo funcionaban.

La pieza del Museo, de bronce pero con los resortes de las bisagras fabricados en hierro, tiene una máscara de mujer, en tanto que otros reproducen animales.

Candados similares existen en Ptuj (Eslovenia), en Maiinz (Alemania) y en el Museo Británico. Posiblemente son aún más numerosos los de colecciones privadas, sobre todo en Estados Unidos y en Alemania, de los que dará cuenta Carnero Vázquez en el artículo que publicará en el boletín del Museo. Según señala, eran candados utilizados en cajas pequeñas y cofres para guardar objetos personales de valor o dinero, ya que algunos fueron localizados asociados a monedas. Por ésto incluían artísticas máscaras, si bien el mecanismo era el típico de un candado romano.

La confirmación del carácter de la pieza obligará a cambiarla de emplazamiento. Actualmente se expone en la vitrina tercera de Arqueología, dedicada a objetos de bronce, figurando como anillo-relicario. El nuevo destino será una vitrina del Lugo Romano.

Fuente: Benigno Lázare, Lugo / La Voz de Galicia, 10 de septiembre de 2006
Enlace: http://www.lavozdegalicia.es/
inicio/noticia.jsp?TEXTO=5092839

1 comentario

Pedro del Guayo -

Saludos.
Soy arqueólogo (ahora profesor de historia) y creo haber reconocido en la pieza del "misterioso" candado de Lugo una pieza igual que encontré en unas excavaciones que se desarrollaron en Pamplona en el año 2001. Es de bronce y tiene también un rostro muy parecido al de Lugo. Pero como el caso del hallado en Eslovenia le falta el aro.
Para cualquier cosa no duden en ponerse en contacto conmigo.
Gracias.