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Terrae Antiqvae

Descubren en un cortijo de la Vega de Antequera la mezquita rural de mayor tamaño de Al-Andalus

Descubren en un cortijo de la Vega de Antequera la mezquita rural de mayor tamaño de Al-Andalus

Fotos: (1) INTERIOR. La mezquita conserva varios arcos de herradura. (2) PAREDES. Fachada del cortijo La Mezquita, donde pueden apreciarse el muro de sillares de piedra. / C. G.

La construcción, de 840 metros cuadrados y con capacidad para 700 personas, fue edificada entre los siglos X y XI para desarrollar una ciudad en su entorno.

Reconvertido para uso agrario durante siglos, el yacimiento conserva en muy buen estado muros de sillares de más de cuatro metros y arcos de herradura.

LA MEZQUITA

Descubridor: Carlos Gozalbes Cravioto.

Localización: Vega de Antequera, camuflada en el Cortijo de las Mezquitas.

Cronología: Pudo construirse en el siglo X o XI. Se cree que se transformó en cortijo en el siglo XIX.

Dimensiones: En conjunto mide 22x29 metros, es decir, 840 metros cuadrados. Está formada por una sala de oración de 29x16 metros, y de un patio de 29x13 metros.

Capacidad: Podía albergar unas 700 personas.

Elementos destacados: Muro de sillares de más de cuatro metros y arco de herradura.

De sala de oración a cuadra

Cuando en 1982 Carlos Gozalbes Cravioto buscaba un yacimiento romano en Antequera para la publicación de un libro no imaginaba que tenía ante sí «el descubrimiento más importante de la arqueología medieval en los últimos 50 años». En plena Vega de Antequera, había un antiguo cortijo deshabitado que llamó su atención: «Vi un edificio que me pareció raro porque estaba hecho de sillares y por su altura». Tan extraño era, que finalmente ha resultado ser la mezquita rural más importante y grande de España.

Con 840 metros cuadrados, la mezquita, que se pudo construir en el siglo X o XI y posteriormente fue transformada en vivienda de uso agrario, mantiene en un alto estado de conservación muros de sillares de piedra de más de cuatro metros de altura y varios arcos de herradura totalmente íntegros.

Es casi un milagro

Según explica el propio descubridor, la mezquita mide en su conjunto 29 por 29 metros y está formada por una sala de oración de 29 por 16 metros y de un patio de 29 por 13 metros; además, lo más sorprendente y «casi un milagro» es que haya pasado desapercibida durante siglos para los investigadores. De hecho, ni siquiera nadie reparó en que el inmueble se llama ’Cortijo de las mezquitas’.

Fue en 2002 cuando Gozalbes, miembro del Instituto de Estudios Ceutí y profesor de Historia en el IES Ciudad de Melilla, consiguió adentrarse en el inmueble y, con permiso del propietario, inició unos estudios que han desembocado en el libro ’El cortijo la mezquita. Una mezquita medieval de La Vega de Antequera’, que financiado por la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Antequera será presentado en unas semanas. En él el historiador describe una mezquita con capacidad para unas 700 personas que fue construida posiblemente con la idea de hacer a su alrededor una ciudad que nunca llegó a desarrollarse; de ahí, que el yacimiento se encuentre en una zona rural y despoblada.

Uso sagrado

Gozalbes apunta que hacia el siglo XIII, con la conquista de Estepa, la mezquita debió de dejar de tener un uso sagrado. Además, parte de ella fue destruida, conservándose hoy íntegramente el muro del fondo de la sala de oración y trozos de los muros laterales. Junto a ello, la mezquita conserva varios arcos de herradura y otros que han sido tapiados o convertidos en puertas que dan a otras dependencias del cortijo.

Según el profesor de Arqueología Medieval de la Universidad de Málaga, Manuel Acién, se trata de un edificio singular e inesperado con algunas contradicciones en sus elementos de construcción, por lo que habría que estudiarlo detalladamente para datarlo con exactitud. Pese a ello, considera también que se trata de la mezquita rural más importante de España.

Fuente: CARMEN MARTÍN/ANTEQUERA / Sur Digital, 3 de enero de 2006
Enlace: http://www.diariosur.es/pg060103/prensa/
noticias/Cultura/200601/03/SUR-CUL-159.html


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(2) Cultura comprará la mezquita de Antequera

La Junta de Andalucía y el descubridor apuntan la posibilidad de que exista un poblado romano o una villa en el subsuelo del cortijo y en sus alrededores

FUTURO DE LA MEZQUITA

Declaración de BIC: Después del descubrimiento de Carlos Gozalbes Cravioto y de la publicación de su libro sobre la mezquita que será financiado por la Consejería de Cultura y por el Ayuntamiento de Antequera, se incoará el expediente para declararla Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.

Compra: Consejería y Ayuntamiento entablarán negociaciones con el propietario para adquirir la parcela en la que se sitúa el cortijo, en cuyo interior está la mezquita.

Investigación: Se harán prospecciones y estudios. Se eliminarán los añadidos del cortijo y se recuperará la mezquita original. Se investigará también los restos romanos.

La mezquita rural enmascarada en un cortijo de la Vega de Antequera tiene tanta importancia que el director general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, Jesús Romero, cree que se puede calificar ya como monumento. De hecho la Consejería de Cultura tomará el libro que publicará en breve el descubridor del yacimiento, Carlos Gozalbes Cravioto, como punto de partida para incoar un expediente que conducirá a la declaración de la mezquita como Bien de Interés Cultural.

Además, «al tratarse de un monumento de estas características, se establecerá entre la Consejería y el Ayuntamiento una negociación con el propietario para adquirir la parcela y poner en valor el yacimiento», añadió el director general quien, cuando hace un mes visitó la mezquita con el arqueólogo municipal, Manuel Romero, se dio cuenta de inmediato «de la importancia del monumento». Tanto que no dudó de que la Consejería de Cultura financiara con el Ayuntamiento la publicación del libro de Gozalbes, ’’El cortijo La Mezquita. Una mezquita medieval de La Vega de Antequera’, que saldrá a la luz en unas semanas. Por su parte, el alcalde de Antequera, Ricardo Millán, se mostró satisfecho con el hallazgo y puntualizó que era lógico que el Consistorio apoyara la publicación del libro.

Pero el Gobierno andaluz no se quedará sólo en la protección de la mezquita. Según el propio Jesús Romero, la intención de Cultura es «hacer prospecciones, diversos estudios de las paredes e incluso un estudio geotécnico o de georadar porque además parece ser que la mezquita puede estar encima de una villa romana».

Según Gozalbes, cuando en 1982 investigaba el yacimiento romano encontró en los alrededores del ’Cortijo de las mezquitas’ cerámicas y monedas de aquella época, por lo que piensa que debe haber «una población romana, ya que los restos son muy grandes y muy extensos alrededor del cortijo y posiblemente debajo de él».

Puede haber más restos

El descubridor, que apunta que el yacimiento romano era ya conocido, afirma que algunos restos de aquella época pueden incluso ocultar otros árabes. Tal es la importancia del yacimiento, que Cultura, después de declarar monumento la mezquita, encargará un proyecto para eliminar las dependencias que se sumaron a la mezquita cuando se construyó el cortijo en el siglo XIX, seleccionando qué elementos pertenecen a la posible villa o poblado romano, cuáles a la mezquita y qué otros al cortijo. Después se procederá a restaurarla para devolverla a su estado original, «de manera que se eliminará el cortijo, prevalecerá la mezquita y subyacerán los restos romanos», especificó Romero.

Y es que, según el director general, «el descubrimiento se puede calificar de absolutamente espectacular y de una gran importancia para el conocimiento de la arquitectura árabe de final del emirato y de principios del periodo califal». Sobre todo, «por ser tan antigua y estar en tan buen estado de conservación». Además, es una de las pocas mezquitas que existen en el ámbito rural ya que hay otras como la de Archidona, la de un pueblo de Almería o la de Almonaster la Real, en Huelva, de las que se conservan sólo algunos restos. E incluso hay ciudades como Granada, Almería o Málaga donde ni siquiera hay mezquitas de época musulmana.

Los expertos coinciden en que la mezquita localizada en el interior de un cortijo es antigua, aunque algunos como el profesor de Arqueología Medieval de la Universidad de Málaga, Manuel Acién, consideran que será un estudio minucioso el que arroje la cronología exacta del yacimiento. Gozalbes, por su parte, cree que la mezquita podría ser del siglo X o XI pese a que admite que ésta tiene contradicciones. Y es que la mezquita, con una dimensión de 840 metros cuadrados y con capacidad para unas 700 personas, está formada por paredes de sillares de piedra que miden más de cuatro metros de altura.

«Este tipo de sillar desaparece a partir del siglo XI y XII y empieza a utilizarse el ladrillo. Además, la forma de los arcos se acerca al estilo califal, igual que la de los contrafuertes. Esto es lo que me ha llevado a centrarme en esa época, sin embargo no es típicamente califal tampoco», apunta Gozalbes.

La más grande

La mezquita, considerada por su descubridor y expertos como Manuel Acién como la más importante y grande que hay en las zonas rurales del país, ha sido localizada en un buen estado de conservación, sobre todo la parte del fondo de la sala de la oración, ya que los muros de la entrada y parte de los laterales y algunos arcos fueron destruidos «intencionadamente» sobre el siglo XIII.

Más tarde, la mezquita sería convertida en cortijo utilizando materiales del siglo XIX, e incluso parte de la sala de oración, que mide 464 metros cuadrados fue utilizada como cuadra. El resto del yacimiento lo ocupa el patio de la mezquita. Lo increíble para todos es que nadie haya reparado en su existencia, pese a que hay un documento del siglo XVI que utiliza el topónimo de ’Las mezquitillas’ para el lugar.

Fuente: CARMEN MARTÍN/ANTEQUERA / Sur Digital, 4 de enero de 2005
Enlace: http://www.diariosur.es/pg060104/prensa/
noticias/Portada/200601/04/SUR-ACT-253.html


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Un Schliemann del sur

Una buena noticia para Andalucía en los umbrales del año 2006: el descubrimiento de la mezquita rural de Antequera llevado a cabo por Carlos Gozalbes Cravioto. Dos puntos dignos de comentario: la fuerza de la toponimia y la condición de profesor de enseñanza media del descubridor de los restos. El Cortijo de Las Mezquitas voceaba como una Casandra su pasado escondido: los nombres se adhieren con las uñas de sus sonidos a las tierras y a los pueblos, y hablan de historia a quien quiere escucharlos.

Es paradójico que el hallazgo provenga del empeño de un aficionado tenaz y no de la comunidad universitaria, oh alma mater, a la que la sociedad encomienda la noble tarea de la investigación y la dota para ello de partidas más o menos sustanciosas. Quizá los investigadores jóvenes que integran la base de la pirámide feudal de los campus estén tan angustiados con la precariedad de su empleo -pendiente durante décadas de oscuras combinatorias de plazas, tribunales y zancadillas- que no les quede humor para echarse al campo a desenterrar mezquitas.

Por otro lado, no se cuenta la tarea de investigar entre las asignadas a los profesores de instituto, aunque hace tres años comenzó una tímida política oficial de licencias de estudios. Las publicaciones y la tesis doctoral apenas valen como méritos profesionales. Resulta complicado que un profesor consiga un permiso para participar en un congreso, incluso como ponente. No se reconoce (y de hecho se penaliza) la autoformación: a efectos de sexenio vale igual una hora de asistencia a un curso de cocina que una conferencia pronunciada en la Menéndez Pelayo. Desde que se implantó la ESO, las cosas empeoraron también en eso: la nueva condición de megaparvulario de los centros obliga a los profesores de bachillerato a ejercer tareas serviles de vigilancia de patio como polis de guardería. El desánimo y la frustración se han multiplicado.

Por eso hay que felicitar doblemente a este Schliemann del sur, profesor del IES Ciudad de Melilla, que dice haberse aficionado a la arqueología de niño gracias a unas monedas romanas que le dio su padre. El descubridor de Troya se enamoró de Homero también de niño y trabajó duro hasta que a los 40 pudo entregarse de lleno a su pasión. Los tiesos profesores de las universidades alemanas lo despreciaban, pero sólo él supo hacer volver de las sombras los tesoros de Príamo y las máscaras de oro de las tumbas micénicas.

Fuente: AURORA LUQUE / Sur Digital, 7 de enero de 2005
Enlace: http://servicios.diariosur.es/pg060107/prensa/
noticias/Articulos/200601/07/SUR-OPI-195.html


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(2) Un estudio relaciona el origen de la Mezquita de Antequera con la rebelión de Omar Ibn Hafsun

Antequera. La Mezquita de la Vega de Antequera pudo tener relación con la rebelión del mozárabe Omar Ibn Hafsun contra el Califato de Córdoba a finales del siglo IX, según la tesis que Carlos Gozalbes maneja en El Cortijo Las Mezquitas. Una mezquita medieval en la Vega de Antequera, que se presenta hoy. Especialistas de prestigio internacional intervendrán en la presentación y comentarán importantes novedades sobre este sorprendente elemento del patrimonio arqueológico antequerano, incluyendo la probabilidad de que sea incluso más antiguo de lo que en principio se había planteado.

Omar Ibn Hafsun, nacido en la zona de Ronda, fue en principio un simple prófugo de la justicia a causa de una sucesión de delitos entre los que se encontraban el asesinato y el bandidaje. Con el tiempo se hizo fuerte en la fortaleza de Bobastro y, junto con un numeroso grupo de mozárabes, su condición de fugitivo derivó en la de rebelde político, en el marco de una serie de disputas internas que afectaron al Califato en esos años.

El acto de presentación del libro, al que acudirán el alcalde de Antequera, Ricardo Millán, el director general de Bienes Culturales de la Junta, Jesús Romero, el arqueólogo municipal, Manuel Romero, y el propio autor, supondrá la presentación pública del hallazgo de esta monumental mezquita rural medieval, que constituye una novedosa aportación al conocimiento del mundo andalusí.

La Mezquita de la Vega fue descubierta por el profesor Carlos Gozalbes hace escasas fechas. Situada en una zona rural, sobre la edificación religiosa se construyó, al parecer en el siglo XIX, un cortijo, que ocultaba hasta ahora la función original del inmueble. La Mezquita de la Vega tenía capacidad para 700 personas y se cree que se construyó en el campo creyendo que una ciudad crecería en las proximidades, algo que finalmente no ocurrió.

Fuente: Málaga Hoy, 3 de febrero de 2006
Enlace: http://www.diariomalagahoy.com/diariomalagahoy/
articulo.asp?idart=2407522&idcat=2841


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El cortijo "Las Mezquitas" alberga las ruinas de una mezquita medieval

Este viernes 3 de febrero se presentó en público el libro «El Cortijo Las Mezquitas, una mezquita medieval en la Vega de Antequera», un estudio preliminar del profesor Carlos Gozalbes Cravioto autor material del hallazgo. Pero a la vez la presentación sirvió para dar a conocer oficialmente lo que se considera como uno de los hallazgos arqueológicos del medievo más importantes en la Península Ibérica en los últimos cincuenta años, por no decir el que más: las ruinas de lo que fue una mezquita de gran entidad.

Según Manuel Romero, arqueólogo municipal, «la alianza de una serie de casualidades han provocado que un edificio de tales características haya estado totalmente desconocido hasta el presente, pero no cabe duda que su estudio nos abre nuevos caminos a la investigación y nos documenta un nuevo elemento de primera categoría para nuestro patrimonio, tanto por sus características históricas y artísticas como por su buen estado de conservación, embutido y enmascarado en las ruinas de un moderno cortijo».

Dada la importancia del acontecimiento y a la gentileza de su autor, trataremos en las siguientes líneas de hacer un breve repaso por los aspectos más importantes del magnífico estudio publicado por Carlos Gozalbes Cravioto, de obligada adquisición y posterior lectura para cualquier antequerano o interesado que se precie.

Introducción

En el libro «El Cortijo Las Mezquitas, una mezquita medieval en la Vega de Antequera» se presenta el hallazgo de una nueva, inédita y monumental mezquita rural que constituye una novedosa aportación al conocimiento del mundo andalusí, a pesar de presentar quizás más interrogantes que respuestas. Es difícil concebir que un edificio de tales características haya estado totalmente oculto e ignorado hasta el presente, aunque hay circunstancias que hacen que no sea tan extraño: el desconocimiento de los que han habitado en su interior y una mala interpretación de arqueólogos o historiadores.

Ya en el año 1981 Carlos Gozalbes observó sillares perfectamente tallados de un tamaño considerable en la fachada de un cortijo próximo a una zona rica en hallazgos y restos romanos. Diversas consideraciones le hicieron sospechar que el edificio era en parte de planta original, sin reaprove-chamiento de material.

Al encontrarse cerrado el cortijo en cuestión nada pudo hacer hasta el año 2004, cuando un nuevo examen a la zona confirmaba el abandono del lugar. Estando abierta la puerta a merced de cualquiera, tanto Gozalbes como su amigo Ángel López Tirado se adentra-ron y comprobaron que se trataba de una primitiva mezquita, cuyas ruinas dieron paso a una cortijada, y aunque alteraron su estructura, sus superposiciones no han logrado enmascarar totalmente su originaria función.

Situación geográfica

El complejo del cortijo «Las Mezquitas» se encuentra en el extremo noroeste del término municipal de Antequera, en el lugar en el que confluyen los actuales términos municipales de Sierra de Yeguas, Campillos y Antequera; se encuentra a una distancia en línea recta de 24 kilómetros de Antequera y a escasos dos y medio de la Laguna de Fuente de Piedra.

Cronología y funcionalidad

No hay datos concretos para precisar una cronología precisa, pero no sería aventurado apuntar la posibilidad de que su origen fuera alrededor de los siglos X-XI, en la última época del califato o en las primeras de taifas. Esto, junto a otros hechos, parece señalar el evidente interés propagandístico del edificio en su monumentalidad y estructura cuadrada. El edificio tiene una evidente inspiración califal y las dimensiones también nos hablan de una intervención estatal. Su gran extensión nos indica que tuvo que ser un santuario rural de una enorme importancia, puesto que en ningún momento de la Edad Media, la población de los alrededores justificaba un templo de esas dimensiones, ni tampoco de esa calidad constructiva.

Se podría pensar en una intervención propiamente «estatal», más que en una esporádica intervención popular. Es sin duda, una arquitectura hecha desde el poder y para su representación y propaganda.

La mezquita se situaba en una zona llana relativamente despoblada en época califal, pero que alcanza su mayor densidad en las zonas alrededor de la laguna salada de Fuente de Piedra, señalándonos quizás la realidad de la sal de la laguna como importante fuente de riqueza.

Es probable que fuera un «santuario» famoso, por supuesto amparado por el poder central, al mismo tiempo que se convirtió en la mezquita mayor de una población rural muy dispersa, puesto que la religión era el aglutinante social y político de lo musulmán y era en la oración de los viernes en las mezquitas mayores, en donde se lanzaban consignas políticas y se acataban a los poderes políticos. La población de los alrededores no fue abundante, pero sí tuvo bastante riqueza. Otra posibilidad consiste en que dadas las reticencias para multiplicar las mezquitas mayores, se construyera una que aglutinara a una población rural muy dispersa, pero ello no justificaría ni sus dimensiones ni su monumentalidad. Sin embargo después del posible fracaso del asentamiento urbano, sí es posible que se construyera como mezquita mayor del conjunto de los asentamientos medievales del territorio.

Estado físico

Tras la conquista de Estepa en 1241, el santuario quedó en la frontera y posiblemente tuviera que abandonarse ante la despoblación de la zona fronteriza y ante la vulnerabilidad frente a los ataques de los cristianos. Quizá sufrió en este momento, la destrucción intencionada que se aprecia, al haber desaparecido toda la primera parte de acceso. Curiosamente sólo queda en perfecto estado algo más de la tercera parte, estando destruido el resto desde la zona de entrada.

Ya en esta época se produciría su destrucción intencionada, que empezando por la puerta de acceso (en el muro noreste, hoy día inexistente), haría desaparecer más de medio edificio. Con ello se evitaría que fuese utilizada como refugio o fortaleza por las huestes que de uno u otro bando, arrasaban intermitentemente la frontera.

Otra destrucción intencionada y posiblemente en esos mismos momentos, fue la del nicho del «mihrab», cuyo hueco relleno de material moderno podemos apreciar en el parámetro del muro sureste. Hoy día se abre una puerta, siendo el acceso a la cuadra. En los 20 metros de muro, es la única zona reconstruida modernamente y la anchura de la zona moderna no queda justificada por la modesta puerta actual.

No existe ningún elemento defensivo, careciendo de torres en todo el contorno. Los contrafuertes sólo tienen evidencia de su existencia en las paredes exteriores de las salas de oración y no del patio, cuyos muros debieron ser posiblemente más bajos. Los contrafuertes exclusivamente constituyen elementos de sostenimiento de los muros, sin que marquen con exactitud la delimitación de las naves interiores.

La ausencia de signos de «cristianización» intencionada -a excepción del derribo del «mihrab»-, parece marcarnos la realidad de un gran período de abandono, antes de su utilización como cortijo, lo que se aprecia también en los materiales utilizados en el mismo, todos ellos posteriores al siglo XVIII.

Es un edificio afectado no sólo por la normal ruina producida por el tiempo y las continuas adaptaciones, sino por lo que pensamos que fue una destrucción premeditada, siendo ésta la razón de que hayan desaparecido las naves y paredes cercanas a la que fue zona de entrada y patio, mientras que las del fondo, se hayan conservado casi intactas, dada su fortaleza. Es evidente que posteriormente se ha buscado la ocultación de todos los elementos decorativos que se pudiera sospechar que pertenecían a la religión islámica. Es más que probable que todavía estén y puedan ser estudiados en el futuro.

Partes y restos conservados de la Mezquita

Según los datos aportados por el arqueólogo municipal, la mezquita forma un cuadrado casi perfecto de unos 900 metros cuadrados, construida con sillería a soga y tizón, con contrafuertes externos muy parecidos a los de la mezquita cordobesa en su primera fase.

La estructura básica de toda mezquita consta de un patio con pila de abluciones, una sala de oración con un pequeño nicho o «mihrab» dirigido hacia La Meca y una torre o «alminar» para llamar desde lo alto a la oración. Lo que determina la aparición de la mezquita no son los ritos comunes diarios, sino determinadas oraciones que hay que celebrar en comunidad aprovechadas para emitir consignas no sólo religiosas, sino sobre todo políticas. Este tipo de rezos sólo podían hacerse en las mezquitas mayores, con lo que se convertían en un elemento centralizador y de control de las poblaciones de los alrededores. Hay que tener en cuenta que el papel primordial de la religión es el de aglutinante y constituyente social de lo musulmán.

Teniendo en cuenta todo esto, las estructuras conservadas en el hallazgo que nos concierne son de gran importancia. Los cimientos y estructuras inferiores existen en todo el edificio, así como las paredes exteriores, la primera línea de la sala de oración y parte de la segunda con sus correspondientes arcos de herradura. El «mihrab» fue derribado, pero existió como lo demuestran los cimientos del mismo. No aparece ningún resto de un hipotético «alminar». Decimos hipotético porque puede que incluso no se llegara a construir. No se conserva ningún tipo de techo de la sala de oración, pues han sido suplantados a lo largo del tiempo por estructuras modernas propias de su uso como cortijo.

Fuente: Pablo J. Guerrero / © EL SOL DE ANTEQUERA S.L. 7 de febrero de 2006
Enlace: http://www.elsoldeantequera.com/index.php?
action=show&type=news&id=2016

5 comentarios

Unai -

Este cortijo se encuentra entre los terminos municipales de Sierra De Yeguas(Málaga)y Campillos (Málaga)y esta casi en ruinas, por lo que deberia ser reformado.

Juan Torreblanca -

felicidades per el descubrimiento.
un antiguo alumno de Almogía.

Rafael Correro -

Desde hace tiempo he estado convencido de que la historia de esta zona debió ser rica y fructifera. En cierta ocasión, tropecé con el estudio del profesor Gozalbez sobre las calzadas romanas y quedé gratamente sorprendido de conocer que en época romana estas tierras eran ampliamente frecuentadas. Enclavada entre importantes poblamientos romanos (Osuna, Antequera)debió de ser zona natural de comunicación y merced a su fructifera tierra debió de ser tierra de labranza desde antiguo. No muy lejos del cortijo Las Mezquitas existe una villa romana que, tras ser descubierta hace un par de décadas, se encuentra en estado de abandono. Espero que este descubrimiento ayude a profundizar en la historia de Sierra de Yeguas, municipio en el que se encuentra el cortijo, y las zonas aledañas.
Desde hace mucho se habla de la búsqueda de una necropolis en esta zona y, si algún lector de esta página dispone de datos de los indicios que llevan a los estudiosos a apuntar en esta vía, estaría muy interesado en conocer algo más al respecto.
Quiero manifestar mi más sincera enhorabuena al profesor Carlos Gozálbez por destacar la importancia de unos restos que hemos tenido tantos años junto a nosotros sin saber valorar su importancia histórica.

Ana, Marta y Alvaro -

Somos alumnos del instituto de Ciudad de Melilla...
Nos hemos quedado sin palabras...
¡No sabiamos que teniamos aqui a una persona tan importante!
¡Queriamos darle la enorabuena por este gran descubrimiento!


Ana Quesada
Marta Gonzalez
Alvaro Peña
3ºA
IES Ciudad de Melilla

Leonardo Cervera -

Quiero dejar constancia de mi admiración por tan espectacular hallazgo y animar a su descubridor a que continue con su labor incansable y callada de tantos años: sacar a la luz el patrimonio arqueológico de la provincia de Málaga para que sea debidamente protegido por las instituciones y puesto en valor.

Ojalá las administraciones públicas respondieran siempre de la manera ejemplar en que lo han hecho en esta ocasión y ojalá que mi hijo de ocho años, que estuvo paseando por el cortijo de las Mezquitas en compañía de su descubridor cuando el cortijo era sólo eso, un viejo cortijo en ruinas, sin ningún valor, pueda regresar a ese lugar como un adulto y disfrutar de este monumento que Carlos Gozalvez ha regalado tan generosamente a las generaciones venideras.

Con renovado afecto, de tu amigo,

Leonardo Cervera