Descubren la aldea de Caná donde Jesús hizo su primer milagro
Foto: Los arqueólogos, trabajan en una zona conocida actualmente como Kfar Kana. AP ©
EFE/JERUSALÉN
Arqueólogos israelíes han descubierto en Galilea el lugar donde estaba ubicada la bíblica Caná, en la que Jesús realizó su primer milagro al convertir el agua en vino, según los Santos Evangelios. Los arqueólogos, que trabajaban en una zona conocida actualmente como Kfar Kana, en la baja Galilea, han descubierto estructuras de un asentamiento israelita que existió durante más de 700 años, informó la Dirección General de Antigüedades de Israel.
El hallazgo incluye restos de un más de un metro y medio de altura que datan de las épocas helenísticas, romana y bizantinas en Tierra Santa. Piedras talladas, utensilios caseros y un baño ritual judío o 'mikvé' forman parte de los restos desenterrados, que estaban a una profundidad de hasta dos metros.
La arqueóloga Yardena Alexander, directora de las excavaciones, asegura que se trata de los restos de la ciudad de Caná, un poblado con fuertes raíces en las tradiciones judías y cristianas y que figura en las Sagradas Escrituras desde hace más de 2000 años.
Boda
De acuerdo con los Evangelios, Caná es el poblado donde Jesús realizó su primer milagro, al convertir el agua en vino para la celebración de una boda.
«Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron invitados también a las bodas Jesús y sus discípulos», relata San Juan sobre ese episodio bíblico.Y en cierto momento, cuando la Virgen María se dio cuenta de que no había vino para consagrar la unión y festejar, le dijo a su hijo: «No tienen vino». Y Jesús le contestó: «Llenad las tinajas de agua».
«Sacadlo ahora y llevadlo al maestresala. Y cuando la probó el maestresala el agua se había convertido en vino», relata San Juan en el capítulo segundo.
Este milagro está considerado como el primero de todos los que realizó Jesús y como el 'principio de las señales¿.
Unos cien años después, la aldea de Caná volvería a la fama, esta vez para los judíos con otro acontecimiento que también ha pasado a la historia.
Allí se asentó la familia sacerdotal de los Eliashiv tras el fracaso de la revuelta de 'Bar Cosiba' contra los romanos, entre los años 132 y el 153 d.C.
Cuando el Templo de Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C. y la revuelta de 'Bar Cosiba' aplastada, los judíos de Judea huyeron de los romanos a la ciudad de Galilea, donde continuaron con todas sus tradiciones sacerdotales.
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Arqueólogos israelíes descubren en Nazaret un gran centro ritual datado 8.000 años antes de Cristo
Era una necrópolis para unas 1.000 personas y los expertos están sorprendidos por la rareza de algunos ritos allí presentes, nunca antes documentados.
La ciudad en la que Jesús pasó su infancia, Nazaret, fue en el pasado un importante centro de culto pagano prehistórico, según recientes descubrimientos arqueológicos. Las excavaciones, vecinas a la ciudad, han revelado una extraordinaria prueba que demuestra que el lugar fue un gran centro de rituales religiosos en la edad de piedra, 8.000 años antes de que naciera Jesús. Hasta el momento, las investigaciones han sacado a la luz una serie notable de cabezas humanas semi-momificadas, enterradas 4.500 años antes de que los egipcios desarrollaran el arte de la perfecta momificación.
Los arqueólogos, dirigidos por el historiador y catedrático de prehistoria Nigel Goring-Morris, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también han revelado unos extraños enterramientos humanos y unas piedras de pequeño tamaño que parecen representar a deidades o espíritus ancestrales. Las investigaciones arqueológicas también han descubierto lo que parece ser una «obra de arte» prehistórica extraordinaria: 50 huesos humanos que parecen dispuestos dibujando una forma animal, que podría ser un aurochs (un tipo de vaca salvaje) o un jabalí silvestre (un cerdo). Esta misteriosa imagen, la primera de este tipo que se encuentra, se situó en aquel lugar para señalar el enterramiento de al menos una docena de humanos en la Edad de Piedra.
Extraños ritos
Los expertos piensan que se hallan ante una necrópolis de unos 1.000 individuos que se trajeron hasta el lugar, probablemente desde varios poblados cercanos.Hasta el momento se han desenterrado, los restos de 65 esqueletos de la Edad de Piedra. Sin embargo, los arqueólogos esperan que muchos más, puede que cientos, acaben saliendo a la luz mientras continúan las excavaciones. Los trabajos están revelando muchos detalles de complejos rituales funerarios practicados por seres prehistóricos hace 400 generaciones. Un hombre decapitado y parcialmente desmembrado se colocó encima de una pila de 250 huesos de ganado de ocho aurochs. Otro dato curioso es que al menos cuatro niños fueron enterrados con mandíbulas de zorro. Otros individuos estaban enterrados con lo que parecen ser las herramientas de pedernal de su estirpe, heredadas de sus ancestros, que vivieron cientos de años antes.
También se han descubierto tres cráneos humanos especialmente manipulados. Cada uno fue descarnado después de la muerte, y la carne fue sustituida entonces por capas de arcilla blanca, que se extendieron de forma que reproducían las narices, bocas y ojos de los difuntos. La arcilla de dos de los cráneos se había pintado de rojo, uno con el ocre rojo local (óxido de hierro), y el otro con un pigmento rojo mucho más valioso, el cinnabar (sulfuro de mercurio), que debió proceder en su origen de contactos que tuvieron lugar 600 millas al norte, en lo que es ahora el centro de Turquía. El pigmento rojo, aunque representa la sangre de la vida, se utilizaba para pintar cadáveres o esqueletos en muchas antiguas civilizaciones, probablemente como forma de magia diseñada para ayudar al fallecido a llegar a la vida después de la muerte. Lo cierto es que el uso de la arcilla para recrear artificialmente la carne de un individuo también podría servir para que el individuo volviera de forma simbólica a la vida. Y por tanto, podría considerarse una forma de momificación.
Aunque los arqueólogos no encontraron edificios en el lugar, han desenterrado dos «proto-ídolos» que parecen representar, respectivamente, una deidad o un espíritu ancestral masculino y otro femenino. El monolito masculino, una fina losa de piedra, tiene 1,2 metros de alto, y su compañero femenino es una roca redondeada de 75 centímetros de diámetro. Las tumbas son con toda probabilidad las más elaboradas que se conocen de un período tan remoto. Muchos de estos difuntos de la Edad de Piedra quedaban sellados en sus tumbas por tres toneladas de arcilla, empleada para construir pulidas plataformas blancas que debían de relucir al sol. La mayor de estas «tapas» de arcilla de las tumbas cubría 80 metros cuadrados y era de doce centímetros de ancho.
Pero el complejo no era sólo un enterramiento. Las excavaciones demuestran que era el escenario de una frecuente actividad ritual. Las cantidades ingentes de huesos de gacelas, cabras, jabalíes, aurochs, zorros, peces y pájaros que se han descubierto aquí dan a entender que los multitudinarios festivales rituales tenían lugar allí mismo. La arcilla empleada para recubrir los cráneos y para sellar muchas de las tumbas también se elaboraba allí, porque los excavadores han encontrado hasta el momento varios hornos de barro de la Edad de Piedra.
El lugar, situado en el Kibbutz Kfar HaHoresh, a unos dos kilómetros y medio del centro de Nazaret, está ubicado al final de un pequeño valle y ocupa media hectárea. «Este tipo de asentamiento es totalmente nuevo. Es el primer ejemplo en esta zona de un centro exclusivamente religioso de un período tan remoto. Está arrojando una valiosa luz sobre una de las primeras etapas de la sociedad humana organizada y los primeros sistemas religiosos», dijo el director de la excavación, el profesor Goring-Morris.
EFE/JERUSALÉN
Arqueólogos israelíes han descubierto en Galilea el lugar donde estaba ubicada la bíblica Caná, en la que Jesús realizó su primer milagro al convertir el agua en vino, según los Santos Evangelios. Los arqueólogos, que trabajaban en una zona conocida actualmente como Kfar Kana, en la baja Galilea, han descubierto estructuras de un asentamiento israelita que existió durante más de 700 años, informó la Dirección General de Antigüedades de Israel.
El hallazgo incluye restos de un más de un metro y medio de altura que datan de las épocas helenísticas, romana y bizantinas en Tierra Santa. Piedras talladas, utensilios caseros y un baño ritual judío o 'mikvé' forman parte de los restos desenterrados, que estaban a una profundidad de hasta dos metros.
La arqueóloga Yardena Alexander, directora de las excavaciones, asegura que se trata de los restos de la ciudad de Caná, un poblado con fuertes raíces en las tradiciones judías y cristianas y que figura en las Sagradas Escrituras desde hace más de 2000 años.
Boda
De acuerdo con los Evangelios, Caná es el poblado donde Jesús realizó su primer milagro, al convertir el agua en vino para la celebración de una boda.
«Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron invitados también a las bodas Jesús y sus discípulos», relata San Juan sobre ese episodio bíblico.Y en cierto momento, cuando la Virgen María se dio cuenta de que no había vino para consagrar la unión y festejar, le dijo a su hijo: «No tienen vino». Y Jesús le contestó: «Llenad las tinajas de agua».
«Sacadlo ahora y llevadlo al maestresala. Y cuando la probó el maestresala el agua se había convertido en vino», relata San Juan en el capítulo segundo.
Este milagro está considerado como el primero de todos los que realizó Jesús y como el 'principio de las señales¿.
Unos cien años después, la aldea de Caná volvería a la fama, esta vez para los judíos con otro acontecimiento que también ha pasado a la historia.
Allí se asentó la familia sacerdotal de los Eliashiv tras el fracaso de la revuelta de 'Bar Cosiba' contra los romanos, entre los años 132 y el 153 d.C.
Cuando el Templo de Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C. y la revuelta de 'Bar Cosiba' aplastada, los judíos de Judea huyeron de los romanos a la ciudad de Galilea, donde continuaron con todas sus tradiciones sacerdotales.
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Arqueólogos israelíes descubren en Nazaret un gran centro ritual datado 8.000 años antes de Cristo
Era una necrópolis para unas 1.000 personas y los expertos están sorprendidos por la rareza de algunos ritos allí presentes, nunca antes documentados.
La ciudad en la que Jesús pasó su infancia, Nazaret, fue en el pasado un importante centro de culto pagano prehistórico, según recientes descubrimientos arqueológicos. Las excavaciones, vecinas a la ciudad, han revelado una extraordinaria prueba que demuestra que el lugar fue un gran centro de rituales religiosos en la edad de piedra, 8.000 años antes de que naciera Jesús. Hasta el momento, las investigaciones han sacado a la luz una serie notable de cabezas humanas semi-momificadas, enterradas 4.500 años antes de que los egipcios desarrollaran el arte de la perfecta momificación.
Los arqueólogos, dirigidos por el historiador y catedrático de prehistoria Nigel Goring-Morris, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también han revelado unos extraños enterramientos humanos y unas piedras de pequeño tamaño que parecen representar a deidades o espíritus ancestrales. Las investigaciones arqueológicas también han descubierto lo que parece ser una «obra de arte» prehistórica extraordinaria: 50 huesos humanos que parecen dispuestos dibujando una forma animal, que podría ser un aurochs (un tipo de vaca salvaje) o un jabalí silvestre (un cerdo). Esta misteriosa imagen, la primera de este tipo que se encuentra, se situó en aquel lugar para señalar el enterramiento de al menos una docena de humanos en la Edad de Piedra.
Extraños ritos
Los expertos piensan que se hallan ante una necrópolis de unos 1.000 individuos que se trajeron hasta el lugar, probablemente desde varios poblados cercanos.Hasta el momento se han desenterrado, los restos de 65 esqueletos de la Edad de Piedra. Sin embargo, los arqueólogos esperan que muchos más, puede que cientos, acaben saliendo a la luz mientras continúan las excavaciones. Los trabajos están revelando muchos detalles de complejos rituales funerarios practicados por seres prehistóricos hace 400 generaciones. Un hombre decapitado y parcialmente desmembrado se colocó encima de una pila de 250 huesos de ganado de ocho aurochs. Otro dato curioso es que al menos cuatro niños fueron enterrados con mandíbulas de zorro. Otros individuos estaban enterrados con lo que parecen ser las herramientas de pedernal de su estirpe, heredadas de sus ancestros, que vivieron cientos de años antes.
También se han descubierto tres cráneos humanos especialmente manipulados. Cada uno fue descarnado después de la muerte, y la carne fue sustituida entonces por capas de arcilla blanca, que se extendieron de forma que reproducían las narices, bocas y ojos de los difuntos. La arcilla de dos de los cráneos se había pintado de rojo, uno con el ocre rojo local (óxido de hierro), y el otro con un pigmento rojo mucho más valioso, el cinnabar (sulfuro de mercurio), que debió proceder en su origen de contactos que tuvieron lugar 600 millas al norte, en lo que es ahora el centro de Turquía. El pigmento rojo, aunque representa la sangre de la vida, se utilizaba para pintar cadáveres o esqueletos en muchas antiguas civilizaciones, probablemente como forma de magia diseñada para ayudar al fallecido a llegar a la vida después de la muerte. Lo cierto es que el uso de la arcilla para recrear artificialmente la carne de un individuo también podría servir para que el individuo volviera de forma simbólica a la vida. Y por tanto, podría considerarse una forma de momificación.
Aunque los arqueólogos no encontraron edificios en el lugar, han desenterrado dos «proto-ídolos» que parecen representar, respectivamente, una deidad o un espíritu ancestral masculino y otro femenino. El monolito masculino, una fina losa de piedra, tiene 1,2 metros de alto, y su compañero femenino es una roca redondeada de 75 centímetros de diámetro. Las tumbas son con toda probabilidad las más elaboradas que se conocen de un período tan remoto. Muchos de estos difuntos de la Edad de Piedra quedaban sellados en sus tumbas por tres toneladas de arcilla, empleada para construir pulidas plataformas blancas que debían de relucir al sol. La mayor de estas «tapas» de arcilla de las tumbas cubría 80 metros cuadrados y era de doce centímetros de ancho.
Pero el complejo no era sólo un enterramiento. Las excavaciones demuestran que era el escenario de una frecuente actividad ritual. Las cantidades ingentes de huesos de gacelas, cabras, jabalíes, aurochs, zorros, peces y pájaros que se han descubierto aquí dan a entender que los multitudinarios festivales rituales tenían lugar allí mismo. La arcilla empleada para recubrir los cráneos y para sellar muchas de las tumbas también se elaboraba allí, porque los excavadores han encontrado hasta el momento varios hornos de barro de la Edad de Piedra.
El lugar, situado en el Kibbutz Kfar HaHoresh, a unos dos kilómetros y medio del centro de Nazaret, está ubicado al final de un pequeño valle y ocupa media hectárea. «Este tipo de asentamiento es totalmente nuevo. Es el primer ejemplo en esta zona de un centro exclusivamente religioso de un período tan remoto. Está arrojando una valiosa luz sobre una de las primeras etapas de la sociedad humana organizada y los primeros sistemas religiosos», dijo el director de la excavación, el profesor Goring-Morris.
4 comentarios
angel -
Angel Gomez-Moran -
En la epoca, los ricos bebian buen vino, que muchas veces aderezaban con especias, pero los pobres se tenian que conformar con un \"vinagre rebajado con agua y especiado\". A mi parecer, no hay mas milagro que pueda hacerse en esos tiempos que convencer a un rico de la epoca para compartir en la boda el vino con todos los asistentes (pobres y ricos). Y no teniendo suficiente vino, rebajarlo con agua y que asi hubiera para cuantos asistian a la boda. Ensennar a compartir todos el vino creo que es lo que debieran haber escrito y guardado en Nicea, pues flaco favor se hace a una filosofia tan importante atribuyendole poderes milagrosos como este.
Del mismo modo, el Milagro de los panes y peces debio ser algo similar: Ensennar y obligar a todos a compartir lo que llevaban ese dia para comer mientras le escuchaban (se solia comer fuera de casa pan -de higos- y pescados en salazon). Si obligo a los que le escucharan a poner todas sus \"meriendas\" en un lugar, y luego el repartio igual cantidad a cada uno de los que alli estaban, es un verdadero milagro en una epoca en la que se robaba y hasta se mataba por comida. Asi me parece que debio de ser, y creo que tal y como Flavio Josefo dice, exageraron sus obras, algo triste, pues realmente lo que hizo fue mucho mas importante que multiplicar vino, panes y pescado....
angel -
Anónimo -