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Colón está en Sevilla, pero ¿era catalán?

Colón está en Sevilla, pero ¿era catalán?

Hace unos meses os mandé un mensaje comentando esta investigación, que estaba en
marcha, para averiguar si los restos supuestamente de Cristóbal Colón que
reposan en Sevilla eran o no los suyos, o más bien los de Santo Domingo, a
partir de los ADN de varios miembros de la familia. Bueno, pues los resultados
se acaban de dar a conocer hoy mismo, y os los transcribo aquí abajo.
Realmente lo de que fuera catalán siendo la única pista mallorquina no llega en
el mejor momento político :-). Y, además, no sé cómo se distingue,
antropológicamente hablando, a un catalán... Pero, en fin, la noticia parece de
todos modos interesante, y muy salomónico lo de confirmar que haya pedacitos
suyos también en Santo Domingo. Eso está bien pensado... Saludos.

Alicia Canto

02/12/04
Científicos de la UGR desvelan el enigma de ColónLos restos que se encuentran en
la Catedral de Sevilla pertenecen a Cristóbal Colón, cuyo origen fue
probablemente catalán.
Éstas son las principales conclusiones a las que ha llegado el equipo de
investigadores de la Universidad de Granada que durante dos años ha analizado
los restos del descubridor ’oficial’ de América y de varios familiares. Los
resultados se hicieron públicos en Madrid, durante la presentación del
documental ’El enigma de Colón’, producido por el canal internacional Discovery
Channel. Este documental pretende resolver los múltiples interrogantes que
suscita la figura de Colón a través de la investigación realizada por el
prestigioso equipo granadino de científicos.

FUENTE Andalucía Investiga

La investigación ha estado dirigida por el responsable del Laboratorio de
Identificación Genética de la Universidad de Granada Jose Antonio Lorente, quien
ha comparado los resultados con "un partido en el que se gana por 1-0, pero
donde todavía falta la segunda parte". La confirmación de que los restos
exhumados en junio pasado de la Catedral de Sevilla pertenecen a Colón se ha
producido tras el análisis del ADN. Este proceso no fue sencillo, ya que los
huesos se encontraban en mal estado. El material genético se ha comparado con el
extraído de los restos de su hijo Hernando y de su hermano Diego, enterrados
también en Sevilla y cuya autenticidad no se cuestiona.
La controversia sobre los restos del almirante viene de antiguo. Tras su muerte
en Valladolid en 1506, sus restos se trasladaron a Santo Domingo (República
Dominicana), ya que así lo deseaba antes de morir. Posteriormente, en 1795 se
trasladaron a Cuba, desde donde, supuestamente, habían recalado en Sevilla a
finales del siglo XIX. La polémica surge cuando desde Santo Domingo se afirma
que los restos que se llevaron a la capital hispalense fueron los de su hijo
Hernando, y no los del propio Colón.

Este estudio viene a confirmar la autenticidad de los restos de Sevilla, aunque
también que el cadáver está incompleto. Esto refuerza la teoría, admitida por
muchos historiadores, de que sus restos fueron divididos antes de partir hacia
Cuba, por lo que parece probable que también se encuentren restos de Colón en
Santo Domingo. La comprobación definitiva es la segunda parte del partido que
habrá que jugar, para la que el equipo de científicos de la UGR seguirá
investigando. Jose Antonio Lorente ya ha emitido una petición a las autoridades
dominicanas para poder exhumar los restos que se encuentran en el país caribeño.
Por su parte, el canal documental Discovery Channel ha mostrado su intención de
elaborar una segunda parte donde se aclare definitivamente el misterio.

Si complicado resulta determinar el lugar de enterramiento, los datos sobre su
origen son también muy oscuros. Oficialmente genovés, no han faltado hipótesis
alternativas sobre la procedencia de Colón. Una de las más importantes
localizaba su origen en Mallorca, siendo hijo ilegítimo del príncipe de Viana,
hermanastro de Fernando el Católico. El análisis antropológico de los restos de
Colón, realizado por el profesor de la UGR Miguel Botella, junto a estudios
lingüísticos de sus escritos, apuntan en esta dirección, aunque la hipótesis del
origen catalán no se puede afirmar con rotundidad. El enigma de Colón sigue
vivo.

Autor:I. García

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Cristóbal Colón: en busca de la verdad

BBC, 19 de enero de 2005

Los científicos planean hacer pruebas de ADN a los restos enterrados en Santo Domingo.
El misterio sobre el sitio donde están enterrados los restos de Cristóbal Colón podría estar a punto de resolverse, gracias a una investigación de un grupo de científicos españoles.

José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada (UGR), obtuvo permiso para abrir una tumba en República Dominicana, donde se dice descansan los restos que se atribuyen a Colón.

Las autoridades no habían permitido estudiar esos fósiles.

Con el acceso aprobado, el equipo de científicos de la UGR cree que podrá definitivamente establecer cuales de las dos tumbas identificadas como las del conquistador español es la real.

Santo Domingo vs. Sevilla

Los análisis hechos en los restos de Sevilla, no arrojaron resultados contundentes.
Sevilla es el otro sitio donde hay un féretro con restos que supuestamente pertenecen a Colón.

El mismo equipo de investigadores de la UGR ya practicó análisis de ADN a muestras de esos fósiles, que fueron comparadas con otras de familiares de Colón.

Los resultados no arrojaron conclusiones contundentes. Es por eso que los investigadores creen que si tienen acceso a analizar los restos sepultados en el Faro a Colón, en Santo Domingo, podrán arribar a un conclusión definitiva.

En la primera etapa del experimento en suelo dominicano, que se realizará entre el 14 y 15 de febrero, se exhumarán los restos, se analizará su estado y se pondrán en una urna aislante, donde se garantice el menor riesgo de deterioro posible.

En un segundo viaje, se realizarán las pruebas de ADN.

Un largo camino

Es la primera vez que las autoridades dominicanas autorizan analizar los restos.
Colón murió en 1506 y fue enterrado en el "Nuevo Continente", de acuerdo a su voluntad.

Pero ante la falta de una iglesia de alto perfil, sus restos fueron enviados a Valladolid.

Más tarde, en 1537, su féretro fue reenviado a Santo Domingo, hasta que la Corona Española ordenó su repatriación y posterior depósito en Sevilla.

Pero, en 1877, un grupo de obreros que trabajaba en la Catedral de Santo Domingo, encontró una caja con huesos, que llevaba una inscripción que decía "Cristóbal Colón".

Desde ese entonces, no se pudo determinar con precisión cuál de las dos tumbas es la real.

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Descubren el lugar exacto de la primera tumba de Colón en Valladolid

SUS RESTOS FUERON LLEVADOS DESPUÉS A SEVILLA

GRANADA.- Marcial Castro, historiador e impulsor del Proyecto de Identificación de Cristóbal Colón y de su familia inmediata, coordinado por la Universidad de Granada, ha descubierto el lugar exacto del primer enterramiento del descubridor de América en Valladolid, ciudad en la que murió el 20 de mayo de 1506.

Hasta la fecha, únicamente se conocía que Colón fue enterrado en la capilla de Luis de Cerda, en el convento de San Francisco, según la documentación manuscrita conservada.

El convento de San Francisco, desaparecido en 1837, sobrepasaba las tres hectáreas (30.000 metros cuadrados), "cabida suficiente para que cupiesen en él holgadamente cuatro campos de fútbol como el Santiago Bernabéu", explicó Marcial Castro.

El mencionado Luis de Cerda era Tercer Señor de Villoria y había fallecido en 1469, por lo que es de suponer que fue su viuda, Francisca de Castañeda, quien autorizó el entierro del Almirante en su capilla.

"Por más que nos pueda parecer sorprendente, nunca ha habido ni un solo intento en Valladolid por ubicar esta capilla donde recibió la primera tierra Cristóbal Colón, después de haber sido estudiado todo lo tocante a su vida hasta la saciedad y la obsesión", señaló el historiador.

Una carretera y una tubería

El profesor Castro se apoyó en los estudios de carácter artístico que realizó la profesora María Antonia Fernández del Hoyo sobre el citado convento, para tratar de localizar la capilla de Luis de la Cerda.

El trabajo de esta profesora de la Universidad de Valladolid ha sido decisivo para localizar la Capilla.

Castro explicó que con la recopilación de planos y dibujos antiguos del convento que le remitió la profesora Fernández del Hoyo, y las descripciones antiguas que se conservan de la capilla, sobreimpuso un plano actual de la ciudad y el único plano de este convento que se hizo en 1830.

"La coincidencia es asombrosa y situé la capilla de Colón en el eje de la actual calle Constitución, que se proyectó tras la desamortización de Mendizábal hacia 1843", desveló.

En la actualidad, por esta calle transitan más de 1.000 vehículos al día, ignorantes por completo de que entre 1506 y 1509 estuvo enterrado bajo ese asfalto Cristóbal Colón.

Tras el descubrimiento, Castro se puso en contacto con el Ayuntamiento, concretamente con "Aguas de Valladolid", desde donde le informaron de que a la altura donde estaba la capilla se colocó una tubería de agua de fundición gris de 25 centímetros de diámetro, instalada a finales del siglo XIX, a 1,25 metros de profundidad, aproximadamente.

También hay una alcantarilla de gres de 20 centímetros de diámetro enterrada a unos 2,2 metros.

La calle tiene una anchura de nueve metros por lo que quizás aún queden restos del antiguo convento, apuntó el historiador, quien basó esta tesis en que cuando se construyeron unos grandes almacenes, a sólo 75 metros de donde estaba la capilla, aparecieron tumbas y restos de columnas.

Para Marcial Castro, "algún día, tarde o temprano, se tendrá que hacer alguna obra de reparación en la zona y el arqueólogo presente sentirá sin duda latir su corazón ante lo que se pueda hallar".

El viaje de los restos

Aún quedan por resolver algunas incógnitas sobre la recta final de la vida de Cristóbal Colón, como dónde estuvo alojado los días previos a su muerte o dónde falleció, ya que la teoría de que pudo morir en la calle Ancha de la Magdalena (hoy calle Colón), en el solar de lo que hoy en día es el Museo Colón de Valladolid, está sobradamente descartada, según apuntó el historiador.

En la extensa documentación colombina tampoco se ha podido encontrar ni una sola referencia que aclare qué tipo de relación pudo mantener Colón con la familia de Luis de Cerda, aunque el profesor Castro anunció que está investigando en una línea de trabajo que se le ha abierto en este sentido.

Tras este primer enterramiento en Valladolid, los restos del Almirante fueron trasladados en 1509 a Sevilla, hasta que a mediados del siglo XVI viajaron a Santo Domingo, en la República Dominicana, donde permanecieron hasta 1795.

En ese año, según algunos historiadores, los restos de Colón fueron trasladados a La Habana y, en 1898, de nuevo a Sevilla, aunque actualmente se está investigando si los que están en la catedral sevillana pertenecen al almirante o, si como sostienen otros investigadores, permanecen en Santo Domingo.

Esta investigación esta siendo desarrollada por un equipo de científicos de la Universidad de Granada del que Castro forma parte.

Fuente: Agencia EFE / © Mundinteractivos, S.A. El Mundo.es, 7 de diciembre de 2005
Enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/2005/12/07/cultura/1133942317.html

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Los restos de Colón de la Catedral de Sevilla son auténticos, según los investigadores de Granada

SE DESCARTA LA HIPÓTESIS DOMINICANA

SEVILLA.- El equipo del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada (UGR) que desde 2002 intenta averiguar si los restos de Colón reposan en la Catedral de Sevilla o en República Dominicana -que los sitúa en Santo Domingo-, ha confirmado el día del V centenario de su muerte que "definitivamente" los huesos del templo hispalense son del explorador.

El investigador, historiador y genealogista, Marcial Castro, señaló que las pruebas de ADN realizadas a los huesos del almirante sepultados en la catedral andaluza y a los del hermano menor del navegante, Diego Colón, enterrado en el Museo Pickman de la Fábrica de Cerámica de La Cartuja de Sevilla, concluyen que "hay una coincidencia absoluta entre el ADN mitocondrial de ambos, que se trasmite de madre a hijo".

Asimismo, aseguró que los resultados sobre el origen de Colón, que pretendían hacerse públicos al cumplirse el V Centenario de su muerte, que tuvo lugar un 20 de mayo de 1506 en Valladolid, tardarán aún dos o tres meses en darse a conocer, ya que, aunque ya hay resultados casi completos, hasta que no se estudien todas las muestras de Italia, no habrá conclusiones.

Castro sostiene que en vista de que "ya es un hecho" que los restos de Cristóbal Colón descansan en Sevilla, espera el Gobierno de la República Dominicana, que según dijo, "tiene en su poder el estudio que certifica estos datos desde hace bastante tiempo y de forma reservada", se manifieste de manera oficial sobre el tema.

Este país considera que los huesos del descubridor se encuentran en una tumba situada en un monumento dedicado al almirante en Santo Domingo, aunque su Gobierno aún no ha permitido al grupo granadino investigarlos.

El Ejecutivo dominicano sostiene que en 1537 María de Rojas y Toledo, viuda de Diego Colón, envió los restos de Cristóbal a la Catedral de Santo Domingo, donde permanecieron hasta 1975, cuando España decidió que los huesos de Colón no debían permanecer en manos de extranjeros. Sin embargo, en 1877, al realizarse obras en la catedral dominicana, apareció una caja de plomo con la inscripción ’Varón ilustre y distinguido Cristóbal Colón’. Los dominicanos aseguran que éstos son los restos auténticos y que los españoles se llevaron los de otra persona en 1975.

Por ello, Marcial Castro apuntó que espera que el objetivo de abrir la tumba de Santo Domingo sea ahora "descubrir quién está allí enterrado".

El origen de Colón

El director del Grupo de Investigación Genética, José Antonio Lorente, informó hace unos meses de que para determinar el origen de Cristóbal Colón se ha trabajado con dos líneas paralelas. Por un lado, mediante la toma de muestras de saliva de habitantes de donde es frecuente el apellido Colón y por otro lado, mediante la comparación directa entre los ADN de los restos de los familiares del descubridor.

La recogida de muestras de saliva de personas de apellido Colom/Colombo/Colón se ha efectuado en Génova, Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana y en el sur de Francia, "con el objetivo de tener una información lo más amplia posible, sin restringir a priori ninguna posibilidad".

La segunda línea de investigación en la que se trabaja paralelamente se basa en una "comparación directa" entre el ADN del cromosoma ’Y’ del príncipe de Viana, Carlos de Evreux y los del Hernando Colón y Cristóbal Colón, partiendo de la base expuesta por la llamada "teoría mallorquinista" que asegura que el príncipe de Viana era el padre del almirante Cristóbal Colón.

Fuente: EUROPA PRESS / El Mundo.es, 21 de mayo de 2006
Enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/
05/20/ciencia/1148152090.html

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LA HISTORIA CONTRA LA LÓGICA

La prueba del ADN, a la que se dedican recursos innecesarios, no demostrará el origen de Colón.

La celebración --en mayo de este año-- del Quinto Centenario de la muerte de Cristóbal Colón, el descubridor de América, está dando pie a toda suerte de especulaciones sobre su lugar de nacimiento. Reivindicar el origen del célebre almirante parece haberse convertido en una cuestión de honor patrio para muchas personas. En un reciente programa de TV-3 se mostraban, literalmente, hasta las paredes de la casa mallorquina en cuyas piedras supuestamente --¡muy supuestamente!-- el pequeño Colón se habría apoyado para aprender a caminar. Incluso desde sectores nacionalistas se ha reivindicado la especificidad catalana no solo de Colón, sino de toda la colonización, como si la conquista de América fuese un timbre de gloria nacional y no el inicio de un episodio que, desde el punto de vista moral, deja bastante que desear.

Digamos, ante todo, que, en términos historiográficos, esta cuestión es bastante irrelevante. El verdadero debate intelectual debiera estar centrado en las causas de la expansión colonial y en su impacto tanto sobre las poblaciones indígenas como sobre las europeas. Por sus conclusiones en ese terreno, y no por otros aspectos anecdóticos, es por lo que el centenario de la muerte de Colón será recordado como una contribución historiográfica importante o como una ocasión perdida para avanzar en el conocimiento y en nuestra reflexión sobre lo que supuso la presencia europea en América.

Pero lo cierto es que las divagaciones sobre el lugar de nacimiento de Cristóbal Colón no son solo el divertimento erudito de algunos diletantes, sino investigaciones en las que se gastan recursos y publicidad que estarían mejor invertidos en otros asuntos.

EL LABORATORIO de Identificación Genética de la Universidad de Granada está analizando muestras de ADN de más de dos centenares de personas apellidadas Colom de Catalunya, Valencia y Baleares, mientras que el laboratorio de Antropología de una universidad romana está haciendo lo propio con los Colombo de Génova. Los datos resultantes serán comparados con el ADN de Hernando Colón, hijo del famoso almirante. Se toman como punto de comparación los restos del hijo porque los del padre están en muy mal estado y porque hay una secular disputa sobre el lugar donde verdaderamente están enterrados. Dentro de dos meses se espera que se hagan públicos los resultados.

¿Qué se espera obtener de esas pruebas? Parece lógico: si en algún caso las muestras de ADN indican que alguno de los analizados y Hernando Colón forman parte de la misma familia, se podría suponer cuál fue el origen del descubridor. Si, por ejemplo, un Colom catalán estuviera emparentado genéticamente con Hernando, se reforzaría la tesis de que Cristóbal Colón (o Cristòfol Colom, como prefieran) era catalán.

Parece lógico, sí, pero no lo es. Porque si aplicamos la lógica, lo único que estrictamente se podría deducir de esa prueba es que en algún momento algún descendiente de Colón se trasladó a vivir a Catalunya (o a Valencia, o a Mallorca, o a Génova...). A no ser que se pueda reconstruir el árbol genealógico de la familia afectada, eslabón a eslabón, hasta el siglo XV, lo que es francamente difícil. Porque, para que la investigación fructifique, hay que partir de la base de que el apellido se ha conservado intacto en la descendencia durante cinco siglos y de que la familia no se ha movido del territorio.

Pero lo que desde un punto de vista metodológico en ningún caso se puede hacer es aplicar esas suposiciones retroactivamente. Porque usted sea, pongamos por caso, holandés, nadie va a colegir que su familia, hace nada menos que 500 años, vivía en Holanda. A menos que pueda demostrarlo.

EL AVANCE de la investigación histórica se produce analizando documentos y comparando fuentes diversas que puedan soportar sin menoscabo el análisis de la crítica textual o arqueológica, ya sea que hablemos de Cristóbal Colón, de Leonardo da Vinci, o de María Magdalena. Y cuando estas fuentes no existen, lo que procede es seguir buscando y, mientras tanto, callar o declarar con humildad nuestra ignorancia.

No es riguroso aventurarse en mil conjeturas débilmente fundamentadas, presentando lo que son especulaciones o hipótesis que deberán ser confirmadas fehacientemente, como si fueran aportaciones históricas contrastadas. Y no porque esas hipótesis se revistan con los últimos adelantos de las ciencias empíricas, como el análisis del ADN, pasan a ser pruebas concluyentes.

Sobre todo, es primordial, si queremos conservar el crédito de la investigación histórica, que los avances no se produzcan en contra de la lógica que ha de imperar en la metodología de todas las ciencias. Y esa metodología impone que, sobre lo que no se sabe, lo mejor es callar.

Ignasi Fernández
Profesor de Historia de la Universitat Autònoma de Barcelona
El Periódico de Catalunya
23 Mayo 2006