Antequera ha estado poblada durante 3.000 años sin interrupción

El núcleo de población que dio origen a la ciudad de Antequera ha sido fechado en torno al siglo IX antes de Cristo, y se sitúa en el llamado Cerro Primigenio, incluido en el actual recinto de la Alcazaba. Así lo confirman recientes excavaciones arqueológicas realizadas por el Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Este hecho viene a demostrar que Antequera ha permanecido habitada sin interrupción durante los últimos 3.000 años. En el transcurso de los trabajos de excavación también se han encontrado restos de origen fenicio en asentamientos nativos, lo que relaciona directamente la zona con las colonias comerciales de la costa, establecidas por dicha cultura.

Estos datos se han conocido en el transcurso de una visita a los yacimientos excavados, en la que han estado presentes el alcalde de la ciudad, Ricardo Millán, la concejala de Patrimonio Histórico, Ana Navarro, y el arqueólogo municipal, Manuel Romero.

Los descubrimientos han sido efectuados gracias a la actuación arqueológica puntual efectuada en la Alcazaba de Antequera, destinada a su consolidación con vistas a la próxima apertura del recinto para su visita turística, una vez que concluyan los trabajos de acondicionamiento.

Dicha actuación ha tenido como objetivos principales una aproximación a la secuencia arqueológica del cerro donde se sitúa la Alcazaba. Los trabajos se han desarrollado entre los meses de junio y septiembre de este año, financiados por la Red de Ciudades Medias del Centro de Andalucía, presidida por el Ayuntamiento de Antequera. El presupuesto ha sido de 120.000 euros.

Es la primera vez que se realiza una intervención arqueológica en el interior del recinto de la Alcazaba, y por consiguiente son los primeros datos científicos que se obtienen de él. Este trabajo ha permitido obtener un conocimiento más exhaustivo de la ocupación humana en el núcleo originario de la ciudad, que se traducirá en una difusión patrimonial de mayor calidad del Bien de Interés Cultural (BIC) en estudio.

Según el informe de la Oficina Arqueológica Municipal, la intervención se ha llevado a cabo mediante la modalidad de Actuación Arqueológica Puntual. Es decir, el fin es el conocimiento concreto y aproximación a una secuencia histórica del monumento hasta el momento desconocida, y que tiene como objetivo fundamental la investigación previa del espacio de la Alcazaba para su posterior puesta en valor.

Para ello se han hecho un total de trece sondeos, estos resultados por su notable interés para conocer la evolución histórica de las actuaciones del hombre en el solar del castillo:

La secuencia histórica del cerro donde se sitúa la Alcazaba de Antequera presenta cinco periodos de ocupación principales dentro de las dos primeras terrazas, que corresponde al Alcázar cristiano del recinto.

Un primer periodo prehistórico y protohistórico donde arranca la secuencia antrópica en el siglo IX a. C. y alcanza el siglo VIII a. C. El siguiente hito en la secuencia de ocupación, el periodo antiguo, ocupa un lapso temporal entre los siglos VII al V a. C., abandonándose hasta el periodo siguiente, siendo ocupado puntualmente para la captación de agua en la fase romana donde la ocupación sólo se centra en la construcción de una cisterna para el abastecimiento de agua de la ciudad y villas romanas.

El tercer periodo de ocupación del cerro se produce ya en época medieval, momento en que se construye la fortaleza en época Almohade y presenta una utilización castrense de la terraza más elevada del cerro. En el cuarto periodo, ya de época moderna, asistimos a una ocupación intensiva del cerro, descubriéndose la presencia de espacios bien diferenciados, donde se han documentado áreas públicas, religiosas y civiles, todas desarrolladas estructuralmente en época de la dinastía de los Austrias (siglos XVI al XVII), produciéndose un abandono y derribo de las viviendas y estructuras domésticas que colonizaron el recinto defensivo a finales del siglo XVII.

El último momento detectado corresponde a la época contemporánea, observándose una utilización puntual de la zona como “carnero” en el que se sepultó a muchos de los afectados por las diversas pestes que asolaron Antequera entre los siglos XVII, XVIII y XIX.

El último uso del castillo se remonta ya al siglo XX, convertido su recinto en espacio ajardinado para el uso lúdico del monumento, introducido ya en una corriente de pensamiento que, a su manera, esbozaba principios de puesta en valor y disfrute de las estructuras arqueológicas.

Los resultados más importantes obtenidos con esta actuación arqueológica son:

Constatación de las primeras evidencias del poblamiento más antiguo del cerro del castillo en época del Bronce Final e Hierro I (siglos IX y VIII a. C.). Éste último con un asentamiento estable fortificado. En función de estos resultados, puede suponerse la existencia de una notable intensidad de las relaciones comerciales con las poblaciones fenicias estables de la costa malagueña, así como una producción cerámica importante en el ámbito de la Vega de Antequera. Tras estos periodos que hunden sus raíces en la Prehistoria y Protohistoria local, se asiste a un momento de semiabandono del cerro, que no volverá a ser ocupado con intensidad hasta momentos altoimperiales romanos.

Se ha podido determinar que la ocupación romana de Antequera sólo se instalaría en las terrazas más altas del cerro, de forma que emplearían el lugar para la captación de acuíferos y el posible establecimiento de lugares de culto, quizás relacionados con el agua. La intervención desarrollada amplia el conocimiento de estas estructuras funcionales, habiéndose procedido a la limpieza de la cisterna conocida y la documentación de una nueva cisterna.

La siguiente ocupación del cerro se da en época medieval con la construcción de la Alcazaba. El espacio de la primera terraza se convierte en un área castrense abierta. A finales del periodo medieval se construye el aljibe que actualmente puede observarse.

La ocupación moderna es bastante intensa y se procede a una reorganización del espacio. El primer edificio construido es la iglesia de San Salvador. Con posterioridad se divide el recinto amurallado con la construcción del Alcázar, lo que da como resultado que en su interior se establezcan edificios civiles y al exterior se edifiquen los barrios más populares. La ocupación de la parte alta del cerro se sitúa en el siglo XVII, donde se observa que poco antes los edificios civiles son usados como viviendas. En el siglo XVII se procede al derribo del barrio de San Salvador y los restos de su demolición son esparcidos por distintos sectores del cerro, colmatando buena parte de los antiguos elementos de la muralla.

Los cimientos de la iglesia de San Salvador, según se ha podido comprobar durante las excavaciones, se solapan en parte con los de la primera mezquita de la ciudad. O sea, que el templo cristiano, tal y como era costumbre en la sucesión de una cultura a otra, se construyó muy probablemente sobre el musulmán.

Fuente: Gabinete de Prensa Ayuntamiento de Antequera, 29 de octubre de 2007
Enlace: http://www.antequera.es/modules.php?
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