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Los Neandertales hallados en el yacimiento asturiano de El Sidrón eran caníbales

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Photo: Hard Times. Neandertal fossil bones are shown here in a block of cemented sand and clay recovered from the El Sidrón cave archaeological site in Asturias, Spain. Foot bones are visible on the left, and ribs and vertebra are on the right, together telling a story of the harsh conditions our early ancestors once endured. PNAS/Antonio Rosas

Una investigación sobre restos Neandertales hallados en el yacimiento asturiano de El Sidrón, que datan de hace 43.000 años, desvelan signos de canibalismo que pueden atribuirse a escasez de alimento de aquellos individuos o a posibles prácticas "simbólicas", explicó a Efe el director del estudio, Antonio Rosas. El equipo de científicos dirigido por este madrileño del Departamento de Paleontología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) en Madrid, cuya investigación se publica en el último número de la revista PNAS, analizó los restos óseos y dentales que se han ido extrayendo de la Cueva de El Sidrón desde el año 2000 correspondientes a ocho ejemplares de Neandertal.

En este trabajo participaron 18 investigadores de distintos centros españoles y concluyeron que los ocho individuos representados en este yacimiento (un niño, un joven, dos adolescentes y cuatro adultos) presentan líneas de hipoplasia, relacionadas con malnutrición o enfermedad.

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Los dientes crecen "como a capas", lo que es perceptible en el estado de su esmalte, hasta que se detiene su desarrollo, explicó el responsable de esta investigación, quien es además autor de 130 artículos científicos y de divulgación. También se han detectado signos en "algunos huesos, no en todos" que desvelan prácticas de canibalismo entre aquellos individuos, con marcas de cortes con cuchillos de sílex. Sorprende que "no todos los individuos hayan sido descarnados o tratados de la misma manera", ya que "en otros yacimientos hay una pauta, es como un proceso, y siempre se hace de la misma manera, con marcas en los mismos sitios", explicó.

Los científicos barajan dos hipótesis para explicar los episodios de canibalismo que se habrían dado entre esos Neandertales y que confirmarían que "esta práctica estaría mucho más extendida entre estos individuos de lo que se pensaba".

El Sidrón Asturias Molar 3D 1

El estado de los dientes hace pensar en una carencia de alimentos generalizada en el momento del destete (justo en el tránsito de la alimentación con leche de la madre a la no materna) pero la adolescencia sería también un período crítico, como revelan los restos.

Otra hipótesis para explicar los episodios de canibalismo a partir de este estudio, en el que se usaron técnicas de morfometría geométrica 2D y 3D, se vincula a posibles prácticas "simbólicas", algo "todavía por descubrir en el mundo Neandertal", añadió Rosas.

Hasta ahora, explicó, en España sólo se habían detectado signos de canibalismo en Neandertales en Zafarralla (Málaga) y en Europa en zonas como Francia o Croacia. Rosas destacó tres mandíbulas "muy bien conservadas" en la cueva de El Sidrón, aparte de más de cien dientes aislados, huesos largos de extremidades y otros en conexión anatómica, como es el caso de "varias vértebras junto a sus costillas o todos los huesos de un pie juntos".

El Sidrón Asturias mandíbula

La investigación desvela además una diferenciación entre las poblaciones del sur, que habitaban en la Península Ibérica, Italia y la región balcánica, y las del norte, que poblaban los Alpes, Centroeuropa y la Europa del Este. "Los del sur tenían la cara algo más ancha y menos alargada que los del norte, más próximos estos a la imagen clásica de los Neandertales", según el científico. Aún es prematuro asegurar si las diferencias detectadas se deben a cuestiones climáticas o de adaptación, o también si las divergencias surgieron por deriva genética o por azar.

Este conjunto arqueológico está compuesto casi en exclusiva de fósiles humanos, sin apenas restos de otros mamíferos, lo que le confiere una gran singularidad. Las condiciones de conservación en esta cueva son tan óptimas que permitieron la primera extracción de ADN mitocondrial de Neandertal en España y el establecimiento de un marco de trabajo sobre la filogeografía de esta especie humana fósil.

Desde 2000, Javier Fortea, investigador principal, y Marco de la Rasilla, ambos de la Universidad de Oviedo, dirigen los trabajos en este yacimiento, subvencionados por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias con 305.786 euros, hasta 2006.

Fuente: EFE / La Vanguardia, 4 de enero de 2006
Enlace: http://www.lavanguardia.es/gen/20061204/51294773562/noticias/los-neandertales-hallados-en-el-yacimiento-asturiano-de-el-sidron-eran-canibales-madrid-europa-
ciencias-naturales-peninsula-iberica-museo-nacional.html


El Sidrón Asturias


Sidrón conquista la literatura científica

La prestigiosa revista norteamericana «PNAS» publica una investigación sobre los neandertales de Piloña, lo que supone el reconocimiento internacional del yacimiento.

Sidrón despega. Tras años de trabajo y dedicación, los investigadores empiezan a recoger sus frutos. Si la pasada semana conocíamos que dos de las más prestigiosas revistas científicas del mundo -«Science» y «Nature»- se hacían eco de los logros genéticos conseguidos a partir de los neandertales asturianos, ahora se celebra la puesta de largo internacional del yacimiento de Piloña.

La revista «Proceedings of the National Academy of Sciences USA» (PNAS) publica hoy una investigación multidisciplinar sobre Sidrón que sitúa los fósiles asturianos en el más alto nivel internacional de la investigación.

Encabezado por Antonio Rosas, el estudio está firmado por 18 investigadores de distintas áreas, entre los que también figuran Javier Fortea y Marco de la Rasilla, de la Universidad de Oviedo, encargados de la parte arqueológica, y el catalán Carles Lalueza, más centrado en los estudios genéticos.

La publicación es un paso más en el reconocimiento de los fósiles de Sidrón, pero es un paso de gigante si se tiene en cuenta que publicar en «PNAS» es tanto como poner una pica en Flandes. Antonio Rosas, paleobiólogo del CSIC y responsable de la investigación antropológica, está especialmente satisfecho de lo conseguido. «Con esto, los neandertales de Sidrón entran en los libros de texto. La publicación llega a todos los centros de investigación del mundo y figura en todas las bibliotecas especializadas».

No es poco para un yacimiento en el que no todos creían desde el principio. Las cosas han cambiado mucho y Sidrón se ha convertido en un referente para el estudio de la evolución humana en Europa. El alto número de fósiles extraído del yacimiento en las últimas campañas ha proporcionado un caudal de información sobre el mundo neandertal en un tiempo inmediatamente anterior a la llegada a Europa del hombre moderno. Se calcula que los neandertales asturianos vivieron en Piloña hace unos 43.000 años. El yacimiento aporta datos sobre la anatomía, la paleobiología, el comportamiento y la variabilidad geográfica de los habitantes de Europa en un período frío de intensas fluctuaciones climáticas.

El Sidrón Asturias maxilar 01

Toda esta información es crucial para el conocimiento de esta especie, desaparecida con la llegada del homo sapiens. A ello contribuyen, además, las excelentes condiciones de conservación del ADN fósil, que ha permitido la extracción de material genético mitocondrial de neandertal por primera vez en España. La colección de fósiles está compuesta por más de mil fragmentos de restos óseos pertenecientes al menos a ocho individuos: un infantil, un juvenil, dos adolescentes y cuatro adultos.

El trabajo que ahora publica «PNAS» se centra en la diferenciación anatómica Norte y Sur, subrayando las diferencias entre ambas poblaciones europeas. Los fósiles de Sidrón -inscritos en la Europa Sur- muestran diferencias anatómicas con los localizados en zonas más al Norte, como los de Alemania, y tienen rasgos similares a los de Italia o Croacia.

El Sidrón Asturias piezas dentales

Las pruebas se han realizado comparando los fósiles mediante avanzadas técnicas de morfometría geométrica, lo que ha permitido observar que los neandertales del Sur tenían la cara más ancha y más corta, y los del Norte, más estrecha y alargada. Este resultado ratifica lo ya descubierto por el equipo investigador mediante los análisis de ADN, es decir, la existencia de diferencias geográficas entre poblaciones neandertales. Ahora es preciso estudiar si esas diferencias se deben a cuestiones climáticas o adaptativas, o si surgieron por simple azar, favorecidas por el aislamiento de las poblaciones neandertales en épocas de frío glaciares.

Fuente: Oviedo, M. S. MARQUÉS / La Nueva España, 5 de diciembre de 2006
Enlace: http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?p
NumEjemplar=1479&pIdSeccion=46&pIdNoticia=470115#


Un genoma casi idéntico al nuestro

Los neandertales y los hombres de hoy somos casi iguales. Compartimos al menos el 99,5% del genoma, según los estudios recientemente publicados, en los que también ha participado el equipo de científicos del Sidrón.

Un grupo de científicos estadounidenses y alemanes liderado por Edward Rubin, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, de EE UU, concluyó en ’Science’ que el neandertal se parece a nosotros en, como poco, el 99,5% del genoma, según el análisis de 65.250 pares de bases del ADN de un fósil de hace 38.000 años descubierto en Vindija (Croacia). Los secretos de las diferencias entre las dos especies están, por tanto, en el 0,5% del genoma.

El Sidrón Asturias Huesos

El trabajo de Rubin establece que el último antepasado común del homo sapiens y el neandertal vivió hace 706.000 años y que las estirpes de ambas especies se separaron definitivamente -no era ya posible la reproducción entre ellas- hace 370.000 años, mucho antes de la aparición de los primeros A partir del estudio de un millón de pares de bases procedentes del mismo fósil, otro trabajo dirigido por Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, sitúa la divergencia entre las dos estirpes hace 500.000 años.

Tras el inicio de la separación de las estirpes, serían en los homo heidelbergensis de Europa y África en los que se completaría la evolución hacia neandertales y sapiens, respectivamente. Durante decenas de miles de años, seguirían siendo una especie hasta romper definitivamente hace unos 370.000 años.

Los dos trabajos concluyen, asimismo, que no hay pruebas de hibridación entre los dos homínidos, aunque «no excluimos la posibilidad de una modesta aportación a nuestra genoma», advierte Jonathan Pritchard, de la Universidad de Chicago y autor de uno de los trabajos.

La puerta al genoma neandertal está por tanto abierta. Ahora si podemos comparar su genoma con el nuestro, podremos identificar «cuáles fueron los cambios genéticos claves durante la fase final de la evolución humana», concluye Pritchard.

Fuente: El Comercio, 5 de diciembre de 2006
Enlace: http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20061205/
sociedad/genoma-casi-identico-nuestro_20061205.html


ANTONIO ROSAS, INVESTIGADOR DEL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES DEL CSIC

«El Sidrón nos hará entender el mundo espiritual del neandertal»

Los investigadores españoles trabajan junto al instituto Max Planck en la extracción conjunta de ADN nuclear de los fósiles hallados en la cueva piloñesa

Es cauto. No habla más de la cuenta porque espera que las publicaciones en revistas científicas permitan dar a conocer al gran público el éxito de sus investigaciones en la cueva del Sidrón (Piloña) muy pronto. De momento se han obtenido dos secuencias genéticas mitocondriales de neandertales que han aportado luz sobre los linajes y han vinculado los restos asturianos con los hallados en Alemania y Croacia. Antonio Casas, investigador del Museo de Ciencias Naturales del CSIC y uno de los responsables de las excavaciones del yacimiento asturiano, estuvo ayer en Oviedo para hablar de la evolución humana. Fue en el edificio histórico de la Universidad y en el marco de la Semana de la Ciencia que organiza la institución.

-El Sidrón es un gran almacén genético que aportará mucha luz sobre el pasado en un futuro cercano. ¿Cuándo sabremos más?

-Pronto, sin duda. Pero no sé cuando.

-¿Habrá más secuencias con ese material genético?

-Sí, pero lo que ocurre es que la publicación de nuevas secuencias en ADN mitocondrial ya no resulta noticia internacional. Ahora lo que nos interesa es recopilar varias y hacer análisis conjuntos. La sensación de la primera vez en conseguirlo con la nueva técnica ya está agotada, ahora nuestro trabajo es más pausado, de ir recopilando nuevas secuencias y ver qué se puede ir sacando de la distribución geográfica de las poblaciones neandertales que habíamos empezado a entrever.

-¿Qué va a salir de ahí? ¿Qué más vamos a saber por ejemplo del grado de parentesco de los ocho individuos de la cueva? ¿Sobre la vida de entonces?

-No hay relación sobre la información que podemos obtener desde el ADN mitocondrial sobre la vida de los individuos, pero sí nos habla de las relaciones de descendencia entre las poblaciones neandertales, sobre si unos eran los antepasados de los otros. Nos permite reconstruir la historia de las poblaciones.

-¿Cuál es el siguiente paso en la investigación?

-El siguiente reto en el estudio de las poblaciones neandertales es el ADN nuclear. Estamos en contacto con los investigadores del Max Planck, del instituto de evolución humana, y se está viendo la posibilidad de explorar conjuntamente la extracción de ADN nuclear.

-¿Y eso qué va a significar?

-Nunca se ha extraído hasta la fecha ADN nuclear de un neandertal. En los animales en su conjunto, hay dos tipos de ADN. Uno está en el nucleo de las células, que es donde se halla toda la información, los genes que nos dan el color del pelo, el carácter, el comportamiento... Es la información genética y está en el núcleo. Luego hay alrededor del núcleo, lo que se llama el citoplasma de la célula, el mitocondrio, donde también hay ADN, pero que se transmite sólo por vía materna, porque va en el óvulo, el espermatozoide no lo lleva. Nos permite reconstruir la historia de las poblaciones.

-¿Podría ser también el Sidrón pionero en esto?

-Estamos en ese empeño y también otros grupos que van más a la cabeza. Pero el Sidrón muy posiblemente podrá contribuir en esto.

-La investigación del Sidrón tiene gran repercusión internacional.

-Mucha, y la que tendrá. Nosotros estamos trabajando y abriendo diferentes frentes, el más llamativo es el ADN fósil porque es la primera vez que se ha hecho en España... Pero nos quedan muchas cosas por investigar sobre el comportamiento, las enfermedades, el crecimiento, la forma de vivir, su alimentación, el canibalismo, que también hay en el Sidrón, y cómo puede contribuir todo eso a formular el modelo de evolución de los neandertales y, por ende, nuestro propio modelo de evolución. En definitiva, la repercusión internacional se produce tanto por la calidad del yacimiento como por los restos que aparecen y por el esfuerzo del grupo de investigación, que estamos intentando aportar información sólida para comprender un poco más de nuestro origen.

-Es como completar un puzle.

-Sí, van apareciendo fragmentos que van saliendo en una y otra campaña y a veces esperamos cuatro años para hacerlo.

-Y todas esas líneas de investigación serán las que aporten pronto novedades incluso más interesantes que las que llegan de la mano del ADN

-Por lo menos igual de interesantes. Pronto saldrán publicadas varias cosas en las revistas científicas.

-Y toda esa información que va aportar, ¿servirá para resolver la gran incógnita de cómo se extinguieron los neandertales?

-Quizá sea un poco mucho pedir. Hay una paradoja con los neandertales. Así como en otros fósiles siempre se dice ’el mío es el más antiguo’, con los últimos neandertales ocurre lo contrario. Lo que más farda es decir mi neandertal es el más moderno, porque es el último, y eso es más importante. El estudio de esos últimos es el que más nos ayudaría a entender la extinción, y resulta que el Sidrón es un poco más antiguo. Dicho de otra forma, cuando los neandertales del Sidrón vivían en Asturias todavía no habían llegado los sapiens. Sidrón nos hará comprender dentro de un tiempo algo del mundo espiritual de los neandertales.

-¿Por qué?

-Buena parte del yacimiento del Sidrón obedece al propio comportamiento de los neandertales. A saber: las pautas de canibalismo que se han dado. Estamos estudiándolo y cuando lo tengamos un poquito más maduro podremos aproximarnos a saber primero cómo practicaban estas pautas y por lo menos plantearnos la pregunta del porqué. El Sidrón encierra tantos enigmas que hace que sea muy particular

-En resumen, en un par de años sabremos mucho más.

-Yo confío en que sí.

Fuente: M. F. A./OVIEDO / El Comercio, 15 de noviembre de 2006
Enlace: http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20061115/
sociedad/sidron-hara-entender-mundo_20061115.html

El Sidrón Asturias Vista Exterior


Neanderthal Life Forced Cannibalism

Jennifer Viegas, Discovery News

Dec. 4, 2006 — Neanderthals had different ethnic groups, often suffered from starvation, and probably practiced cannibalism. That’s the news from a recent study of the skeletal remains from eight Neanderthals who lived 43,000 years ago in northwest Spain.

The findings, published in the current issue of the Proceedings of the National Academy of Science, raise questions about Neanderthal lifestyle. Why, for instance, would they have resorted to cannibalism? What harsh conditions caused the wear and tear evident on surviving bones?

There are two possible reasons why Neanderthals would have dined on their dead, according to lead author Antonio Rosas, a scientist in the Department of Paleobiology at the National Museum of Natural Sciences in Madrid.

"One is that they needed to eat whatever was at hand, including human flesh, because ecological conditions for their survivorship, such as extreme cold weather and no meat from hunting, were really hard," Rosas told Discovery News. The other possibility, she said, is that "this was done in the context of something we may think of as symbolic."

Rosas suggested the virtual absence of animal remains at the site — a cave called El Sidrón — may point either to ritual killings or unsuccessful hunting. Neanderthals are thought to have subsisted primarily on meat.

The eight Neanderthals studied ranged in age from infancy to young adulthood. Their teeth revealed that tooth growth often stopped abruptly due to illness or malnutrition. Adolescence in general appears to have been a particularly hard time, possibly due to separation from parents and the resulting need for self-sufficiency.

Cut marks associated with butchery were found on some of the remains, particularly those of the younger individuals.

The skeletal remains also revealed that these Neanderthals possessed a different bone structure than individuals found elsewhere in Europe. It appears that Neanderthals fell into at least two basic ethnic groups that coincided with their north-south geographical distribution.

Southern Neanderthals from the Iberian Peninsula, the Balkans, the Middle East and Italy had broader and shorter faces than northern Neanderthals from populations living north of the Pyrenees, the Alps, portions of Asia and central and eastern Europe, Rosas and his team determined.

Scientists are now debating whether interbreeding with modern humans occurred and why all of these Neanderthal groups appear to have gone extinct.

"It does look, from a variety of data, that Neanderthals were subject to episodes of extreme scarcity, with which their cultural and social systems sometimes couldn’t cope," said Steven Kuhn, an anthropologist at the University of Arizona.

He added, "There could also be a link between boom-and-bust subsistence and occasional cannibalism."

Kuhn and colleague Mary Stiner theorize that modern humans better divided labor along the lines of gender and age. Instead of everyone working toward the next big kill, women and children in early modern human groups devised other food-obtaining strategies, such as gathering fruits and nuts.

Such diversification underlies our success, even today.

"It is clear that the kinds of cooperative, diversified economies practiced by recent hunter gatherers are ‘underwritten by’ our sophisticated cognitive and communicative abilities," Kuhn explained.

"That’s what allows people to negotiate and maintain their complex patterns of dependency and cooperation, keep each other in line, etc., but whether the cognitive development is cause or consequence isn’t clear to us."

Fuente: Discovery Channel, 4 December 2006
Enlace: http://dsc.discovery.com/news/2006/12/04/
neanderthal_hum.html?category=human&guid=20061204170030

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Detalle de la excavación en la Galería del Osario, sistema cárstico de El Sidrón. Se trata de un pequeño conducto en cuyos sedimentos aparecen concentrados un elevado número de restos neandertales.

El Sidrón Asturias Mapa Muestras ADN

Localización geográfica de los seis yacimientos donde ha sido posible recuperar material genético de Neandertales.

Para saber más:

Neandertales, Neandertales, ADN antiguo y restos fósiles de la cueva de El Sidrón (Asturias)
http://www.biojournal.net/articulo.asp?id=10


¿Tenemos sus genes?

Los neandertales dominaban el fuego y enterraban a sus muertos, símbolo del miedo a la muerte. Se contempla cada vez más el posible ’flujo genético’ entre ’sapiens’ y neandertales. La contribución de los neandertales al genoma humano, de confirmarse, sería tal vez menor del 5%.

Distinguiríamos a un neandertal en el metro? Parece una pregunta simple, pero suele merecer respuestas largas de los paleontólogos. Su versión académica ha dividido a la profesión durante décadas: ¿Debe decirse Homo neanderthalensis u Homo sapiens neanderthalensis? ¿Somos dos especies o una sola? Ambas cuestiones vienen a equivaler a la siguiente: ¿Nos cruzamos durante los 10.000 años que coexistimos en Europa y Asia central?

¿Nos cruzamos durante los 10.000 años que coexistimos en Europa y en Asia Central?. Hubo algunos casos de hibridación entre las dos especies, incluso pudo tratarse de un solo suceso.

El consenso científico actual es que no nos cruzamos, y que por tanto somos dos especies: es parte de la teoría fuera de África (out of Africa) sobre nuestros orígenes. Este modelo estándar de la evolución humana se basa en parte en que, entre los más de 400 fósiles de neandertales desenterrados por toda Europa en el último siglo, no hay evidencias sólidas de individuos híbridos.

Pero su gran apoyo es un tipo de ADN, llamado mitocondrial, analizado en los últimos años en 14 neandertales fósiles: son muy parecidos entre sí, y muy distintos del nuestro: no hay, por tanto, ni la menor evidencia de "flujo genético", como suelen llamar al sexo los biólogos evolutivos. El modelo estándar nos dice que nuestros ancestros salieron de África hace 50.000 años, llegaron a Europa hace 40.000 y reemplazaron por completo a los antiquísimos pobladores de aquellas tierras. Los últimos neandertales vivieron hace 28.000 años en Gibraltar: su último refugio del sur.

Pero el modelo estándar puede estar a punto de sufrir algunos ajustes, y de una naturaleza bien interesante. Uno de los científicos que logró analizar ADN mitocondrial de fósiles neandertales, Carlos Lalueza-Fox, de la Universidad de Barcelona, afirmaba el jueves: "Lo que parecía descartado por el ADN mitocondrial ya no lo está en absoluto. Se contempla cada vez más la posibilidad de flujo genético entre neandertales y sapiens". Recuerden que flujo genético quiere decir sexo en este gremio.

Carl Sagan dijo que, en ciencia, las propuestas extraordinarias requieren evidencias extraordinarias. El sexo entre nuestros ancestros y los neandertales entra de lleno en la primera categoría: en tiempos recientes sólo ha contado con avales como el del paleoantropólogo de la Universidad de Michigan Milford Wolpoff, líder de la llamada "escuela multirregionalista" de la evolución humana, y considerado por la mayor parte de sus colegas como una variedad académica exótica, si no llanamente lunática.

Pero las evidencias a las que se refiere Lalueza-Fox también son extraordinarias, como pedía Sagan. Constituyen, de hecho, una de las proezas científicas más espectaculares de los últimos años: el genoma neandertal. La mejor manera de describirlo es como un microscopio de alta potencia enfocado sobre nuestros orígenes. Y pronto tomará algo parecido a una foto de hace 38.000 años.

Hacia esa fecha enterraron a aquel hombre en la cueva de Vindija, en Croacia. El único tesoro que se llevó a la tumba dormía dentro de cada una de sus células: una copia de su genoma, el mismo texto de 3.000 millones de letras de ADN que, poco antes, le había convertido de un óvulo fecundado en un hombre de Neandertal hecho y derecho. Allí seguía hace 25 años, cuando el arqueólogo croata Mirko Malez, recientemente fallecido, dirigió las excavaciones de Vindija.

La fecha es interesante. Los neandertales llevaban campando por Europa más de 300.000 años. Dominaban el fuego y eran lo bastante sensibles como para enterrar a sus fallecidos: el signo arqueológico clásico del miedo a la muerte, que ningún homínido había mostrado hasta entonces. Sus herramientas de piedra -la cultura musteriense- eran bastante avanzadas excepto por una cuestión esencial: permanecieron invariables durante 300.000 años y a lo largo de todo el rango geográfico de la especie.

El contraste entre ese inmovilismo cultural y una nueva creatividad, con herramientas que cambian en yacimientos situados a pocos kilómetros, o separados por unos cuantos años, señala sin ambigüedades el Gran Salto arqueológico que acompañó la llegada a Europa del Homo sapiens, hace 40.000 años. Sus primeros restos aparecen en Vindija 2.000 años antes de la muerte de nuestro neandertal.

Uno de los fragmentos óseos de aquel hombre estaba tan deteriorado que los arqueólogos lo tiraron a una especie de cajón de huesos sin interés, que el Museo de Zagreb ha conservado en un apartado rincón durante los últimos 25 años. Gracias a eso nadie lo ha tocado: está limpio de ADN humano, y ésa ha resultado la clave esencial para poder leer su genoma neandertal.

El resto lo pone una asombrosa tecnología de secuenciación (o determinación del orden exacto de las letras del ADN) desarrollada por la firma norteamericana 454 Life Sciences. Se basa en la detección de ínfimas cantidades de luz emitidas por cada letra -los sensores de esta máquina están inspirados en los que usan los telescopios para vislumbrar las estrellas lejanas-, y obtiene una resolución sin precedentes con muestras de ADN muy escasas.

El alma del proyecto genoma neandertal es el jefe de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Svante Pääbo, un científico que se ha ganado una excelente reputación entre sus colegas, desde el biólogo molecular y premio Nobel Sydney Brenner hasta el antropólogo de Stanford Richard Klein. Casi nadie lo creía posible, pero Pääbo publicó el mes pasado en Nature un millón de letras del genoma neandertal, y ha leído ya otros cinco millones.

Y al compararlo esas secuencias con el genoma humano, los científicos de Leipzig han hallado numerosas discrepancias con el modelo estándar. El análisis de esas comparaciones, escriben en Nature, "es incompatible con un modelo de separación simple entre las dos especies", y "sugiere un flujo genético entre los humanos modernos y los neandertales". No necesito recordarles otra vez el significado de flujo genético.

Pääbo y los demás científicos llegan a sugerir, basándose en un minucioso análisis matemático de sus secuencias, que ese flujo ocurrió probablemente "desde los hombres modernos" hacia las mujeres neandertales, aunque admiten necesitar más datos para asegurarlo. Y ya los están obteniendo a toda velocidad.

Pääbo no es precisamente una fuente sospechosa en este debate. Fue él quien, hace nueve años, consiguió analizar el primer ADN mitocondrial de un neandertal, y siempre ha defendido lo que ese dato ha parecido demostrar siempre: que no hubo cruce. Pero los avances de los últimos meses le han hecho cambiar de idea. Uno de esos avances no proviene de su laboratorio, y se conoció sólo dos semanas antes que sus resultados: se trata de un trabajo detectivesco del genetista Bruce Lahn, de la Universidad de Chicago, sobre un curioso segmento de ADN que apareció en el genoma de nuestros ancestros hace 37.000 años. Un texto genético con un origen totalmente inesperado.

"El trabajo de Bruce Lahn es el mejor argumento que se ha presentado hasta ahora a favor de una contribución genética de los neandertales a los humanos modernos", dice Pääbo a EL PAÍS. "Hay otros posibles escenarios para explicar los datos, pero una contribución de los neandertales es el más verosímil".

En realidad, si Lahn está en lo cierto, el asunto del cruce puede ir mucho más allá de un desliz paleolítico sin demasiadas consecuencias. Lahn estudia el gen microcephalin, cuyas mutaciones devuelven el cerebro al tamaño de un australopiteco. Las variaciones sutiles de este gen han dado lugar durante la evolución de los homínidos a algunos de los más espectaculares "barridos selectivos". Eso quiere decir que, en cada ocasión, la nueva variante del gen se propagó con rapidez por la población humana.

Lahn ya sabía que una variante del gen microcephalin aparecida hace 37.000 años tuvo tanto éxito que aparece ahora en el 75% de la población mundial. Pero sus nuevos datos muestran que esa variante es justo uno de los trozos de genoma que nos pasaron los neandertales. "Teniendo en cuenta la función sumamente crítica que este gen tiene en el desarrollo del cerebro" dice Lahn a EL PAÍS, "es razonable proponer que esa nueva variante condujo a una función cerebral mejorada de alguna forma".

Los genetistas no están dando la razón a Milford Wolpoff y su exótica "escuela multirregionalista", que sostiene que la humanidad es una sola especie desde hace dos millones de años, evolucionando en un completo régimen de libre cruzamiento. La contribución neandertal al genoma humano moderno, de confirmarse, sería cuantitativamente pequeña, tal vez menor del 5%. Los nuevos datos genómicos han confirmado que neandertales y sapiens son dos especies distintas, separadas hace medio millón de años. Lo que ocurre es que, cuando volvieron a encontrarse en Europa, hace 40.000 años, hubo algunos infrecuentes sucesos de hibridación entre las dos especies. Tan infrecuentes que, en palabras de Lahn, ¡pudo incluso tratarse de un solo suceso!

"Lo que sugieren los datos es que el apareamiento entre un Homo sapiens y un neandertal -tal vez un solo caso- pudo pasarnos un gen que mejoró nuestra función cerebral, y demuestra que el flujo genético desde otras especies cercanas ha tenido un profundo impacto en nuestra evolución".

Cortocircuitos en la evolución

LAS EVIDENCIAS DE CRUCES

Infrecuentes entre los neandertales y los humanos modernos recuerdan, en otra escala temporal, las obtenidas este mismo año por David Reich, de la Universidad de Harvard, sobre las complicadas huellas que dejó en el genoma humano nuestra separación de los chimpancés. Reich demostró allí que la separación de humanos.

y chimpancés no podía entenderse como un suceso localizado en el tiempo: la divergencia entre los dos linajes empezó hace 11 millones de años, pero se vio después perturbada por hibridaciones entre los chimpancés y nuestros ancestros, en ocasiones infrecuentes, pero que también dejaron huellas muy perdurables en nuestro material hereditario.

Bruce Lahn cree, en efecto, que sus datos sobre la hibridación con los neandertales pueden verse como un "zoom temporal" de esos otros resultados. ¿Qué opina Svante Pääbo?

"De confirmarse que hubo cruzamientos", responde el científico de Leipzig, "lo que mostrarían ambas líneas de evidencia es que, cuando miras en detalle cómo las especies, u otros grupos taxonómicos, se separan, el cuadro que resulta no es tan simple como nuestros modelos matemáticos, que suelen asumir: ’separación total desde el instante x’. En cierta forma, esto no constituye una sorpresa. Sabemos que la biología es más compleja que los modelos simples con los que tiene que trabajar la genética de poblaciones [la matemática de la evolución]".

Pääbo concluye: "Todo esto también muestra que, una vez que consigues datos genómi-cos extensivos, puedes empezar a descubrir la verdadera historia de lo que ocurrió en el pasado. Y eso es lo que resulta de verdad fascinante".

Pääbo prevé acabar el genoma neandertal en dos años. La cantidad de información que esa ristra de 3.000 millones de A, T, G y C puede revelar sobre aquella especie desaparecida hace 30.000 años es incalculable. ¿Tendrá el gen del lenguaje, FOXP2, la misma secuencia que en nuestra especie? ¿Y los genes que están detrás del desarrollo y la evolución de nuestro cerebro? Misterios al alcance.

Fuente: JAVIER SAMPEDRO / El País.com, 10 de diciembre de 2006
Enlace: http://www.elpais.com/articulo/reportajes/
Tenemos/genes/elpepusocdmg/20061210elpdmgrep_1/Tes


El yacimiento asturiano de El Sidrón se suma al proyecto 'Genoma Neandertal'

YA SE HA EXTRAÍDO ADN DE UN DIENTE Y UN FÉMUR

En los últimos años, el yacimiento asturiano de El Sidrón se ha convertido en un referente del estudio de los neandertales, tanto por el número de restos recuperados en dicha cueva como por los individuos identificados, nueve, incluidos cinco adultos, dos adolescentes, un juvenil y un infantil. Gracias al trabajo de los científicos que allí trabajan, el yacimiento acaba de sumarse al proyecto internacional 'Genoma Neandertal', el primer estudio genómico realizado en una especie humana extinta.

El acuerdo establecido por los investigadores de El Sidrón con el director del proyecto, el profesor sueco Svante Päabo, del instituto Max Planck de Peipzig, contempla la colaboración científica a través de diferentes líneas de investigación, como la extradcción de ADN nuclear, de ADN mitocondrial y posiblemente secuencias génicas del cromosoma Y. Esta colaboración, señalan los científicos, es la primera participación de científicos españoles en el primer proyecto genómico de una especie ya extinguida.

El equipo español está formado por el paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales Antonio Rosas, que coordinará los estudios de antropología y la integración de los datos morfológicos y moleculares; el paleogenetista Carles Lalueza-Fox, de la Universidad de barcelona y primer científico español que ha secuenciado genoma mitocondrial de ADN, junto con Javier Fortea y Marco de la Rasilla, que trabajan directamente en el yacimiento.

Y es que el yacimiento del Sidrón ha resultado ser un lugar perfecto para obtener fósiles de los que extraer ADN. "Se puede sacar los fósiles directamente del sedimento, lo que hace que se hayan conservado muy bien, y se evita casi por completo la contaminación", señaló Lalueza-Fox. "Trabajar enes as condiciones de esterilidad nos permite obtener muestras sin contaminar por ADN de humanos modernos", matizó. Los miembros que hacen el trabajo de campo extraen los fósiles, que son congelados poco después para enviar las muestras a distintos laboratorios, para conservar al máximo el material genético.

El yacimiento del Sidrón ha logrado secuenciar ADN mitocondrial de muestras extraídas de un diente y un fémur. Hasta el momento, ya se han sacado secuencias mitopcondriales de tres de los nueve individuos identificados, lo que convierte a El Sidrón en el yacimiento neandertal donde se han caracterizado genéticamente más individuos.

El proyecto Genoma Neandertal comenzó en julio de 2006, cuando el Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig y la compañía tecnológica 454 Life Sciences Corporation se comprometieron a lograr un borrador del genoma neandertal en un plazo de dos años. El objetivo de esta iniciativa, considerada segunda noticia científica del año para la revista 'Science', es comparar el genoma de nuestra especie con el de este homínido extinto y muy cercano evolutivamente, para conocer los rasgos exclusivos de los humanos modernos.

"Hoy en día podemos comparar el genoma humano con el de chimpancés, gorilas y otros simios, pero sería muy bueno saber los cambios genéticos de nuestro pasado reciente, del último medio millón de años", señaló Pääbo. "Para saberlo hay que comparar nuestro genoma con el de los extintos neandertales para ver cuándo se separaron ambos linajes y así saber qué nos diferencia de ellos", matizó.

Además, descifrar el genoma neandertal será útil para conocer cuales son los rasgos "exclusivamente neandertales", como ciertas adaptaciones al frío y rasgos externos que no pueden descubrirse a través de los fósiles, como el color de los ojos, la piel y el cabello.

Fuente: OLALLA CERNUDA / El Mundo.es, 20 de marzo de 2007
Enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/2007/03/20/
ciencia/1174410353.html?a=1efe0fb12f3a48a93
8f40ef0397e8840&t=1174413141

2 comentarios

Antonio Sandoval Ullán -

Me parece muy interesante el yacimiento de El Sidrón, Asturias y puede cambiar muchas ideas pre-establecidas. enhorabuena a los arqueólogos que han realizado los descubrimientos.

Susan Vega -

Esta todo muy interesante, pero porque razón los estudios de ADN mitocondrial pueden ser considerados como el primer viaje molecular a la evolución humana? Cuál puede ser un ejemplo? Les agradecería mucho una pronta respuesta.