Gipuzkoa. Hallan en una cueva de Deba vestigios únicos en Europa de rituales del Paleolítico
Se han localizado cinco collares y un colgante de hace 15.500 años. Fotos: (1) SANTUARIO. La cueva de Praile Haitz I fue habitada durante el periodo Magdaleniense Inferior. / EL CORREO. (2) Pieza con forma de Venus Colgante de collar con decoración en los bordes. (3) Delicado trabajo de estas manos especializadas en la búsqueda de restos interesantes en las cuevas de Praile Aitz. [DV]
Colgante de collar con decoración en los bordes.
La que tiene forma de Venus es la pieza de mayor valor localizada en la cueva, considerada por los expertos como «expcepcional». Se trata de un colgante de piedra de doce centímetros con forma de silueta femenina. Es muy similar a las venus halladas en puntos tan distantes de Europa como las de Barna Grande y Rombo de Grimaldi (Italia), la de Willendorf (Austria), la de Kostienki (Rusia) y la de Lespugue (Francia).
El colgante, en la imagen, muestra la elección de cantos rodados para elaborar los colgantes, que pudo haberse producido no sólo por su sugerente forma o simbología, sino también por sus características táctiles o textura, suave al tratarse de cantos rodados, así como por su coloración o brillo que adquieren al ser humedecidos.
El hallazgo
El departamento de Arqueología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha encontrado en la cueva de Praile Haitz I, en la localidad guipuzcoana de Deba, una colección de «espectaculares» objetos prehistóricos no funerarios únicos en Europa, datados en el Paleolítico Superior, hace 15.500 años, en el periodo Magdaleniense Inferior. La cueva podría haber sido utilizada como espacio ritual por los hombres de Cromañón (homo sapiens primitivos). En ella se han localizado cuatro collares -uno de ellos de 14 elementos- elaborados con piedras negras pulidas recogidas en el cauce del río Deba, muy próximo a la caverna, y con decoraciones grabadas.
Además de estos collares, se ha encontrado un quinto fabricado con dientes de cabra a los que se les hizo un orificio doble para ser suspendido mediante un cordón, y una pieza «excepcional», un colgante de piedra de 12 centímetros de longitud, con «forma de silueta femenina», muy semejante a las venus paleolíticas centroeuropeas. «En Europa no aparecen materiales de este tipo, porque no hay un yacimiento que tenga esta cantidad de colgantes de piedra y, normalmente, cuando aparecen colgantes, por ejemplo de hueso y dientes, están asociados a restos funerarios, carácter que tampoco se da en Praile Haitz», explicó ayer el arqueólogo Xavier Peñalver, director de las excavaciones. Según sus conclusiones, «nos hallamos ante una cueva única hasta la fecha en Euskal Herria y muy destacada dentro del Paleolítico europeo, dedicada a funciones de tipo ritual hace 15.500 años. Probablemente fue un lugar referencial no sólo para los habitantes de las cuevas cercanas, sino de otras alejadas».
En Praile Haitz, en la que se han excavado más de 100 metros cuadrados de superficie en cuatro años, apenas han aparecido restos de actividades de caza y fabricación de utensilios de los cromañones. Sólo cerca de la entrada se ha encontrado un espacio ocupado por un hogar y un gran asiento de piedra, donde sí han hallado restos de fauna. Por ello, se cree que no fue ocupada por un grupo de cromañones, sino por un único individuo cuya significación en la zona sería destacada.
Como en el África actual
La presencia de cinco collares de 29 piezas, algunas de gran belleza, así como de lápices de ocre con restos de utilización, probablemente para pintarse, ha hecho pensar que se desarrollaron actividades asociadas a un personaje con «cualidades especiales», autor de los abalorios y al que pudieran consultar los pobladores de cuevas de habitación como Urtiaga, Ermitia, Iruroin o Langatxo e, incluso, los de la no muy lejana Ekain. «Sólo hace falta viajar por pueblos primitivos actuales en África y veremos personajes que habitan en cuevas y al que la población reconoce por cualidades diferentes», señaló Peñalver, quien no rechazó utilizar la palabra «santuario» para esta cueva.
Por otra parte, en niveles superiores y por lo tanto más recientes, los arqueólogos han localizado otras piezas «excepcionales», como un bastón de mando, más de 200 caracoles marinos no utilizados para el consumo y hogares sin restos de fauna, lo que podría suponer que el «carácter ritual» de la cueva perduró en el tiempo.
El diputado general de Guipúzcoa anunció que la entidad, que ha invertido 370.000 euros en Praile Haitz 1, iniciará los trámites ante el Gobierno vasco para conseguir que la cueva sea protegida «desde el punto de vista patrimonial».
Fuente: CRISTINA TORRES/SAN SEBASTIAN / Diario Vasco, 3 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.elcorreodigital.com/vizcaya/pg051004/prensa/noticias/Sociedad/200510/04/VIZ-SOC-061.html
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(2) Descubierta en Deba una cueva paleolítica de carácter ritual, considerada única en Europa
Un persona «de cualidades excepcionales» podría haber habitado la cavidad. Las piezas localizadas permiten concluir que ya se utilizaba hace 5.500 años.
Joxemiel Larrañaga, presidente de Aranzadi, Joxe Joan González de Txabarri, y Xabier Peñalver, rodeados del equipo de arqueólogos. [AYGÜES]
LA FICHA
Cueva: Praile Aitz.
Ubicación: En la cueva del Bajo Deba. Cercana a otras cuevas como Urtiaga, Ermittia, Iruroin, Langatxo y algo más lejos Ekain.
Descubrimiento: Mikel Sasieta y Juan Arruabarrena, del grupo Munibe Taldea de Azkoitia, la localizaron en 1983.
Estudio: Un equipo del departamento de Arqueología de Aranzadi encabezado por Xabier Peñalver
Piezas: Cinco collares con un total de 29 piezas, entre ellas la denominada Venus, y lápices de ocre para pintarse.
Financiación: 370.000 euros a cargo de la Diputación foral de Gipuzkoa y la empresa Zeleta S.A., propietaria de la cantera.
SAN SEBASTIÁN. DV. Un equipo del departamento de Arqueología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi es el responsable de uno de los hallazgos más importantes de las últimas décadas en el País Vasco y uno de los más significativos del continente europeo del Paleolítico Superior. Se trata de una colección de objetos prehistóricos único localizados en una cueva, situada en el Bajo Deba -aunque por razones de seguridad no se ha dado su ubicación exacta- cuya característica principal es que era empleada hace 15.500 años como espacio ritual.
Xabier Peñalver, director del equipo, comentó ayer en la presentación del hallazgo que «probablemente constituía un lugar referencial, no sólo para los habitantes de las cuevas cercanas sino también para otras más alejadas. Y también creemos que se pueden decir que estas actividades eran desarrolladas por un solo individuo con cualidades especiales dada la escasez de restos que se consideran comunes en los yacimientos paleolíticos y la distribución de los tallados».
En una cantera
La cueva de Praile Aitz I está sitúa en una cantera de Deba dentro de un contexto arqueológico de gran importancia arropada por numerosas cavidades como Urtiaga, Ermittia, Langatxo, Iruroin, y la no excesivamente distante cueva de Ekain. Peñalver explicó que «en este espacio, a lo largo de milenios que ocupó el Paleolítico Superior, sabemos que vivieron diferentes poblaciones de cromañones de forma estable o estacional según los casos, que se alimentaban de la caza de ciervos y cabras, además de truchas, salmones y vegetales».
La cavidad fue ocupada de forma esporádica a lo largo de varios miles de años de manera simultánea a otras del Bajo Deba. Sin embargo, en el resto de cuevas se establecían grupos humanos que desarrollaban las actividades cotidianas, de las que nos ha quedado constancia en los restos hallados, como abundantes instrumentos de piedra, de hueso, y restos oseos de los animales que consumían. En la cueva ahora estudiada, lo que sucedía hace aproximadamente hace 15.500 años era totalmente diferente. «El estudio de los materiales nos ha ido proporcionando a lo largo de estas campañas resultados cada vez más sorprendentes. En este momento podemos decir de forma segura, que en esta preciosa cueva colgada sobre el río Deba no vivieron a lo largo del Magdaleniense Inferior ningún grupo de cromañones. La escasez de restos comunes en estos habitats tales como raspadores, muriles, dorsos, restos de talla y restos de animales cazados por el hombre confirman su no utilización para la vida cotidiana. Sin embargo Praile Aizt 1 nos ha ido ofreciendo campaña tras campaña una gran cantidad de datos que sí confirman la estancia humana en el lugar».
La entrada de la cueva cuenta con un suelo empedrado de forma intencional, con pequeñas piedras. Allí, durante las excavaciones, comenzaron a aparecer diferentes cuentas perforadas agrupadas en collares, elaboradas sobre piedras pulidas negras, en su mayoría decoradas. En ese mismo espacio hay un gran asiento de piedra y un hogar excavado en el suelo con resto de carbón y huesos quemados eran los elementos fundamentales. En la zona de paso hacia una sala circular se encontraron dos nuevos collares, uno forma por dientes de cabra decorados y con doble perforación y una excepcional pieza de collar con silueta de forma femenina.
Según la descripción de Peñalver, «es entrando en la zona circular interior, de 49 metros cuadrados, donde están los hallazgos más espectaculares. En uno de los lados de este espacio, alineados a distancias equidistantes, sacamos catorce piezas de piedra, decoradas en su mayor parte, que formaban una gran collar de metro y medio de longitud total. En el lado opuesto de la sala había otro collar compuesto por dos elementos de piedra destacaba igualmente sobre la arcilla amarilla del terreno. Próximas a la pared de la sala, en algunos espacios intermedios, se encontraban «una serie de piezas acabadas, pero rotas por la zona de la perforación, aparecieron de forma relativamente agrupada».
Así, en total, se han descubierto 29 colgantes, 26 de ellos de piedra, agrupados en cinco collares, depositados en un suelo y sellados en su mayor parte por una capa estalagmítica que ha permitido la conservación virgen del yacimiento. Según el arqueólogo este conjunto de piezas puede llevar a una reflexión. «La utilización de elementos de arte mueble podía estar asociada en muchos casos a una función de ostentación, ornamentación o jerarquía, a la vez que como obras de arte estarían dotadas de valores no inmediatamente utilitarios, de modo que su significado ritual o de prestigio podría hacer que los que los fabricaron o portaron los conservaran durante mucho tiempo e incluso lo transmitieran de unos a otros individuos. La materia utilizada para la fabricación de las piezas es frecuente en la zona y podrían haberla recogido en el cauce del Deba a los mismos pies de la cueva. La factura y los motivos decorativos son muy similares por lo que se entiende que podrían constituir una unidad en su función estética como en su dimensión simbólica». También se han encontrado diferentes lápices de ocre, con marcas de haber sido utilizados para pintarse.
Niveles superiores
En niveles superiores más recientes se cuentan con piezas también de carácter excepcional como un bastón de mando, hogares de grandes dimensiones y más de doscientos caracoles entre otros restos. Además, por debajo de los niveles magdaleniense se ha detectado una ocupación sulotrense y en algunas zonas apenas excavadas restos que se remontan al comienzo del paleolítico superior (hace 33.000 años), aunque Peñalver no quiso avanzar que descubrimientos se habían realizado.
Respecto a la pregunta de si el ocupante podría ser una especie de chamán, el arqueólogo no se quiso pronunciar, aunque comentó que «se trataba de un tipo excepcional. No me voy a aventurar, pero en la actualidad hay países en África donde existen individuos que viven en cuevas y que se mantienen gracias al aporte de sus vecinos porque los consideran especiales». Tampoco quiso avanzar si los usos posteriores de la cueva tenían el mismo carácter ritual, «aunque está claro que no ha sido habitada en los 15.500 años por una única persona, también hemos encontrado rastos de animales carnívoros que los situamos en las etapas de desocupación».
El diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, señaló en la presentación del hallazgo que «dada la importancia de lo encontrado en Praile Aitz entendemos que se trata de una cueva que debe ser protegida como un bien patrimonial único. Es el Gobierno Vasco quien debe otorgar esa categoría, pero desde la Diputación vamos a emprender los pasos necesarios». También indicó que los 370.000 euros invertidos en las excavaciones «son el dinero mejor empleado porque nos permiten saber de dónde venimos». Además, la colección Bertan que edita el ente foral incluirá un amplio dossier sobre la cueva. Por su parte Joxemiel Larrañaga, presidente de Aranzadi, expresó la satisfacción de la sociedad de ciencias por el descubrimiento y agradeció el apoyo institucional.
Fuente: TERESA FLAÑO/ Diario Vasco, 3 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051004/prensa/noticias/Cultura/200510/04/DVA-CUL-261.html
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(3) Gipuzkoa, territorio privilegiado de la Prehistoria
Gipuzkoa es un territorio privilegiado para disfrutar de la Prehistoria. En Leze-txiki (Arrasate) se han localizado restos humanos por lo que se le considera uno de los yacimientos más importantes de la cornisa cantábrica. Allí el antropólogo Joxemiel de Barandiaran y el arqueólogo Jesús Altuna encontraron un húmero en 1965. Las últimas investigaciones realizadas por Aranzadi estiman que este hueso podría pertenecer a un Homo heidelbergensis, una especie humana anterior al hombre de Neandertal, que habitó en la cueva guipuzcoana. El hecho de que en Lezetxiki existan estratos de unos 150.000 años de antigüedad, hace pensar que tal vez este yacimiento albergue todavía algún resto humano.
Irikaitz es el otro centro de investigación sobre la evolución humana en Gipuzkoa. Se cree que este yacimiento al aire libre, ubicado en la vega izquierda del río Urola, en Zestoa, fue utilizado por el Homo heidelbergensis y por los hombres de cromañón (Homo sapiens) como taller para la fabricación de instrumentos de piedra, debido a los miles de restos de herramientas del Paleolítico encontrados.
Gipuzkoa tiene un gran potencial arqueológico en otras áreas como el monte Jaizkibel donde hace poco más de dos años fueron descubiertos los restos óseos enterrados de un varón del final del Mesolítico, de entre 30 y 40 años, que data de 6.300 años antes de Cristo.
Las 28 estaciones megalíticas de la provincia son otros de los atractivos prehistóricos de Gipuzkoa, que cuenta además con una de las mejores colecciones de arte rupestre de Europa en la cueva de Ekain, en Zestoa.
Estas pinturas se han mantenido intactas, desde que fueron realizadas en el periodo Magdaleniense (hace unos 12.000 años) hasta su redescubrimiento en 1969, año en el que la gruta fue cerrada con una verja para no exponer sus tesoros a posibles expolios o a un turismo masificado que podría deteriorar sus magníficas representaciones. Para evitar su degradación las instituciones vascas, en colaboración con Aranzadi, han creado una réplica exacta de la cueva que se prevé inaugurar en 2007 y que permitirá al gran público disfrutar del santuario prehistórico sin dañar las figuras.
Fuente: CARLOS LÓPEZ/ Diario Vasco, 4 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051004/prensa/noticias/Cultura/200510/04/DVA-CUL-263.html
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(4) DEBA / El alcalde afirma que los propios debarras son los más interesados en preservar la cueva de Praile Aitz
Comparte la petición del diputado general González de Txabarri de solicitar al Gobierno Vasco que sea protegida como un Bien Patrimonial único
DEBA. DV. El pasado lunes tuvo lugar la presentación del descubrimiento de una cueva paleolítica en Deba. Un hallazgo de gran importancia porque se considera como uno de los más significativos de Europa de la etapa del Paleolítico Superior. Xabier Peñalver es el director del equipo del departamento de Arqueología de Aranzadi que inició sus excavaciones el año 2000 y en este periodo hasta 2005 la actuación de Arqueología Integral realizada por este grupo ha sido ejemplar. La importancia de este descubrimiento de Fraile Aitz ha sido avalada por personalidades con autoridad científica demostrada en su condición de doctores y catedráticos de Prehistoria de la Universidad Pública; reconocidos expertos a nivel internacional en el análisis y evaluación del arte paleolítico, directores de excavaciones en muy importantes centros del Paleolítico superior europeo, etc. En definitiva, personalidades tales como Ignacio Barandiarán, Gerhardt Bosinki, Soledad Corchón, César González Sáinz y Pilar Utrilla.
La presentación de este descubrimiento en la que participaron el arqueólogo Xabier Peñalver y el diputado general José Juan González de Txabarri entre otros, estuvo acompañada de una serie de declaraciones en las que el propio diputado general pedía al Gobierno Vasco la protección de la cueva como bien patrimonial único. Desde el Ayuntamiento de Deba, también el alcalde ha querido dar su punto de vista ante la presentación de esta realidad tan importante para el municipio.
Según el alcalde, Jesús Mari Agirrezabala, y suscribiendo las declaraciones del diputado general, no debe existir más alternativa que su protección como bien patrimonial único. «Es más -continúa el alcalde- la apuesta inicial era salvar la cueva pero no nos podemos quedar ahí. No podemos olvidar que en la desembocadura del río Deba se encuentran otra serie de cuevas del Paleolítico tales como Langatxo, Urtiaga, Ermitia, etc. que conforman un Patrimonio Histórico de Deba y que además de ser los debarras los más interesados en preservarlo, requerimos a la Administración para que este conjunto de cavidades se pongan en valor, al igual que se hizo con Ekain, pero en esta ocasión favoreciendo a Deba».
Continúo diciendo el alcalde, que desde el año 2000 hasta estas fechas ha existido una relación directa con este arqueólogo además de colaboración económica municipal. «He tenido información continua de los resultados de las excavaciones y hemos querido mantener esta situación con la máxima discreción a lo largo de este tiempo. No tengo más que felicitarle por el gran trabajo realizado».
Fuente: Diario Vasco, 5 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051005/prensa/noticias/Comarca/200510/05/DVA-COM-109.html
Colgante de collar con decoración en los bordes.
La que tiene forma de Venus es la pieza de mayor valor localizada en la cueva, considerada por los expertos como «expcepcional». Se trata de un colgante de piedra de doce centímetros con forma de silueta femenina. Es muy similar a las venus halladas en puntos tan distantes de Europa como las de Barna Grande y Rombo de Grimaldi (Italia), la de Willendorf (Austria), la de Kostienki (Rusia) y la de Lespugue (Francia).
El colgante, en la imagen, muestra la elección de cantos rodados para elaborar los colgantes, que pudo haberse producido no sólo por su sugerente forma o simbología, sino también por sus características táctiles o textura, suave al tratarse de cantos rodados, así como por su coloración o brillo que adquieren al ser humedecidos.
El hallazgo
El departamento de Arqueología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha encontrado en la cueva de Praile Haitz I, en la localidad guipuzcoana de Deba, una colección de «espectaculares» objetos prehistóricos no funerarios únicos en Europa, datados en el Paleolítico Superior, hace 15.500 años, en el periodo Magdaleniense Inferior. La cueva podría haber sido utilizada como espacio ritual por los hombres de Cromañón (homo sapiens primitivos). En ella se han localizado cuatro collares -uno de ellos de 14 elementos- elaborados con piedras negras pulidas recogidas en el cauce del río Deba, muy próximo a la caverna, y con decoraciones grabadas.
Además de estos collares, se ha encontrado un quinto fabricado con dientes de cabra a los que se les hizo un orificio doble para ser suspendido mediante un cordón, y una pieza «excepcional», un colgante de piedra de 12 centímetros de longitud, con «forma de silueta femenina», muy semejante a las venus paleolíticas centroeuropeas. «En Europa no aparecen materiales de este tipo, porque no hay un yacimiento que tenga esta cantidad de colgantes de piedra y, normalmente, cuando aparecen colgantes, por ejemplo de hueso y dientes, están asociados a restos funerarios, carácter que tampoco se da en Praile Haitz», explicó ayer el arqueólogo Xavier Peñalver, director de las excavaciones. Según sus conclusiones, «nos hallamos ante una cueva única hasta la fecha en Euskal Herria y muy destacada dentro del Paleolítico europeo, dedicada a funciones de tipo ritual hace 15.500 años. Probablemente fue un lugar referencial no sólo para los habitantes de las cuevas cercanas, sino de otras alejadas».
En Praile Haitz, en la que se han excavado más de 100 metros cuadrados de superficie en cuatro años, apenas han aparecido restos de actividades de caza y fabricación de utensilios de los cromañones. Sólo cerca de la entrada se ha encontrado un espacio ocupado por un hogar y un gran asiento de piedra, donde sí han hallado restos de fauna. Por ello, se cree que no fue ocupada por un grupo de cromañones, sino por un único individuo cuya significación en la zona sería destacada.
Como en el África actual
La presencia de cinco collares de 29 piezas, algunas de gran belleza, así como de lápices de ocre con restos de utilización, probablemente para pintarse, ha hecho pensar que se desarrollaron actividades asociadas a un personaje con «cualidades especiales», autor de los abalorios y al que pudieran consultar los pobladores de cuevas de habitación como Urtiaga, Ermitia, Iruroin o Langatxo e, incluso, los de la no muy lejana Ekain. «Sólo hace falta viajar por pueblos primitivos actuales en África y veremos personajes que habitan en cuevas y al que la población reconoce por cualidades diferentes», señaló Peñalver, quien no rechazó utilizar la palabra «santuario» para esta cueva.
Por otra parte, en niveles superiores y por lo tanto más recientes, los arqueólogos han localizado otras piezas «excepcionales», como un bastón de mando, más de 200 caracoles marinos no utilizados para el consumo y hogares sin restos de fauna, lo que podría suponer que el «carácter ritual» de la cueva perduró en el tiempo.
El diputado general de Guipúzcoa anunció que la entidad, que ha invertido 370.000 euros en Praile Haitz 1, iniciará los trámites ante el Gobierno vasco para conseguir que la cueva sea protegida «desde el punto de vista patrimonial».
Fuente: CRISTINA TORRES/SAN SEBASTIAN / Diario Vasco, 3 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.elcorreodigital.com/vizcaya/pg051004/prensa/noticias/Sociedad/200510/04/VIZ-SOC-061.html
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(2) Descubierta en Deba una cueva paleolítica de carácter ritual, considerada única en Europa
Un persona «de cualidades excepcionales» podría haber habitado la cavidad. Las piezas localizadas permiten concluir que ya se utilizaba hace 5.500 años.
Joxemiel Larrañaga, presidente de Aranzadi, Joxe Joan González de Txabarri, y Xabier Peñalver, rodeados del equipo de arqueólogos. [AYGÜES]
LA FICHA
Cueva: Praile Aitz.
Ubicación: En la cueva del Bajo Deba. Cercana a otras cuevas como Urtiaga, Ermittia, Iruroin, Langatxo y algo más lejos Ekain.
Descubrimiento: Mikel Sasieta y Juan Arruabarrena, del grupo Munibe Taldea de Azkoitia, la localizaron en 1983.
Estudio: Un equipo del departamento de Arqueología de Aranzadi encabezado por Xabier Peñalver
Piezas: Cinco collares con un total de 29 piezas, entre ellas la denominada Venus, y lápices de ocre para pintarse.
Financiación: 370.000 euros a cargo de la Diputación foral de Gipuzkoa y la empresa Zeleta S.A., propietaria de la cantera.
SAN SEBASTIÁN. DV. Un equipo del departamento de Arqueología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi es el responsable de uno de los hallazgos más importantes de las últimas décadas en el País Vasco y uno de los más significativos del continente europeo del Paleolítico Superior. Se trata de una colección de objetos prehistóricos único localizados en una cueva, situada en el Bajo Deba -aunque por razones de seguridad no se ha dado su ubicación exacta- cuya característica principal es que era empleada hace 15.500 años como espacio ritual.
Xabier Peñalver, director del equipo, comentó ayer en la presentación del hallazgo que «probablemente constituía un lugar referencial, no sólo para los habitantes de las cuevas cercanas sino también para otras más alejadas. Y también creemos que se pueden decir que estas actividades eran desarrolladas por un solo individuo con cualidades especiales dada la escasez de restos que se consideran comunes en los yacimientos paleolíticos y la distribución de los tallados».
En una cantera
La cueva de Praile Aitz I está sitúa en una cantera de Deba dentro de un contexto arqueológico de gran importancia arropada por numerosas cavidades como Urtiaga, Ermittia, Langatxo, Iruroin, y la no excesivamente distante cueva de Ekain. Peñalver explicó que «en este espacio, a lo largo de milenios que ocupó el Paleolítico Superior, sabemos que vivieron diferentes poblaciones de cromañones de forma estable o estacional según los casos, que se alimentaban de la caza de ciervos y cabras, además de truchas, salmones y vegetales».
La cavidad fue ocupada de forma esporádica a lo largo de varios miles de años de manera simultánea a otras del Bajo Deba. Sin embargo, en el resto de cuevas se establecían grupos humanos que desarrollaban las actividades cotidianas, de las que nos ha quedado constancia en los restos hallados, como abundantes instrumentos de piedra, de hueso, y restos oseos de los animales que consumían. En la cueva ahora estudiada, lo que sucedía hace aproximadamente hace 15.500 años era totalmente diferente. «El estudio de los materiales nos ha ido proporcionando a lo largo de estas campañas resultados cada vez más sorprendentes. En este momento podemos decir de forma segura, que en esta preciosa cueva colgada sobre el río Deba no vivieron a lo largo del Magdaleniense Inferior ningún grupo de cromañones. La escasez de restos comunes en estos habitats tales como raspadores, muriles, dorsos, restos de talla y restos de animales cazados por el hombre confirman su no utilización para la vida cotidiana. Sin embargo Praile Aizt 1 nos ha ido ofreciendo campaña tras campaña una gran cantidad de datos que sí confirman la estancia humana en el lugar».
La entrada de la cueva cuenta con un suelo empedrado de forma intencional, con pequeñas piedras. Allí, durante las excavaciones, comenzaron a aparecer diferentes cuentas perforadas agrupadas en collares, elaboradas sobre piedras pulidas negras, en su mayoría decoradas. En ese mismo espacio hay un gran asiento de piedra y un hogar excavado en el suelo con resto de carbón y huesos quemados eran los elementos fundamentales. En la zona de paso hacia una sala circular se encontraron dos nuevos collares, uno forma por dientes de cabra decorados y con doble perforación y una excepcional pieza de collar con silueta de forma femenina.
Según la descripción de Peñalver, «es entrando en la zona circular interior, de 49 metros cuadrados, donde están los hallazgos más espectaculares. En uno de los lados de este espacio, alineados a distancias equidistantes, sacamos catorce piezas de piedra, decoradas en su mayor parte, que formaban una gran collar de metro y medio de longitud total. En el lado opuesto de la sala había otro collar compuesto por dos elementos de piedra destacaba igualmente sobre la arcilla amarilla del terreno. Próximas a la pared de la sala, en algunos espacios intermedios, se encontraban «una serie de piezas acabadas, pero rotas por la zona de la perforación, aparecieron de forma relativamente agrupada».
Así, en total, se han descubierto 29 colgantes, 26 de ellos de piedra, agrupados en cinco collares, depositados en un suelo y sellados en su mayor parte por una capa estalagmítica que ha permitido la conservación virgen del yacimiento. Según el arqueólogo este conjunto de piezas puede llevar a una reflexión. «La utilización de elementos de arte mueble podía estar asociada en muchos casos a una función de ostentación, ornamentación o jerarquía, a la vez que como obras de arte estarían dotadas de valores no inmediatamente utilitarios, de modo que su significado ritual o de prestigio podría hacer que los que los fabricaron o portaron los conservaran durante mucho tiempo e incluso lo transmitieran de unos a otros individuos. La materia utilizada para la fabricación de las piezas es frecuente en la zona y podrían haberla recogido en el cauce del Deba a los mismos pies de la cueva. La factura y los motivos decorativos son muy similares por lo que se entiende que podrían constituir una unidad en su función estética como en su dimensión simbólica». También se han encontrado diferentes lápices de ocre, con marcas de haber sido utilizados para pintarse.
Niveles superiores
En niveles superiores más recientes se cuentan con piezas también de carácter excepcional como un bastón de mando, hogares de grandes dimensiones y más de doscientos caracoles entre otros restos. Además, por debajo de los niveles magdaleniense se ha detectado una ocupación sulotrense y en algunas zonas apenas excavadas restos que se remontan al comienzo del paleolítico superior (hace 33.000 años), aunque Peñalver no quiso avanzar que descubrimientos se habían realizado.
Respecto a la pregunta de si el ocupante podría ser una especie de chamán, el arqueólogo no se quiso pronunciar, aunque comentó que «se trataba de un tipo excepcional. No me voy a aventurar, pero en la actualidad hay países en África donde existen individuos que viven en cuevas y que se mantienen gracias al aporte de sus vecinos porque los consideran especiales». Tampoco quiso avanzar si los usos posteriores de la cueva tenían el mismo carácter ritual, «aunque está claro que no ha sido habitada en los 15.500 años por una única persona, también hemos encontrado rastos de animales carnívoros que los situamos en las etapas de desocupación».
El diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, señaló en la presentación del hallazgo que «dada la importancia de lo encontrado en Praile Aitz entendemos que se trata de una cueva que debe ser protegida como un bien patrimonial único. Es el Gobierno Vasco quien debe otorgar esa categoría, pero desde la Diputación vamos a emprender los pasos necesarios». También indicó que los 370.000 euros invertidos en las excavaciones «son el dinero mejor empleado porque nos permiten saber de dónde venimos». Además, la colección Bertan que edita el ente foral incluirá un amplio dossier sobre la cueva. Por su parte Joxemiel Larrañaga, presidente de Aranzadi, expresó la satisfacción de la sociedad de ciencias por el descubrimiento y agradeció el apoyo institucional.
Fuente: TERESA FLAÑO/ Diario Vasco, 3 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051004/prensa/noticias/Cultura/200510/04/DVA-CUL-261.html
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(3) Gipuzkoa, territorio privilegiado de la Prehistoria
Gipuzkoa es un territorio privilegiado para disfrutar de la Prehistoria. En Leze-txiki (Arrasate) se han localizado restos humanos por lo que se le considera uno de los yacimientos más importantes de la cornisa cantábrica. Allí el antropólogo Joxemiel de Barandiaran y el arqueólogo Jesús Altuna encontraron un húmero en 1965. Las últimas investigaciones realizadas por Aranzadi estiman que este hueso podría pertenecer a un Homo heidelbergensis, una especie humana anterior al hombre de Neandertal, que habitó en la cueva guipuzcoana. El hecho de que en Lezetxiki existan estratos de unos 150.000 años de antigüedad, hace pensar que tal vez este yacimiento albergue todavía algún resto humano.
Irikaitz es el otro centro de investigación sobre la evolución humana en Gipuzkoa. Se cree que este yacimiento al aire libre, ubicado en la vega izquierda del río Urola, en Zestoa, fue utilizado por el Homo heidelbergensis y por los hombres de cromañón (Homo sapiens) como taller para la fabricación de instrumentos de piedra, debido a los miles de restos de herramientas del Paleolítico encontrados.
Gipuzkoa tiene un gran potencial arqueológico en otras áreas como el monte Jaizkibel donde hace poco más de dos años fueron descubiertos los restos óseos enterrados de un varón del final del Mesolítico, de entre 30 y 40 años, que data de 6.300 años antes de Cristo.
Las 28 estaciones megalíticas de la provincia son otros de los atractivos prehistóricos de Gipuzkoa, que cuenta además con una de las mejores colecciones de arte rupestre de Europa en la cueva de Ekain, en Zestoa.
Estas pinturas se han mantenido intactas, desde que fueron realizadas en el periodo Magdaleniense (hace unos 12.000 años) hasta su redescubrimiento en 1969, año en el que la gruta fue cerrada con una verja para no exponer sus tesoros a posibles expolios o a un turismo masificado que podría deteriorar sus magníficas representaciones. Para evitar su degradación las instituciones vascas, en colaboración con Aranzadi, han creado una réplica exacta de la cueva que se prevé inaugurar en 2007 y que permitirá al gran público disfrutar del santuario prehistórico sin dañar las figuras.
Fuente: CARLOS LÓPEZ/ Diario Vasco, 4 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051004/prensa/noticias/Cultura/200510/04/DVA-CUL-263.html
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(4) DEBA / El alcalde afirma que los propios debarras son los más interesados en preservar la cueva de Praile Aitz
Comparte la petición del diputado general González de Txabarri de solicitar al Gobierno Vasco que sea protegida como un Bien Patrimonial único
DEBA. DV. El pasado lunes tuvo lugar la presentación del descubrimiento de una cueva paleolítica en Deba. Un hallazgo de gran importancia porque se considera como uno de los más significativos de Europa de la etapa del Paleolítico Superior. Xabier Peñalver es el director del equipo del departamento de Arqueología de Aranzadi que inició sus excavaciones el año 2000 y en este periodo hasta 2005 la actuación de Arqueología Integral realizada por este grupo ha sido ejemplar. La importancia de este descubrimiento de Fraile Aitz ha sido avalada por personalidades con autoridad científica demostrada en su condición de doctores y catedráticos de Prehistoria de la Universidad Pública; reconocidos expertos a nivel internacional en el análisis y evaluación del arte paleolítico, directores de excavaciones en muy importantes centros del Paleolítico superior europeo, etc. En definitiva, personalidades tales como Ignacio Barandiarán, Gerhardt Bosinki, Soledad Corchón, César González Sáinz y Pilar Utrilla.
La presentación de este descubrimiento en la que participaron el arqueólogo Xabier Peñalver y el diputado general José Juan González de Txabarri entre otros, estuvo acompañada de una serie de declaraciones en las que el propio diputado general pedía al Gobierno Vasco la protección de la cueva como bien patrimonial único. Desde el Ayuntamiento de Deba, también el alcalde ha querido dar su punto de vista ante la presentación de esta realidad tan importante para el municipio.
Según el alcalde, Jesús Mari Agirrezabala, y suscribiendo las declaraciones del diputado general, no debe existir más alternativa que su protección como bien patrimonial único. «Es más -continúa el alcalde- la apuesta inicial era salvar la cueva pero no nos podemos quedar ahí. No podemos olvidar que en la desembocadura del río Deba se encuentran otra serie de cuevas del Paleolítico tales como Langatxo, Urtiaga, Ermitia, etc. que conforman un Patrimonio Histórico de Deba y que además de ser los debarras los más interesados en preservarlo, requerimos a la Administración para que este conjunto de cavidades se pongan en valor, al igual que se hizo con Ekain, pero en esta ocasión favoreciendo a Deba».
Continúo diciendo el alcalde, que desde el año 2000 hasta estas fechas ha existido una relación directa con este arqueólogo además de colaboración económica municipal. «He tenido información continua de los resultados de las excavaciones y hemos querido mantener esta situación con la máxima discreción a lo largo de este tiempo. No tengo más que felicitarle por el gran trabajo realizado».
Fuente: Diario Vasco, 5 de octubre de 2005
Enlace: http://servicios.diariovasco.com/pg051005/prensa/noticias/Comarca/200510/05/DVA-COM-109.html
2 comentarios
PRAILEAITZ BIZIRIK!!! -
PRAILEAITZ DEFENDA DEZAGUN
esteban -