Expertos calculan que 50.000 lugares históricos están expuestos a ladrones en territorio de Israel
Foto: Las innumerables tumbas que existen en Israel son las presas favoritas de los ladrones que buscan reliquias para vender.
La Tercera, sábado 25 de diciembre de 2004
Tierra Santa se convierte en paraíso de saqueadores de tesoros arqueológicos
Las autoridades cuentan con un reducido cuerpo policial especializado que debe hacer frente a numerosas bandas organizadas. Estas atacan cada año unas 300 áreas: una moneda del período Bizantino (VI-VII) puede llegar a comercializarse en US$ 200.000.
Es de noche en Israel y un arqueólogo se desliza sobre su vientre a través de una estrecha grieta, hasta alcanzar una recámara excavada en un templo. La oscuridad lo domina todo y la expectativa de grandes hallazgos domina la imaginación del investigador. Pero al encender su linterna, nota huellas humanas que no son las suyas y la decepción lo abruma: las reliquias y los tesoros ya han sido robados por avezados saqueadores.
Tal es el drama que viven una docena de científicos y policías que buscan resguardar el patrimonio histórico de Tierra Santa. Agrupados en la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, enfrentan una titánica tarea: en ese país hay casi 50.000 sitios arqueológicos expuestos a la acción de los ladrones.
Según los investigadores, los criminales actúan armados con detectores de metal y picotas y cada año atacan efectivamente 300 puntos en Israel y cientos más en Cisjordania, donde no hay policías que prevengan los saqueos. ¿El resultado? Se llevan lo más valioso y, en su apuro por huir, destruyen vasijas y restos humanos de alto valor histórico.
"No es como un bosque que se incendia y es reforestado. Si un sitio con antigüedades es robado, queda destruido para siempre", dice Amir Ganor, director de la unidad antirrobos. Al respecto, Alon Klein -otro policía experto en antigüedades- comenta que los saqueadores se llevan "todo, dejando sólo los esqueletos".
Lucha constante
Los expertos dicen que en tumbas y templos es posible hallar objetos valiosos como lámparas, jarrones con perfume, utensilios y vasijas. Pero los ladrones no dudan en destrozar cráneos cuando hallan monedas, ya que los muertos solían ser enterrados con ellas sobre sus ojos para pagar su paso a través de las puertas del Cielo.
Un ejemplo clásico lo conforman las 6.000 monedas conocidas del período Bar Kochba (135 d.C.), la mayoría de las cuales ha sido descubierta por ladrones de tumbas. De hecho, hasta 1986 la Autoridad de Antigüedades de Israel no había hallado ninguna durante sus propias excavaciones. Monzer, un palestino de 27 años que de día trabaja como joyero y de noche actúa como saqueador, dijo a Reuters que su trabajo es "fácil y entrega buen dinero".
Tal como la mayoría de sus colegas, este sujeto aprendió el oficio de su padre. Es tan exitoso que conduce un lujoso BMW y una sola moneda judía le ha llegado a reportar US$ 20 mil. "En general, buscamos oro, monedas y cerámicas. A veces hallamos esqueletos con brazaletes en las muñecas y rompemos para sacarlos", afirma.
Los objetos suelen ser vendidos en Londres y Nueva York, donde una moneda o una cruz del período Bizantino (VI-VII d.C) puede llegar a valer US$ 200 mil. Pese a las penas de cinco años de cárcel, las autoridades afirman que estas bandas son muy organizadas y pasan semanas acechando sitios y buscando pistas como piedras talladas que sobresalen del terreno.
"De cierta forma, son mejores que los arqueólogos al leer una zona. Saben dónde buscar y cuánto valen las reliquias", dice Ganor. En 2003 la policía israelí hizo 150 arrestos, pero las bandas no les temen ni a los escorpiones de las tumbas. "Basta saber que la gente paga miles de dólares por un trozo de historia", asegura un saqueador.
La Tercera, sábado 25 de diciembre de 2004
Tierra Santa se convierte en paraíso de saqueadores de tesoros arqueológicos
Las autoridades cuentan con un reducido cuerpo policial especializado que debe hacer frente a numerosas bandas organizadas. Estas atacan cada año unas 300 áreas: una moneda del período Bizantino (VI-VII) puede llegar a comercializarse en US$ 200.000.
Es de noche en Israel y un arqueólogo se desliza sobre su vientre a través de una estrecha grieta, hasta alcanzar una recámara excavada en un templo. La oscuridad lo domina todo y la expectativa de grandes hallazgos domina la imaginación del investigador. Pero al encender su linterna, nota huellas humanas que no son las suyas y la decepción lo abruma: las reliquias y los tesoros ya han sido robados por avezados saqueadores.
Tal es el drama que viven una docena de científicos y policías que buscan resguardar el patrimonio histórico de Tierra Santa. Agrupados en la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, enfrentan una titánica tarea: en ese país hay casi 50.000 sitios arqueológicos expuestos a la acción de los ladrones.
Según los investigadores, los criminales actúan armados con detectores de metal y picotas y cada año atacan efectivamente 300 puntos en Israel y cientos más en Cisjordania, donde no hay policías que prevengan los saqueos. ¿El resultado? Se llevan lo más valioso y, en su apuro por huir, destruyen vasijas y restos humanos de alto valor histórico.
"No es como un bosque que se incendia y es reforestado. Si un sitio con antigüedades es robado, queda destruido para siempre", dice Amir Ganor, director de la unidad antirrobos. Al respecto, Alon Klein -otro policía experto en antigüedades- comenta que los saqueadores se llevan "todo, dejando sólo los esqueletos".
Lucha constante
Los expertos dicen que en tumbas y templos es posible hallar objetos valiosos como lámparas, jarrones con perfume, utensilios y vasijas. Pero los ladrones no dudan en destrozar cráneos cuando hallan monedas, ya que los muertos solían ser enterrados con ellas sobre sus ojos para pagar su paso a través de las puertas del Cielo.
Un ejemplo clásico lo conforman las 6.000 monedas conocidas del período Bar Kochba (135 d.C.), la mayoría de las cuales ha sido descubierta por ladrones de tumbas. De hecho, hasta 1986 la Autoridad de Antigüedades de Israel no había hallado ninguna durante sus propias excavaciones. Monzer, un palestino de 27 años que de día trabaja como joyero y de noche actúa como saqueador, dijo a Reuters que su trabajo es "fácil y entrega buen dinero".
Tal como la mayoría de sus colegas, este sujeto aprendió el oficio de su padre. Es tan exitoso que conduce un lujoso BMW y una sola moneda judía le ha llegado a reportar US$ 20 mil. "En general, buscamos oro, monedas y cerámicas. A veces hallamos esqueletos con brazaletes en las muñecas y rompemos para sacarlos", afirma.
Los objetos suelen ser vendidos en Londres y Nueva York, donde una moneda o una cruz del período Bizantino (VI-VII d.C) puede llegar a valer US$ 200 mil. Pese a las penas de cinco años de cárcel, las autoridades afirman que estas bandas son muy organizadas y pasan semanas acechando sitios y buscando pistas como piedras talladas que sobresalen del terreno.
"De cierta forma, son mejores que los arqueólogos al leer una zona. Saben dónde buscar y cuánto valen las reliquias", dice Ganor. En 2003 la policía israelí hizo 150 arrestos, pero las bandas no les temen ni a los escorpiones de las tumbas. "Basta saber que la gente paga miles de dólares por un trozo de historia", asegura un saqueador.
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