A mediados del siglo XVI a.C., momento en que en Egipto empieza el Imperio Nuevo, todas las grandes potencias del Próximo Oriente están ya en contacto entre ellas. En Grecia los aqueos dan vida al mundo micénico, mas al sur, la Creta minoica se encuentra en la época de los grandes palacios, tanto minoicos como micénicos están en contacto permanente con Egipto, algo que demuestran las pinturas minoicas de Avaris, contactos fechados a finales de la época de los hicsos o principios del Imperio Nuevo. Además, estos dos grupos extienden sus relaciones coloniales en dirección a la costa de Siria, donde se establecen solidamente.
En el centro de Anatolia, el reino hitita atraviesa un periodo de grave crisis, al que acaba poniendo remedio Telepinu (1525-1500 a.C.), no obstante el estado hitita tardará aun en rehacerse como una gran potencia, y es precisamente aprovechando este prolongado período de debilidad que surge el reino independiente de Arzawa en la costa meridional anatólica.
La Alta Mesopotamia y Siria son regiones ocupadas en estos años por un gran imperio, Mitanni. Este imperio estaba integrado por un conglomerado étnico compuesto esencialmente de hurritas y semitas, regido por una aristocracia formada por elementos hurritas e indoeuropeos.
Al Suroeste del Imperio Mitannico, en la Baja Mesopotamia, hallamos el reino de Babilonia, en el cual se acaba de establecer la Dinastía Kasita, aunque manifestará poco protagonismo de cara al exterior.
La costa fenicia por ahora escapará al control de Mitanni, así pues, las ciudades fenicias se convierten en importantes y cosmopolitas focos económicos y culturales.
En Egipto, el Imperio Nuevo empieza convencionalmente con el reinado de Amosis (1552-1527 a.C.), fundador de la Dinastía XVIII, hermano y sucesor de Kamose, ultimo rey de la Dinastía XVII. Tras la expulsión de los hicsos de Egipto y la destrucción de su poder en Palestina, momento en que puede considerarse que empieza propiamente el Imperio Nuevo, de modo que una vez expulsados los hicsos, Amosis pudo reorganizar rápidamente Egipto. En política exterior, la caída del imperio hicso había provocado un vacío de poder en Palestina que habría a Egipto las puertas de Asia. El expansionismo en Asia favoreció claramente la actividad comercial, beneficiosa sobre todo para las ciudades del Delta, es pues, muy probable que éstas, a cambio de estos beneficios, diesen a su vez a la monarquía los medios que necesitaba para desarrollar su incipiente política imperialista. Los puntales al servicio de la política de la monarquía eran la administración y el ejercito, además de la alianza o apoyo interesado de las ciudades del Delta.
Cuando Horemheb, sin descendencia masculina, dejó el trono al general Parameses, éste era ya un hombre de avanzada edad. De modo que, tras adoptar el nombre de Ramses I, fundando la Dinastía XIX, asoció inmediatamente al trono a su hijo Seti I para consolidar mejor la nueva dinastía. Esta nueva Dinastía, de militares, era originaria del Delta oriental y mas concretamente de Avaris, donde desde tiempos de los hicsos era adorado el dios Set. Los reyes de la Dinastía XIX, igual que Horemheb, comprendieron la amenaza que era para la monarquía representaban los sacerdotes de Amón. Por ello, continuando la política de su predecesor potenciaron extraordinariamente el ejército, que constituia la base de su poder, así como el culto a los demás dioses, especialmente el de Ra, pero también el de Osiris, Horus e incluso el de Set, considerado junto con Horus el dios de las armas, del ejercito y de la guerra.
Por otro lado trasladaron su residencia a PI-Ramses, ciudad de nueva planta cercana a Avaris, desde donde podían hacerse cargo de la dirección de las campañas militares en Asia, manteniéndose al mismo tiempo alejados del clero de Amón, convertido en dueño absoluto de Tebas. La política exterior egipcia se benefició especialmente de las dificultades experimentadas tras la muerte de Shuppiluliuma. : Sublevaciones en todos los frentes sofocadas con dificultad por Mursil II; la peste; aparición de una nueva potencia, la monarquía aquea con capital en Micenas, y la creciente amenaza asiria. En Siria y Palestina los hititas intentaron no intervenir directamente, debido a sus múltiples dificultades, limitándose a intentar promover bajo mano sublevaciones antiegipcias, pero esta misma táctica fue utilizada con mayor éxito por los egipcios, quienes lograron provocar una sublevación anti-hitita en Siria. Pero la pasividad hitita en el frente egipcio seguía siendo notable, de modo que fue aprovechada por Seti I para sorprender al ejercito hitita y apoderarse de Kadesh. Poco le duraron a Seti I estas conquistas, cuando se retiró estallaron nuevas revueltas y los egipcios perdieron nuevamente Kadesh y Amurru.
Seti I fue también un gran constructor, destacando sus trabajos en el templo de Amón de Karnak y , sobre todo, el templo que hizo construir a Osiris en Abidos, principal lugar de culto de la divinidad en el Alto Egipto. Seti I con esto pretendía reivindicar su legitimidad dinastica, afianzando así las bases teóricas de su poder frente al clero amoniano. A su muerte se hizo enterrar en un hipogeo del Valle de los Reyes.
Fuente: JOSE RAFAEL MARTINEZ ALPUENTE y JOSE LUIS GUILLEM ALEGRE
1.- Avaris
Fue la capital de las dinastías hicsas en Egipto, era el centro de los reyes hicsos de segundo periodo intermedio de Egipto. Se piensa que estaba localizada en Tell el-Daba, en la región nordeste del Delta del Nilo.
La ciudad se construyó sobre las ruinas de un poblado del Imperio Medio que había sido tomado por los hicsos. Después de esta captura, los hicsos fortificaron adecuadamente la ciudad y gobernaron el país utilizando tecnología nunca antes vista por los antiguos egipcios, concretamente caballos y carruajes.
El territorio de Tell el-Daba, cubría un área de cerca de dos kilómetros cuadrados. Ahora está en ruinas, pero las excavaciones muestran que fue un dinámico centro de comercio. El descubrimiento de un templo erigido en el período de los hicsos han proporcionado objetos procedentes de todas las zonas del mar Egeo. Este templo tiene aún pinturas murales de tipo minoico que pueden ser anteriores a las que se encontraron en el palacio de Cnosos en Creta. Ha sido excavada una gran tumba de ladrillo, al oeste del templo, en donde se han encontrado objetos tales como espadas de cobre. También han sido desenterrados objetos que evidencian contactos con las primeras civilizaciones mediterráneas.
Hacia el final de la decimoséptima dinastía, Ahmose I, el fundador de la decimoctava dinastía, capturó Avaris poco antes de que los hicsos fueran expulsados definitivamente de Egipto. Durante la dinastía decimoctava erigió un palacio, construido en parte con ladrillos de la ciudadela de los Hicsos que parece haber sido usado como residencia real. El área del palacio se utilizó hasta el reinado de Amenhotep III, y posiblemente hasta la época de Ramsés II.
La ciudad parece haber sido abandonada después la expulsión de los hicsos, aunque pudo haber sido repoblada durante la decimonovena dinastía, y en ese momento haber tomado el nombre de Pi-Ramsés.
2.- Pi-Ramsés
Durante la decimonovena dinastía de Egipto Avaris recobró su gloria pasada cuando el faraón Ramsés II fundó su nueva capital en el viejo lugar. La ciudad se llamó Pi-Ramsés Aa-najtu, significando "la Casa/Dominio de Ramsés, Grande en Victorias".
La decisión de transferir su gobierno y residencia desde Tebas al extremo norte puede haber sido motivado por razones geopolíticas. Los estados vasallos orientales de los egipcios quedan situados mucho más cerca así como la frontera del imperio con la hostil Palestina. Los diplomáticos y la información llegarían más rápidamente al faraón. El cuerpo principal del ejército fue acuartelado también en la ciudad y podría ser movilizado velozmente.
Pi-Ramsés prosperó durante un siglo y se escribieron poemas a cerca de su esplendor. El decaimiento de la influencia egipcia en el exterior, en la vigésima dinastía de Egipto, hizo a la ciudad menos significativa. Cuándo la vigésimo primera dinastía de Egipto estableció su capital del Bajo Egipto en otro lugar, en Tanis, al noroeste de Pi-Ramsés, la ciudad declinó.
Las cambiantes vías navegables del delta de Nilo pueden haber hecho también la zona menos accesible para el transporte fluvial. Los faraones de la vigésimo primera dinastía de Egipto trasladaron muchos de los viejos monumentos, como estatuas, obeliscos, estelas y esfinges, de Pi-Ramsés a Tanis.
La ausencia de monumentos en Pi-Ramsés desorientó a los primeros arqueólogos e identificaron a Tanis como el lugar de Pi-Ramsés. Sin embargo, las recientes excavaciones en Tell el-Daba y Qantir ha identificado el verdadero enclave de los hicsos, la principal Avaris, y la importante Pi-Ramsés ramésida. En décadas recientes, el lugar ha sido excavado por un equipo austriaco de arqueólogos dirigido por Manfred Bietak.
Entre los descubrimientos se incluyen los cimientos de edificios tales como palacios, templos, arsenales, almacenes y tumbas. La extensión de Pi-Ramsés sobre un amplia área de cerca de diez kilómetros cuadrados la hace una de las más grandes ciudades del Antiguo Egipto.
Fuente: Wikipedia.org
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3.- Malqata
Los monarcas anteriores se habían establecido en la capital tradicional, Menfis, y por norma general solo se habían trasladado a Tebas con motivo de festividades religiosas, fijando durante ese tiempo su corte en los edificios anexos al templo de Karkak. Pero Amenhotep, sobre el año 29 de su reinado se traslada de forma permanente con su corte a Tebas, a un palacio que recibió el nombre de "Casa de Nebmaatra esplendor de Atón", el cual conocemos bajo el nombre árabe de el-Malqata, que puede traducirse como "el lugar donde se recogen cosas"reflejo de el tiempo que estuvo sin excavar, cubierto de fayenza azul brillante, cerámica pintada y otros artefactos.
Situado frente a su propio templo en Luxor, se extendía a lo largo de casi tres hectáreas y media. Sus principales zonas, giraban en torno de las habitaciones del propio soberano en el ala sudoriental. Contaba con salas de audiencias, despachos, gran salón de fiestas, almacenes, templo del dios Amón y un pabellón para la caza real. Al sur, la reina Tiye, tenía su complejo palacial independiente, en el norte, se encontraba el de la hija mayor de la pareja, la princesa Sitamón, junto a los aposentos del resto de la familia real, cientos de mujeres pertenecientes a la corte, y los séquitos de servidores y criados. Malqata, contaba además con grandes villas donde residían los altos dignatarios del faraón, edificios administrativos y taller de obreros.
Frente al palacio, se encontraba un enorme puerto con más de dos kilómetros de anchura, que unía la residencia real con el Nilo. El complejo palacial estaba construido en su mayor parte con adobe, los ladrillos ostentaban un estampado con los nombres del monarca. Los muros, cubiertos de estuco y el exterior pintado de blanco para refractar el calor, marcos de puertas y ventanas en madera o piedra.
Los interiores estaban pintados de vivos colores, azulejos de cerámica vidriada y brillantes incrustaciones. Las habitaciones privadas de las mujeres de la familia real, estaban decoradas con escenas de terneros y pájaros con pavimentos decorados con peces y aves silvestres, recordando las orillas del Nilo. En la gran sala de audiencias, de casi treinta metros de largo sus elevados techos estaban pintados con repetitivas imágenes de la diosa buitre Nejbet, protectora de la realeza, columnas decoradas con flores de loto de madera, y paredes adornadas con las figuras del soberano y su reina. El salón del trono, se encontraba en el extremo superior de la sala, su pavimento estaba pintado con las figuras de los enemigos de Egipto.
En el corazón del palacio se hallaba el dormitorio real con el techo decorado con sus nombres y títulos entre las alas de Nejbet, protegiendo el sueño real, El signo Ankh, y el dios Bes, decoraban sus paredes. El nivel del lujo existente en el palacio, se refleja en la presencia de numerosos baños, así como de jardines cercados de muros con estanques.
El palacio de Malqata fue descubierto por casualidad por Georges Daressy en la primavera de 1888. Hoy en día pueden distinguirse las ruinas de cinco áreas principales: apartamentos del rey, con salas de festivales asociadas, apartamentos de la reina; apartamentos para los cortesanos; una capilla dedicada al dios Amón; y un barrio de artesanos.
Fuente: Antiguo Egipto
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Los palacios minoicos
El rasgo que más sorprende de la civilización minoica es, sin embargo, el modo de asentamiento de la población en torno a un edificio central: el palacio, un complejo civil al servicio de la ciudad.
Desde que Evans en la frontera entre el siglo XIX y XX descubriera las ruinas del palacio de Cnosos, el mayor de los palacios encontrados, hasta nuestros días el hallazgo, desenterramiento y estudios de poblaciones con palacios se ha visto aumentado en grado sumo; se han encontrados palacios de los que ni siquiera se conoce el nombre, pues en época clásica no existían tales asentamientos y no se tenía consciencia y recuerdo de los mismos, de ahí que hayan recibido nombres actuales; sus nombres son: Cnosos, Zakro, Malia, Festo, Canea o Kania, Hagia Tríada, Gurniá, y poblamientos de Tilisos, Kamilari, Mirtos y Palakaistro.
Todos los palacios se caracterizan por unas peculiaridades que no se encuentran en ninguna otra civilización del mundo y dicen mucho en favor del grado de civilización de los minoicos: Colocación y extensión del palacio orgánicamente a partir de un área central abierta, un patio, como continuación de la forma colectiva de la organización social neolítica; frente a otras culturas no es un templo o lugar sagrado el centro del palacio ni del poblado, sino que el templo del palacio, aparte de ser pequeñas dependencias-santuarios, ocupan un lugar marginal dentro del palacio y reproducen y recuerdan cavernas; esto concuerda con el hecho de que los ritos se celebraran en cuevas y es posible que con procesiones; los palacios que cuentan con dos y, a veces, tres pisos presentan generalmente un gran número de habitaciones y dependencias de la planta baja a talleres y a almacenes para el grano, el aceite, el vino, etc...
Dotaban al palacio de un aspecto de grandeza mediante tres efectos de ornato: frescos recubriendo las paredes interiores de las dependencias más importantes (casi siempre motivos naturales marinos, o pugilatos o escenas de toros; escalinatas y revestir los palacios con piedras centelleantes cortadas en losas con escoplos y sierras consiguiendo un magnifico efecto con poco material (sólo los romanos en la Antigüedad consiguieron algo similar al revestir con losas de mármol los edificios más importantes de Roma, como el Coliseo); finalmente también dotaban a las columnas cierta fascinación con su forma ovalada y la policromía del palacio; al mismo tiempo dotaban al palacio de un aire de ligereza mediante la utilización de grandes tragaluces para iluminar las habitaciones; mamparas plegables y correderas de madera y pilares-columnas en vez de tabiques para separar determinadas dependencias; umbrales en las antesalas; varios patios en el palacio, de los que el central solía estar empedrado; higiene de los palacios mediante un sistema de eliminación de residuos mediante un alcantarillado, un sistema de drenaje y otro de ventilación para las habitaciones gracias a grandes ventanales y tragaluces; por último la sensación que da todo palacio minoico es la de un laberinto y no es de extrañar; los pasillos que conducen a las dependecias reales y principales tienen forma de de zigzag.
Las escalinatas no son rectas, sino que frecuentemente son en forma de curva con lo que el visitante era conducido a sus dependencia y a las dependencia reales por un camino indirecto dando un rodeo; al mismo tiempo las dependencia de palacio y las casa de la ciudad se aglomeran y agolpan al modo neolítico, recordando en muchos casos los callejones y callejuelas de los poblados árabes; posteriormente la idea de laberinto se convirtió en la de trampa desconcertante, si bien en un origen no lo era. La idea de construcción de palacios y asentamientos viene dada por una aversión a la simetría en las fachadas y trazados de los edificios.
Laberinto con todo en una denominación de origen indoeuropeo que no se sabe si se aplicaba al conjunto del palacio o a una sala donde al parecer se danzaba una compleja danza (llamada del laberinto), parte del ritual de la Gran Diosa Madre entre la luz y las tinieblas (vida y muerte), cuyos pasos estarían dibujados en el suelo marcando la dirección del baile. Indicar que la noción de laberinto y el minotauro parece aplicarse en la Antigüedad sólo al palacio de Minos en Cnosos.
No obstante no todos los palacios pertenecen al mismo período y algunos de ellos fueron reconstruídos dos o tres veces durante el II milenio debido a las catástrofes naturales (terremotos, maremotos y la acción conjunta de ambos como consecencia del estallido del volcán de la isla de Tera hacia el 1500-1400) La erupción del volcán de Tera se ha fechado c. 1628 a.C. El volumen del material desplazado por la erupción se ha calculado en 80 km³. Algunos lugares fueron sepulados en hasta 60 m de ceniza.
Es posible que la leyenda de la Atlántida se refiera a la destrucción de la civilización minóica. Por el tamaño del palacio y del asentamiento, Cnosos debía ser la "capital" del mundo minoico y las demás poblaciones con palacios eran ciudades de segundo orden con unos gobernantes o príncipes posiblemente subordinados al poder del gobernante de Cnosos que también eran, como aquél, jueces y sacerdotes, juntamente con el mantenimiento del monopolio de la metalurgia de los poblamientos al tener los talleres en el propio palacio. Es muy probable que además existieran diseminados por las llanuras de Creta una serie de terratenientes semiindependientes.
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Minoicos en Egipto
El término de civilización "minoica" se lo debemos a los trabajos de Sir Arthur Evans en la ciudad-palacio de Cnossos en Creta. Este hombre descubrió allí los restos de una civilización pre-helenística anterior a la de Micenas. El palacio de Cnossos le recordó al mítico Laberinto donde el rey Minos encerró al Minotauro. A esto también contribuyeron la imágenes de jóvenes saltando sobre el lomo de un toro (la Taurokatapsia) que se encontraban en el patio central y el ala este del palacio. Ahora vamos con los parecidos:
- En primer lugar, la Taurokatapsia, sobre la cual se cree que acababa con el sacrificio del toro en alguna clase de rito recuerda a cuando Platón dice esto de los atlantes:
"Rogaban a Posidón que tomara la ofrenda sacrificial que le agradara de entre los toros sueltos en su templo y ellos, que eran sólo diez lo cazaban sin hierro, con maderas y redes. Al que atrapaban lo conducían hacia la columna y lo degollaban encima de ella haciendo votos por las leyes escritas.".
- Platón también dice en referencia a cuando Poseidón creó los anillos de tierra y mar para que la isla fuese inaccesible que aún no existía la navegación. Pues bien, Tucídides, un historiador griego, comenta esto:
"Según la tradición, Minos fue la primera persona que organizó una flota".
En referencia a que Creta era un lugar con poderío marítimo.
- Con respecto a las fuentes de agua caliente y fría que tenía el palacio de Atlante, en el palacio de Cnossos también contaban con este sistema.
- Y como no, está el tema del fin de la civilización minoica con la erupción de un volcán en la vecina isla de Thera (actual Santorini) en el s. XVII a.C., que afectó también a Creta debido a que la erupción creó maremotos y terremotos que destruyeron los palacios minoicos (en la actualidad, casi todo lo que está en pie del palacio de Cnossos es porque fue parcialmente restaurado).
- También nos habla Platón de que la influencia de la Atlántida se extendía hasta otros lugares como Egipto. Pues bien, los hiksos, que invadieron Egipto a través de la inmigración (y que nadie haga comparaciones ) y no mediante un ejército invasor como se creyó durante mucho tiempo, llegaron a gobernar el país y crearon su capital, Avaris, en el Delta del Nilo.
En esta ciudad han encontrado ni más ni menos que pinturas minoicas, incluidas las del salto del toro o Taurokatapsia. Y Egipto no es el único lugar donde han aparecido pinturas minoicas fuera de su ámbito cultural. Otros lugares son el palacio de Qatna (en el alto valle de Orontes), Kabri (en Galilea) y el palacio de Alalaj (en el bajo valle de Orontes).
Fuente: Sekmet