Valencia. Nuevos datos del Santo Cáliz de la Catedral
El Santo Cáliz es uno de los objetos que mayor atracción puede despertar en la ciudad de Valencia. Es por ello que es necesario revisar algunas afirmaciones que sobre el mismo se realizan. En este sentido debo indicar que recientemente defendí mi tesis doctoral, bajo la dirección del profesor Dr. Amadeo Serra Desfilis, sobre las reliquias de las capillas reales en la Corona de Aragón y el Santo Cáliz de Valencia, en la que se aportaban nuevos datos encontrados en distintos archivos y en la que se trazaba una historia cronológica de la pieza.
Con voluntad de rigor histórico gracias a una beca otorgada por la Cofradía y la Hermandad del Santo Cáliz se ha investigado la pieza, huyendo de los lugares comunes y leyendas machaconamente repetidas. De esta manera, se ha podido justificar su llegada a la Península Ibérica, así como descubrir el porqué dicho cáliz se encuentra hoy en día en nuestra Catedral. Según nuestra hipótesis, la llegada a la Península Ibérica está en un contexto claro y objetivo y su inclusión dentro de los tesoros reales responde a una voluntad monárquica intencionada. La aparición del Santo Cáliz se encuentra vinculada al hallazgo de otras reliquias desde el siglo IX hasta el XII, como las de la catedral de Oviedo, San Isidoro de León o Santiago de Compostela. Por tanto, el descubrimiento del Santo Cáliz en el monasterio de San Juan de la Peña no fue un hecho aislado, sino que pertenece a un momento en el que la aparición de reliquias era algo habitual en la Península en época de Reconquista. Las reliquias fueron utilizadas como elemento de influencia ideológica de reyes y autoridades religiosas, además de un testimonio claro de fervor popular. Reforzar la fe de los nuevos cristianos frente al dominio musulmán y reforzar el carácter divino con el que se presentaban los monarcas o utilizarlas con fines económicos, en peregrinaciones especialmente aquellas que se incluían dentro del trazado del Camino de Santiago en sus distintas variantes y depósitos en la obtención de préstamos fue otras de las características de las reliquias en la época medieval.
Sabemos que la pieza, por sus características, es de época de Jesucristo, según el análisis arqueológico de Antonio Beltrán dato que refuerza su autenticidad frente a otros supuestos cálices, pero no hemos obtenido constatación documental del mismo hasta 1399, con un texto originario del propio monasterio de San Juan de la Peña, aunque hay algunos otros previos; uno de 1134 en el que se le describe como el de la Última Cena (manuscrito desaparecido), y un segundo, de 1135, en el que únicamente se describe como cáliz, sin ninguna referencia a que sea el mismo de la Última Cena. La aparición en el monasterio de San Juan de la Peña no es casual, debido a la voluntad de afianzar los movimientos cristianos frente a la España musulmana. Al mismo tiempo se popularizan las gestas y leyendas artúricas que los españoles desean hacer suyas afirmando que el Santo Grial es el cáliz de San Juan de la Peña. En el documento de 1399 se aportan datos interesantes de quién trajo la reliquia y adónde se envió. En este documento de donación del cáliz de los monjes de San Juan de la Peña al rey Martín el Humano se habla de una carta escrita por San Lorenzo que acompañaba la reliquia y en la que se explicaba que el santo traía la reliquia a España porque era donde él había nacido. Este aspecto nos sirve para comprobar la justificación del traslado de la reliquia en la época desde Roma a la Península acogiéndose a las excepciones descritas en el siglo IV en el Código de Teodosio que permitía su movimiento siempre que se produjese si este era el lugar de origen de un santo y explicaría el porqué una pieza tan singular se encontraba en un monasterio hispano. Con la donación del cáliz al rey Martín el Humano en 1399 la reliquia pasó a formar parte de su amplia colección. Por la documentación existente en el Archivo de la Corona de Aragón sabemos que en 1410 fue trasladada desde Zaragoza, probablemente por el mismo rey, a Barcelona, y a su muerte en este mismo año, se la quedó su viuda, Margarita de Prades, que se apropió de gran número de reliquias entre las que se encontraba el Santo Cáliz, lo que le involucró en un pleito con los celestinos, orden que gestionaba la capilla donde se guardaban y de donde habían sido extraídas proceso judicial ampliamente documentado en el Archivo de la Corona de Aragón. Pese a la implicación de Fernando de Antequera en este asunto no se consiguió nada hasta que Alfonso el Magnánimo negoció con Margarita que las reliquias volviesen a ser propiedad de los reyes de la Corona de Aragón. Estuvieron en Barcelona hasta 1432, que se trasladaron a Valencia, según un documento del Archivo del Reino de Valencia, donde fueron conservadas en el Palacio del Real hasta su depósito como garantía a la Catedral de Valencia en 1437 llevado a cabo por Alfonso el Magnánimo para poder financiar su política expansionista por el Mediterráneo.
Fuente: CATALINA MARTÍN LLORIS / Las Provincias Digital, 5 de septiembre de 2005
Enlace: http://www.lasprovincias.es/valencia/pg050905/prensa/noticias/Opinion/200509/05/VAL-OPI-079.html
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El Santo Cáliz que se conserva en la Catedral de Valencia se compone, en realidad, de tres partes distintas.
1.- La Copa de la Parte Superior. Esta copa superior sería la utilizada por Jesús como Cáliz en la Última Cena. Se trata de una copa de piedra ágata cornalina oriental, semiesférica, de 9'5 centímetros de diámetro medio en la boca, 5'5 centímetros de profundidad por el interior y 7 centímetros de altura desde la base al borde; toda ella lisa, al interior y al exterior, sin ningún adorno, excepción hecha de una simple línea incisa, de corte redondeado, muy regular, que corre paralela al borde y a escasa distancia de él.
2.- La Parte Central. Se trata de la vara con su nudo, de 7 centímetros de largo, que sirve como elemento de unión entre la copa y el pie, con añadidura de las asas y de una guarnición de oro purísimo, finamente burilado, que soporta el engaste en el pie de perlas y piedras. Se trata, claramente, de un añadido en relación con la copa original.
3.- La Parte Inferior. Está formada por un vaso ovalado e invertido, del mismo color y parecido material que la copa. Los ejes de la base miden 14'5 centímetros. el eje mayor y 9'7 centímetros el eje central menor, y un pie casi rectangular con los lados cortos redondeados, rehundidos en el interior, con 4 y 3 centímetros de eje mayor y menor respectivamente, y una altura de 5 milímetros. Todo él lleva una guarnición de oro puro, sobre el cual van montadas 27 perlas, dos rubíes y dos esmeraldas de gran valor.
El Santo Cáliz fue examinado detalladamente en 1960 por el Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Don Antonio Beltrán, el cual, en su libro El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia (Valencia 1960), llegó a las siguientes conclusiones:
- Que el Cáliz resulta estar compuesto de tres partes, de las cuales dos gozaron de autonomía y en un momento determinado fueron unidas entre sí por la tercera. Es decir, los dos vasos unidos por el nudo. La única parte que sigue cumpliendo su primitivo papel es la copa, mientras que el actual pie fue un día pieza estimadísima, como lo demuestra el filete de oro que lo bordea. La orfebrería, aparte del valor funcional de servir de unión de copa y pie, sirvió para alhajar la sencilla copa y como muestra del aprecio en que se le tenía.
- Que la copa superior se remonta a la época comprendida entre el siglo I antes de Cristo y el I de nuestra Era, y fue labrada en un taller oriental de Egipto, de Siria o de la propia Palestina, por lo que bien pudo estar en la mesa de la Santa Cena y pudo ser el que Jesucristo utilizó para beber, para consagrar o para ambas cosas. Para efectuar esta datación el profesor Beltrán lo comparó con otros cálices de piedra pulida, provenientes de Palestina y fechados en el siglo I a.C., que se conservan en el Bristish Museum de Londres.
- Que el pie es un vaso egipcio o califal del siglo X u XI, añadido a la copa hacia el siglo XIV.
- Que las perlas y piedras preciosas que lo ornamentan son posteriores y pudieron ser sobrepuestas cuando el Santo Cáliz era venerado en San Juan de la Peña.
Las conclusiones del profesor Beltrán han sido apoyadas ahora por la investigadora norteamericana Janice Bennet, que ha publicado en el año 2002 un libro en inglés dedicado al Santo Cáliz de Valencia. Esta obra incorpora un análisis comparativo con fotografías del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y de varios vasos de celebraciones palestinas elaborados con piedras semipreciosas, datados en el año 50 antes de Cristo, que se conservan en el British Museum de Londres.
De este modo, y cuanto menos, queda acreditado que la copa conservada en Valencia (la parte superior a la que nos hemos referido), por su antigüedad, sí pudo ser utilizada por Jesús en su Última Cena.
¿Cuál es la historia del Cáliz conservado en la Catedral de Valencia? De ello nos ocupamos en el siguiente apartado.
Historia desde 1437
El 17 de marzo de 1437 el rey Alfonso V de Aragón, llamado el Magnánimo, hizo entrega solemne del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia. De esta donación se conserva el documento público en el que se levantó acta de la misma.
Alfonso el Magnánimo había trasladado su Corte desde Barcelona a Valencia el año 1424, llevando consigo el Santo Cáliz, el cual, antes de la entrega a la Catedral, estuvo depositado en el Palacio Real de Valencia. En el documento de entrega del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia de 18 de marzo de 1437 se hace constar que se hace donación de "el Cáliz en que Jesucristo consagró la Sangre el Jueves de la Cena, hecho con dos asas de oro, cuyo pie, del mismo color que el Cáliz, está guarnecido alrededor de oro con dos rubíes y dos esmeraldas en el pie, y con veintiocho perlas, comparadas al grueso de un guisante, alrededor del pie de dicho Cáliz".
Desde 1437 el Santo Cáliz ha permanecido casi ininterrumpidamente en la catedral valenciana.
El 3 de abril de 1744, día de Viernes Santo, el Santo Cáliz sufrió un pequeño percance. En aquellos tiempos se acostumbraba a utilizar el Santo Cáliz en los Oficios de Jueves y Viernes Santo para colocar en su interior la Sagrada Forma. El Arcediano Mayor y canónigo de la Catedral don Vicente Frígola Brizuela, que actuaba de Preste en los oficios, al ir a sacar la Sagrada Forma del Santo Cáliz, se desprendió de la copa, la cual resbaló y cayó al suelo, sufriendo un pequeño desperfecto. Recogidos inmediatamente y con todo cuidado los fragmentos, fueron colocados en el cofrecillo del Monumento y depositados luego en la Capilla de las Reliquias. Avisado el maestro platero Luis Vicent, acudió éste en la tarde de aquel mismo día con sus hijos, Luis y Juan, procediéndose a la recomposición de la Sagrada Copa, en presencia de varios Canónigos y del notario Juan Claver, levantándose la correspondiente acta de todo ello.
En marzo de 1809, ante el avance de las tropas francesas, y con el fin de salvar la reliquia de la rapiña de Napoleón, el Santo Cáliz fue sacado de Valencia y fue llevado primero a Alicante. De Alicante volvió a Valencia en febrero de 1810, pero en marzo de dicho año hubo de ser trasladado de Valencia a Ibiza, y en febrero de 1812 a Palma de Mallorca. De Palma de Mallorca el Santo Cáliz volvió a la Catedral de Valencia en septiembre de 1813.
En 1916, el entonces Arzobispo de Valencia, Monseñor Valeriano Menéndez Conde, junto con el cabildo de la Catedral, acordó instalar el Santo Grial en la antigua Sala Capitular de la Seo, en lugar del relicario en el que permanecía desde el siglo XV.
El Santo Cáliz tuvo también que abandonar la Catedral en 1936, durante la Guerra Civil española. El 21 de julio de 1936, pocas horas antes de que las hordas revolucionarias saquearan y quemaran la Catedral, el Santo Cáliz fue sacado del templo, envuelto en papel de seda, disimulado con un periódico. El Cáliz fue primero escondido en varios domicilios particulares de Valencia y luego en la población de Carlet, donde permaneció oculto hasta el 30 de marzo de 1939, cuando, finalizada la contienda, pudo volver a la Catedral.
El año 1959, con motivo de la celebración del XVII Centenario del Martirio de San Lorenzo, el Santo Cáliz salió en peregrinación por tierras de Aragón, recorriendo de nuevo el itinerario seguido por la reliquia desde su venida a España.
El año 1982 el Papa Juan Pablo II visitó Valencia y celebró la Santa Misa con el Santo Cáliz. Era la primera vez que el Santo Cáliz era utilizado por un Papa, desde los tiempos de Sixto II.
Sin embargo, ¿qué sabemos sobre la historia del Santo Cáliz de Valencia antes de que Alfonso el Magnánimo lo cediera a la Catedral de Valencia el año 1437? Lo veremos a continuación.
Historia anterior a 1437
Es posible reconstruir la historia del Santo Cáliz de Valencia hasta el día de la Última Cena.
Nadie puede dudar del carácter histórico de la Última Cena, a la cual se refieren los evangelistas y también las cartas de San Pablo. En palabras de la investigadora Janice Bennett, "es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito". Además, es evidente el importante papel que la primera comunidad cristiana otorgó a las palabras pronunciadas por Jesús en esa Cena. Siendo ello así, no nos puede extrañar, sino más bien todo lo contrario, que, después de los acontecimientos ocurridos inmediatamente después de la Cena (crucifixión, sepulcro vacío, apariciones,...), la copa o cáliz utilizado esa noche por Jesús fuera diligentemente conservado por la primera comunidad cristiana.
La profesora Bennet explica del siguiente modo el proceso por el cual el Santo Cáliz pasó de Jerusalén a Roma:
"Muchos estudiosos creen que el Cenáculo --la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena--, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma.
San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.
La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258".
En todo caso, la tradición nos indica que el Santo Cáliz fue conservado y llevado luego a Roma, donde sería utilizado por los primeros Papas. El profesor Antuñano ha señalado que existen indicios de que el verdadero Cáliz fue utilizado por los primeros Papas en la celebración de sus misas solemnes. Según este autor, el canon litúrgico romano de los primeros Papas, en el momento de la consagración, decía textualmente "...tomando este glorioso cáliz...", con lo que se hacía específica referencia a que en la consagración se estaba utilizando precisamente el mismo cáliz empleado por Jesús en la Última Cena.
Nos situaríamos así en el año 258, en el que era Papa Sixto II. Se desató entonces una persecución contra los cristianos, promovida por el emperador Valeriano. Con el fin de impedir que el Santo Cáliz sufriera algún daño, el Papa Sixto II lo entregó en custodia a uno de los diáconos de Roma, llamado Lorenzo, cuyos padres residían en Huesca.
El Papa Sixto II San Lorenzo
Tanto Sixto II como el que luego se convertiría en San Lorenzo murieron como mártires en las persecuciones de Valeriano. Pero, poco antes, San Lorenzo pudo enviar el Santo Cáliz a sus padres Orencio y Paciencia, en España.
El Santo Cáliz permanecería escondido en Huesca hasta el año 711, se supone que guardado en la Iglesia del Santo Pedro el Viejo de dicha localidad.
El año 711 comenzó la invasión árabe de España. Con el fin de proteger el Santo Cáliz, el obispo de Huesca, llamado Acilso, abandonó su ciudad junto con el Cáliz y otras reliquias. La antigua sede episcopal de Huesca iniciaría así un largo período itinerante, en el que sucesivamente iría cambiando su emplazamiento. Cada cambio de sede episcopal suponía al mismo tiempo el traslado de la ubicación del Santo Cáliz, que era la reliquia más valiosa que se llevó consigo el Obispo Acilso en su huía de Huesca.. Así, , el Santo Cáliz iría recorriendo un largo itinerario, pasando por las sucesivas sedes episcopales del antiguo Obispado de Huesca. Así, el Santo Cáliz pasaría por los siguientes lugares:
-En un primer momento, parece ser que se buscó refugio en la Cueva de Yebra, en el Pirineo aragonés. De hecho, en la iglesia parroquial de Yebra se conservan algunas reliquias que podrían dar testimonio de que allí estuvo durante unos años la sede episcopal.
-Algo más tarde el Santo Cáliz se localizaría en el Monasterio de San Pedro de Siresa, en el municipio de Hecho. En este sentido, se conserva una Carta de San Eulogio de Córdoba que menciona a Ferríolo, "Obispo de San Pedro de Siresa", que gobernó la Iglesia aragonesa los años 815-831. En Siresa debió estar la sede episcopal por lo menos durante más de cien años.
-Posteriormente el Santo Cáliz se trasladó (al trasladarse también la sede episcopal) a Santa María de Sasabre, en la localidad de San Adrián, cerca de Aisa. Por lo menos hasta siete Obispos están sepultados en esta iglesia.
-En tiempos del Obispo Mancio II (1014-1033) la Sede Episcopal (y con ella el Santo Cáliz) se trasladaron a la Iglesia de la Corte, que se hallaba en el municipio de Bailo. En Bailo el Cáliz debió permanecer del 1014 al 1045.
-Hacia el 1045 la Sede Episcopal se trasladó a Jaca. El Santo Cáliz se ubicaría primero en la Iglesia o Monasterio provisional, desde donde pasaría a la nueva Catedral de Jaca, cuya construcción finalizó alrededor del año 1063.
-Finalmente, alrededor del año 1071 el Santo Cáliz fue llevado desde la Catedral de Jaca hasta el Monasterio de San Juan de la Peña, donde permanecería hasta el año 1399.
Martín el Humano
El año 1399 el rey de Aragón Martín el Humano solicitó de los monjes del monasterio de San Juan de la Peña la entrega del Cáliz, pues deseaba tener la reliquia en su casa en Zaragoza. Se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona (Pergamino nº 136 de la Colección de Martín el Humano) el documento fechado el 26 de septiembre de 1399 de entrega del Santo Cáliz a Martín el Humano. En este documento se hace constar que "... sea a todos de manifiesto que, como el excelentísimo Príncipe y señor D. Martín, por gracia de Dios Reay de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Córcega, y Conde de Barcelona, del Rosellón y de la Ciretánea, haya deseado y procurado, con ahinco, tener en su Capilla Real, aquel Cáliz de piedra en el cual Nuestro Señor Jesucristo, en su Santa Cena, consagró su Preciosa Sangre, y que el bienaventurado Lorenzo, que lo recibió de San Sixto, a la sazón Sumo Pontífice, cuyo discípulo era, y daácono de Santa María in Dominica, envió y dio con una su carta al Monasterio y Convento de San Juan de la Peña, situado en las montañas de Jaca del Reino de Aragón...".
Monasterio de San Juan de la Peña
De este modo, el Santo Cáliz fue llevado desde el Monasterio de San Juan de la Peña (donde había permanecido oculto más de trescientos años) hasta el Oratorio del Real Palacio de la Aljafería de Zaragoza. Más tarde fue trasladado a la Residencia del Rey Martín el Humano en Barcelona. En el Inventario de Bienes hecho en 1410, a la muerte de Martín el Humano, consta que entre los bienes muebles del monarca en Barcelona se halla el "Calix de vincle e calcedonia, lo cual, segons se diu, fo aquell ab que Jhsu Chist consegrà la sua Saneta e precisoa sanch lo dijous sant de la Cena...".
Al morir Martín el Humano le sucedió en el Reino, en virtud del Compromiso de Caspe, su sobrino Don Fernando de Antequera. Y, como ya hemos dicho antes, fue su hijo y sucesor, Alfonso V el Magnánimo, el que hizo llevar el Santo Caliz desde Barcelona a su Palacio Real de Valencia, por el año 1414.
ALGUNAS OBJECIONES
De lo dicho hasta ahora parece deducirse que existen buenos argumentos en favor de la autenticidad del Santo Cáliz de Valencia. Veamos algunas objeciones que podrían formularse a esa afirmación:
-¿No debiera ser la copa utilizada por Jesús de algún material de menos calidad que la piedra ágata, por ejemplo de madera o arcilla?
Puesto que Jesús tenía pocos recursos económicos ¿el hecho de que el Santo Cáliz de Valencia sea una copa de piedra ágata cornalina no es ya una evidencia de que no puede ser la utilizada en la Última Cena?
Sin embargo, el noble material con el que se compuso la copa no es un motivo que descarte su autenticidad. Según señala el evangelio de Marcos (capítulo 14 versículos del 12 al 16) la Última Cena se celebró en "un local grande, en alto, con divanes". De ello se sigue que el dueño de la casa en la que se celebró la Última Cena era propietario de una casa grande, por lo que debía tener suficientes medios económicos como para poseer una vajilla compuesta por copas de ágata. De otro lado, se sabe que los judíos utilizaban este tipo de copas en las celebraciones de la pascua judía. Por lo tanto, es totalmente lógico que ese amigo de Jesús que cedió aquella dependencia de su casa para que se celebrara la Cena les prestara también lo mejor de su vajilla.
En definitiva, el que Jesús utilizara una copa como la del Santo Cáliz de Valencia es coherente con el ambiente en el que se celebró la Última Cena según los evangelios. No lo sería tanto, en cambio, el que se hubiera utilizado una vajilla cualquiera. La costumbre judía de aquel entonces es idéntica a la que nosotros tenemos en la cena de Navidad, en la que usamos nuestra mejor vajilla.
-¿Pero, no existen otras muchas Iglesias que también conservan el verdadero Cáliz de la Última Cena? ¿Por qué el de Valencia ha de ser especial?
Sólo el Santo Cáliz de Valencia ha superado satisfactoriamente el examen verificado por los especialistas. Sobre ello, podemos reproducir las palabras de la investigadora Janice Bennett en su entrevista a la revista Zenit en noviembre de 2004:
"Mucha gente cree que hay cientos de posibilidades sobre el auténtico Santo Grial, según el viejo dicho de que si se reunieran todos los pedazos de la Verdadera Cruz extendidos por el mundo, habría madera suficiente para una docena de cruces. No es éste el caso.
Es verdad que en el siglo XVI había unas 20 copas que reivindicaban el honor de ser la auténtica usada por Jesús en la Ultima Cena. Pero hoy ninguna de ellas es considerada auténtica, con la excepción del Santo Cáliz de Valencia y la copa de plata de Antioquía.
La copa de plata de Antioquía tiene una capacidad de dos litros y es demasiado grande para poder pasar de mano en mano, en torno a la mesa de la Ultima Cena durante la comunión eucarística. Lo interesante, sin embargo, es el hecho de que san Jerónimo mencionara que había dos copas sobre la mesa de la Ultima Cena, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía.
Sólo el Santo Cáliz de Valencia, con la parte superior de piedra de ágata, responde a la descripción de san Jerónimo acerca de la copa usada por Cristo en la consagración. Cuando se examina su tradición e historia en detalle, es completamente evidente que todo concuerda. No creo que alguien pueda desautorizar la teoría de que el Santo Grial es en efecto el Santo Cáliz de Valencia, España".
-Pero, ¿en realidad el Santo Grial no es otra cosa? ¿No está relacionado con la sangre de Cristo, con María Magdalena y una posible familia de sangre real?
Esto es un auténtico disparate, que no se sostiene en documento histórico alguno y que no es tomado en serio por ningún especialista medianamente solvente.
El gran éxito editorial que ha supuesto la novela "El Código Da Vinci" ha difundido por todo el mundo una disparatada fábula según la cual el Santo Grial no sería sino la forma de denominar a los hijos que Jesús habría tenido con María Magdalena, que de repente se convierte en esposa de Cristo. Se trata de un disparate que no tiene respaldo en ningún texto antiguo, ni siquiera en los llamados evangelios apócrifos.
La citada novela (así como también otros libros sensacionalistas) pretende fundamentar semejante dislate en el evangelio apócrifo de Felipe. El evangelio apócrifo de Felipe forma parte de la colección de códices escritos en lengua copta y pertenecientes al siglo IV que se encontraron en 1945 en el pueblo de Nag Hammadi. Este texto, según opinión unánime de los especialistas (tanto católicos, como protestantes y agnósticos), no es una fuente histórica que nos proporcione información sobre el Jesús histórico. Además, del texto del citado evangelio apócrifo tampoco se deduce lo que se afirma en la citada novela. Para demostrarlo basta con leer el texto del evangelio apócrifo de Felipe, lo que puede hacerse en la siguiente dirección de internet:
http://escrituras.tripod.com/Textos/EvFelipe.htm
Sobre los innumerables disparates históricos que contiene la novela "Código Da Vinci" puede consultarse el artículo "La estafa del Código Da Vinci: un best-seller mentiroso", escrito por Pablo J. Ginés Rodríguez, que puede leerse en las siguientes direcciones de internet:
http://www.mercaba.org/FICHAS/Persecucion/codigo_da_vinci.htm
http://www.e-cristians.net/listados/marcos.asp?ide=5513&cat=hecho&lan=esp
Información adicional sobre los disparates históricos del "Código Da Vinci" se puede encontrar en las siguientes direcciones de internet:
http://www.probe.org/espanol/davinci-esp.html
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=16398
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=14688
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=17170
Sobre los errores del Código Da Vinci ha de recomendarse también la lectura del libro "Descodificando a Da Vinci", de Amy Belborn.
En definitiva, no existen objeciones serias contra la historicidad del Santo Cáliz de Valencia.
CONCLUSIÓN
Como hemos visto, existen buenas razones para afirmar que el Santo Cáliz de Valencia se corresponde verdaderamente con el Cáliz utilizado por Cristo en la Última Cena.
Sobre el significado de este Santo Cáliz para los católicos, podemos reproducir las palabras utilizadas por la investigadora Janice Bennet en unas declaraciones realizadas a la agencia de prensa católica Zenit el 24 de noviembre de 2004:
" El Santo Grial debería interesar a los cristianos de hoy por la misma razón de que siempre ha sido venerado, a través de los siglos, como la copa usada por Cristo para instituir la Eucaristía.
Es muy apropiado que este último «descubrimiento» sobre el Santo Grial coincida con el Año de la Eucaristía, que fue proclamado por el Papa Juan Pablo II, en la fiesta de Corpus Christi en junio y empezó en octubre. En la celebración de este sacramento, tan central a la fe, a lo largo de todo el año, los católicos están llamados a honrar la Eucaristía para recibirla con más fe y reflejar más profundamente su significado en sus vidas y en la vida de la Iglesia.
La historia del Santo Cáliz de Valencia es un hermoso recuerdo de la importancia de este sacramento en la vida de la Iglesia, tan evidente en el cuidado por conservar a través de los siglos la vasija usada por Cristo en la institución de la Eucaristía.
La historia inicia con san Pedro, primera cabeza de la Iglesia, que llevó la copa sagrada a Roma para usarla en la liturgia de la Misa. Sigue con los santos Sixto y Lorenzo, ambos martirizados por rehusar entregarlo a los romanos.
La Iglesia en España protegió la vasija de la invasión musulmana en el siglo VIII y años más tarde vemos el mismo respeto y heroico valor en quienes salvaron la copa de la destrucción durante la guerra de independencia y la Guerra Civil españolas.
Gracias a su deseo personal, en 1982 el Santo Padre fue el primer Papa en celebrar la Misa con la reliquia desde san Sixto II en el siglo III, y hoy los cristianos de todo el mundo pueden venerar esta copa tan especial.
Este es un milagro de nuestros días que puede darnos ocasión para profundas reflexiones sobre la importancia de la Eucaristía en nuestra vida diaria, de manera que podemos públicamente proclamar que el sacrificio de Cristo es para la salvación del mundo entero, como desea el Santo Padre".
Fuente: http://webs.ono.com/usr016/sepulcro2004/caliz-2.htm
Con voluntad de rigor histórico gracias a una beca otorgada por la Cofradía y la Hermandad del Santo Cáliz se ha investigado la pieza, huyendo de los lugares comunes y leyendas machaconamente repetidas. De esta manera, se ha podido justificar su llegada a la Península Ibérica, así como descubrir el porqué dicho cáliz se encuentra hoy en día en nuestra Catedral. Según nuestra hipótesis, la llegada a la Península Ibérica está en un contexto claro y objetivo y su inclusión dentro de los tesoros reales responde a una voluntad monárquica intencionada. La aparición del Santo Cáliz se encuentra vinculada al hallazgo de otras reliquias desde el siglo IX hasta el XII, como las de la catedral de Oviedo, San Isidoro de León o Santiago de Compostela. Por tanto, el descubrimiento del Santo Cáliz en el monasterio de San Juan de la Peña no fue un hecho aislado, sino que pertenece a un momento en el que la aparición de reliquias era algo habitual en la Península en época de Reconquista. Las reliquias fueron utilizadas como elemento de influencia ideológica de reyes y autoridades religiosas, además de un testimonio claro de fervor popular. Reforzar la fe de los nuevos cristianos frente al dominio musulmán y reforzar el carácter divino con el que se presentaban los monarcas o utilizarlas con fines económicos, en peregrinaciones especialmente aquellas que se incluían dentro del trazado del Camino de Santiago en sus distintas variantes y depósitos en la obtención de préstamos fue otras de las características de las reliquias en la época medieval.
Sabemos que la pieza, por sus características, es de época de Jesucristo, según el análisis arqueológico de Antonio Beltrán dato que refuerza su autenticidad frente a otros supuestos cálices, pero no hemos obtenido constatación documental del mismo hasta 1399, con un texto originario del propio monasterio de San Juan de la Peña, aunque hay algunos otros previos; uno de 1134 en el que se le describe como el de la Última Cena (manuscrito desaparecido), y un segundo, de 1135, en el que únicamente se describe como cáliz, sin ninguna referencia a que sea el mismo de la Última Cena. La aparición en el monasterio de San Juan de la Peña no es casual, debido a la voluntad de afianzar los movimientos cristianos frente a la España musulmana. Al mismo tiempo se popularizan las gestas y leyendas artúricas que los españoles desean hacer suyas afirmando que el Santo Grial es el cáliz de San Juan de la Peña. En el documento de 1399 se aportan datos interesantes de quién trajo la reliquia y adónde se envió. En este documento de donación del cáliz de los monjes de San Juan de la Peña al rey Martín el Humano se habla de una carta escrita por San Lorenzo que acompañaba la reliquia y en la que se explicaba que el santo traía la reliquia a España porque era donde él había nacido. Este aspecto nos sirve para comprobar la justificación del traslado de la reliquia en la época desde Roma a la Península acogiéndose a las excepciones descritas en el siglo IV en el Código de Teodosio que permitía su movimiento siempre que se produjese si este era el lugar de origen de un santo y explicaría el porqué una pieza tan singular se encontraba en un monasterio hispano. Con la donación del cáliz al rey Martín el Humano en 1399 la reliquia pasó a formar parte de su amplia colección. Por la documentación existente en el Archivo de la Corona de Aragón sabemos que en 1410 fue trasladada desde Zaragoza, probablemente por el mismo rey, a Barcelona, y a su muerte en este mismo año, se la quedó su viuda, Margarita de Prades, que se apropió de gran número de reliquias entre las que se encontraba el Santo Cáliz, lo que le involucró en un pleito con los celestinos, orden que gestionaba la capilla donde se guardaban y de donde habían sido extraídas proceso judicial ampliamente documentado en el Archivo de la Corona de Aragón. Pese a la implicación de Fernando de Antequera en este asunto no se consiguió nada hasta que Alfonso el Magnánimo negoció con Margarita que las reliquias volviesen a ser propiedad de los reyes de la Corona de Aragón. Estuvieron en Barcelona hasta 1432, que se trasladaron a Valencia, según un documento del Archivo del Reino de Valencia, donde fueron conservadas en el Palacio del Real hasta su depósito como garantía a la Catedral de Valencia en 1437 llevado a cabo por Alfonso el Magnánimo para poder financiar su política expansionista por el Mediterráneo.
Fuente: CATALINA MARTÍN LLORIS / Las Provincias Digital, 5 de septiembre de 2005
Enlace: http://www.lasprovincias.es/valencia/pg050905/prensa/noticias/Opinion/200509/05/VAL-OPI-079.html
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El Santo Cáliz que se conserva en la Catedral de Valencia se compone, en realidad, de tres partes distintas.
1.- La Copa de la Parte Superior. Esta copa superior sería la utilizada por Jesús como Cáliz en la Última Cena. Se trata de una copa de piedra ágata cornalina oriental, semiesférica, de 9'5 centímetros de diámetro medio en la boca, 5'5 centímetros de profundidad por el interior y 7 centímetros de altura desde la base al borde; toda ella lisa, al interior y al exterior, sin ningún adorno, excepción hecha de una simple línea incisa, de corte redondeado, muy regular, que corre paralela al borde y a escasa distancia de él.
2.- La Parte Central. Se trata de la vara con su nudo, de 7 centímetros de largo, que sirve como elemento de unión entre la copa y el pie, con añadidura de las asas y de una guarnición de oro purísimo, finamente burilado, que soporta el engaste en el pie de perlas y piedras. Se trata, claramente, de un añadido en relación con la copa original.
3.- La Parte Inferior. Está formada por un vaso ovalado e invertido, del mismo color y parecido material que la copa. Los ejes de la base miden 14'5 centímetros. el eje mayor y 9'7 centímetros el eje central menor, y un pie casi rectangular con los lados cortos redondeados, rehundidos en el interior, con 4 y 3 centímetros de eje mayor y menor respectivamente, y una altura de 5 milímetros. Todo él lleva una guarnición de oro puro, sobre el cual van montadas 27 perlas, dos rubíes y dos esmeraldas de gran valor.
El Santo Cáliz fue examinado detalladamente en 1960 por el Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Don Antonio Beltrán, el cual, en su libro El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia (Valencia 1960), llegó a las siguientes conclusiones:
- Que el Cáliz resulta estar compuesto de tres partes, de las cuales dos gozaron de autonomía y en un momento determinado fueron unidas entre sí por la tercera. Es decir, los dos vasos unidos por el nudo. La única parte que sigue cumpliendo su primitivo papel es la copa, mientras que el actual pie fue un día pieza estimadísima, como lo demuestra el filete de oro que lo bordea. La orfebrería, aparte del valor funcional de servir de unión de copa y pie, sirvió para alhajar la sencilla copa y como muestra del aprecio en que se le tenía.
- Que la copa superior se remonta a la época comprendida entre el siglo I antes de Cristo y el I de nuestra Era, y fue labrada en un taller oriental de Egipto, de Siria o de la propia Palestina, por lo que bien pudo estar en la mesa de la Santa Cena y pudo ser el que Jesucristo utilizó para beber, para consagrar o para ambas cosas. Para efectuar esta datación el profesor Beltrán lo comparó con otros cálices de piedra pulida, provenientes de Palestina y fechados en el siglo I a.C., que se conservan en el Bristish Museum de Londres.
- Que el pie es un vaso egipcio o califal del siglo X u XI, añadido a la copa hacia el siglo XIV.
- Que las perlas y piedras preciosas que lo ornamentan son posteriores y pudieron ser sobrepuestas cuando el Santo Cáliz era venerado en San Juan de la Peña.
Las conclusiones del profesor Beltrán han sido apoyadas ahora por la investigadora norteamericana Janice Bennet, que ha publicado en el año 2002 un libro en inglés dedicado al Santo Cáliz de Valencia. Esta obra incorpora un análisis comparativo con fotografías del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y de varios vasos de celebraciones palestinas elaborados con piedras semipreciosas, datados en el año 50 antes de Cristo, que se conservan en el British Museum de Londres.
De este modo, y cuanto menos, queda acreditado que la copa conservada en Valencia (la parte superior a la que nos hemos referido), por su antigüedad, sí pudo ser utilizada por Jesús en su Última Cena.
¿Cuál es la historia del Cáliz conservado en la Catedral de Valencia? De ello nos ocupamos en el siguiente apartado.
Historia desde 1437
El 17 de marzo de 1437 el rey Alfonso V de Aragón, llamado el Magnánimo, hizo entrega solemne del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia. De esta donación se conserva el documento público en el que se levantó acta de la misma.
Alfonso el Magnánimo había trasladado su Corte desde Barcelona a Valencia el año 1424, llevando consigo el Santo Cáliz, el cual, antes de la entrega a la Catedral, estuvo depositado en el Palacio Real de Valencia. En el documento de entrega del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia de 18 de marzo de 1437 se hace constar que se hace donación de "el Cáliz en que Jesucristo consagró la Sangre el Jueves de la Cena, hecho con dos asas de oro, cuyo pie, del mismo color que el Cáliz, está guarnecido alrededor de oro con dos rubíes y dos esmeraldas en el pie, y con veintiocho perlas, comparadas al grueso de un guisante, alrededor del pie de dicho Cáliz".
Desde 1437 el Santo Cáliz ha permanecido casi ininterrumpidamente en la catedral valenciana.
El 3 de abril de 1744, día de Viernes Santo, el Santo Cáliz sufrió un pequeño percance. En aquellos tiempos se acostumbraba a utilizar el Santo Cáliz en los Oficios de Jueves y Viernes Santo para colocar en su interior la Sagrada Forma. El Arcediano Mayor y canónigo de la Catedral don Vicente Frígola Brizuela, que actuaba de Preste en los oficios, al ir a sacar la Sagrada Forma del Santo Cáliz, se desprendió de la copa, la cual resbaló y cayó al suelo, sufriendo un pequeño desperfecto. Recogidos inmediatamente y con todo cuidado los fragmentos, fueron colocados en el cofrecillo del Monumento y depositados luego en la Capilla de las Reliquias. Avisado el maestro platero Luis Vicent, acudió éste en la tarde de aquel mismo día con sus hijos, Luis y Juan, procediéndose a la recomposición de la Sagrada Copa, en presencia de varios Canónigos y del notario Juan Claver, levantándose la correspondiente acta de todo ello.
En marzo de 1809, ante el avance de las tropas francesas, y con el fin de salvar la reliquia de la rapiña de Napoleón, el Santo Cáliz fue sacado de Valencia y fue llevado primero a Alicante. De Alicante volvió a Valencia en febrero de 1810, pero en marzo de dicho año hubo de ser trasladado de Valencia a Ibiza, y en febrero de 1812 a Palma de Mallorca. De Palma de Mallorca el Santo Cáliz volvió a la Catedral de Valencia en septiembre de 1813.
En 1916, el entonces Arzobispo de Valencia, Monseñor Valeriano Menéndez Conde, junto con el cabildo de la Catedral, acordó instalar el Santo Grial en la antigua Sala Capitular de la Seo, en lugar del relicario en el que permanecía desde el siglo XV.
El Santo Cáliz tuvo también que abandonar la Catedral en 1936, durante la Guerra Civil española. El 21 de julio de 1936, pocas horas antes de que las hordas revolucionarias saquearan y quemaran la Catedral, el Santo Cáliz fue sacado del templo, envuelto en papel de seda, disimulado con un periódico. El Cáliz fue primero escondido en varios domicilios particulares de Valencia y luego en la población de Carlet, donde permaneció oculto hasta el 30 de marzo de 1939, cuando, finalizada la contienda, pudo volver a la Catedral.
El año 1959, con motivo de la celebración del XVII Centenario del Martirio de San Lorenzo, el Santo Cáliz salió en peregrinación por tierras de Aragón, recorriendo de nuevo el itinerario seguido por la reliquia desde su venida a España.
El año 1982 el Papa Juan Pablo II visitó Valencia y celebró la Santa Misa con el Santo Cáliz. Era la primera vez que el Santo Cáliz era utilizado por un Papa, desde los tiempos de Sixto II.
Sin embargo, ¿qué sabemos sobre la historia del Santo Cáliz de Valencia antes de que Alfonso el Magnánimo lo cediera a la Catedral de Valencia el año 1437? Lo veremos a continuación.
Historia anterior a 1437
Es posible reconstruir la historia del Santo Cáliz de Valencia hasta el día de la Última Cena.
Nadie puede dudar del carácter histórico de la Última Cena, a la cual se refieren los evangelistas y también las cartas de San Pablo. En palabras de la investigadora Janice Bennett, "es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito". Además, es evidente el importante papel que la primera comunidad cristiana otorgó a las palabras pronunciadas por Jesús en esa Cena. Siendo ello así, no nos puede extrañar, sino más bien todo lo contrario, que, después de los acontecimientos ocurridos inmediatamente después de la Cena (crucifixión, sepulcro vacío, apariciones,...), la copa o cáliz utilizado esa noche por Jesús fuera diligentemente conservado por la primera comunidad cristiana.
La profesora Bennet explica del siguiente modo el proceso por el cual el Santo Cáliz pasó de Jerusalén a Roma:
"Muchos estudiosos creen que el Cenáculo --la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena--, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma.
San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.
La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258".
En todo caso, la tradición nos indica que el Santo Cáliz fue conservado y llevado luego a Roma, donde sería utilizado por los primeros Papas. El profesor Antuñano ha señalado que existen indicios de que el verdadero Cáliz fue utilizado por los primeros Papas en la celebración de sus misas solemnes. Según este autor, el canon litúrgico romano de los primeros Papas, en el momento de la consagración, decía textualmente "...tomando este glorioso cáliz...", con lo que se hacía específica referencia a que en la consagración se estaba utilizando precisamente el mismo cáliz empleado por Jesús en la Última Cena.
Nos situaríamos así en el año 258, en el que era Papa Sixto II. Se desató entonces una persecución contra los cristianos, promovida por el emperador Valeriano. Con el fin de impedir que el Santo Cáliz sufriera algún daño, el Papa Sixto II lo entregó en custodia a uno de los diáconos de Roma, llamado Lorenzo, cuyos padres residían en Huesca.
El Papa Sixto II San Lorenzo
Tanto Sixto II como el que luego se convertiría en San Lorenzo murieron como mártires en las persecuciones de Valeriano. Pero, poco antes, San Lorenzo pudo enviar el Santo Cáliz a sus padres Orencio y Paciencia, en España.
El Santo Cáliz permanecería escondido en Huesca hasta el año 711, se supone que guardado en la Iglesia del Santo Pedro el Viejo de dicha localidad.
El año 711 comenzó la invasión árabe de España. Con el fin de proteger el Santo Cáliz, el obispo de Huesca, llamado Acilso, abandonó su ciudad junto con el Cáliz y otras reliquias. La antigua sede episcopal de Huesca iniciaría así un largo período itinerante, en el que sucesivamente iría cambiando su emplazamiento. Cada cambio de sede episcopal suponía al mismo tiempo el traslado de la ubicación del Santo Cáliz, que era la reliquia más valiosa que se llevó consigo el Obispo Acilso en su huía de Huesca.. Así, , el Santo Cáliz iría recorriendo un largo itinerario, pasando por las sucesivas sedes episcopales del antiguo Obispado de Huesca. Así, el Santo Cáliz pasaría por los siguientes lugares:
-En un primer momento, parece ser que se buscó refugio en la Cueva de Yebra, en el Pirineo aragonés. De hecho, en la iglesia parroquial de Yebra se conservan algunas reliquias que podrían dar testimonio de que allí estuvo durante unos años la sede episcopal.
-Algo más tarde el Santo Cáliz se localizaría en el Monasterio de San Pedro de Siresa, en el municipio de Hecho. En este sentido, se conserva una Carta de San Eulogio de Córdoba que menciona a Ferríolo, "Obispo de San Pedro de Siresa", que gobernó la Iglesia aragonesa los años 815-831. En Siresa debió estar la sede episcopal por lo menos durante más de cien años.
-Posteriormente el Santo Cáliz se trasladó (al trasladarse también la sede episcopal) a Santa María de Sasabre, en la localidad de San Adrián, cerca de Aisa. Por lo menos hasta siete Obispos están sepultados en esta iglesia.
-En tiempos del Obispo Mancio II (1014-1033) la Sede Episcopal (y con ella el Santo Cáliz) se trasladaron a la Iglesia de la Corte, que se hallaba en el municipio de Bailo. En Bailo el Cáliz debió permanecer del 1014 al 1045.
-Hacia el 1045 la Sede Episcopal se trasladó a Jaca. El Santo Cáliz se ubicaría primero en la Iglesia o Monasterio provisional, desde donde pasaría a la nueva Catedral de Jaca, cuya construcción finalizó alrededor del año 1063.
-Finalmente, alrededor del año 1071 el Santo Cáliz fue llevado desde la Catedral de Jaca hasta el Monasterio de San Juan de la Peña, donde permanecería hasta el año 1399.
Martín el Humano
El año 1399 el rey de Aragón Martín el Humano solicitó de los monjes del monasterio de San Juan de la Peña la entrega del Cáliz, pues deseaba tener la reliquia en su casa en Zaragoza. Se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona (Pergamino nº 136 de la Colección de Martín el Humano) el documento fechado el 26 de septiembre de 1399 de entrega del Santo Cáliz a Martín el Humano. En este documento se hace constar que "... sea a todos de manifiesto que, como el excelentísimo Príncipe y señor D. Martín, por gracia de Dios Reay de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Córcega, y Conde de Barcelona, del Rosellón y de la Ciretánea, haya deseado y procurado, con ahinco, tener en su Capilla Real, aquel Cáliz de piedra en el cual Nuestro Señor Jesucristo, en su Santa Cena, consagró su Preciosa Sangre, y que el bienaventurado Lorenzo, que lo recibió de San Sixto, a la sazón Sumo Pontífice, cuyo discípulo era, y daácono de Santa María in Dominica, envió y dio con una su carta al Monasterio y Convento de San Juan de la Peña, situado en las montañas de Jaca del Reino de Aragón...".
Monasterio de San Juan de la Peña
De este modo, el Santo Cáliz fue llevado desde el Monasterio de San Juan de la Peña (donde había permanecido oculto más de trescientos años) hasta el Oratorio del Real Palacio de la Aljafería de Zaragoza. Más tarde fue trasladado a la Residencia del Rey Martín el Humano en Barcelona. En el Inventario de Bienes hecho en 1410, a la muerte de Martín el Humano, consta que entre los bienes muebles del monarca en Barcelona se halla el "Calix de vincle e calcedonia, lo cual, segons se diu, fo aquell ab que Jhsu Chist consegrà la sua Saneta e precisoa sanch lo dijous sant de la Cena...".
Al morir Martín el Humano le sucedió en el Reino, en virtud del Compromiso de Caspe, su sobrino Don Fernando de Antequera. Y, como ya hemos dicho antes, fue su hijo y sucesor, Alfonso V el Magnánimo, el que hizo llevar el Santo Caliz desde Barcelona a su Palacio Real de Valencia, por el año 1414.
ALGUNAS OBJECIONES
De lo dicho hasta ahora parece deducirse que existen buenos argumentos en favor de la autenticidad del Santo Cáliz de Valencia. Veamos algunas objeciones que podrían formularse a esa afirmación:
-¿No debiera ser la copa utilizada por Jesús de algún material de menos calidad que la piedra ágata, por ejemplo de madera o arcilla?
Puesto que Jesús tenía pocos recursos económicos ¿el hecho de que el Santo Cáliz de Valencia sea una copa de piedra ágata cornalina no es ya una evidencia de que no puede ser la utilizada en la Última Cena?
Sin embargo, el noble material con el que se compuso la copa no es un motivo que descarte su autenticidad. Según señala el evangelio de Marcos (capítulo 14 versículos del 12 al 16) la Última Cena se celebró en "un local grande, en alto, con divanes". De ello se sigue que el dueño de la casa en la que se celebró la Última Cena era propietario de una casa grande, por lo que debía tener suficientes medios económicos como para poseer una vajilla compuesta por copas de ágata. De otro lado, se sabe que los judíos utilizaban este tipo de copas en las celebraciones de la pascua judía. Por lo tanto, es totalmente lógico que ese amigo de Jesús que cedió aquella dependencia de su casa para que se celebrara la Cena les prestara también lo mejor de su vajilla.
En definitiva, el que Jesús utilizara una copa como la del Santo Cáliz de Valencia es coherente con el ambiente en el que se celebró la Última Cena según los evangelios. No lo sería tanto, en cambio, el que se hubiera utilizado una vajilla cualquiera. La costumbre judía de aquel entonces es idéntica a la que nosotros tenemos en la cena de Navidad, en la que usamos nuestra mejor vajilla.
-¿Pero, no existen otras muchas Iglesias que también conservan el verdadero Cáliz de la Última Cena? ¿Por qué el de Valencia ha de ser especial?
Sólo el Santo Cáliz de Valencia ha superado satisfactoriamente el examen verificado por los especialistas. Sobre ello, podemos reproducir las palabras de la investigadora Janice Bennett en su entrevista a la revista Zenit en noviembre de 2004:
"Mucha gente cree que hay cientos de posibilidades sobre el auténtico Santo Grial, según el viejo dicho de que si se reunieran todos los pedazos de la Verdadera Cruz extendidos por el mundo, habría madera suficiente para una docena de cruces. No es éste el caso.
Es verdad que en el siglo XVI había unas 20 copas que reivindicaban el honor de ser la auténtica usada por Jesús en la Ultima Cena. Pero hoy ninguna de ellas es considerada auténtica, con la excepción del Santo Cáliz de Valencia y la copa de plata de Antioquía.
La copa de plata de Antioquía tiene una capacidad de dos litros y es demasiado grande para poder pasar de mano en mano, en torno a la mesa de la Ultima Cena durante la comunión eucarística. Lo interesante, sin embargo, es el hecho de que san Jerónimo mencionara que había dos copas sobre la mesa de la Ultima Cena, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía.
Sólo el Santo Cáliz de Valencia, con la parte superior de piedra de ágata, responde a la descripción de san Jerónimo acerca de la copa usada por Cristo en la consagración. Cuando se examina su tradición e historia en detalle, es completamente evidente que todo concuerda. No creo que alguien pueda desautorizar la teoría de que el Santo Grial es en efecto el Santo Cáliz de Valencia, España".
-Pero, ¿en realidad el Santo Grial no es otra cosa? ¿No está relacionado con la sangre de Cristo, con María Magdalena y una posible familia de sangre real?
Esto es un auténtico disparate, que no se sostiene en documento histórico alguno y que no es tomado en serio por ningún especialista medianamente solvente.
El gran éxito editorial que ha supuesto la novela "El Código Da Vinci" ha difundido por todo el mundo una disparatada fábula según la cual el Santo Grial no sería sino la forma de denominar a los hijos que Jesús habría tenido con María Magdalena, que de repente se convierte en esposa de Cristo. Se trata de un disparate que no tiene respaldo en ningún texto antiguo, ni siquiera en los llamados evangelios apócrifos.
La citada novela (así como también otros libros sensacionalistas) pretende fundamentar semejante dislate en el evangelio apócrifo de Felipe. El evangelio apócrifo de Felipe forma parte de la colección de códices escritos en lengua copta y pertenecientes al siglo IV que se encontraron en 1945 en el pueblo de Nag Hammadi. Este texto, según opinión unánime de los especialistas (tanto católicos, como protestantes y agnósticos), no es una fuente histórica que nos proporcione información sobre el Jesús histórico. Además, del texto del citado evangelio apócrifo tampoco se deduce lo que se afirma en la citada novela. Para demostrarlo basta con leer el texto del evangelio apócrifo de Felipe, lo que puede hacerse en la siguiente dirección de internet:
http://escrituras.tripod.com/Textos/EvFelipe.htm
Sobre los innumerables disparates históricos que contiene la novela "Código Da Vinci" puede consultarse el artículo "La estafa del Código Da Vinci: un best-seller mentiroso", escrito por Pablo J. Ginés Rodríguez, que puede leerse en las siguientes direcciones de internet:
http://www.mercaba.org/FICHAS/Persecucion/codigo_da_vinci.htm
http://www.e-cristians.net/listados/marcos.asp?ide=5513&cat=hecho&lan=esp
Información adicional sobre los disparates históricos del "Código Da Vinci" se puede encontrar en las siguientes direcciones de internet:
http://www.probe.org/espanol/davinci-esp.html
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=16398
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=14688
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/729/1663/articulo.php?id=17170
Sobre los errores del Código Da Vinci ha de recomendarse también la lectura del libro "Descodificando a Da Vinci", de Amy Belborn.
En definitiva, no existen objeciones serias contra la historicidad del Santo Cáliz de Valencia.
CONCLUSIÓN
Como hemos visto, existen buenas razones para afirmar que el Santo Cáliz de Valencia se corresponde verdaderamente con el Cáliz utilizado por Cristo en la Última Cena.
Sobre el significado de este Santo Cáliz para los católicos, podemos reproducir las palabras utilizadas por la investigadora Janice Bennet en unas declaraciones realizadas a la agencia de prensa católica Zenit el 24 de noviembre de 2004:
" El Santo Grial debería interesar a los cristianos de hoy por la misma razón de que siempre ha sido venerado, a través de los siglos, como la copa usada por Cristo para instituir la Eucaristía.
Es muy apropiado que este último «descubrimiento» sobre el Santo Grial coincida con el Año de la Eucaristía, que fue proclamado por el Papa Juan Pablo II, en la fiesta de Corpus Christi en junio y empezó en octubre. En la celebración de este sacramento, tan central a la fe, a lo largo de todo el año, los católicos están llamados a honrar la Eucaristía para recibirla con más fe y reflejar más profundamente su significado en sus vidas y en la vida de la Iglesia.
La historia del Santo Cáliz de Valencia es un hermoso recuerdo de la importancia de este sacramento en la vida de la Iglesia, tan evidente en el cuidado por conservar a través de los siglos la vasija usada por Cristo en la institución de la Eucaristía.
La historia inicia con san Pedro, primera cabeza de la Iglesia, que llevó la copa sagrada a Roma para usarla en la liturgia de la Misa. Sigue con los santos Sixto y Lorenzo, ambos martirizados por rehusar entregarlo a los romanos.
La Iglesia en España protegió la vasija de la invasión musulmana en el siglo VIII y años más tarde vemos el mismo respeto y heroico valor en quienes salvaron la copa de la destrucción durante la guerra de independencia y la Guerra Civil españolas.
Gracias a su deseo personal, en 1982 el Santo Padre fue el primer Papa en celebrar la Misa con la reliquia desde san Sixto II en el siglo III, y hoy los cristianos de todo el mundo pueden venerar esta copa tan especial.
Este es un milagro de nuestros días que puede darnos ocasión para profundas reflexiones sobre la importancia de la Eucaristía en nuestra vida diaria, de manera que podemos públicamente proclamar que el sacrificio de Cristo es para la salvación del mundo entero, como desea el Santo Padre".
Fuente: http://webs.ono.com/usr016/sepulcro2004/caliz-2.htm
9 comentarios
minor lopez -
Aloisio Vilela de Vaasconcelos -
nacho martin -
por donde fue...: desde zaragoza o desde barcelona???
Mercole-di -
lupus -
Michel Buze -
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En ingles (in english) : http://en.wikipedia.org/wiki/Holy_Chalice
Michel Buze -
En ingles (in english) : http://en.wikipedia.org/wiki/Holy_Chalice
MARIANNA -
Lord Nosfe -
La estrofa que empieza con: la aparición del santo caliz se encuentra vinculada... (pag 1)
Dice claramente que la aparición del caliz es en una época donde la iglesia estaba interesada en reforzar su identidad y era muy común estos hallazgos. Y entonces?
Me estan suguiriendo que el caliz es un invento.?
;)