Ichcabal, la nueva joya mexicana
Fue descubierta en el estado de Quintana Roo, México, a 20 kilómetros de la frontera con Belice. El mayor edificio del sitio arqueológico es una pirámide de 45 metros de altura. No estará abierta al turismo en menos de 5 años, según expertos del Instituto Nacional de Antropología
BACALAR, México (EFE).- 4 de marzo de 2005
Arqueólogos del sur de México han hallado una imponente ciudad perdida maya. Ichcabal, ubicada en el estado de Quintana Roo, atesora información trascendental sobre esa antigua civilización.
Oculta aún por la tupida selva en el extremo sudoccidental de la península de Yucatán, en la vieja ciudad de Ichcabal hay plazas, pirámides y "sacbés" (caminos entre espacios monumentales o poblaciones).
"Es un monstruo", dijo el arqueólogo Alan Maciel, en lo alto de una acrópolis sobre la que se asienta el mayor edificio del complejo, una pirámide de 45 metros de altura que se asienta en una base rectangular de unos cien metros por cuarenta de ancho.
Ichcabal data de "fines del preclásico maya", que va desde hace 2300 años hasta los años 300 a 400 de nuestra era, y en la ciudad apenas han comenzado los trabajos de exploración e investigación, y muy poca restauración.
Desde el punto más alto de la ciudad perdida se extiende una selva exuberante, donde deambulan jaguares, tejones, tapires y venados, y donde hay tucanes y serpientes.
La pirámide está cubierta de vegetación; el acceso a la cúspide es aún difícil, al igual que lo es llegar a Ichcabal por un viejo y tortuoso sendero que queda impracticable de abril a noviembre, la época de lluvias, lo que dificulta cualquier trabajo de restauración.
La urbe maya se localiza en el sur del estado mexicano de Quintana Roo, a unos cuarenta kilómetros al noroeste de Chetumal y unos veinte de la frontera con Belice. La zona está llena de vestigios mayas, pues a unos diez kilómetros se encuentra Dzibanché, y algo más lejos Kohunlinch y Kinichná.
Una sorpresa
Su hallazgo no ocurrió hasta 1995, cuando arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron con ella. La directora del INAH en el estado mexicano de Quintana Roo, Adriana Velázquez, señaló que cuando prácticamente se tenían por descubiertos todos los grandes complejos urbanos del mundo maya Ichcabal fue una sorpresa.
"Le va a dar un vuelco a la arqueología en la región. Vamos a tener algo muy diferente que decir. Lo que pasa es que apenas estamos iniciando (...). Yo creo que por lo menos en unos cinco o seis años no estaremos en condiciones de abrir", dijo Velázquez.
La arqueóloga extrema la prudencia a la hora de ofrecer detalles del magnífico descubrimiento, pero adelanta algunas hipótesis, como que durante la existencia de la ciudad de Ichcabal se produjo la mayor presión demográfica en la península de Yucatán.
"Creo que sería bastante conservadora una cifra de cinco o seis millones de habitantes, y sitios con más de 20.000, 30.000 o hasta 50.000 habitantes, porque la densidad en algunas regiones, por ejemplo en el sur de Quintana Roo, es tal que nunca termina de haber estructuras", añadió.
Pese a la necesidad de que el proceso de rehabilitación y posible apertura del sitio sea aún lejana, responsables turísticos estatales consideran que Ichcabal va a revolucionar las rutas en el sur de México.
"Para nosotros es un reto estratégico. Cuando Ichcabal se abra al público va a haber una transformación de toda la forma de hacer turismo en la zona sur. Va a ser nuestro eje rector", declara el subsecretario de Desarrollo Turístico de Quintana Roo, José Alberto Alonso.
"Coincido con el INAH en la dificultad de poder abrir inmediatamente un sitio. Es imposible porque primero el INAH tiene que valorar la riqueza histórica del lugar antes de convertirlo en un atractivo turístico."
Sin embargo, admite que "la zona arqueológica como está actualmente es un atractivo turístico", por lo que podría ser posible abrir en unos tres años bajo determinadas condiciones que permitan al turismo conocer la selva y cómo evolucionan los trabajos de restauración.
A más largo plazo "tenemos que pensar en un gran parque arqueológico-ecoturístico en el cual la gente vaya preparada no solamente a ver la zona arqueológica, sino también a disfrutar la flora y la fauna que hay", concluye Alonso.
Una civilización aún por descubrir
La selva en la que se desarrolló oculta parte del mundo maya
Aproximadamente 4600 años atrás, la península de Yucatán -que ocupan hoy en día México, Guatemala y Bélice- fue la que brindó el escenario en donde floreció la civilización maya, que habría de alcanzar su máximo desarrollo entre los años 200 y 900 de nuestra era.
Entonces, durante el llamado Período Clásico, desarrollaron avanzados conocimientos astronómicos, que les permitieron no sólo predecir eclipses solares y lunares y elaborar su propio sistema calendario, sino también un complejo sistema de escritura basada en glifos.
Carente de un sistema de gobierno centralizado, la civilización maya reunía entre 50 y 75 ciudades Estado independientes, cada una de las cuales englobaba a una comunidad rural alrededor de un centro urbano y ceremonial, como Chichén Itzá en el norte de Yucatán, Palenque en Chiapas o Tikal en Guatemala.
Esas comunidades hablaban una treintena de lenguas con un presunto origen común, cuya antigüedad ha sido estimada en 7000 años.
Mucho por descubrir
Los mayas erigieron sus ciudades en la cerrada selva de Yucatán, por eso los investigadores estiman que todavía restan aún muchos más monumentos -como los hallados en Ichcabal por los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia- por descubrir.
"Cuando ya se tenían localizados los grandes complejos urbanos del mundo maya aparece Ichcabal", señaló Adriana Velázquez, del INAH.
Otro aspecto que resta por aclarar es el porqué de la decadencia de esta civilización. Alrededor del año 900, los mayas comienzan a abandonar buena parte de sus ciudades Estado. En 1200, los poblados mayas del norte de Yucatán se integran a la cultura Tolteca.
Cuando en 1517 las fuerzas españolas al mando de Hernández de Córdoba descubren la península de Yucatán, la civilización maya había prácticamente desaparecido. Importantes centros ceremoniales como los de Chiapas y los establecidos en Guatemala ya habían sido abandonados.
Sin embargo, los españoles debieron combatir los restos de esta civilización que no se rindió tan fácilmente y dio batalla entre los años 1519 y 1697, cuando finalmente cae Tayasal, la última fortaleza maya, que se levantaba a orillas del lago Petén Itzá, en las profundidades de la selva guatemalteca.
BACALAR, México (EFE).- 4 de marzo de 2005
Arqueólogos del sur de México han hallado una imponente ciudad perdida maya. Ichcabal, ubicada en el estado de Quintana Roo, atesora información trascendental sobre esa antigua civilización.
Oculta aún por la tupida selva en el extremo sudoccidental de la península de Yucatán, en la vieja ciudad de Ichcabal hay plazas, pirámides y "sacbés" (caminos entre espacios monumentales o poblaciones).
"Es un monstruo", dijo el arqueólogo Alan Maciel, en lo alto de una acrópolis sobre la que se asienta el mayor edificio del complejo, una pirámide de 45 metros de altura que se asienta en una base rectangular de unos cien metros por cuarenta de ancho.
Ichcabal data de "fines del preclásico maya", que va desde hace 2300 años hasta los años 300 a 400 de nuestra era, y en la ciudad apenas han comenzado los trabajos de exploración e investigación, y muy poca restauración.
Desde el punto más alto de la ciudad perdida se extiende una selva exuberante, donde deambulan jaguares, tejones, tapires y venados, y donde hay tucanes y serpientes.
La pirámide está cubierta de vegetación; el acceso a la cúspide es aún difícil, al igual que lo es llegar a Ichcabal por un viejo y tortuoso sendero que queda impracticable de abril a noviembre, la época de lluvias, lo que dificulta cualquier trabajo de restauración.
La urbe maya se localiza en el sur del estado mexicano de Quintana Roo, a unos cuarenta kilómetros al noroeste de Chetumal y unos veinte de la frontera con Belice. La zona está llena de vestigios mayas, pues a unos diez kilómetros se encuentra Dzibanché, y algo más lejos Kohunlinch y Kinichná.
Una sorpresa
Su hallazgo no ocurrió hasta 1995, cuando arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron con ella. La directora del INAH en el estado mexicano de Quintana Roo, Adriana Velázquez, señaló que cuando prácticamente se tenían por descubiertos todos los grandes complejos urbanos del mundo maya Ichcabal fue una sorpresa.
"Le va a dar un vuelco a la arqueología en la región. Vamos a tener algo muy diferente que decir. Lo que pasa es que apenas estamos iniciando (...). Yo creo que por lo menos en unos cinco o seis años no estaremos en condiciones de abrir", dijo Velázquez.
La arqueóloga extrema la prudencia a la hora de ofrecer detalles del magnífico descubrimiento, pero adelanta algunas hipótesis, como que durante la existencia de la ciudad de Ichcabal se produjo la mayor presión demográfica en la península de Yucatán.
"Creo que sería bastante conservadora una cifra de cinco o seis millones de habitantes, y sitios con más de 20.000, 30.000 o hasta 50.000 habitantes, porque la densidad en algunas regiones, por ejemplo en el sur de Quintana Roo, es tal que nunca termina de haber estructuras", añadió.
Pese a la necesidad de que el proceso de rehabilitación y posible apertura del sitio sea aún lejana, responsables turísticos estatales consideran que Ichcabal va a revolucionar las rutas en el sur de México.
"Para nosotros es un reto estratégico. Cuando Ichcabal se abra al público va a haber una transformación de toda la forma de hacer turismo en la zona sur. Va a ser nuestro eje rector", declara el subsecretario de Desarrollo Turístico de Quintana Roo, José Alberto Alonso.
"Coincido con el INAH en la dificultad de poder abrir inmediatamente un sitio. Es imposible porque primero el INAH tiene que valorar la riqueza histórica del lugar antes de convertirlo en un atractivo turístico."
Sin embargo, admite que "la zona arqueológica como está actualmente es un atractivo turístico", por lo que podría ser posible abrir en unos tres años bajo determinadas condiciones que permitan al turismo conocer la selva y cómo evolucionan los trabajos de restauración.
A más largo plazo "tenemos que pensar en un gran parque arqueológico-ecoturístico en el cual la gente vaya preparada no solamente a ver la zona arqueológica, sino también a disfrutar la flora y la fauna que hay", concluye Alonso.
Una civilización aún por descubrir
La selva en la que se desarrolló oculta parte del mundo maya
Aproximadamente 4600 años atrás, la península de Yucatán -que ocupan hoy en día México, Guatemala y Bélice- fue la que brindó el escenario en donde floreció la civilización maya, que habría de alcanzar su máximo desarrollo entre los años 200 y 900 de nuestra era.
Entonces, durante el llamado Período Clásico, desarrollaron avanzados conocimientos astronómicos, que les permitieron no sólo predecir eclipses solares y lunares y elaborar su propio sistema calendario, sino también un complejo sistema de escritura basada en glifos.
Carente de un sistema de gobierno centralizado, la civilización maya reunía entre 50 y 75 ciudades Estado independientes, cada una de las cuales englobaba a una comunidad rural alrededor de un centro urbano y ceremonial, como Chichén Itzá en el norte de Yucatán, Palenque en Chiapas o Tikal en Guatemala.
Esas comunidades hablaban una treintena de lenguas con un presunto origen común, cuya antigüedad ha sido estimada en 7000 años.
Mucho por descubrir
Los mayas erigieron sus ciudades en la cerrada selva de Yucatán, por eso los investigadores estiman que todavía restan aún muchos más monumentos -como los hallados en Ichcabal por los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia- por descubrir.
"Cuando ya se tenían localizados los grandes complejos urbanos del mundo maya aparece Ichcabal", señaló Adriana Velázquez, del INAH.
Otro aspecto que resta por aclarar es el porqué de la decadencia de esta civilización. Alrededor del año 900, los mayas comienzan a abandonar buena parte de sus ciudades Estado. En 1200, los poblados mayas del norte de Yucatán se integran a la cultura Tolteca.
Cuando en 1517 las fuerzas españolas al mando de Hernández de Córdoba descubren la península de Yucatán, la civilización maya había prácticamente desaparecido. Importantes centros ceremoniales como los de Chiapas y los establecidos en Guatemala ya habían sido abandonados.
Sin embargo, los españoles debieron combatir los restos de esta civilización que no se rindió tan fácilmente y dio batalla entre los años 1519 y 1697, cuando finalmente cae Tayasal, la última fortaleza maya, que se levantaba a orillas del lago Petén Itzá, en las profundidades de la selva guatemalteca.
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OVED -
Roberto Garrido -