Tossal de Manises, Alicante. Hallan partes de dos estatuas romanas de bronce y mármol
Foto: Lucentum. Inscripción funeraria de P. Astranio Venusto en la que aparece mencionado el nombre de la ciudad. (Tossal de Manises, Alicante)
***********************
LUCENTUM. Reportaje fotográfico
*******************
Una escultura representaba un emperador del siglo I antes de Cristo
Las últimas excavaciones realizadas en el yacimiento alicantino del Tossal de Manises han descubierto una parte de dos estatuas de bronce y mármol y una gran placa de bronce «muy bien conservada». Según informó ayer la Diputación alicantina, los trabajos se iniciaron el pasado mes de enero por los técnicos del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) para conocer el lado noroeste del foro romano, donde se prevé que existió un templo que presidía la plaza porticada exhumada en anteriores campañas.
Entre los hallazgos más importantes ha destacado el fragmento de una estatua monumental de bronce. Se trata de una mano y parte de un antebrazo, mayores que de tamaño natural, que coge el mango de una espada cuyo pomo está decorado con dos cabezas de águila que miran en direcciones opuestas. La pieza presenta una calidad de ejecución «excepcional», cuya espada es del tipo especial llamada Parazonium, arma ceremonial y simbólica que portaban los altos oficiales romanos, emperadores y algunas deidades.
La estatua, que se levantaría sobre alguno de los pedestales hallados en la plaza del foro, sería, con toda probabilidad, thoracata, ataviada con uniforme militar con coraza en el torso y representaría un emperador o miembro de la familia imperial de la primera mitad del siglo I antes de Cristo.
Las mismas fuentes explicaron que la pieza ha sido objeto de una limpieza de las adherencias de tierra para acometer de manera inmediata su restauración completa, y se prevé realizar un análisis metalográfico para conocer su composición.
Además, indicaron que será objeto de presentación ante la sociedad científica en el Congreso de Arqueología Romana que se desarrollará en Murcia antes de que finalice el año.
La otra pieza hallada es una gran placa de bronce, decorada con motivos geométricos y vegetales que originalmente chapaba un pedestal o altar de piedra.
Además, se han recuperado fragmentos de una estatua monumental de mármol, en concreto, dedos y parte de una mano, por lo que una vez concluida la excavación se acometerán los trabajos de consolidación y musealización del yacimiento para que los restos constructivos exhumados no sufran deterioro. Los descubrimientos han permitido conocer la existencia de una gran construcción compuesta por una terraza de 1.5 metros de altura a la que se accedía por una amplia escalera que cruzaba el foro. En el extremo norte de esta terraza se levantaba un espacio rectangular al que se entraba desde la propia plataforma pavimentada.
Fuente: Levante Digital, 5 de julio de 2005
Enlace: http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=120310&pIndiceNoticia=6&pIdSeccion=9#
----------------------------------------------------------------------------
(2) Halladas en Lucentum partes de dos estatuas romanas
Las últimas excavaciones han desvelado que el templo descubierto podría pertenecer a la época del emperador Augusto
(Foto) A PIE DE YACIMIENTO. Cortés, Ripoll y Olcina, con la parte de una de las estatuas /L.V.
Las últimas excavaciones realizadas en el yacimiento alicantino del Tossal de Manises han descubierto una parte de dos estatuas de bronce y mármol y una gran placa de bronce «muy bien conservada». Los trabajos se iniciaron el pasado mes de enero por parte de los arqueólogos del MARQ para conocer el lado noroeste del foro romano donde se prevé que existió un templo que presidía la plaza porticada exhumada en anteriores campañas.
Entre los hallazgos más importantes, destaca, según se desveló tras una visita al yacimiento, la parte de una estatua monumental de bronce. Se trata de una mano y parte de un antebrazo, mayores que de tamaño natural, que ase el mango de una espada cuyo pomo está decorado con dos cabezas de águila que miran en direcciones opuestas. La pieza presenta una calidad de ejecución «excepcional», cuya espada es del tipo especial llamada Parazonium, arma ceremonial y simbólica que portaban los altos oficiales romanos, emperadores y algunas deidades. La estatua, que se levantaría sobre alguno de los pedestales hallados en la plaza del foro, sería, con toda probabilidad, thoracata ataviada con uniforme militar con coraza en el torso y representaría un emperador o miembro de la familia imperial de la primera mitad del siglo I A.C.
Los arqueólogos explicaron ayer en Lucentum que la pieza ha sido objeto de una limpieza de las adherencias de tierra para acometer de manera inmediata su restauración completa, y se prevé realizar un análisis metalográficos para conocer su composición. Además, indicaron que será objeto de presentación ante la sociedad científica en el Congreso de Arqueología Romana que se desarrollará en Murcia antes de que finalice el año.
La otra pieza hallada es una gran placa de bronce, decorada con motivos geométricos y vegetales que originalmente chapaba un pedestal o altar de piedra. Además, se han recuperado fragmentos de una estatua monumental de mármol, en concreto, dedos y parte de una mano, por lo que una vez concluida la excavación se acometerán los trabajos de consolidación y musealización del yacimiento para que los restos constructivos exhumados no sufran deterioro.
Los descubrimientos han permitido conocer la existencia de una gran construcción compuesta por una terraza erosionada de 1.5 metros de altura a la que se accedía por una amplia escalera que cruzaba el foro. En el extremo norte de esta terraza se levantaba un espacio rectangular al que se entraba desde la propia plataforma pavimentada con losas de varios colores. Además, la aparición de alguna base de columna y fragmentos de capitel indican alguna zona porticada, y junto a las puertas de acceso al foro se han descubierto dos cisternas romanas. Según el equipo de trabajo, el conjunto de edificios excavados, sobre todo la plataforma y posible templo, se construiría en época del emperador Augusto, lo que apunta, que todo el complejo se levantó a finales del siglo I.
Ripoll señaló que «el objetivo de esta excavación era encontrar el templo que diera contenido a la plaza, que no estaba descubierto y no se encontraban datos suficientemente contundentes para poderlo ubicar, y al mismo tiempo que esta visita sirva para lanzar la campaña de verano del Tossal de Manises». Manuel Olcina apuntó que «hemos encontrado una terraza presidida por una habitación, por un gran edificio de pavimento de mármol. que pudiera ser, todo apunta, a que estamos ante el templo del foro romano y por eso la tarea que habremos de emprender más adelante es la musealización».
Fuente: La Verdad.es/EFE/ALICANTE, 5 de julio de 2005
Enlace: http://www.laverdad.es/alicante/pg050705/prensa/noticias/Cultura_Alicante/200507/05/ALI-CUL-260.html
---------------------------------------------------------------------------------------------
Lucentum (Tossal de Manises, Alicante)
Presentación
Manuel Olcina Doménech (Museo Arqueológico de Alicante)
Rafael Pérez Jiménez (Diputación de Alicante)
El yacimiento del Tossal de Manises, está situado sobre una colina de 38 metros sobre el nivel del mar junto a la costa y a tres kilómetros al norte del centro urbano de Alicante, una zona intensamente urbanizada en los tres últimos decenios lo cual ha provocado que el recinto antiguo, de 5 hectáreas de extensión y vallado en 1973, haya quedado rodeado completamente de altos y densos edificios de apartamentos. Al pie de la vertiente nororiental se establecía un estrecho entrante marino, una albufera, que fue desecada en la segunda década del siglo XX.
La investigación arqueológica anterior consideraba que la ocupación arrancaba del siglo IV a. C. como poblado ibérico destacado y, sin solución de continuidad, transformado en municipio romano que se deshabitaba en el siglo III d. C. Por otra parte, durante las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado se consideró que Lucentum no se ubicó en el Tossal de Manises sino en el otro extremo de la ciudad de Alicante (el barrio de Benalúa) interpretando como vestigios de la ciudad romana (por los trabajos de M. Tarradell y G. Martín), lo que en realidad eran testimonios constructivos y objetos de villae tardorromanas.
Hoy en día está fuera de toda duda que el municipio romano citado por las fuentes (Plinio, Nat. Hist., III, 3; Pomponio Mela, Chor., II, 93; Ptolomeo, Geogr., 6, 14), radicó en el Tossal de Manises. Por otra parte, la vida de este yacimiento no se presenta como un recorrido continuo sino como un proceso marcado por momentos de vigor y desarrollo y otros de atonía, reflejo de las épocas históricas y el contexto regional en el que está inserto.
Época prerromana
Los materiales arqueológicos indican una fecha de ocupación que arranca de finales del siglo V a. C. o principios del siglo IV a. C. Sin embargo, éstos se encuentran formando parte de niveles arqueológicos asociados a construcciones muy posteriores, de finales del siglo III a. C., es decir, fuera de contexto. Ante esta situación caben dos posibilidades. La primera es que no existe población antes de la última fecha indicada y que los testimonios materiales son traídos al Tossal de Manises desde otros puntos cercanos, formando parte de tierras de relleno o bien, la segunda hipótesis es que el núcleo ibérico se situara circunscrito solamente a la culminación del cerro y que tuviera una extensión pequeña, en torno a una hectárea.
Sin embargo, el entorno no está desierto. El cercano establecimiento del Cerro de Las Balsas, a escasos 300 metros al oeste del Tossal de Manises y al otro lado de la antigua albufera, se ha revelado, por recientes excavaciones, como un gran poblado ibérico que presenta una fuerte ocupación en el siglo IV y primera mitad del siglo III a. C. Es posible que la conocida necrópolis de la Albufereta fuera el espacio funerario, en esos momentos, del Cerro de Las Balsas y no del Tossal.
Superada esta fase por ahora indefinida, el panorama cambia radicalmente, como hemos dicho, a finales del siglo III a. C. Ahora se documenta la fundación de un núcleo de población. Las evidencias son contundentes. En primer lugar se constata la creación de una fortificación que abraza una superficie, en planta, de 2,2 hectáreas, caracterizada por una muralla jalonada por torres y delante, en varios tramos, un potente antemural. Esta construcción se levanta, en las zonas exploradas, sobre terreno virgen. De ahí provienen también las dudas expresadas sobre el poblamiento anterior.
El tipo de fortificación remite a modelos de avanzada arquitectura defensiva helenística no adscribibles a la cultura ibérica. Algunas de las torres son huecas y están concebidas para la instalación, en un piso superior, de catapultas, hecho que también se refuerza por la aparición, en contexto estratigráfico del momento, de proyectiles de piedra para ballistae. Esta característica más la fecha de construcción, dentro de los últimos tres decenios del siglo III a. C., nos mueven a pensar que se trata de una creación bárquida pensada como espacio de control de la costa y afianzamiento territorial derivado de la expansión cartaginesa, quizá posterior a la fundación de la capital en Cartagena. Dos de las torres documentadas, por ejemplo, presentan una división tripartita en la base que recuerda enormemente la muralla púnica de dicha ciudad. Por otra parte, en el interior contra la muralla se construyen cisternas de tipo «a bagnarola» de clara tipología púnica.
Sin embargo no se debe obviar que gran parte del contexto material y de algunas construcciones documentadas de esta fase (un edificio con varias habitaciones en la que la principal cuenta con un gran hogar circular y bancos de adobes adosados a las paredes) son claramente ibéricas lo cual puede señalar una comunión de intereses y estrechas relaciones entre indígenas y púnicos que habrán de definirse en un futuro.
Este establecimiento sufrió una destrucción en los últimos años del siglo III a. C. o primeros del siglo II a. C. El marco temporal derivado del material arqueológico nos remite a esas fechas pero pensamos que debió producirse durante la Segunda Guerra Púnica más que a la represión romana inmediatamente posterior. En estos contextos de destrucción (estratos de incendio y derrumbes) se ha documentado, por primera vez, la presencia tan al sur de la Contestania, de cerámicas ibéricas decoradas con el estilo narrativo o también llamado «Liria-Oliva» muy probablemente importadas, no realizadas aquí.
Los primeros tiempos de ocupación romana
Durante el siglo II a. C. los datos de ocupación son muy escasos. El lugar no está abandonado puesto que se documentan algunos vertederos y utilización, aunque no limpieza o mantenimiento, de cisternas anteriores.
El panorama vuelve a cambiar radicalmente a caballo de los siglos II y I a. C. Se trata, otra vez, de construcciones de carácter militar (segunda fase de amurallamiento). Se levanta, contra la anterior fortificación y sin variar el espacio previamente acotado, otra muralla dotada de torres macizas. Ambos elementos presentan zócalos de aparejo irregular en el caso de la muralla y de sillares en las torres, y todo recrecido de adobes. Sus paralelos más claros remiten a construcciones helenísticas de Sicilia (Gela, Heraclea Minoa).
Inmediatamente después, dentro de la primera mitad del siglo I a. C., se levantan otras dos construcciones defensivas que refuerzan el dispositivo mencionado. La más espectacular es la creación de una puerta en el lado oriental, dotada en sus flancos por una torre de base maciza y un bastión. El vano es cerrado por una doble puerta de dos hojas con escasa separación entre sí. El otro refuerzo consiste en una enorme torre o bastión en el ángulo SE del circuito amurallado. Todas estas edificaciones sugieren un establecimiento militar, un fortín, cuya justificación podría estar relacionada con las crisis bélicas de primera mitad del siglo I a. C. (guerras sertorianas y cesarianas).
Dentro del espacio cercado no se han localizado por ahora otras construcciones relacionadas claramente con esta fase. Sólo un gran edificio de planta cuadrangular, donde posteriormente se ubicará el foro augusteo, presenta una cronología que puede se acorde con las fortificaciones mencionadas, pero su fecha es por ahora imprecisa, sólo podemos decir que es del siglo I a. C., anterior a su último cuarto.
El municipio
A partir del tercer cuarto del siglo I a. C. se asiste a la creación de la ciudad romana. La trama viaria adopta una retícula groseramente ortogonal condicionada por el perímetro urbano fijado en la muralla republicana. Se remodela la Puerta Oriental y ahora es una construcción civil, desprovista del carácter militar anterior. Se construye el foro y las termas llamadas «de Popilio». Toda esta efervescencia urbana ha de estar relacionada con el ascenso a municipio de derecho latino del núcleo urbano en época augustea, hecho deducido por la cita de Plinio el Viejo (Nat. Hist., III, 3).
Del paisaje urbano creado merece destacarse el pequeño foro que se ha excavado parcialmente hace poco tiempo. Se ha sacado a la luz el área de la plaza, rodeada de tres pórticos (el sureste doble), que está delimitada al NE por pedestales de estatua que flanquean la vía que suponemos atravesaba transversalmente el complejo forense que quedaba delimitada a este y oeste por sendas puertas. Esta forma arquitectónica nos hace suponer que al otro lado de la calle hubo de situarse el templo, quizá uno de los mencionados en la epigrafía (CIL II, 3563 y 3557). En enero de 2005 se iniciará la excavación que pretende exhumar la posible área religiosa de este foro. Con el foro se construyen las termas mencionadas, un edificio a caballo entre los edificios balnearios republicanos e imperiales, ya que sólo cuenta con hypocaustum en el alveus y en el caldario.
Lucentum disfruta de vigor urbano durante los tres primeros cuartos del siglo I d. C. En este momento la ciudad se dota de alcantarillado en algunas calles y amplía la oferta termal con la construcción de otro edificio en el lado SO (las llamadas «termas de la muralla»). Este período de despegue se advierte también en el territorio inmediato con la construcción de numerosas villae. Asimismo, barrios suburbanos se extendieron por las vertientes, sobre todo la recayente al mar y en la costa se instalaron factorías de salazones. Probablemente de este momento de auge es el embarcadero excavado recientemente en el lado oriental de la zona húmeda, junto a la costa, de no muy grandes dimensiones ya que sólo podría servir para el atraque de barcazas, pero que remarca el carácter comercial del municipio.
De igual modo, la necrópolis romana, localizada al pie de la vertiente oriental, en el área llamada de Fapegal-Parque de las Naciones, tiene un inicio de finales del siglo I a. C. y sería, por tanto, el cementerio que arranca con la etapa municipal. Las primeras tumbas documentadas presentan urnas cinerarias ibéricas (con decoración simbólica tipo «Elche-Archena»), lo que sugiere un componente social en gran parte indígena, acompañadas de ajuares con Terra Sigillata Itálica y campanienses B-oides.
A partir de época flavia el municipio entra en decadencia: las cloacas se colmatan y a partir de finales del siglo I ya no hay mantenimiento de este servicio. En la segunda mitad del siglo II y principios del siglo III se expolian las construcciones y las superficies de circulación no siguen el trazado viario de inicios del Imperio. La crisis, prolongada, hay que enmarcarla en el contexto regional, sobre todo por el desarrollo de la vecina Ilici. En contraste con Lucentum, la colonia ilicitana, mejor situada en la trama viaria regional y con un ager enorme y de gran rendimiento agrícola y además con un gran puerto (el Portus Ilicitanus en Santa Pola), mermó la capacidad económica lucentina. Ilici disfrutó de una gran prosperidad en época altoimperial reflejada en su paisaje urbano y en los elementos de ornamentación (mosaicos, esculturas, etc.) a diferencia de la situación de abatimiento de Lucentum.
El último acto de ocupación en el Tossal de Manises lo protagonizan los difuntos. Sobre las ruinas de los edificios romanos, se establece un extenso cementerio islámico, probablemente anterior al siglo XI. No conocemos sin embargo la ubicación del núcleo de población altomedieval. Quizá estuviera en la vertiente suroeste descendente al mar, en una zona hoy totalmente construida.
Un yacimiento visitable
El Tossal de Manises es, en la actualidad, un yacimiento abierto al público gracias a los trabajos de puesta en valor llevados a cabo en los últimos años, a iniciativa y financiación de la Diputación de Alicante a través del Museo Arqueológico Provincial y el Servicio de Arquitectura. La dirección ha corrido a cargo de los autores de este texto, M. Olcina Doménech (conservador de Arqueología del MARQ) y Rafael Pérez Jiménez (director del Área de Arquitectura y Conservación). El proceso de recuperación consistió en una primera fase de documentación y consolidación de los restos excavados anteriormente, y una segunda fase de musealización que dotó al yacimiento de los elementos necesarios (itinerario, información, mobiliario, infraestructuras y servicios), para posibilitar la visita pública.
El visitante se acerca al yacimiento ascendiendo por la vertiente oriental y accede al mismo a través de un pequeño edificio de acogida donde encuentra los primeros elementos de información. A continuación puede recorrer el espacio urbano penetrando por la puerta urbana y, recorriendo las calles romanas, contemplar los principales edificios antiguos: murallas, foro, termas, tabernae, etc., un itinerario jalonado por una veintena de paneles informativos. Puede acceder también a la parte superior del cerro desde donde, a pesar de la intensa urbanización contemporánea, es posible entrever el entorno geográfico. El yacimiento puede ser recorrido en su práctica totalidad por personas con minusvalías físicas debido al esfuerzo realizado en la supresión de barreras arquitectónicas. Cuenta con servicio de seguridad las 24 horas del día con sistemas de alarma instalados en la valla perimetral y asimismo es vigilado por medio de cámaras de seguridad, colocadas en las torres de iluminación cuya luz permite la visita nocturna en los meses de verano. A mitad del recorrido se ha habilitado un espacio arbolado desde donde se puede contemplar la bahía de la Albufereta y cerca de la entrada existe un pequeño edificio con terraza aneja que cuenta con aseos públicos y una dependencia con máquinas expendedoras de refrescos. Asimismo se ha dispuesto un jardín con especies autóctonas de árboles y arbustos cada uno de los cuales dispone de una ficha explicativa sobre el origen de la especie y, en su caso, usos en la Antigüedad.
El horario de visitas es de 9 a 12 h. y de 19 a 22 h. de junio a septiembre, y de 16 a 18 h. el resto del año. Domingos y festivos de 10 a 14 h. Las entradas pueden ser adquiridas en el propio yacimiento o en el MARQ.
En este Museo están depositados todos los materiales arqueológicos exhumados desde las primeras campañas en los años 30 del siglo XX y en su sala de Cultura Romana están expuestos muchos de ellos, así como dibujos de reconstrucción urbana y otros elementos informativos. Merece destacarse la gran proyección, en la que a través de nueve escenas que combinan escenarios infográficos de gran calidad y personajes reales, el visitante contempla la reconstrucción de partes de la ciudad romana (que ha visto o verá en el yacimiento) y su entorno rural y costero, así como escenas de la vida cotidiana.
Por último, en la página www.peregrinus.org de Internet, es posible contemplar la reconstrucción infográfica de varios edificios de Lucentum a partir de su estado de conservación actual.
Bibliografía básica
OLCINA DOMÉNECH, M., «El Tossal de Manises en época romana», en Historia de la ciudad de Alicante. Edad Antigua, Alicante, 1990, vol. I, pp. 151-188.
«Las primeras excavaciones en Lucentum (El Tossal de Manises, Alicante)», en La Cultura Ibérica a través de la fotografía de principios del siglo XX. El litoral mediterráneo, Madrid, 2000, pp. 109-117.
«Lucentum», en Valencia y las primeras ciudades romanas de Hispania, Valencia, 2002, pp. 255-266.
OLCINA DOMÉNECH, M.; PÉREZ JIMÉNEZ, R., La ciudad ibero-romana de Lucentum (El Tossal de Manises, Alicante). Introducción a la investigación del yacimiento arqueológico y su recuperación como espacio público, Alicante, 1998.
«Lucentum: la ciudad y su entorno», en "Las ciudades y los campos de Alicante en época romana", Canelobre, 48, 2003, pp. 90-119, Alicante.
OLCINA DOMÉNECH, M.; RAMÓN SÁNCHEZ, J., Las cerámicas africanas de Lucentum (Tossal de Manises, Alicante): los fondos antiguos del Museo Arqueológico Provincial y consideraciones en torno a la decadencia de la ciudad romana. Scripta in Honorem E. Llobregat, Alicante, 2000, pp. 391-431.
Fuente: Cervantes Virtual ANTIGUA-
Enlace: http://www.cervantesvirtual.com/portal/Antigua/lucentum.shtml
-----------------------------------------------------------------------
Enlaces relacionados:
CONTESTANIA.COM: Tossal de Manises (Lucentum) y necrópolis de la Albufereta
http://www.contestania.com/albufereta.htm
La ciudad ibero-romana de Lucentum. Introducción a la investigación del yacimiento arqueológico y su recuperación como espacio público. El Tossal de Manises. Alicante.
Autores/Authors:
Rafael Pérez Jiménez (arquitecto/architect)
Manuel Olcina Doménech (arqueólogo/archaeologist)
http://www.via-arquitectura.net/01_prem/01p-116.htm
Ayuntamiento de Alicante
http://www.alicante-ayto.es/ingles/culture/patri-excavaciones.html
0 comentarios