México. Presentan lápidas aztecas halladas en Templo Mayor
Foto: Las piedras representan dioses, sacerdotes y guerreros
Notimex, 1 de febrero de 2005
Un conjunto de 14 lápidas de piedra volcánica basáltica, con representaciones talladas en bajorrelieve, de diversos dioses, sacerdotes y guerreros aztecas, fue encontrado bajo el piso de la fachada principal del Templo Mayor, edificio primordial de lo que fuera la ciudad antigua de Tenochtitlan.
El hallazgo, realizado por los arqueológos del Proyecto Templo Mayor del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en diciembre pasado, anticipa hasta en 20 años la fecha de inicio de la fase artística azteca, conocida como imperial o maduro, caracterizada por un tener un estilo depurado y naturalista.
En rueda de prensa, el arqueólogo Leonardo López Luján, coordinador del proyecto, señaló que con el descubrimiento se ubica con certeza que los monolitos como el de la diosa Coyolxauhqui y otras esculturas contemporáneas a la misma, datan del reinado de Moctezuma I, que comprende los años de 1440 a 1469.
Anteriormente, explicó, se creía que el inicio de la etapa de máximo desarrollo artístico mexica, databa del reinado de Axayacatl, entre los años de 1469 a 1481, lo que podría suponer un reordenamiento de lo que hasta ahora se sabía sobre los elementos constructivos, el área de dominio de la Triple Alianza, o la relación de Tenochtitlan con otros pueblos.
Como parte de los trabajos de la sexta temporada de campo del proyecto, iniciado en 1978, López Luján afirmó que las piezas fueron creadas en la primera subfase de la etapa cuarta, lo que ubica otros trabajos similares al de las lápidas fuera del periodo tardío, que era sobre todo un arte más simétrico y esquemático.
Por el contrario, el periodo correspondiente al arte imperial que ahora se piensa comenzó más atrás en la historia, se caracterizaba por el uso de materias primas más ricas, más seleccionadas, son rocas que no tienen imperfecciones, comentó.
Además, continuó, se incluían monolitos de más grandes dimensiones en las que se utilizaba más gente para traer los bloques de las canteras, este periodo, es también un estilo más detallado, más cuidadoso, donde las figuras humanas, animales o vegetales son más naturalistas, el detalle y la perfección en esta etapa es inigualable.
Las lápidas fueron localizadas a poco más de un metro de profundidad, frente a la fachada principal del Templo Mayor, los arqueólogos estiman que estuvieron empotradas en su fachada.
Una vez que fueron quitadas se colocaron de manera simbólica al pie de la pirámide y cubiertas con tierra, para después construir sobre ellas una de las 12 posibles ampliaciones que sufrió el edificio.
Las gruesas placas de piedra representan en su mayoría al Dios Tláloc (de la lluvia) o a Huitzilopochtli (de la guerra), así como moños solares, un guerrero que porta un penacho con plumas de águila y una bandera, en otra de ellas se distingue a dos serpientes marcadas por recuadros y una más representa una planta de maíz.
Sin lugar a dudas, señaló López Luján, cuando se depositaron las lápidas se hizo con mucho cuidado, fueron colocadas de manera ordenada al pie de la pirámide una tras otra, boca abajo y cubiertas por una capa de tierra muy fina, para que no se dañaran, justo al pie y en el centro de la pirámide, el lugar principal de ésta.
Luego de que finalice la fase análisis del hallazgo, el Museo del Templo Mayor montará una exposición temporal que podría estar lista en los meses de septiembre u octubre de este año, para dar a conocer al público en general los resultados de la sexta fase del proyecto.
El plan comprende además la exploración de la parte baja de las serpientes que lucen sobre las pirámides y que dijo el arqueólogo contienen cubos de piedra que guardan lo que eran tesoros para los aztecas, como: conchas, caracoles, cuentas de piedra verde e imágenes de jade.
---------------------------------------------------------------
Determinan nueva datación del monolito de la diosa Coyolxauhqui
Surgen elementos novedosos para abordar la fecha de madurez del estilo arquitectónico mexica, anuncia arqueólogo. Trabajos en tres de las 11 serpientes de ese recinto
Por ANA MONICA RODRIGUEZ, La Jornada, 1 de febrero de 2005
Científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron 14 lápidas a un metro de profundidad de la fachada del Templo Mayor y, según revelan los primeros estudios, corresponden a un periodo anterior al reinado de Moctezuma I.
Como parte de las investigaciones de la sexta temporada de campo que se inició en octubre, el equipo multidisplinario adscrito al INAH logró una nueva datación del monolito de piedra de la diosa Coyolxauhqui. Estos resultados, según explicó Leonardo López Luján, quien coordina la fase actual de trabajos, aportan nuevos elementos a la discusión académica respecto de la fecha de madurez del estilo escultórico imperial mexica.
Con los estudios realizados a partir de la secuencia constructiva del Templo Mayor, explicó López Luján, ''se concluye que la Coyolxauhqui y otras esculturas contemporáneas a la misma datan del reinado de Moctezuma I (1440-1469 dC)''.
Explicó: ''En el ámbito académico existe una discusión de cuándo fueron construidos, tallados, colocados y consecuentemente, quién fue el rey que colocó los monolitos''.
Antes, añadió, ''habían sido fechados en la Etapa IV B, pero ahora debido a estos trabajos sabemos que dichos monolitos fueron reutilizados en dos ocasiones y que su creación se remonta a la primera subfase de la Etapa IV A''.
Y eso conlleva, dijo, a que ''ese arte tan excelso ejemplificado con la Coyolxauhqui se fecharía no en épocas posteriores -según se había dicho en el reinado de Axayácatl (1469-1481)-, y también revela que el monolito no fue construido a raíz de la derrota que infligieron los mexicas de Tenochtitlán a los de Tlatelolco, sino que probablemente es un monumento asociado con la conquista anterior, en época de Moctezuma I''.
Ornamentación antes de Moctezuma
Sobre las 14 lápidas halladas al pie de la fachada principal del Templo Mayor, López Luján explicó que durante el proceso de investigación en torno de los sistemas constructivos y a las secuencias arquitectónicas se demostró que esas piezas sirvieron de soporte para edificar una de las ampliaciones de las 12 realizadas en la pirámide.
El arqueólogo agregó que las lápidas encontradas en la etapa constructiva IV B están talladas en bajorrelieve, esculpidas en piedra basáltica y muestran imágenes de dioses de la lluvia, plantas de maíz, guerreros, moños y fechas calendáricas.
No obstante, según los primeros estudios de los especialistas develan que dichas lápidas formaron parte de la ornamentación de una etapa más antigua a Moctezuma y colocadas de manera ordenada al pie de la pirámide tras un contexto ritual.
Abundó: ''Antes estuvieron empotradas en la fachada principal del templo y en una de las tantas remodelaciones que tuvo la pirámide fueron arrancadas de los muros, ritualmente enterradas y cubiertas con toneladas de tierra y de piedra para levantar sobre ella la siguiente ampliación, que es la que nosotros llamamos la Etapa IV B''.
Leonardo López Luján explicó que las investigaciones de la sexta temporada concluirán en el segundo semestre de este año y que también ''ahora estamos excavando bajo las cabezas de serpientes, donde sabemos que los mexicas acostumbraban poner regalos a sus dioses y muertos''.
En esta temporada, continuó el especialista, sólo trabajaremos en tres de las 11 serpientes existentes. ''Ahora los arqueólogos exploran en la que descubrió Manuel Gamio en 1913 y bajo la cual se podrían encontrar verdaderos tesoros, como conchas, caracoles, cuentas de piedras verdes o imágenes en jade.''
El proyecto Templo Mayor se inició en 1978 y ha comprendido temporadas de campo realizadas en 1982, 1987, 1989, 1991-1992, 1994-1997 y la actual que culminará en este 2005.
En el contexto del aniversario 27 del hallazgo de la Diosa Coyolxauhqui, la zona arqueológica organiza un ciclo de conferencias a partir del 12 de febrero.
Eduardo Matos abrirá, ese día, con Coyolxauhqui; el día 19, la restauradora María Luisa Franco expondrá Los cuidados de una diosa, y María Teresa Uriarte, directora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, cerrará el día 26 con La iconografía de Coyolxauhqui y la consolidación del poderío mexica.
Notimex, 1 de febrero de 2005
Un conjunto de 14 lápidas de piedra volcánica basáltica, con representaciones talladas en bajorrelieve, de diversos dioses, sacerdotes y guerreros aztecas, fue encontrado bajo el piso de la fachada principal del Templo Mayor, edificio primordial de lo que fuera la ciudad antigua de Tenochtitlan.
El hallazgo, realizado por los arqueológos del Proyecto Templo Mayor del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en diciembre pasado, anticipa hasta en 20 años la fecha de inicio de la fase artística azteca, conocida como imperial o maduro, caracterizada por un tener un estilo depurado y naturalista.
En rueda de prensa, el arqueólogo Leonardo López Luján, coordinador del proyecto, señaló que con el descubrimiento se ubica con certeza que los monolitos como el de la diosa Coyolxauhqui y otras esculturas contemporáneas a la misma, datan del reinado de Moctezuma I, que comprende los años de 1440 a 1469.
Anteriormente, explicó, se creía que el inicio de la etapa de máximo desarrollo artístico mexica, databa del reinado de Axayacatl, entre los años de 1469 a 1481, lo que podría suponer un reordenamiento de lo que hasta ahora se sabía sobre los elementos constructivos, el área de dominio de la Triple Alianza, o la relación de Tenochtitlan con otros pueblos.
Como parte de los trabajos de la sexta temporada de campo del proyecto, iniciado en 1978, López Luján afirmó que las piezas fueron creadas en la primera subfase de la etapa cuarta, lo que ubica otros trabajos similares al de las lápidas fuera del periodo tardío, que era sobre todo un arte más simétrico y esquemático.
Por el contrario, el periodo correspondiente al arte imperial que ahora se piensa comenzó más atrás en la historia, se caracterizaba por el uso de materias primas más ricas, más seleccionadas, son rocas que no tienen imperfecciones, comentó.
Además, continuó, se incluían monolitos de más grandes dimensiones en las que se utilizaba más gente para traer los bloques de las canteras, este periodo, es también un estilo más detallado, más cuidadoso, donde las figuras humanas, animales o vegetales son más naturalistas, el detalle y la perfección en esta etapa es inigualable.
Las lápidas fueron localizadas a poco más de un metro de profundidad, frente a la fachada principal del Templo Mayor, los arqueólogos estiman que estuvieron empotradas en su fachada.
Una vez que fueron quitadas se colocaron de manera simbólica al pie de la pirámide y cubiertas con tierra, para después construir sobre ellas una de las 12 posibles ampliaciones que sufrió el edificio.
Las gruesas placas de piedra representan en su mayoría al Dios Tláloc (de la lluvia) o a Huitzilopochtli (de la guerra), así como moños solares, un guerrero que porta un penacho con plumas de águila y una bandera, en otra de ellas se distingue a dos serpientes marcadas por recuadros y una más representa una planta de maíz.
Sin lugar a dudas, señaló López Luján, cuando se depositaron las lápidas se hizo con mucho cuidado, fueron colocadas de manera ordenada al pie de la pirámide una tras otra, boca abajo y cubiertas por una capa de tierra muy fina, para que no se dañaran, justo al pie y en el centro de la pirámide, el lugar principal de ésta.
Luego de que finalice la fase análisis del hallazgo, el Museo del Templo Mayor montará una exposición temporal que podría estar lista en los meses de septiembre u octubre de este año, para dar a conocer al público en general los resultados de la sexta fase del proyecto.
El plan comprende además la exploración de la parte baja de las serpientes que lucen sobre las pirámides y que dijo el arqueólogo contienen cubos de piedra que guardan lo que eran tesoros para los aztecas, como: conchas, caracoles, cuentas de piedra verde e imágenes de jade.
---------------------------------------------------------------
Determinan nueva datación del monolito de la diosa Coyolxauhqui
Surgen elementos novedosos para abordar la fecha de madurez del estilo arquitectónico mexica, anuncia arqueólogo. Trabajos en tres de las 11 serpientes de ese recinto
Por ANA MONICA RODRIGUEZ, La Jornada, 1 de febrero de 2005
Científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron 14 lápidas a un metro de profundidad de la fachada del Templo Mayor y, según revelan los primeros estudios, corresponden a un periodo anterior al reinado de Moctezuma I.
Como parte de las investigaciones de la sexta temporada de campo que se inició en octubre, el equipo multidisplinario adscrito al INAH logró una nueva datación del monolito de piedra de la diosa Coyolxauhqui. Estos resultados, según explicó Leonardo López Luján, quien coordina la fase actual de trabajos, aportan nuevos elementos a la discusión académica respecto de la fecha de madurez del estilo escultórico imperial mexica.
Con los estudios realizados a partir de la secuencia constructiva del Templo Mayor, explicó López Luján, ''se concluye que la Coyolxauhqui y otras esculturas contemporáneas a la misma datan del reinado de Moctezuma I (1440-1469 dC)''.
Explicó: ''En el ámbito académico existe una discusión de cuándo fueron construidos, tallados, colocados y consecuentemente, quién fue el rey que colocó los monolitos''.
Antes, añadió, ''habían sido fechados en la Etapa IV B, pero ahora debido a estos trabajos sabemos que dichos monolitos fueron reutilizados en dos ocasiones y que su creación se remonta a la primera subfase de la Etapa IV A''.
Y eso conlleva, dijo, a que ''ese arte tan excelso ejemplificado con la Coyolxauhqui se fecharía no en épocas posteriores -según se había dicho en el reinado de Axayácatl (1469-1481)-, y también revela que el monolito no fue construido a raíz de la derrota que infligieron los mexicas de Tenochtitlán a los de Tlatelolco, sino que probablemente es un monumento asociado con la conquista anterior, en época de Moctezuma I''.
Ornamentación antes de Moctezuma
Sobre las 14 lápidas halladas al pie de la fachada principal del Templo Mayor, López Luján explicó que durante el proceso de investigación en torno de los sistemas constructivos y a las secuencias arquitectónicas se demostró que esas piezas sirvieron de soporte para edificar una de las ampliaciones de las 12 realizadas en la pirámide.
El arqueólogo agregó que las lápidas encontradas en la etapa constructiva IV B están talladas en bajorrelieve, esculpidas en piedra basáltica y muestran imágenes de dioses de la lluvia, plantas de maíz, guerreros, moños y fechas calendáricas.
No obstante, según los primeros estudios de los especialistas develan que dichas lápidas formaron parte de la ornamentación de una etapa más antigua a Moctezuma y colocadas de manera ordenada al pie de la pirámide tras un contexto ritual.
Abundó: ''Antes estuvieron empotradas en la fachada principal del templo y en una de las tantas remodelaciones que tuvo la pirámide fueron arrancadas de los muros, ritualmente enterradas y cubiertas con toneladas de tierra y de piedra para levantar sobre ella la siguiente ampliación, que es la que nosotros llamamos la Etapa IV B''.
Leonardo López Luján explicó que las investigaciones de la sexta temporada concluirán en el segundo semestre de este año y que también ''ahora estamos excavando bajo las cabezas de serpientes, donde sabemos que los mexicas acostumbraban poner regalos a sus dioses y muertos''.
En esta temporada, continuó el especialista, sólo trabajaremos en tres de las 11 serpientes existentes. ''Ahora los arqueólogos exploran en la que descubrió Manuel Gamio en 1913 y bajo la cual se podrían encontrar verdaderos tesoros, como conchas, caracoles, cuentas de piedras verdes o imágenes en jade.''
El proyecto Templo Mayor se inició en 1978 y ha comprendido temporadas de campo realizadas en 1982, 1987, 1989, 1991-1992, 1994-1997 y la actual que culminará en este 2005.
En el contexto del aniversario 27 del hallazgo de la Diosa Coyolxauhqui, la zona arqueológica organiza un ciclo de conferencias a partir del 12 de febrero.
Eduardo Matos abrirá, ese día, con Coyolxauhqui; el día 19, la restauradora María Luisa Franco expondrá Los cuidados de una diosa, y María Teresa Uriarte, directora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, cerrará el día 26 con La iconografía de Coyolxauhqui y la consolidación del poderío mexica.
3 comentarios
Alitzel -
Julio Cesar Galicia Madrigal -
Anónimo -