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Terrae Antiqvae

Hispania romana

La villa romana de San Pedro (Ávila), una de las de mayor tamaño que se han encontrado

Las excavaciones de los mosaicos que ha venido sufragando en los tres últimos años la Diputación de Ávila en la villa romana de San Pedro del Arroyo han dejado al descubierto la que, posiblemente, sea "una de las villas romanas de mayor tamaño y con una historia muy compleja, pero que la hace sumamente atractiva". 

Así lo afirma el catedrático de Arqueología de la Universidad de Valladolid y director de las excavaciones de la Villa Romana de La Olmeda (Palencia), José Antonio Abasolo, quien señala que esta villa de considerable tamaño "puede deparar aún muchas sorpresas", pues "nos hemos encontrado con mosaicos rotos por tumbas", aunque estas también forman parte de la secuencia histórica del lugar. 

Se trata de "una de las más grandes", afirma, augurando un "gran futuro", pues, "a la vista de los mosaicos, de las dimensiones del patio y de los descubrimientos que se han producido en la última campaña -este verano, ya que los trabajos finalizan esta semana y se prevé retomarlos en el verano de 2009, pues los mosaicos han de quedar protegidos del frío, que los agrieta-, su importancia se incrementará".

 

Nuevas excavaciones 

En estos tres años se ha conseguido excavar 1.000 metros cuadrados, aunque la finca adquirida por la Diputación se extiende unos 15.000 metros cuadrados. 

El presidente de la institución abulense, Agustín González, que visitó este martes las excavaciones, recordó que los descubrimientos realizados en todo este tiempo "nos anima a seguir con nuevas excavaciones", ya que "hemos empezado a ver unas habitaciones que podrían extenderse aún más", así como "nuevas habitaciones". 

Por eso, "la previsión no puede faltar", avanzó el presidente de la Diputación, puntualizando que "esperamos tener un presupuesto anual" para las excavaciones. De momento, las dos últimas fases -durante tres meses- han supuesto una inversión de 30.000 euros cada una, por lo que Agustín González instó a la Junta de Castilla y León a otorgar una "ayuda generosa", una vez que "estamos demostrando que sí merece la pena no cerrar y dejarlo como está ahora".

 

"Queremos dejar definida la categoría de esta villa y, después, pensar cómo la valorizamos para que se pueda visitar", además de convertirla en "un punto de referencia" en la Comunidad. 

Novedades 

Al respecto, Rosalía Serrano, directora de las excavaciones que ha venido realizando la empresa Foramen S.L. -integrada por ocho personas; entre ellas, un dibujante-fotógrafo y, desde el año pasado, una restauradora, que efectúa trabajos de consolidación de las zonas en peor estado de los mosaicos- detalló que las dos últimas campañas se han orientado a "intentar definir" la planta de la villa, datada en torno a los siglos III-IV d.C., que es "cuando se produce el fenómeno de monumentalización de este tipo de estructuras en el noroeste de la península". 

"Teníamos vistos los límites hacia el este y este año hemos intentado buscar los límites hacia el oeste", indica, añadiendo que se han abierto dos espacios, de unos 200 metros cuadrados cada uno, que han dejado al descubierto "un muro de cierre o que segrega la zona residencial hacia el oeste", mientras que, hacia el sur, se ha encontrado un nuevo mosaico, con motivos geométricos y que "quizá sea el cierre, al oeste, de un patio central" con el que podría contar la residencia, aunque esto no se ha confirmado.

 

Desde el pasillo descubierto -30 metros de longitud por 3 de ancho-, también hacia el oeste, ha aparecido un mosaico nuevo que "puede indicar una habitación que hasta ahora no habíamos visto". 

Así, la zona que ahora puede verse correspondería a la parte residencial de "una gran estructura de habitación" que, además de la residencia -con pavimentos más elaborados-, contaría con una parte rústica integrada por una zona de talleres, transformación de materia prima... "una gran estructura autosuficiente, con sus redes de comercio y que se autoabastecería", además de contar con un complejo termal de baños, etc. 

Pero esto aún está por descubrir, ya que, de momento, sólo se ha excavado -se encuentran los mosaicos a apenas 30 centímetros de profundidad- parte de la residencia. 

Sociedad 

Asegura, por otra parte, José Antonio Abasolo, que el descubrimiento de estos restos arqueológicos -hasta ahora, se han encontrado ocho mosaicos diferentes- permite conocer más aún sobre la cultura romana y su forma de vida, aunque "nos queda mucho por conocer". 

"Empezamos a hacernos la idea ahora de cómo era esa sociedad, con unos aristócratas que, en el Bajo Imperio, aburridos o porque ya las ciudades no cumplían la función administrativa que tenían en el Alto Imperio, pasan a ejercer la misma autoridad, pero en un sitio de ocio, contemplando, por ejemplo, unos mosaicos en los que puede deleitarse" y en los que aparecen representados, como en el caso de los encontrados en San Pedro del Arroyo, escenas mitológicas -mosaico de Meleagro- o de caza. 

Es, precisamente, una escena de caza una de las descubiertas esta vez, cerca del mosaico de Meleagro, que contiene una liebre y dos perdices, y de la que se aventura formarían parte varios octógonos que aparecen rotos por tumbas de época posterior -son de dos épocas: visigodas y medievales (posiblemente, alto medievales, aunque no se ha confirmado), ubicadas en lo que podría ser un cementerio junto a una ermita de la que se han hallado paredes y que pertenecería a la época tardo medieval-.

Vía: C.T.I. | Ávila digital.com, 23 de septiembre d 2008 

La huella romana en Vigo es de una sandalia

Foto: Esta suela pertenece a una talla de calzado correspondiente al 38. Los cerca de 24 centímetros que mide la suela de la fotografía se corresponderían en la actualidad con la talla 38. Aunque no existe una equivalencia exacta entre tamaño de pie y altura, el dueño de esta suela podría medir alrededor de un metro y sesenta y cinco centímetros.  

En la excavación realizada en Rosalía de Castro aparecieron tres suelas de «cáligas» romanas cuya antigüedad oscila entre los 1.800 y los 1.600 años. Además de la gran salina localizada en el solar de Rosalía de Castro, los arqueólogos también hallaron otras estructuras pétreas que pudieron ser utilizadas para el almacenaje de la sal. 

La huella romana en Vigo es un hecho incuestionable. Y más ahora que incluso podemos ver el calzado que la provocó. Son tres suelas de sandalia datadas entre el siglo II y el IV, aparecidas durante la intervención arqueológica dirigida por María Jesús Iglesias Darriba en la unidad de actuación urbanística de Rosalía de Castro II.

La aparición de materiales orgánicos antiguos es muy infrecuente en Galicia debido a la acidez de los suelos, pero en esta ocasión hubo mucha suerte. Las suelas y otros materiales orgánicos, como un tronco de árbol, ramas, semillas de melocotón, cáscaras de nueces y castañas, una fuente de madera y fragmentos de cuero trabajado, quedaron depositados sobre la salina existente en esta zona durante el siglo I. El descenso del nivel del mar y la acción del viento fue consolidando este terreno en unas condiciones adecuadas para la pervivencia de estos materiales, que acabaron siendo fosilizados. 

Las suelas de las sandalias todavía permiten ver el claveteado de este calzado usado habitualmente por los soldados romanos. Este tipo de calzado era conocido con el nombre de cáliga y se aseguraba en el propio pie y en el tobillo mediante unas correas. Su suela estaba guarnecida de clavos algo sobresalientes que aseguraban la estabilidad de quien las portaba. 

Mote de Calígula 

Las cáligas dieron el sobrenombre militar al emperador Calígula, diminutivo de cáligas, algo así como «Sandalitas», que teniendo en cuenta el carácter que se gastaba Cayo Julio César Augusto Germánico, a buen seguro que provocó más de un disgusto entre su tropa. 

Este hallazgo quedó documentado en la fase VI del yacimiento, que se corresponde contextualmente con la fosilización de la salina altoimperial y su nivelación de suelos en época tardorromana. Es decir, las suelas localizadas pueden tener entre 1.800 y 1.600 años, un amplio espectro cronológico que no ha podido ser concretado más debido a la ausencia de estructuras pétreas en este estrato.

Los arqueólogos encargados de este trabajo sí localizaron diverso material cerámico. Tanto cerámica común, como de transporte, de construcción y terra sigillata hispánica y gálica. 

La intervención arqueológica, que todavía sigue su curso en zonas marginales del yacimiento de Rosalía de Castro, proporcionó hasta ocho estratos diferentes, que recorren el terreno desde un nivel de limos y de arena, hasta la época moderna, aunque la propia arqueóloga en su evaluación reconoce que esta secuencia estratigráfica tiene matizaciones puntuales. La intervención arqueológica fue precedida por unos sondeos realizados a comienzos del año 2006 por el arqueólogo Víctor J. Barbeito Pose. 

La campaña comenzó el 3 de julio del 2006, con el desmonte mecánico de los restos contemporáneos, y finalizó el 19 de enero del 2007, después de excavar manualmente 1.160 metros cuadrados, repartidos en dos áreas. 

Vía: Jorge Lamas | La Voz de Galicia, FOTOS DE LA CONSELLERÍA DE CULTURA, 23 de septiembre de 2008 

Artículo relacionado en el foro de Terrae Antiqvae: Hallan 4 hornos romanos en las obras del puerto seco de Vigo  

 

La antigua ciudad romana de Acci sale a escena

Aparecen restos arqueológicos en Guadix que se atribuyen a un teatro romano del siglo I de nuestra era.

A los pies del Torreón del Ferro, a la sombra de la antigua muralla de la ciudad, junto a la catedral, en la Huerta de los Lao, estas son las claves para localizar lo que podría ser un gran descubrimiento arqueológico. Un muro de más de cuarenta metros de largo, fustes de columnas, sillares y material cerámico nos hablan de un edificio de gran envergadura. Nos lleva hasta el siglo primero de nuestra era, hasta el Acci romano. La historia se repite, la construcción de un aparcamiento subterráneo y la aparición de restos arqueológicos. Esto ocurrió el pasado verano y a partir de ahí todo se inició la investigación y todos los procesos habituales que acompañan este tipo de hallazgos. La investigación tomó un giro cuando se comprobó hace diez días que el hallazgo podría ser el de un edificio importante, tal vez, un teatro romano.

¿Qué se ha encontrado? De momento un gran muro de cuarenta y tres metros de largo con siete metros de altura en la cimentación. Todo hace pensar que un muro de estas características está pensado para soportar una estructura de unos seis o siete metros, según López.

El arqueólogo comenta todos los datos con cautela, pero todo hace pensar que podríamos estar pisando el escenario del antiguo teatro romano de Julia Gemela Acci, o para hablar con propiedad, del 'proscaenium'. Pero hay más datos que apuntan a un teatro. Por la disposición del muro, por los cierres y por estar enfrentado al cerro sobre el que se asienta Guadix y en espacio cóncavo de la muralla podemos ver con nuestra imaginación la cávea, es decir, la grada. Aunque Antonio López vuelve a insistir en la necesidad de ser cautos. Hay otro indicio que apunta a la posibilidad de que se trate de un teatro romano y es que este tipo de edificios se construían en las afueras de las ciudades y éste está apoyado sobre la muralla de la antigua Acci.

Nada es por casualidad

¿Cómo se confirmaría que se trata del teatro romano? Pues cuando se descubra la cavea que es lugar hacia donde ahora se dirigen las investigaciones. Un dato para pensar en el que reflexiona Antonio López: «Los árabes cuando construyeron la muralla no hicieron ese retranqueo por casualidad, lo más lógico es que la hubiesen construido recta». Por tanto, la curva del comienzo del Paseo Ismael González de la Serna puede apuntar a la cavea del teatro que ha vuelto a salir a la luz.

El descubrimiento también ha despertado el interés del alcalde de Guadix, Santiago Pérez (PP), quien manifestó que «seguiremos expectantes a los resultados de los trabajos». Pérez López ha manifestó también su satisfacción ante el avance de los trabajos «ya que, según parece, el hallazgo podría no afectar tanto como en principio parecía al proyecto de aparcamiento existente en ese solar», porque según se comunicó desde Cultura en los primeros momentos del hallazgo «no podrá realizarse ningún tipo de obras hasta no haber finalizado la intervención arqueológica, puesto que las obras a ejecutar deberán contemplar medidas correctoras en caso de afección a bienes de naturaleza arqueológica».

Entre los sorprendidos también se encuentran los amantes de la cultura clásica. Antonio González Amador, miembro de la Asociación Culturaclásica.com destacó que de confirmase que estamos ante un teatro supondría encuadrar a la antigua Acci como una ciudad de primer orden en el mapa de la Bética. Además, supone dar «por fin» un referente romano a Guadix que se complementarían con todos los hallazgos de la última década.

Fuente: J. J. PÉREZ / Ideal.es, 2 de abril de 2008

FOTOS: TORCUATO FANDILA / VÍDEO: J.J. PÉREZ

 

El yacimiento arqueológico de la villa romana de Arellano se abre hoy al público

 

Foto: El yacimiento arqueológico de la villa romana de Arellano abre hoy sus puertas al público para dar a conocer la historia de este lugar. Las visitas a esta antigua casa romana, que permanecerá abierta durante la Semana Santa, serán gratis hasta el próximo mes de junio, momento en que se producirá la inauguración oficial. MONTXO A.G.

El yacimiento arqueológico de la villa romana de Arellano se abre hoy al público para dar a conocer la historia de este lugar, que entre los siglos I y III d.C. contó con un sistema para la elaboración de vino y se convirtió en un centro religioso de culto a Cibeles y Attis.

La existencia de esta villa era conocida desde finales del siglo XIX gracias a las numerosas referencias que había a un mosaico que fue encontrado en los últimos días de 1882. La excavación sistemática comenzó en 1988 y a partir de ese año se llevaron a cabo 13 campañas de excavación, que han permitido reconstruir el devenir histórico de esta instalación rural, informó el Gobierno de Navarra en un comunicado.

En la actualidad se puede considerar que quedan al descubierto la mayor parte de las ruinas del edificio central del establecimiento. Este conjunto, que es la zona cubierta por el edificio de nueva construcción, ocupa una superficie de 2.411 metros cuadrados construidos. La zona de ladera sobre la que se desarrolla la edificación antigua desciende desde la cota 424 a 419 metros sobre el nivel del mar.

Foto: El mayor mosaico de la villa, con 94 m2, decoraba el salón principal de la época tardoimperial y se conserva casi entero, salvo algunos fragmentos como se aprecia en la imagen. MONTXO A.G.

Aunque no ha sido excavada en su totalidad, se estima que la villa ocupa una superficie mínima de 11.000 metros cuadrados. Se asienta sobre un terreno acondicionado mediante la construcción de dos terrazas. La terraza inferior, en semisótano, sólo fue ocupada por la bodega y dependencias aledañas. El resto de construcciones se levantaron en planta baja sobre la otra terraza y sobre la bodega.

La villa romana se abrirá al público los viernes, sábados, domingos y festivos (estos últimos con horario de mañana), además de las vacaciones de Semana Santa y Navidad. Lunes cerrado.

El horario de apertura es en invierno, viernes y sábado, de 11 a 13.30 horas y de 15 a 18 horas, y domingos y festivos, de 10 a 14 horas. En verano (del 1 de mayo al 1 de noviembre), viernes y sábado, de 11 a 13.30 horas y de 17 a 20 horas, y domingos y festivos, de 10 a 14 horas. Las entradas se pondrán a la venta al precio de dos euros, un euro para grupos, y entrada gratuita para jubilados y estudiantes. El precio de las visitas guiadas es de 15 euros.

CONSTRUCCIONES AGROPECUARIAS

La villa romana de Arellano está conformada por una serie de construcciones que en los primeros tiempos del Imperio se destinaban eminentemente a la producción agropecuaria. Con el transcurso de los siglos, siguiendo una corriente generalizada en el mundo romano, acabó convertida en lujosa residencia de campo de una familia de la aristocracia local.

Las excavaciones arqueológicas han permitido diferenciar construcciones que corresponden a los dos grandes momentos de vida en la villa. Por un lado, estructuras de los siglos I-III d.C., constituidas por una serie de dependencias vinculadas a la producción del vino, que ocupan todo el lado Norte y Este del edificio. Y, por otro, estructuras de los siglos IV-V d.C., que ocupan parcialmente el espacio de las edificaciones anteriores y se amplían más hacia el Sur y el Oeste.

En esta época la elaboración del vino cesa y la actividad principal de la villa es de tipo religioso, vinculada a los cultos a Attis y Cibeles, religión mistérica de tipo oriental.

NUEVO EDIFICIO

Para alojar los restos exhumados del cuerpo central de la villa romana se ha construido un nuevo edificio que, además de proteger las estructuras arqueológicas, facilita el tratamiento didáctico-turístico del yacimiento y posibilita un recorrido establecido.

El edificio acoge en su interior las ruinas del núcleo principal de la Villa, compuesto por las habitaciones de la casa señorial y las instalaciones para la elaboración del vino. Quedan fuera del edificio el taurobolio y las dependencias del Sur o establo.

El nuevo edificio tiene en su exterior un acondicionamiento de los suelos que permite a los visitantes discurrir por el entorno del taurobolio y la fachada Norte, así como un tratamiento vegetal acorde con el entorno.

Los visitantes acceden desde la zona de aparcamiento a la entrada del edificio, en su lado Norte, entre el fumarium y el camino de acceso a los lagares y las plataformas de prensado. En el punto de entrada se sitúa el área de acogida y control, donde un vigilante entregará a los visitantes un folleto explicativo y una pequeña guía de mano. El recorrido de la visita se realiza por medio de una pasarela de circulación perimetral ligeramente elevada sobre la excavación arqueológica.

Foto: RECONSTRUCCIÓN. La entrada principal estaba en el sur (izda.) y por debajo, en el sótano la bodega. En el centro, el patio, con una zona porticada y junto a él, los dormitorios. La construcción adosada a la izquierda es el salón principal y la independiente el templo pagano. DDN.

En la entrada se han instalado diversos paneles de información general sobre los siguientes temas: el yacimiento y sus fases; el mundo rural romano y las villas del Valle del Ebro; el vino en la antigüedad, y proceso de elaboración del vino en Arellano. Se trata de un espacio abierto al interior, desde donde se puede ver el conjunto del yacimiento y las siguientes edificaciones: torcularium con dos plataformas de prensa; lagares; fumarium con ocho apoyos de columnas, y bodega, con once pilares y un altar monolítico. Este espacio se encuentra en una planta de sótano.

El lateral Oeste del edificio se recorre por medio de una pasarela superpuesta a la bodega que permite la contemplación de ésta y que conduce al ángulo Suroeste, donde se sitúa la información general sobre el proceso de excavación de la bodega o cella vinaria. Desde aquí se puede acceder a la bodega.

El recorrido continúa desde el segundo punto de información general hacia el antiguo pasillo de entrada al peristilo. El peristilo es accesible al público y desde él se puede ver detalladamente la cisterna o aljibe y el mosaico del cubiculum del dominus.

En el peristilo o patio interior se ha instalado una pequeña zona de descanso. Desde el peristilo la pasarela continúa por el lateral Sur de la villa hasta la sala del oecus permitiendo la contemplación elevada del mosaico. En esta zona los temas de la información general son el mosaico, y el Culto de Cibeles y Attis. Desde aquí la pasarela, en dirección Sur-Norte, posibilita la contemplación y el espacio octogonal del mosaico de las musas.

Al finalizar el recorrido interior del edificio se ubica un último panel informativo sobre la villa de Arellano y su relación con los elementos patrimoniales del entorno.

Además de los grandes paneles de información general, existen a lo largo del recorrido atriles con información puntual sobre algunas de las áreas que se contemplan, junto con elementos gráficos que facilitan su comprensión.

En el exterior del edificio se ha señalado y acondicionado un recorrido que lleva a los visitantes hasta el taurobolio y los establos, también con atriles de información puntual.

La gestión de la villa romana de Arellano será similar a la de los yacimientos de Andelos y Rada, por medio de una empresa que se encargue de la apertura y control de los visitantes, y del mantenimiento y limpieza del yacimiento y el área de visita.

Fuente: Europa Press.es, 19 de marzo de 2008

 

Excavación del Teatro Romano de Medellín

Medellín, vista del castillo, teatro romano e iglesia. 

Medellín fue fundada por el cónsul romano Quintus Caecilius Metellus Pius, en el año 79 antes de Cristo. El nombre actual de la localidad deriva precisamente del nombre romano, Metellinum, elegido en honor al fundador. Llegó a ser una importante colonia romana (Colonia Metellinensis) debido a que servía de punto de enlace entre la Vía de la Plata y las rutas entre Augusta Emérita hacia Toletum (Toledo) y hacia Corduba (Córdoba). Prueba del papel que Medellín debió desempeñar en la Lusitania y en la zona, hasta la fundación de Mérida (cincuenta años después), son el Teatro, las villas encontradas, los restos de construcciones, cerámicas y restos numismáticos. Entre estos destaca el mosaico de tema geométrico, del siglo I, encontrado en una villa cercana a "Las Galapagueras" y al camino de Miajadas.

Muchas circunstancias hacen pensar a los historiadores que la Medellín prerromana debió ser la mayor población de toda Extremadura hasta la fundación de Augusta Emérita (la actual Mérida), cuya proximidad y preeminencia política acabarían pronto eclipsando a la antigua Metellinum.

Sólo cinco ciudades de la provincia romana de Lusitania alcanzaron el rango de Colonia; Augusta Emérita (Mérida), Metellinum (Medellín), Norba Caesarina (Cáceres),Scallabis  (Santarem. Portugal) y Pax Iulia (Beja. Portugal).

El teatro es el más importante edificio visible del Medellín romano. Está localizado en la ladera sur del cerro, que más tarde ocuparía la fortificación árabe y, posteriormente, medieval. La zona habitada de este cerro era, en época romana, la zona alta y media del cerro, excluyendo la ladera Este y Noreste, debido a lo escarpado del terreno. Del teatro, hoy sólo puede verse sus ruinas. Situado entre la Iglesia del Santiago y el Castillo medieval, aprovechaba el desnivel del terreno adaptándose a su topografía como habían hecho los modelos griegos y algunos romanos, como por ejemplo el de Sagunto, en Hispania. En este caso, se aprovechó la ladera norte del cerro, en lugar de la Sur, como ocurre en Medellín.

El Teatro Romano de Medellín se convierte en el hallazgo arqueológico más importante del país

En los primeros niveles de prospección están apareciendo esculturas, columnas, capiteles y elementos decorativos en muy buen estado de conservación Cultura apoyará su investigación y no descarta su reconstrucción en el futuro.

Por el momento, la reciente aparición de los restos de su escena, que podría encontrarse completa, intuyen los investigadores, se ha convertido en el hallazgo arqueológico «más importante de Extremadura y de todo el país», destacó ayer Pedro Mateos, director científico del Instituto de Arqueología, del Centro Superior de Investigaciones Científicas.

La existencia de este Teatro, medio siglo más antiguo que el famoso Teatro Romano de Mérida, ya era conocida. De hecho fue excavado en los años 70 por el arqueólogo Mariano del Álamo, cuyas prospecciones se quedaron justo a un metro por encima del nivel en el que han aparecido los restos, por lo que el investigador pensó que el monumento habría sido arrasado durante la época medieval y musulmana, y nunca más se volvió a excavar en la zona, explicó ayer Hipólito Collado, jefe de Arqueología de la Consejería de Cultura.

Otro momento histórico

«Estamos viviendo un momento histórico. El descubrimiento de todo el aparato escénico y decorativo de la escena del Teatro de Medellín puede compararse al que se produjo 100 años atrás, cuando se empezó a excavar el Teatro Romano de Mérida por José Ramón Mélida, y todas las columnas y capiteles aparecían en el suelo», comentó con gran ilusión Collado, quien auguró que, si Medellín es ahora conocido por su castillo, «a partir de ahora será conocido por su teatro y por su castillo».

Aunque ya se llevaba trabajando un año en el cerro de Medellín con un proyecto de Patrimonio y Empleo, no ha sido hasta hace dos semanas cuando empezó a tomarse conciencia de la importancia del yacimiento, al aparecer columnas y capiteles.

Tras retirar los restos de época medieval que se superponían, empezaron a surgir columnas, basas y capiteles decoradas con estucos, y hasta restos de esculturas, algunas monumentales, como un trozo de pierna de una figura que debía medir más de tres metros originalmente. «Posiblemente un Júpiter o un emperador divinizado», comentó ayer Pedro Mateos a la consejera de Cultura, Leonor Flores, que quiso visitar ayer personalmente el yacimiento.

La punta del iceberg

El hallazgo más espectacular hasta el momento, y que da idea de lo que se puede encontrar más abajo, es una escultura completa, a la que sólo le falta la cabeza, y de la que sólo están al descubierto por ahora los hombros, aunque se ve que continúa hacia abajo.

Se trata de una figura togada, que al principio parecía corresponderse con un militar, pero su fisonomía (con un pecho al descubierto), y los ropajes esculpidos en la piedra, apuntan a que podría representar a una matrona romana, familiar cercana al emperador del momento.

Sin embargo, como advirtió Mateos, «esto no es más que la punta del iceberg». Metros más abajo se cree que está todo el conjunto de la escena derrumbado sobre sí mismo, pero intacto, sin haber sido víctima del expolio en épocas posteriores.

Olvido salvador

Cinco siglos de abandono fueron precisamente su salvación. La fundación de la vecina Emerita Augusta (Mérida) y la construcción de la calzada de la Vía de la Plata, supuso la decadencia progresiva de la colonia de Medellín hasta su abandono definitivo.

Los visigodos que llegaron después ya no se asentaron en el cerro de la montaña, sino que prefirieron habitar los llanos inferiores; por lo que cuando llegaron los musulmanes, cinco siglos después, numerosas capas de tierra y ripios habían ocultado del todo los restos del antiguo teatro. Si no, lo habrían utilizado como cantera, como hicieron con el Teatro Romano de Mérida.

Futuro de los restos

El estudio y excavación de todo este yacimiento recibirá el apoyo de la Consejería de Cultura, anunció ayer la consejera Leonor Flores, que aseguró que los restos que se encuentren podrían ser expuestos al público en el interior del castillo de Medellín, cuya restauración está proyectada.

Sin embargo, Leonor Flores no descartó que pudiera reconstruirse el teatro romano en el futuro al igual que se hizo con el de Mérida, aunque primero tendrán que estudiarse y documentarse todas las piezas, que se depositarán en el Museo Arqueológico de Badajoz.

Pero el cerro de Medellín oculta todavía muchos más secretos que aguardan que les saquen del olvido, advirtió ayer Pedro Mateos, director científico de esta excavación.

Justo al lado del teatro romano, pocos metros por detrás de la escena, «probablemente» se encuentren aún ocultos los restos del Foro de la colonia romana de Medellín, fundada en época de la República por Quinto Cecilio Metelo.

Parte de lo que podrían ser sus enormes muros pueden contemplarse ahora en el interior de la iglesia de Santiago, recién restaurada, donde han dejado una apertura acristalada para ver el subsuelo.

A través de esta apertura es por donde la directora general de Patrimonio, Esperanza Díaz, pudo sorprenderse por el gran tamaño de los restos del que podría ser el centro administrativo de la Medellín romana.

Hay que tener en cuenta, recordaron ayer los investigadores, que Metellium fue la primera ciudad que los romanos fundaron en Extremadura, «mucho antes de que Mérida fuera siquiera un sueño», recordó ayer el director del Instituto de Arqueología.

De esta ciudad romana se saben aún muy pocas cosas, aunque el estudio de su teatro romano, centro de ocio y propaganda del poder imperial, permitirá conocer mejor a los primeros romanos que se asentaron en la Lusitania. Vídeo sobre los trabajos de excavación del Teatro Romano de Medellín.

Fuente: CELIA HERRERA / Hoy.es, 15 de marzo de 2008

Descubren los primeros elementos escultóricos del Teatro Romano de Medellín

Las excavaciones arqueológicas que impulsan la Junta de Extremadura y la Mancomunidad de Municipios del Guadiana en Medellín han dejado al descubierto los tres primeros elementos escultóricos del Teatro Romano de la localidad que, según los expertos, reflejan y vaticinan su rico programa iconográfico.

Una de las piezas halladas es una estatua thoracata, armadura militar normalmente vinculada a las representaciones imperiales, realizada en mármol y con un paludamentum o capa esculpida.

También se ha encontrado una cabeza femenina de mármol de excelente calidad y cuya adscripción parece del siglo I, posiblemente de la primera mitad de esa centuria, según informa la agencia Efe.

La tercera pieza son restos de otra escultura, también en mármol, de la que se conserva un brazo de una imagen masculina, posiblemente de carácter militar.

Los tres elementos escultóricos han sido hallados en la zona de la escena del antiguo Teatro Romano, parte del yacimiento que está quedando al descubierto gracias a estas excavaciones enmarcadas en el programa Patrimonio Crea Empleo.

Este programa está financiado por el Servicio Extremeño Público de Empleo en coordinación con la Consejería de Cultura y Turismo y cuenta con la colaboración científica del Instituto de Arqueología de Mérida.

Fuente: El Periódico de Extremadura.com, 14 de marzo de 2008

Ver Planta del Teatro Romano de Medellín

Descubren un gran mosaico romano en pleno casco histórico de Carmona

 

Foto: Mosaico hallado en pleno casco histórico de Carmona.

Los arqueólogos del Ayuntamiento de la localidad encuentran un mosaico policromado de los siglos II o III después de Cristo que podría corresponder al dios etrusco Vertumnus.

Los arqueólogos del Ayuntamiento de Carmona han descubierto en pleno casco histórico un mosaico policromado de grandes dimensiones que podría haber sido elaborado en los siglos II o III después de Cristo, en plena dominación romana, y que podría corresponder al dios etrusco Vertumnus.

En un comunicado, el Ayuntamiento de Carmona informó de que el hallazgo corresponde a las catas arqueológicas previas a las obras de mejora de la calle Domínguez de la Haza, en pleno casco histórico de este municipio que aspira a la declaración de Patrimonio de la Humanidad de La Unesco. El mosaico, que podría datar de los siglos II o III, combina varios colores y por sus características pavimentó una de las estancias importantes de una casa de alto nivel económico de la Carmona romana.

La pieza encontrada tiene como principal atractivo una figura central enmarcada en un cuadro y que representa una alegoría del verano o, posiblemente al dios Vertumnus, un dios de origen etrusco que personifica el cambio de las estaciones. Este dios tiene la particularidad de cambiar de fisonomía según la época del año,  presentándose como un segador en verano o un vendimiador en otoño, y fue pareja de Pomona, la diosa protectora de los árboles frutales.

La belleza y policromía del mosaico, así como su buen estado de conservación, ha congregado a numerosas personas que lo han estado visitando desde su aparición. En breve, la pieza va a ser extraída y llevada al Museo de la Ciudad de Carmona para su estudio más profundo y su exposición al público.

Fuente: EP / Diario de Sevilla.es, 13 de febrero de 2008

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(2) Hallan un mosaico romano de gran calidad en el centro de Carmona

A menos de 50 centímetros del asfalto, en la calle Domínguez de Haza, junto a la plaza de abastos, ha saltado la noticia al aflorar un lustroso mosaico romano en el que luce el retrato, según se cree, del dios de las estaciones Vertumnus, en este caso representando al verano. Los curiosos, por decenas, no han querido que se lo cuenten, sino verlo.

Todo empezó como casi siempre: con la ejecución de obras, en este caso para introducir por parte de Sevillana Endesa un cableado de baja tensión con que mejorar el abastecimiento en pleno casco histórico de Carmona. Y claro, en una ciudad que puja por ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que es en sí misma un yacimiento repleto de historia, no cabía otra que supervisar arqueológicamente la zanja en cuestión por si algún testimonio de nuestros antepasados hacía acto de presencia. Y así ha sido.

El Servicio de Arqueología de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Carmona, imprescindible en la localidad, cumplió su cometido y he aquí que el lunes, a última hora, veían de nuevo la luz del sol, después de más de 1.800 años, las primeras teselas, y con ellas un impresionante mosaico romano datado entre los siglos II y III de nuestra era.

De mosaico hay unos cinco metros de largo por 1,20 de ancho, y lo mejor de todo: conserva intacto su valor más genuino, el del emblema o figura central. Lo que no es fácil porque era lo más preciado y por tanto lo más expoliado. En este caso, el protagonista del retrato que decoraba el suelo de la acomodada casa romana de la que formaba parte parece ser el dios de origen etrusco Vertumnus, que según la mitología clásica personifica el cambio de las estaciones y también es el dios de los árboles frutales.

En este caso concreto, el Vertumnus que luce con todo su colorido responde a una alegoría del verano. Lo acreditan, según los arqueólogos, la bielda o herramienta de varias puntas que porta en la diestra -útil con el que los agricultores recogen la paja- y los manojos de espigas de trigo que aprieta con la izquierda.

El hallazgo ha sido notificado, como es preceptivo, a la Delegación Provincial de Cultura -que detenta la tutela del patrimonio-, y en cuanto ésta lo autorice -se espera que sea pronto por si acaso llueve-, será extraído de la vía pública para recalar, casi con toda probabilidad, en el Museo de la Ciudad de Carmona. Allí será limpiado y restaurado antes de su exposición pública. Sin embargo, la expectación vecinal ha sido tal que la gente no ha querido esperar a este momento final. Ha sido trascender la noticia y por el yacimiento han goteado decenas de personas interesadas, a las que los arqueólogos municipales han entregado una hoja con los detalles principales del mosaico.

Fuente: Felipe Villegas / El Correo de Andalucía.es, 13 de febrero de 2008

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19 de febrero de 2008

Concluye la extracción del mosaico romano de Carmona y se investiga su relación con un fragmento del siglo XIX

El mosaico romano recientemente descubierto en la calle Domínguez de la Haza, en pleno casco histórico de Carmona (Sevilla), ha sido ya extraído del pavimento "limpiamente y sin desprendimientos" y se encuentra ya depositado en el museo local a la espera de su restauración y su examen para dilucidar si a él corresponde un fragmento de mosaico rescatado en el siglo XIX también en este municipio.

Según informó a Europa Press la arqueóloga Rocío Anglada, adscrita al servicio municipal de Arqueología de Carmona, el mosaico en su totalidad, que podría datar de los siglos II o III después de Cristo, ha sido extraído del subsuelo de la calle Domínguez de la Haza "en unas 24 horas y limpiamente", con lo que la operación se habría llevado a cabo "perfectamente" y sin que la pieza haya sufrido "ningún desprendimiento".

El mosaico se encuentra ahora depositado en el museo de Carmona a la espera de una restitución planimétrica previa a un procedimiento de rehabilitación integral, según explicó la arqueóloga. En cuanto a las labores de investigación, detalló que se centrarán en dilucidar si este nuevo mosaico, de grandes dimensiones, está vinculado a un "fragmento" de mosaico descubierto en Carmona en el siglo XIX y que formaría parte de la colección del museo.

Este espectacular mosaico combina varios colores y, por sus características, podría haber pavimentado alguna de las estancias importantes de una casa de alto nivel económico de la Carmona romana.

La pieza está focalizada en torno a una figura central enmarcada en un cuadro y que representa una alegoría del verano o, posiblemente al dios Vertumnus, un dios de origen etrusco que personifica el cambio de las estaciones. Este dios tiene la particularidad de cambiar de fisonomía según la época del año,  presentándose como un segador en verano o un vendimiador en otoño, y fue pareja de Pomona, la diosa protectora de los árboles frutales.

Fuente:   CARMONA (SEVILLA), 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

Encuentran un busto de mármol de un Fauno en unas excavaciones de Alcalá la Real

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Foto: Cortesía de Llanillo.com

Un fauno en la fauna arqueológica alcalaína

Hace unas semanas se hallaba en la excavación arqueológica de la “Pensión de Faculdo” la cabeza mutilada de un Fauno, realizada en mármol y fechada en la segunda mitad del siglo III d.C. El ejemplar tiene unos 17 centímetros y se encuentra en aceptables condiciones tras pasar cerca de dos mil años bajo tierra. Al margen del resto del cuerpo, que más que humano sería caprino (a eso se llama zoomorfo), a la cabeza le falta parte de la cornucopia o cornamenta.

Se trata de una buena talla de rostro simétrico y voluptuosos volúmenes, debastada a cincel y trépano, típica de la última producción escultórica del Imperio Romano. La rotunda expresividad del rostro, cuyo gesto parece contener ira a punto de estallar, es heredera de las producciones helenísticas griegas (el Laoconte). Es lo que Miguel Ángel llamó terribilitá, emoción contenida cuyo eco llegaría de nuevo a Alcalá mil trescientos años después en los tenantes del Pilar de los Álamos o en los relieves de la capilla bautismal de Santa María la Mayor. Obras distanciadas por más de un milenio unidas en Alcalá por un mismo espíritu: el clasicismo.

No es la primera gran obra que se encuentra en la Tejuela, topónimo que parece derivar de la palabra ”tégula” (teja) debido a la gran cantidad de tejas romanas que aflorarían en la zona hasta el siglo XVI, momento en que se urbaniza definitivamente. A comienzos del siglo pasado aparecía el famoso Hércules que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, y no es descartable que en esta misma excavación o en futuras aparezcan más restos, puesto que parece que la Alcalá romana era algo más que el pequeño asentamiento de villas rurales que se ha pensado tradicionalmente.

Fauno es un dios en la mitología romana, perteneciente al círculo de Baco (dios del vino), y muy presente en las zonas agrícolas y ganaderas. Se dedicaba a cuidar del ganado y de los campos, por lo que se puede decir que su equivalente en la cultura cristiana es San Isidro.

La nueva joya del museo del Palacio Abacial se encuentra en la sala dedicada a Roma. Merece la pena visitarla.

Fuente: Llanillo.com, 2 de febrero de 2008

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Fauno

En la mitología romana, Fauno (en latín Faunus, ‘el favorecedor’ —de favere— o quizá ‘el portador’ —de fari—) era una de las divinidades más populares y antiguas, los di indigetes, identificado con el griego Pan debido a la similitud de sus atributos.

En las fábulas Fauno aparece como el tercero de los reyes del Lacio, hijo de Pico, nieto de Saturno, y padre de Latino con la ninfa Marica (que también era a veces su madre). Como sus dos predecesores, Fauno había promovido la agricultura y la cría de ganado entre sus súbditos, y también se distinguió como cazador. Igualmente, se creía que en su reinado el arcadio Evandro y Heracles llegaron al Lacio.

Fauno desempeña un papel muy prominente en la historia mítica del Lacio, pues, con independencia de lo que hizo por la agricultura, era considerado uno de los grandes fundadores de la religión del país, por lo que Lactancio le sitúa a la altura de Numa Pompilio. Tras su muerte fue elevado a la posición de deidad tutelar del país, por sus muchos servicios a la agricultura y la ganadería.

Existe la tradición de que Numa, mediante una estratagema, obligó a Pico y a su hijo Fauno a revelarle el secreto de invocar el relámpago desde el cielo (véase «Elicio») y de purificar las cosas golpeándolas con el rayo.

En las Dionisíacas de Nono de Panópolis Fauno acompañaba a Dioniso cuando éste fue a la campaña de la India.

Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica, era un espíritu bueno del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo (Innuus).

Como dios profético, llamado por el nombre de Fatuo (Fatuus), se creía que revelaba el futuro al hombre, parte en sueños y parte mediante voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a dormir en sus recintos, tumbándose sobre el vellón de los corderos sacrificados. Lo que era Fauno a este respecto al sexo masculino, su esposa Fauna o Faula (a veces considerada su madre o su hija; véase Bona Dea) era al femenino, por lo que llevaban los epítetos Fatuus/Fatua o Fatuellus/Fatuella, derivados de fari (‘hablar’) y fatum (‘hado’, ‘destino’). Se decía que daban sus oráculos en verso saturniano, de lo que quizá pueda inferirse que existieron en el Lacio colecciones de oráculos en esta métrica. W. Warde Fowler sugirió que Fauno es idéntico a Favonio, uno de los dioses-viento romanos (véase «Anemoi»).

Debido a la forma en que daba sus oráculos, se consideraba a Fauno el autor de apariciones espectrales y sonido terroríficos; y por tanto se le describía como un dios lascivo y voluptuoso, que moraba en los bosques y era aficionado a las ninfas.

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Los lugares en los que se daban estos oráculos eran arboledas sagradas: una cerca de Tibur (actual Tívoli), en torno a la fuente Albunea, y otra en el Aventino, cerca de Roma. Los ritos observados en el primer lugar son minuciosamente descritos por Virgilio: un sacerdote ofrecía una oveja y otros sacrificios, y la persona que consultaba el oráculo tenía que dormir una noche sobre la piel de la víctima, dando entonces el dios una respuesta a sus preguntas bien en un sueño o mediante voces sobrenaturales. Ovidio describe ritos parecidos celebrados sobre el Aventino.

En Roma había un templo redondo de Fauno, rodeado por columnas, sobre el monte Celio, y se le construyó otro en el 196 a.C. en la Isla Tiberina, donde se le ofrecían sacrificios el ides de febrero, día en que los Fabii habían perecido en Cremera.

El escritor cristiano Justino Mártir identificó a Fauno con Luperco (‘el que protege del lobo’), el protector del ganado, siguiendo a Livio, que bautizó su aspecto de Inuo como el dios que fue originalmente adorado en la Lupercalia, celebrada en el aniversario de la fundación de su templo (15 de febrero), cuando sus sacerdotes (Luperci) llevaban pieles de cabra y golpeaban a los espectadores con cinturones de piel de cabra.

En el festival de la Faunalia, que se celebraba el 5 de diciembre, la gente del campo con gran alegría y banquetes, hacía referencia a Fauno como dios de la agricultura y el ganado.

Al igual que Pan era acompañado por los Paniskoi, o ‘pequeños Panes’, también se asumía la existencia de muchos faunos (Fauni) además del principal, idea que parece haber tenido su origen en la forma en la que el dios se manifestaba. Estos faunos son genios del bosque salvaje, descritos como monstruos, mitad cabra, y con cuernos.

Fauno pasó gradualmente así a ser identificado con el Pan arcadio, y los faunos como idénticos a los sátiros griegos, los seguidores salvajes y orgiásticamente ebrios de Dioniso; de aquí que Ovidio use la expresión Fauni et Satyri fratres (‘hermanos faunos y sátiros’). Sin embargo, faunos y sátiros eran originalmente criaturas bastante diferentes: ambos tenían cuernos y se parecía a cabras por debajo de la cintura y a humanos por encima de ésta, pero originalmente los sátiros tenían pies humanos y los faunos pezuñas cabrunas.

Como se creía Fauno, y más tarde los Fauni, eran seres alegres y caprichosos, especialmente aficionados a asustar a la gente de diversas formas, no es improbable la conjetura de que Faunus sea un eufemismo relacionado con faveo.

Fuente: Wikipedia

El Museo del Teatro Romano de Cartagena será una gran sala arqueológica al aire libre

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Foto: Maqueta del proyecto de Moneo

El Teatro Romano de Cartagena se cierra a espectáculos y festivales y reivindica su alto valor arqueológico. Integrado como ’gran sala arqueológica al aire libre’ en el original museo que ha diseñado Rafael Moneo, se ultiman las obras para su inauguración en primavera.

Aunque se trabaja concienzudamente para que el Museo del Teatro Romano de Cartagena, obra del arquitecto Rafael Moneo, que está encantado -«como un chiquillo», dicen sus colaboradores cercanos- con su idea de convertir el Teatro en la majestuosa sala culmen y al aire libre del singular Museo, pueda abrir sus puertas al público a finales de febrero o durante el mes de marzo, lo cierto es que tanto los responsables de la Fundación Teatro Romano de Cartagena, como la directora del Museo, la infatigable arqueóloga Elena Ruiz Valderas, prefieren ser prudentes y no adelantar una fecha concreta; eso sí, se entusiasman cuando reconocen que antes de que finalice la primavera -21 de junio-, el proyecto de recuperación global de un monumento que desde finales del siglo I a. C. provocaba el entusiasmo y la admiración de cuantos llegaban a Cartagena en barco, a través de uno de los puertos naturales más hermosos, y también menos aprovechados, del Mediterráneo, esté listo para poder ser disfrutado -otra vez hay que ser prudentes- por no menos de cien mil personas al año.

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Foto: Maqueta del proyecto de Moneo

Unas cien mil personas al año podrían visitar el Teatro Romano, pero ninguna de ellas tendrá la oportunidad de asistir -como sí es el caso de Mérida o Itálica, por ejemplo- a una representación teatral, recital, concierto o puesta en escena de un ballet. Definitivamente, ni los espectáculos ni los festivales tendrán cabida en el monumento romano cartagenero, con capacidad para seis mil espectadores y enclavado en un marco natural y urbano de extrañísima atmósfera y belleza; el hallazgo del Teatro Romano de Cartagena tuvo lugar en 1990. Lo cierto es que eran muchos, sobre todo vinculados al mundo de las artes escénicas o consumidores de sus propuestas, los que confiaban en poder disfrutar del uso para el que se puso en pie este escenario privilegiado, del que ya hablaron con ilusión y expectativas murcianos de distintos campos profesionales que durante la Expo 92 de Sevilla asistieron, en el Teatro Romano de Itálica, a las representaciones de El cielo protector, la adaptación coreográfica de la novela homónima de Paul Bowles que estrenó la compañía Merche Esmeralda y el Ballet Región de Murcia.

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No se podrá vivir en el recuperado monumento un momento histórico como el que disfrutaron los afortunados espectadores que, en 1989, se rindieron ante la actriz Jeanne Moreau encarnando a Celestina en el Palacio de los Papas de Aviñón; ni se verán cumplidos los sueños en voz alta de actores de la categoría de Nuria Espert, Hanna Schygulla o Alfredo Alcón: poder interpretar a los grandes clásicos en la histórica y misteriosa colina cartagenera. La Espert interpretó en agosto de 2001, en el Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier, una Medea de Eurípides sobrecogedora que dirigió el griego Michael Cacoyannis y cuya sencilla escenografía -unos restos de columnas y unas velas- firmó Daniel Bianco.

Impacto

Los responsables de la puesta en valor del Teatro Romano de Cartagena han apostado por un futuro para el monumento muy distinto al del -hoy tan de actualidad- Teatro Romano de Sagunto, cuya restauración de fuerte impacto y destinada a su uso para disfrute habitual de espectáculos fue obra de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portacelli. Esta rehabilitación, que dio la vuelta al mundo, fue llevada a los tribunales en 1993 por un diputado autonómico del PP; y, estos días, el Tribunal Supremo ha ordenado la demolición de la reforma llevada a cabo en el Teatro en un plazo que no debe superar los 18 meses. De momento, más de un millar de representantes muy diversos del mundo de la cultura y la sociedad, entre ellos los arquitectos Oriol Bohigas y Vittorio Gregotti, han firmado un documento, oponiéndose a la demolición de la reforma, en el que elogian el trabajo realizado en el monumento y destacan cómo se ha convertido en un lugar festivo de encuentro, debate y apuesta por la cultura.

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Ni Nuria Espert, ni Irene Papas, ni la irrepetible actriz lorquina Margarita Lozano, una de las grandes Hécuba de la Historia del Teatro. ¿Por qué el Teatro Romano de Cartagena se reserva exclusivamente para su uso como monumento visitable? Lo explica con convicción Elena Ruiz Valderas, quien, por supuesto, desde un principio descartó llevar a cabo una restauración al estilo John Ruskin -dejar, en plan romántico, las ruinas sin restaurar- o al de Violet Le Duc -partidario de imitar el estilo original-. «Se ha huido de la reconstrucción artificial y de cualquier abuso en la intervención, que es mínima», indica Ruiz Valderas. «Quizás parezca -añade- que hemos sido muy contenidos en la actuación, pero la gente va a poder utilizar su inteligencia e imaginación para ir comprendiendo con las pistas que damos cómo era realmente el monumento; y creo que van a disfrutar mucho».

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«En el año 2000», explica la arqueóloga, «se empezó a hacer una carta de las patologías que tenía el monumento», incluido el extremo deterioro de sus materiales. «Que aquí de nuevo hubiera seis mil espectadores viendo una puesta en escena implicaba una intervención muy dura y la reconstrucción de las gradas», indica Valderas: «Se apostó por una restauración arqueológica, vinculada a un Museo, que propone un recorrido arqueológico difícil de olvidar». Y que quede claro: se descartan a corto plazo los experimentos con gaseosa. «Este Teatro tiene un enorme valor por sí mismo», resalta Ruiz Valderas.

Fuente: La Verdad.es, Cartagena, Murcia, 30 de enero de 2008

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Teatro Romano de Cartagena

El teatro romano de Carthago Nova, actual (Cartagena) fue descubierto en 1988 y es uno de los más grandes y fastuosos de toda la Hispania romana.

El teatro romano fue comenzado a construir en tiempos del Emperador Augusto. En el 44 a.C. la ciudad había sido elevada al rango de colonia romana, bajo el título de Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago (C.V.I.N.C), y poco después, el emperador Augusto se lanzó a un ambicioso plan de romanización y urbanización de la ciudad.

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La ciudad ya contaba con un gran anfiteatro, de época republicana, y ahora el emperador la dota de un gran foro y un teatro de grandes dimensiones.

Gracias a las inscripciones encontradas, dedicadas a Lucio y Cayo César (nietos de Octavio Augusto), se sabe que fue construido entre los años 5 y 1 a.C.

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Fue construido con diversos materiales: calizas y mármoles del Cabezo Gordo (Torre Pacheco), areniscas de las canteras locales, y, destacan las columnas realizadas en mármol rojo de Mula , y muy especialmente todas la ornamentación escultórica del teatro que fue realizada en mármol pentélico blanco procedente de Grecia y muy posiblemente tallados en talleres imperiales en la propia Roma e importados expresamente a la ciudad para la construcción del teatro.

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El diámetro de la cávea es de 87,6 metros , con una capacidad de unos 6.000 expectadores, siendo uno de los mayores de la Hispania romana, sólo superado por el de Corduba con una cávea de 124,3 metros, el de Gadir con 120 metros, el de Caesaraugusta con 107 metros y el de Clunia con 91 metros. Estaba excavado casi totalmente en la roca, aprovechando la ladera norte del monte del castillo de la concepción, correspondiendo al tipo clásico de teatro apoyado en ladera, en la que quedan recortadas las partes inferior y central de las cávea, si bien los cuerpos laterales del edificio se apoyarían en galerías abovedadas.

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Foto: Planta general y alzado del Scaenae Frons del Teatro de Cartagena. (Cortesía de Spanisharts.com)

Más información:

1.- Teatro de Cartagena (Carthago Nova), en Murcia.

2.- Edificios para la celebración de espectáculos

Sigue el modelo arquitectónico propuesto por Vitrubio, constando de:

- Frente escénico con doble columnata de columnas de fuste en mármol rosa y capiteles en mármol blanco.

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- Orchestra: semicírculo frente a la escena en la que se sentaban las autoridades.

- Cávea: en la que según el rango social se situaban los espectadores.

- Proscenio: espacio delante de la escena.

- Pórtico detrás de la escena: patio porticado detrás de la escena.

El teatro fue concebido con un ambicioso programa ornamental: Parece que muchas de las obras fueron esculpidas en mármol griego en talleres imperiales de la propia Roma.

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Muchos materiales se habían conservado gracias a su reutilización como material de construcción en el barrio bizantino del siglo VI.

Entre las obras descubiertas destacan:

- Tres altares dedicados a la tríada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva.

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Foto: Altar de Júpiter procedente del Teatro Romano de Cartagena. Museo Arq.de Cartagena. Foto: Nano Sánchez.

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Foto: "Rea Silvia" procedente del teatro romano de Cartagena. Museo Arquelógico de Cartagena. Foto: Nano Sánchez.

- Los capiteles corintios del frente escénico.

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Foto: Capitel corintio del Teatro romano de Cartagena. Foto: Nano Sánchez.

- Una escultura de Apolo tocando la cítara.

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Foto: Escultura de Apolo procedente del teatro romano de Cartagena. Museo Arqueológico de Cartagena. Foto: Nano Sánchez.

Después de la destrucción de la ciudad por los vándalos en 425, el teatro posiblemente quedó muy dañado y en desuso.

La ciudad vivió una cierta recuperación poblacional y económica después del paso de los vándalos, y sobre el teatro, y aprovechando materiales de éste, se construyó un mercado cuya plaza principal, en forma semicircular fosilizaba la estructura de la orchestra.

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Con la restauración del orden romano, a cargo del emperador bizantino Justiniano, la refundación de la ciudad como Carthago Spartaria y su reconstrucción y reamurallamiento, sobre las ruinas del teatro romano se instaló un barrio comercial bizantino en el s.VI.

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El barrio fue construido aprovechando materiales del teatro. Los capiteles, columnas, incluso esculturas formaban parte de los muros y cimientos de las nuevas estructuras. Por esta razón, hasta un 60% del material original con el que fue construido el teatro se encuentra en su lugar original, aunque desplazado.

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Sobre el barrio bizantino y el teatro, se construyó en el s.XIII la antigua Catedral de Cartagena. Muchos de los muros de la catedral contienen columnas, bloques de piedras y elementos arquitectónicos del teatro romano.

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Fue descubierto casualmente cuando se comenzó la construcción del Centro Regional de Artesanía. Al haber estado cubierto por sucesivas capas de ocupación (bizantina, árabe, medieval..) el teatro estaba oculto y no se tenía ninguna constancia de su existencia.

Esta ocultación permitió que una elevada cantidad del material original del teatro se conservara "in situ".


 

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Después de algunos años de abandono, tras su descubrimiento, se emprendió un ambicioso proyecto de reconstrucción y restauración del monumento.

El teatro se había mantenido en muy buen estado de conservación y hasta un 60 % de los materiales originales se conservaban enterrados. (Del teatro romano de Mérida, por ejemplo, sólo se conservaba un sólo capitel se comenzó la restauración de la escena).

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La restauración del monumento parece que se concluirá en 2008. En la restauración se ha seguido el criterio de diferenciar claramente lo que son materiales originales de lo que son materiales nuevos.
Paralelamente, se encargó la construcción del Museo del Teatro Romano de Cartagena al prestigioso arquitecto Rafael Moneo, que previsiblemente, también se inaugurará en 2008.

Fuente: Wikipedia


(2) Historia de un hallazgo

Por Fundación Teatro Romano de Cartagena

El hallazgo y excavación del Teatro Romano de Cartagena se convierte desde el principio en uno de los descubrimientos más sorprendentes de la arqueología de la ciudad, ya que viene a certificar el importante papel que desempeñó en la historia de la Hispania Antigua la ciudad de Cartagena.

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La razón de que un monumento de esta categoría y dimensiones hubiera estado oculto durante siglos, está en que se trata de uno de los escasos sectores de la ciudad ocupado de forma ininterrumpida hasta nuestros días, de forma que su fisonomía original quedó oculta con el paso del tiempo. Ejemplo de esa ocupación es la superposición parcial de la Catedral Vieja sobre la parte superior del Teatro Romano, una de las mayores singularidades de este conjunto arqueológico.

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La recuperación integral del edificio romano ha transcendido de ser una simple investigación arqueológica y se ha convertido en el motor de regeneración de una de las zonas que estaban más deprimidas de la ciudad. Además, su situación junto a algunos de los edificios más emblemáticos como la Catedral, el Palacio Consistorial, el Castillo medieval y las instalaciones portuarias, lo convierte en uno de los lugares más atractivos y monumentales de Cartagena.

El monumento y sus partes

La cavea del Teatro en su parte central aparece excavada en la propia roca del monte, aprovechando su ubicación en uno de los cerros más elevados de la ciudad, mientras que los flancos laterales se apoyarían en galerías abovedadas. Con capacidad para 6.000 espectadores, se articula en tres sectores horizontales (moeniana), divididos a su vez por cinco escaleras radiales en la ima, y siete en la media y summa cavea.

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Los principales accesos del público se realizaban a través de dos pasillos laterales (aditus) sobre cuyas puertas de entrada se localizaban sendos dinteles con las dedicatorias a Lucio Caesar, en la oriental, y, probablemente, Caio Caesar, en la occidental. Ambas dedicatorias, junto a la mención consul designatus en el cursus de Caio de una de las aras halladas en el foso del hyposcaenium, ha permitido concretar la fecha de construcción o inauguración del edificio entre los años 5 y 1 a.C.

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Desde estos corredores laterales se accedía también a la orchestra, espacio semicircular delante del cual se desarrolla el escenario o proscaenium con una longitud de 43,60 m, sobre el que intervenían los actores junto al coro, mientras que en la propia orchestra se colocaban en tres filas los asientos de honor (proedria) reservados a las autoridades. El escenario estaba rematado por un frente articulado mediante exedras, bajo el cual discurre un colector abovedado destinado a la evacuación de aguas de lluvia, con tres sumideros en la parte central, que comunica con otros dos canales situados en los extremos del pasillo de circulación, al pie de la ima cavea.

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Frente al graderío se sitúa la scaenae frons o fachada escénica que se puede restituir, a partir del análisis de las improntas y de los elementos arquitectónicos, con una planta articulada en tres exedras de tendencia curvilínea, y un alzado de 14, 60 m de altura con dos órdenes, en los que la combinación de los tonos rojizos de las columnas, blancos de los capiteles y basas, y grises del podium y entablamento provocaría un sugerente juego cromático.

En la parte posterior se desarrolla de forma aterrazada el porticus post scaenam, articulado con una doble galería porticada entorno a un jardín central.

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El edificio se convirtió muy pronto en una pieza esencial en el paisaje de la ciudad antigua, la calidad de sus materiales; basas, cornisas y sobre todo capiteles, traducen la envergadura del edificio, y junto a su rico programa ornamental convierten al teatro de Cartagena en un magnífico exponente de la arquitectura pública y monumental de época augustea en Hispania.

Destacan en ese programa decorativo numerosos mensajes ideológicos entre los que destaca la introducción de los cultos a las divinidades tradicionales del Estado Romano a través de tres altares donde se representan los símbolos de la Triada capitolina.

La restauración

Teniendo en cuenta los antecedentes más recientes en cuanto a la recuperación de espacios teatrales de la antigüedad y tras una reflexión acerca del uso y función que se quería dar al mismo, ha primado la recuperación del teatro como un monumento visitable que se devuelve a la sociedad para su contemplación y disfrute en sí mismo, y como transmisor de las señas de identidad de la Cartagena Romana.

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La restauración ha seguido unos criterios básicos orientados principalmente a una mejor comprensión del monumento para los visitantes, por lo que ha sido necesario reponer con obra nueva aquellos restos del graderío que habían desaparecido por completo, sin alterar en ningún momento la fisonomía original, mientras que se han consolidado la obra original que se había conservado. Por último, se ha realizado una reposición de los accesos para garantizar la visita y recorrido en el interior del edificio, y se ha restituido parcialmente la fachada escénica integrando elementos originales.

Se trata además, de una restauración que ha pretendido de un lado ser reversible y que de otra parte ha intentado minimizar al máximo el impacto material.

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Reversible porque se han tomado las medidas necesarias que aseguran que la obra nueva sea perfectamente desmontable sin ningún tipo de perjuicio para la obra original. Con ese objetivo se ha separado la obra nueva de la original mediante un entramado de tiras de fibra geotextil que permita aislar lo suficiente ambas como para permitir un hipotético desmontaje.

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Para reducir el impacto material se han empleado materiales lo más afines a los originales, reproduciendo de la manera más aproximada las técnicas empleadas en la construcción del edificio. Básicamente se ha empleado un mortero de cal, con arena lavada de río. En el mortero se han empleado además andesitas, calizas y filitas de la roca disgregada, que son las empleadas en la obra originalmente. En la cantería se han empelado sólo materiales pétreos de características similares a los utilizados en la antigüedad.

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El proyecto integral de Rafael Moneo

El largo camino emprendido en 1988 no termina con la restauración del edificio teatral y de la porticus post scaenam sino que contempla, también, la integración de los restos en el tejido urbano, su adecuada conservación y exposición con fines didácticos y culturales, así como la construcción de un museo monográfico y un centro de investigación anexo.

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De manera que la actuación en el monumento ha llevado parejo el desarrollo del proyecto integral realizado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo, que incluye:

1.- Adecuación y urbanización con zonas verdes de todo el espacio exterior situado tras el muro perimetral del Teatro, una especie de plataforma aterrazada que constituye la prolongación natural hacia el oeste de la ladera del Cerro de la Concepción. Este espacio establece el nexo de unión entre los restos medievales del Castillo de la Concepción y el complejo Catedral/Teatro Romano.

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2.- Accesos y urbanización de todo este sector: infraestructuras, alumbrado, pavimentación, así como trazados viarios peatonales y rodados. Los materiales seleccionados para la urbanización quedan armonizados con el paisaje natural e histórico. De este modo, todo el recorrido perimetral y público del teatro romano se unifica mediante la urbanización de calles y espacios verdes.

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3.- El Museo es otro de los elementos que conforman la globalidad del Proyecto Integral y surge para dar respuesta a la necesidad de un espacio museístico en el que reunir la totalidad de las piezas halladas durante las sucesivas excavaciones. El Museo da pie a incorporar el Palacio de Riquelme, y a incardinar la Iglesia de Santa María la Vieja en el conjunto, convirtiendo el Teatro en la última y más notable pieza presentada en el Museo. Su construcción se desarrolla en dos edificios, unidos entre sí por un corredor dispuesto bajo la calle: el primero, que incorpora las crujías aún en pie del Palacio de Riquelme, se organiza en torno a un patio a modo de impluvium e incluye en sus distintas plantas dependencias de servicio, tales como vestíbulo, cafetería, sala de exposiciones temporales, biblioteca, salas de archivo y estudio, despachos, salas de reunión, etc., mientras que el segunda cuerpo, situado en General Ordoñez, cuya terraza conecta con la entrada a la Catedral Vieja, estará destinado a las salas de exposición permanente.

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A través de estos espacios expositivos, iluminados por un complejo sistema de lucernarios, que sirven de marco a la presentación de las piezas encontradas, se guiará al visitante desde las partes más bajas de la ciudad hasta el interior del teatro romano.

Consolidación y revitalización socio-económica de los ejes viarios que conducen hasta el Teatro, lo que va a permitir recuperar uno de sus barrios y uno de los monumentos más emblemáticos.

Desde el centro de la ciudad y a través de la calle Cuatro Santos.

Desde la zona del Puerto.

A través de las calles de Cañón y Cuesta de la Baronesa.

Fuente: Fundación Teatro Romano de Cartagena

Fotos del reportaje cortesía de La Verdad.es y Fundación Teatro Romano de Cartagena

Reconstrucciones Virtuales:

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14 de febrero de 2008

Unas escaleras mecánicas irán elevando al público en el Museo del Teatro Romano

Foto: Sección del Museo del Teatro Romano de Cartagena

Diseñado por Rafael Moneo en Cartagena, propone al visitante un viaje arqueológico y arquitectónico que lo transporta del siglo XXI al siglo I. a. C.

Aclarémoslo: la escalera mécanica que recorrerá las diversas alturas del Museo del Teatro Romano de Cartagena, obra del prestigioso y espartano arquitecto Rafael Moneo, insertando de esta forma un elemento industrial, tan útil como ajeno a la sobriedad del edificio y a su contenido arqueológico, no es el Mid-Levels Escalator de Hong Kong, pero dará que hablar; y mucho. De hecho, la escalera mécanica de Moneo no ha pasado desapercibida para ninguno de los privilegiados visitantes que han podido contemplar la creación, aún en obras, del arquitecto autor de la ampliación del Museo del Prado. Eso sí, si el Mid-Levels Escalator, la escalera pública más larga del mundo, salva cómodamente la empinada orografía de la exótica ciudad, la de Moneo, claro ésta que infinitamente más modesta, hace posible que el visitante se eleve, también cómodamente, desde el siglo XXI al siglo I a. C.

Se aproxima el día, aún por concretar, en que el Museo del Teatro Romano de Cartagena, cuya cabeza corona al aire libre el gran monumento escénico construido para seis mil espectadores, abrirá sus puertas -antes de junio- y desatará la admiración (de unas cien mil personas al año, según los datos manejados con prudencia por los responsables de la Fundación Teatro Romano: Consejería de Cultura, Ayuntamiento de Cartagena y Cajamurcia). Un viaje al pasado, una subida a la demostración del poder tentacular de Roma y de la belleza que nos legó. Sorpresa, admiración, arqueología y arquitectura. Volúmenes sencillos, tamaño discreto, luz natural muy bien aprovechada, materiales seleccionados con sumo cuidado por Moneo y un tesoro -la contemplación de los restos hallados en las excavaciones del lugar- destinado a los amantes del conocimiento, el urbanismo y la curiosidad.

Ruinas respetadas

Un viaje que comienza en la misma Plaza del Ayuntamiento, mientras se puede echar una última mirada al cercano puerto, y que acaba en lo alto de la colina urbana donde espera al visitante el recién recuperado Teatro Romano, cuya restauración ha procurado respetar al máximo las ruinas rescatadas del olvido. Los visitantes entrarán, para iniciar su aventura, en el Palacio de Riquelme -cuya fachada para nada hace presagiar lo que nos espera- situado en la citada Plaza del Ayuntamiento. Ya en el primer corredor se inicia el recorrido museístico, que nos irá mostrando la evolución urbana del solar del teatro desde el siglo XXI al siglo I a. C. En él se ilustrará, indica Elena Ruiz Valderas, directora del Museo, «a partir de los objetos arqueológicos recuperados en la excavación y de planos, fotografías y audiovisuales, la historia del solar: desde el Barrio de Pescadores (siglos XVIII al XX), siguiendo por el Arrabal Viejo, la Medina de Qartayanna al Halfa, el barrio portuario de época bizantina, destruido por Suintila, y la transformación del teatro en mercado a mediados del siglo V d.C., para, directamente, entrar en la primera gran sala de exposiciones».

Esta gran sala, que Moneo ha configurado como un espacio de más de 100 m2 y siete de altura, iluminado cenitalmente, permitirá albergar «con gran dignidad y magnificencia» la colección de arquitectura monumental; «en ella se darán las claves necesarias para entender la arquitectura del edificio teatral a través de la exposición de piezas originales, además de una maqueta y otros elementos didácticos», explica Ruiz Valderas. En esta sala, el visitante podrá comprender la envergadura del Teatro Romano de Cartagena, «pues la entidad de sus basas, cornisas y sobre todo capiteles, le convierten en un magnífico exponente de la arquitectura pública y monumental de época augustea». Además, se explicará lo que significó la construcción del edificio: planificación, oficios que participaron, acopio de materiales de las principales canteras de mármol del Mediterráneo, elección de materiales constructivos de las canteras locales, etc.

Y desde la entreplanta, el visitante llegará a la segunda gran sala de la colección permanente, el espacio de mayor tamaño del Museo, de diez metros de altura, «iluminado por la combinación de lucernarios y huecos de muy diverso carácter, que proporcionarán los matices de luz necesarios para la exposición de las piezas que configuran el programa epigráfico y ornamental del teatro», precisa la arqueóloga y directora. Un programa decorativo cargado de mensajes ideológicos, entre los que destaca la introducción de los cultos a las divinidades tradicionales de Roma a través de tres altares donde se representan los símbolos de la Triada Capitolina, que serán las piezas que presidan la parte central de esta sala, sorprenderá al público. Esta gran sala guarda una sorpresa: enlaza con la cripta arqueológica que discurre bajo la iglesia de Santa María la Vieja. Y, además tiene, a juicio de Moneo, una misión fundamental: la de preparar al visitante para la contemplación que tendrá al final de su visita: una visión completa del Teatro, «tan magnífica como inesperada».

Contemplación

Realmente, lo que le espera al visitante no le dejará indiferente: un pasillo de circulación ya exterior le proporcionará una visión completa del Teatro, cuya rotundidad geométrica es remarcada por la restitución de un muro de cerramiento en piedra, que separará el recinto arqueológico del Parque de la Cornisa que le sirve de marco paisajístico y punto de contemplación. A partir de ahí: el Teatro a sus pies. El Museo, además, reúne los principales equipamientos y avances tecnológicos de un museo del siglo XXI: salón de actos bien equipado, sala de exposiciones temporales, cafetería, aula didáctica, salas de archivo y documentación, biblioteca, además de zonas administrativas del museo y del propio Patronato, que junto al futuro Centro de Investigación dotaran a Cartagena de un gran equipamiento cultural, científico y turístico.

Del trabajo llevado a cabo por Moneo, los responsables de la Fundación Teatro Romano destacan, entre otros aciertos: el brillante manejo del paisaje urbano y la escala, donde los edificios del Museo quedan integrados en armonía con su entorno más inmediato; la incorporación de la luz natural en los espacios expositivos, creando un bello juego de luces cenitales y huecos; la recuperación de la fachada palaciega del edificio de Pascual de Riquelme, incorporando sus miradores de madera, que han sido adaptados a las nuevas necesidades de seguridad y climatización; y el Parque de la Cornisa, que crea una superficie ajardinada conectando los vestigios monumentales de la ciudad medieval: uniendo Castillo e Iglesia Mayor, además de enmarcar y dignificar el entorno del monumento romano.

Fuente: ANTONIO ARCO. La Verdad.es, 14 de febrero de 2008