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Terrae Antiqvae

EL Vaticano anuncia el descubrimiento del sarcófago de San Pablo

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Foto: Cardinal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, Archpriest of the Basilica of St. Paul outside-the-Walls, holds up pictures of a sarcophagus unearthed beneath the basilica, during a press conference at the Vatican, Monday, Dec. 11, 2006. Vatican archaeologists have unearthed the sarcophagus believed to contain the remains of the Apostle Paul that had been buried beneath Rome’s second largest basilica. The sarcophagus, which dates back to at least A.D. 390, has been the subject of an extended excavation that began in 2002 and was completed last month. (AP Photo/Pier Paolo Cito)

El Vaticano anunció hoy el descubrimiento del sarcófago del San Pablo encontrado tras años de excavaciones arqueológicas bajo el altar mayor de la basílica romana dedicada al apóstol.

La Santa Sede convocó hoy una rueda de prensa para anunciar con total seguridad que el sarcófago encontrado bajo el altar mayor de la Basílica de San Pablo de Extramuros pertenece al apóstol.

Un descubrimiento de gran valor arqueológico pero también para la tradición cristiana que levantó la basílica donde se creía que fue enterrado Pablo pero sin que hasta ahora se tuvieran pruebas ciertas.

’No hay ninguna duda que el sarcófago encontrado bajo el suelo de la basílica de San Pablo es el del apóstol’, explicó hoy arcipreste del templo, el cardenal Andrea Lanza di Montezemolo.

Expuesto a los fieles

Los arqueólogos comenzaron sus excavaciones en el 2002 y sólo el mes pasado pudieron sacar a la luz, el sarcófago, que data al menos del año 390, y que yacía olvidado entre los estratos de los templos que fueron construidos uno sobre el otro.

En la losa sobre el sepulcro se puede leer en latín: ’Paulo Apostolo Mart’ (Pablo, apóstol y mártir) y presenta el agujero que se realizaba para poner en contacto la reliquia con el altar pero también para que los peregrinos pudieran introducir trozos de tela que tocasen los restos.

El sarcófago será expuesto a los fieles en la Basílica de San Pablo cuando se termine completamente de examinar pero aún no se ha decidido si se abrirá para analizar los restos del apóstol.

Según el cardenal Lanza Montezemolo, sólo el Papa puede decidir la apertura del sarcófago y aún no se ha expresado sobre esto.

La apertura del sarcófago podría desvelar nuevos misterios de la tradición cristiana pues se desconoce si también se encuentra bajo la basílica la cabeza de San Pablo, que fue decapitado en el año 65 por orden de Nerón.

La Basílica de San Pablo Extramuros es, después de San Pedro, la iglesia más grande de Roma y surgió en la primera mitad del siglo IV por voluntad del emperador Constantino, en el lugar donde se indica la tumba del apóstol.

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Fue reconstruida varias veces, la última fue en 1823, tras un incendio, y es la que se conserva actualmente y contienen los retratos de todos los papas de la historia de la Iglesia católica, comenzando por San Pedro.

Fuente: Terra Actualidad – EFE, 11 de diciembre de 2006
Enlace: http://actualidad.terra.es/sociedad/
articulo/vaticano_san_paolo_1265841.htm


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A general view shows the main altar with the sarcophagus of the 1st century apostle St. Paul in Rome’s Basilica of St. Paul’s Outside the Walls December 11, 2006. The Vatican said on Monday it was studying the possibility of opening a thick marble sarcophagus believed to contain the remains of St. Paul to study its contents. REUTERS/Max Rossi (VATICAN)

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A general view shows the sarcophagus of the 1st century apostle St. Paul in Rome’s Basilica of St Paul’s Outside the Walls December 11, 2006. The Vatican said on Monday it was studying the possibility of opening a thick marble sarcophagus believed to contain the remains of St. Paul to study its contents. REUTERS/Max Rossi (VATICAN)

Lápida Sarcófago San Pablo

(2) Nota sobre el sarcófago de san Pablo del arqueólogo Giorgio Filippi

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 11 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la nota del arqueólogo Giorgio Filippi sobre el sarcófago de San Pablo que publicó este lunes la Sala de Prensa de la Santa Sede.

La basílica surge en el sepulcro del apóstol, en la Vía Ostiense, donde a finales del siglo II el presbítero romano Gayo, indicaba la existencia del «tropaion», erigido para testimoniar el martirio de Pablo. En el lugar se sucedieron, a lo largo del siglo IV, dos edificios, el «constantiniano» y el de «los Tres Emperadores», ligados a la peregrinación devocional a la tumba del apóstol y utilizados como cementerios y con objetivos litúrgicos.

La única documentación que hace referencia a la situación arqueológica del monumento se encuentra en unos pocos dibujos y bocetos con medidas, cuya interpretación en ocasiones es enigmática, realizados por los arquitectos Virginio Vespignani (1808-1882) y Paolo Belloni (1815-1889), tras el incendio de 1823, durante las excavaciones realizadas con motivo de la nueva Confesión (1838) y de la colocación de los cimientos del baldaquino de Pío IX (1850).

Los vestigios arqueológicos que se encontraron entonces dejaron de ser visibles después, pues en parte fueron destruidos y en parte precintados por la actual Confesión.

El hecho de que la Basílica de San Pablo surgiera sobre la tumba del apóstol es un dato indiscutible en la tradición histórica, mientras que la identificación del sepulcro originario es una cuestión que ha quedado abierta. La Crónica del Monasterio habla de un gran sarcófago de mármol, encontrado durante las obras de reconstrucción de la basílica, después del incendio de 1823, en el área de la Confesión, bajo las dos lápidas en las que está escrito «PAVLO APOSTOLO MART[YRI]», del que sin embargo no queda huella en la documentación de excavaciones, a diferencia de los otros sarcófagos descubiertos en aquella ocasión, entre los que se encuentra el famoso «dogmático», que hoy es conservado en los Museos Vaticanos.

Las investigaciones arqueológicas en la zona, considerada tradicionalmente como el lugar de sepultura del apóstol, comenzadas en el año 2002 y acabadas el 22 de septiembre de 2006, han sacado a la luz diferentes estratos, formados por el ábside de la basílica constantiniana, englobada en el transepto del edificio de los Tres Emperadores: en el suelo de este último, bajo el altar papal, ha aparecido ese gran sarcófago del que se habían perdido las huellas y que se consideraba desde la época teodosiana como la Tumba de San Pablo.

Estas investigaciones tenían por objetivo verificar la consistencia y el estado de conservación de los vestigios de la basílica constantiniana y teodosiona, sobrevividos a la reconstrucción que tuvo lugar después del incendio y de valorizarla por razones de devoción.

Del 2 de mayo al 17 de noviembre de este año, se acabó, en la zona de la Confesión, el proyecto para abrir acceso a la Tumba de San Pablo. Después de haber desmontado el Altar de San Timoteo, se excavó en la zona inferior para volver a sacar a la luz, en toda su superficie de unos 5 metros cuadrados, el ábside de la basílica constaniniana. Para llegar hasta los vestigios del siglo IV se excavó dentro de los muros de la moderna base para los cimientos que se adapta perfectamente a las estructuras antiguas, tanto en su base como en su altura, hasta llegar hasta el punto de diferencia entre la parte antigua y la nueva, que se puede constatar por el color diferente de la argamasa, rosada la del siglo XIX y gris la del siglo IV.

Dado que la altura del transepto de los Tres Emperadores, sobre el que se encuentra el sarcófago de San Pablo, es más ata con respecto al nivel de la actual Confesión, es evidente que el nivel ha sido demolido con motivo de las obras del siglo XIX. La plataforma se conserva, en forma de peldaño, detrás del altar de Timoteo, incorporado en el muro moderno que delimita el lado este de la Confesión.

Durante las obras del siglo XIX, dado que parece que la cumbre del ábside tenía algunas partes inestables, fueron removidas, produciendo el efecto de un peldaño en el «emplecton», de unos diez centímetros de altura, correspondiente a dos hileras de ladrillos, que comienza en el borde interior del ábside, siguiendo su línea curva. En el frente del peldaño se ven las huellas dejadas en el cemento por los ladrillos removidos.

Para alcanzar la altura del suelo constantiniano se removió la mitad sur de la zona del ábside. En la excavación no se encontraron otros vestigios arqueológicos, con la excepción de restos de albañilería.

Para aumentar la visibilidad del sarcófago de San Pablo se amplió en unos 0,70 centímetros el hueco que atraviesa el muro del siglo XIX durante las obras de los años 2002-2003.

Ha sido posible tomar las medidas del sarcófago: caja de una longitud de 2,55 metros, de una anchura de 1,25 metros y de una altura de 0,97 metros. La cobertura es de 0,30 metros de altura.

La parte del ábside descubierta constituye el único testimonio visible de la Basílica atribuida comúnmente a Constantino.

Sigue abierto el problema topográfico de la relación entre la basílica y el suelo descubierto en 1850, en el oeste del ábside de Constantino. Belloni consideró que se trataba de la antigua Vía Ostiense, que habría sido desviada a su colocación actual por orden de los Tres Emperadores, pero no midió el nivel del empedrado. En este sentido, resulta de particular interés el descubrimiento, dentro del ábside constantiniano, de algunos grandes bloques de basalto, reutilizados como material de construcción en los cimientos de la basílica de los Tres Emperadores.

Por lo que se refiere a la planta de la basílica constantiniana, dado que sólo contamos con las nuevas medidas realizadas en el ábside, es prematuro hacer nuevas hipótesis, confirmando las modestas dimensiones del edificio.

El nivel del estrato de barro, descubierto sobre el nivel del ábside constantiniano, concuerda con al transepto de los Tres Emperadores (390 d.C.), sobre el que se apoya el gran sarcófago que indicaba la Tumba del Apóstol en la época de la construcción de la nueva y grande basílica, y estaba delimitado por un podio presbiteral monumental, como parece que deja suponer la gran plataforma de sus cimientos, de un espesor de 1,66 m., que se apoya directamente sobre el suelo del ábside constantiniano. No se puede excluir que en el interior de estos cimientos puedan encontrarse restos del «tropaion» erigido sobre la tumba del apóstol Pablo.

Se puede considerar que entre 1838 y 1840, en la zona de la Confesión, se removió o demolió todo lo que se encontraba sobre el suelo de los Tres Emperadores. Para echar los cimientos del nuevo presbiterio y del altar papal, se trasladó incluso el sarcófago de san Pablo. Por ahora en el área estudiada, entre el nivel del suelo del año 390 y el de los cimientos de 1840, no se han encontrado vestigios de otras épocas.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]


(3) Vatican Unearths St. Paul’s Tomb

VATICAN CITY (AP) -- Vatican archaeologists have identified a sarcophagus under Rome’s second-largest basilica as the tomb that according to tradition contains the remains of the Apostle Paul, but they still don’t know what’s inside, experts said Monday.

The white marble sarcophagus, which dates to at least A.D. 390 and is buried under the main altar of St. Paul’s Outside the Walls Basilica, has been the subject of an extended excavation that began in 2002 and ended last month.

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Cardinal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, Archpriest of the Basilica of St. Paul outside-the-Walls, shows the sarcophagus unearthed beneath the basilica, during a press conference in the basilica, Monday, Dec. 11, 2006. Vatican archaeologists have unearthed a sarcophagus believed to contain the remains of the Apostle Paul that had been buried beneath Rome's second largest basilica. The sarcophagus, which dates back to at least A.D. 390, has been the subject of an extended excavation that began in 2002 and was completed last month. (AP Photo/Alessandra Tarantino)

St. Paul, also known as the apostle of the Gentiles, was beheaded in Rome in the first century, according to tradition.

"These excavations give us the full certainty and knowledge that the sarcophagus is St. Paul’s tomb, whether it contains his remains or not," Cardinal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, head of the basilica, told a news conference presenting the findings.

The project’s original purpose was to make the sarcophagus, buried under layers of plaster and further hidden by an iron grate, more visible to pilgrims and tourists.

Work in the small area under the altar, to clear the debris and insert a transparent glass floor for better viewing, unearthed new evidence of the authenticity of the sarcophagus, said the Vatican archaeologist, Giorgio Filippi, who headed the project.

"Our purpose was not to find out what was inside, but to confirm that it was the original sarcophagus," Filippi said.

The basilica stands at the site of two churches built in the fourth century over the spot where tradition said the saint had been buried. One of them, built by the Roman emperor Theodosius, left the tomb visible, first above ground and later in a crypt.

When a fire destroyed the church in 1823, the current basilica was built and the ancient crypt was filled with earth and covered by a new altar.

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The sarcophagus believed to contain the remains of the Apostle Paul is seen under the main altar of the Basilica of St. Paul outside-the-Walls, in Rome, Monday, Dec. 11, 2006. Vatican archaeologists have unearthed the sarcophagus that had been buried beneath Rome's second largest basilica. The sarcophagus, which dates back to at least A.D. 390, has been the subject of an extended excavation that began in 2002 and was completed last month. (AP Photo/Alessandra Tarantino)

During the recent excavations, the apse of one of the ancient churches came to light, in the same area where the sarcophagus is located, proving that the tomb was the focal point of devotion in those early churches, the experts said. A slab of marble with the writing "St. Paul apostle" in Latin was also found in the floor of a layer above the tomb.

"We were always certain that the tomb had to be there, beneath the papal altar," Filippi said.

Filippi said the decision to make the sarcophagus visible again was made after many pilgrims who came to Rome during the Catholic church’s 2000 Jubilee year expressed disappointment at finding that the saint’s tomb could not be visited or touched.

The Vatican hopes to be able to examine the sarcophagus more closely in the future, and maybe even to open it.

According to Filippi, the researchers’ first concern is to free it from centuries of plaster and debris, in the hope of finding other clues on the sarcophagus itself. Then they will look for ways of getting inside.

"Right now, we can treat it as a symbol, regardless of its contents," Filippi said.

Fuente: DANIELA PETROFF / Associated Press. 11 Dec. 06
Enlace: http://www.11alive.com/news/usnews
_article.aspx?storyid=88918


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Foto: The present St Paul Outside-the-Walls was built in 1823 on the remains
of earlier churches. The first was erected by the Emperor Constantine. Reuters

2 comentarios

Maria -

Interesantísimo, lastima que muchos negarán por sistema todo lo que se descubra.
Por mi parte,gracias y enhorabuena.

guguelerz -

Acabo de descubrir este blog el cual me parece interesantísimo.

Enhorabuena

Saludos

Saludos